En realidad no sé si contarlo como parte de esas personas, a veces es un imbécil y a veces me sorprende con detallitos, nada de flores y monerías cursilonas, eso está fuera de su universo, pero a veces me ve con la cabeza gacha por el pasillo, me pregunta qué me sucede, me pone la mano en el hombro y me dice que sea fuerte, luego escupe una de sus palabrotas mordaces para hacerme rabiar un rato y se va dejándome más animado pero más pensativo que como me encontró. La verdad es que no le entiendo, nadie sabe que… bueno no somos ni medianamente amigos, solo somos conocidos amistosos, algo conectados, lo cual es demasiado extraño si contamos los primeros años de nuestra vida que transcurrieron en peleas y nada más…
-¡Harry!, vamos a llegar tarde a pociones, vámonos rápido…
Hermione me despierta de mi ensimismamiento, bueno no es tan malo ir a pociones de vez en cuando, a veces me hacen la vida imposible, como a veces puedo observarlo hacer travesuras a sus amigos gorilas por sus espaldas y luego hacerme una seña de que mire lo que va a hacer, y luego nos desternillamos de risa en silencio ya sea porque provocó una explosión de caldero, o porque desató una crisis de granos purulentoso porque la varita de alguien cayó “accidentalmente” en el caldero hirviente provocando más de una reacción química, el siempre hace eso para levantarme el ánimo, pese a que yo nunca le cuento grandes cosas lasa únicas veces que hablamos, parece que puede leer mis pensamientos y del mismo modo yo sé cuando algo le atormenta, porque el también sabe lo que es estar solo, lo que es que tu pecho se esté desgarrando en tu propia casa y que nadie te oiga, que nadie lo note, o que a nadie le importe. Entonces uno aprende a fingir, a andar estoicamente por la vida como si no pasara nada, si te tienen acorralado es bueno que nadie note lo miserable que eres, esa era al menos mi pequeña victoria sobre los Dursley, el que no vean nunca cuan miserable me hacían.
Allí viene, me empuja para mantener las apariencias, tiene una actuación perfecta, no sé como alguien puede ser tan falso, su vida es una espectáculo donde él como único actor interpreta todos los papeles que se le pidan, el hijo mimado frívolamente feliz, el jefe mafioso y príncipe de su pandilla, el matón insoportable para las otras casas que no sean Slytherin, y siempre con es actitud de autosuficiencia, absolutamente impertubarble, a veces me da envidia que él pueda ser quien quiera y yo en cambio sea irremediablemente el niño-que-vivió, y sea tan malditamente transparente y vulnerable, “Por eso es que todos la toman contigo, Potter…” me dijo una vez mientras cumplíamos un castigo que provocamos apropósito golpeándonos en un pasillo, para poder estar un tiempo conversando, “Si no tuvieras esa cara de cordero esperando a ser degollado se andarían con miramientos antes de atarcarte…”
-¡Cómo que cordero!, no soy ningún corderito degollado…
-Siempre provocando al peligro… tentando a tu suerte…
-Pero si son los problemas los que siempre me encuentran a mí.
-¿Verdad?, siempre lo he dicho, eres un imán de líos…
Le tiro la escobilla con que fregábamos el piso empedrado de la cocina.
-Esto es trabajo de elfos… no esperes que cada vez que entres en depresión esté yo dispuesto a hacer estas cosas para hablar contigo… soy un nombre muy ocupado ¿sabes?, y le hace pésimo este trabajo manual a mis cutículas… - dijo esto último mirándose sus manos con lástima sincera.
-Eres más afeminado de lo que me imaginé…
Nuestros pocos momentos juntos se iban en este tipo de cosas, y bueno, no era algo que me molestara, después de estar todo el tiempo con gente que me habla de las mismas cosas el hecho de poder juguetear y hacer tonterías con él era algo invaluable, con él yo no soy el-niño-que-vivió, no soy el Gran Harry Potter, cuando estamos juntos solo somos Harry y Draco, sin ningún prejuicio, sin importar lo que nuestros apellidos significaran para nuestras vida, somos solo dos chicos tontos haciendo un montón de chorradas, a veces el deseo de ser irresponsable es tan grande. Las ganas de hacer algo sin pensar en que Voldemort puede estar tras la siguiente puerta, o en el caso de él poder moverse con libertad sin preocuparse del que dirán poder andar sin gomina, con la camisa afuera del pantalón y hablando palabrotas sin que Lucius lo excomulgue por eso.
-En serio yo quiero mucho a mi padre – murmuró por lo bajo – sé que no es de lo trigos muy limpios y que a veces parece que no le importo por lo que soy sino por qué tan bien pueda seguir sus pasos, en ese sentido parece que no me dejara vivir tranquilo, y la mansión, ese lugar de lujos y belleza que muchos me envidian es como mi prisión de oro… por eso es que aunque no lo creas a mi también me alegra cuando por fin subo al expreso Hogwarts y vengo camino al colegio..
Le miro con admiración, nunca pensé que él pensaba de esa manera, nunca pensé que el podía sentir todas esas cosas tras la máscara que usa todos los días.
-No me mires así, sé que piensas que es un poco fuerte lo que te digo, pero mi padre a veces puede pasarse de estricto, me gusta estar lejos, tener mi libertad controlada y sobre todo… me alegro de haberte conocido por segunda vez y poder tontear contigo un rato.
Asiento con la cabeza como respondiéndole que a mi también me alegra poder estar con él de cuando en cuando.
Hermione al parecer espera mi respuesta, llevo casi un minuto en silencio, y es que entre tantos recuerdos y sensaciones me viene a la mente una certeza.
-Se me viene una persona a la mente.
Gracias por leer.