Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cortas melodías por Yuriy

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Dedicatoria: A mi hermana y su gripe xD lol, cuídate Zaku ^^

Notas del capitulo:

Este es un Reita x Ruki... yo no suelo escribir sobre esta pareja, pero dado el caso que a mi hermana le gusta, y está dedicado para ella, pues así se queda la historia n_n

Que a decir verdad, no estuvo mal... xD

 

Canción número uno: "Rojo"

 

Miró la pared de forma dudosa, ¿estaba haciendo lo correcto o sólo huía como un cobarde?

 

Estoy haciendo lo correcto. Pensó antes estirar el cuerpo, como si tratara de quitarse tensión. Después cerró sus ojos y varias imágenes pasaron por su cabeza, pero todas ellas aunque diferentes entre sí tenían algo en común: Estaban ellos dos juntos.

 

—Estoy demasiado viejo para este tipo de cosas y sentimentalismos.— dijo en voz alta y cargada risa fingida.

 

Su lado irónico estaba tomándole ventaja. Él no solía ser de esa forma, pero se encontraba desesperado. Abrió sus ojos y los enfocó en la pared nuevamente. Dio varios pasos hacía atrás hasta pegar con la pared paralela a la que observaba.

 

Un ultimo recuerdo llegó a su mente, lo único que necesitaba para darse el valor -o la cobardía, dependiendo de cómo lo viera uno- de hacer lo que tenía que hacer.

 

"Olvida lo que he dicho, olvídate de mí y nuestra amistad."

 

—Esto me va a doler...— murmuró compungido, pero su dolor emocional también era bastante fuerte.

 

Corrió con todas sus fuerza la distancia, para luego chocar contra la pared y quedar pegado en  ella. Su cuerpo cayó inconsciente y su nariz sangraba sin mucho control, manchando la alfombra.

 

Sabu-chan comenzó a ladrar al mirar de esa forma a su amo. La puerta se abrió.

 

—¡Oe, Ruki! Discúlpame por lo de hace rato es que...— el final de la frase quedó en el aire. Todo estaba rojo.

 

—¡Takanori!— gritó, asustado.

 

 

 

Canción número dos: "Blanco"

 

Estaba corriendo bajo la lluvia. No, estaba caminando. ¿Qué acababa de ocurrir? Lo peor de su vida, sin duda. Aún era joven, aún tenía mucha vida por delante pero...

 

—Fui demasiado apresurado... Destruí mis propias oportunidades.— se lamentó.

 

Él no era la persona más sensible del mundo, pero... ¿A quién no le duele perder de repente -y por sus propios medios- a tu mejor amigo, cómplice y confidente? A él, por supuesto le había dolido. Y mucho.

 

 

¡Olvida lo que dije! Olvídate de mí y nuestra amistad!

 

Pero... ¡Akira-chan!...

 

¿Qué quieres?

 

Yo... no puedo olvidarte así de fácil y...

 

Pero puedes hacerlo, ¿no?

 

 

Después de eso, había empujado a Ruki al piso, haciéndolo a un lado y se había ido con paso rápido y furioso. Ruki no lo había detenido pero sí lo había intentado.

 

—Creo que lo tome desprevenido y no supo responderme.— volvió a murmurar, ahora con pesadumbre.

 

Pero, aún sí Ruki no había respondido nada... aquella cara había deshecho el corazón de Reita. No había sabido interpretarlo de ninguna forma... y al final, aquellas palabras...

 

Yo... no puedo olvidarte así de fácil...

 

... eso significaba que podría llegar a olvidarlo. Aunque fuera difícil. Y eso, le había dolido. Le hubiera gustado oír cosas diferentes.

 

El mundo no era blanco o negro, era gris. Al igual que las personas...

 

—Ruki, ¿acabo de traicionarte y tú a mí?— dijo en cuanto estuvo dentro de su departamento.

 

 

 

Canción número tres: "Cerebro"

 

 

 

 

Despertó en una habitación de paredes blancas y con olor a alcohol. Un hospital. Pero no sabía por qué motivo se encontraba en aquel lugar. Abrió los ojos y la luz los irritó, los cerró y volvió a intentarlo segundos después.

 

—¡Despertaste, Taka-chan!— volteó al lugar donde había provenido la voz.

 

—Yutaka...— murmuró, mirándolo largamente.

 

—Nos diste un buen susto, ¿sabías?— comenzó Shiroyama. —Hum, que vas a saber, por algo nos asustaste asi.— se respondió sólo, mirándolo molesto. Pero en sus ojos se leía que parte de la preocupación.

 

—¿Llevo mucho tiempo... aquí?—

 

—Tres días, acabas de despertar...— respondió Takashima.

 

—¿Qué me paso?— los miró avergonzado.

 

—Al parecer fue el estrés pre-examenes.— rieron todos, más tranquilos.

 

—¡Lo había olvidado, los exámenes! ¡Tengo que... yo debo!— comenzó a tartamudear, bastante descompuesto.

 

—Tranquilo Matsumoto, aun queda una semana hasta que empiecen los exámenes.— tranquilizó Shiroyama con ligereza.

 

Después de eso, pasaron los días y finalmente salió del hospital. Kai le ayudo con sus exámenes, y Shima cada que podía le recordaba lo afortunado que era por tener el apoyo de Kai, mientras él sólo reía.

 

 

 

Canción número cinco: "Desesperación"

 

 

 

—Ruki, ¿cuándo piensas despertar?— preguntó con voz ronca.

 

Fuera de la habitación, el resto de los miembros de the gazettE observaba la escena con el corazón compungido. Ellos estaban preocupados por su vocalista que llevaba en ese estado desde hace cuatro días, pero el bajista no se había movido, comido o hecho cualquier otra cosa.

 

—Iré por algo de comer para todos, ¿está bien?— dijo Kai, quien estaba mentalmente agotado.

 

Varios minutos después regresó Kai con cuatro paquetes de comida.

 

Uruha tomo un paquete extra y entró al cuarto, obligando a que Reita comiera muy a la fuerza. Una hora después salió de aquella habitación con el corazón lastimado.

Probablemente ellos no entendían del todo a Reita.

 

Estaba muy preocupados por Ruki, pero... Reita parecía incluso más devastados que todos ellos juntos.

 

—Despierta Ruki... Por favor.— poco a poco, la voz de Reita se iba apagando. Desde que estaba Ruki en aquella cama, Reita no había dejado de pronunciar aquel nombre.

 

—Despierta Takanori... ¿Esta es tu respuesta o es un castigo?—dijo. —¡Despierta!—  repitió, hasta que finalmente su voz dejó de salir de sus labios.

 

 

 

Canción número seis: Cierre.

 

—¿Chicos?... —

 

—¡¡RUKI!!—

 

—¿Ruki?...—

 

Todo era ambiguo y no podía verlo con claridad, se sentía ebrio. ¿Dónde estaba?, ¿Con quién estaba?... Se sentía perdido.

 

—Ruki, por favor...—

 

—¿Rei...ta?— murmuró, abriendo sus ojos. Nuevamente aquella habitación blanca.

 

—No, Kai.— respondió aquella voz. Después, señaló el puesto a su lado que lo miraba atentamente.

 

—Chicos... no quiero ser grosero pero...—

 

—No, ya venimos enano...— respondió rápido Aoi, entendiendo a medias aquel mensaje de privacidad.

 

Poco a poco salieron, dirigiéndose a la cafetería dejando a solas a Reita y Ruki, que comenzaron a observarse.

 

—Lo siento.— murmuró con la voz muy ronca el primero.

 

—Sabes...— Ruki puso una mano en alto, pidiendo silencio. —Caí inconsciente, y tuve un sueño que era casi perfecto. Estaba de regreso a la época donde éramos estudiantes. Todo estaba ahí. Casi todo. ¿Sabes que faltaba?—

 

Reita negó con la cabeza, observándolo con cuidado. Casi avergonzado.

 

—Tú no existías en aquel sueño.—

 

Aquellas palabras fueron un golpe casi devastador al corazón ya  ala mente del bajista. Él no existía en aquel sueño perfecto. No, casi perfecto.

 

—Pero, aun así no era feliz del todo. Algo tenía que faltar. Mi cerebro estaba mal, ¿cierto? Porque, ni en sueños debo olvidarte. No puedo y no quiero hacerlo. Eso... eso es lo que debí haber respondido aquella noche.—

 

—No importa...— murmuró. Pero importaba, y mucho.

 

—No. Importa y mucho, ¿verdad?— respondió Ruki, dolido. —Déjame responder... déjame explicarme. No tomes cosas y luego armes una obra con tus propias conclusiones, Reita.— pidió. Reita guardó silencio, dejándolo continuar. —Te amo, también. Mucho, mucho. Por eso desperté. En aquel mundo sin ti yo no podía vivir, estaba mal...—

 

—Entonces...—

 

Ruki no lo dejó terminar.

 

—Te amo y me amas... Pero nunca me dejas responder. Y, tenía miedo Reita...— suspiró. —¿Si conseguía tu corazón acaso no perdería tu amistad? Pero, en mi momento de duda también casi te perdí... No podía permitirme eso.— murmuró.

 

Reita se quedo en silencio, su garganta le ardía demasiado. Pero una sonrisa pequeña y sincera adornaba sus labios.

 

Afuera, en el pasillo, una nueva melodía comenzaba a sonar de forma encantadora. Un nuevo comienzo que entrelazaba antiguas melodías, porque aquella vida era una sinfonía.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).