Su mirada estaba repleta de rabia y un destello cruzo por aquellos ojos azules.
-¿Qué aun no decides?-pregunte con cinismo.
El volvió a tensar la mandíbula mientras apretaba los puños.
-¡No quiero irme!-vocifero-Yo no soy un traidor como tú.
¿Traidor yo?, el me había traicionado, el me traiciono a mi, acepto que yo también lo había dejado más no traicionado al menos no en toda la extensión de la palabra y yo si tenia y tengo una razón para hacerlo, mi honor y el sin embargo esperaba mi ausencia para involucrarse con “esa”.
-¿Estas totalmente seguro?-pregunte fingiendo aquella pregunta con sorpresa.
Ya me lo imaginaba, sabía que iba a negarse…pero Yo soy Sasuke Uchiha y siempre tengo otras opciones, Naruto no las tenía.
-¿Para qué diablos me quieres?-pregunto colérico, sin responder mi anterior cuestión.
-Adivina.-pregunte con una mueca de burla.
La situación era más que cómica.
El me brindo una mirada asesina, ¿Qué más daba que tipo de mirada era? El…el me miraba a mi, evite no hacer notorio aquel temblor que me embargaba.
-Tú quieres muchas cosas y en todas ellas Tú ganas y yo pierdo, porque si te conviene a ti no me conviene a mi eso es algo tan típico.-respondió con un gesto pensativo.
Te equivocas esta vez verdaderamente nos conviene a ambos, pero jamás podrás saberlo al menos no por tu propia voluntad.
-¿Sigues firme?-volví a preguntar.
-Claro que si.-contesto indignado.
Mis ojos negros se tornaron de aquel color rojo, el Sharingan entraba en acción
-Maldito Uchiha.-susurro con desprecio.
Intente ignorar el comentario que Naruto había pronunciado, quería creer que lo había dicho por el momento, supongo que es difícil ser el capturado, yo ya olvide esa sensación he de confesar que a veces la recuerdo…
En cuestión de milésimas de segundo realice el Tsukuyomi, no quería lastimarlo físicamente, no quería hacerlo y mucho menos quería herirlo, pues estaba al tanto de que las heridas físicas de Naruto eran más sencillas de curar que las emocionales.
Sinceramente el me importaba de sobremanera…era lo único que me quedaba en esta vida y haría cualquier cosa por el menos una: el alejarme de el otra vez.
Aquella idea me resultaba tremebunda y asqueante…era algo insoportable, quizás muchos lo llamen egoísmo, si así es soy un maldito ególatra pero ¿Si yo no pienso en mi quien? Naruto tiene una persona sin embargo que se preocupa por el y esa persona soy yo ¿Qué toda Konoha se a declarado su protector? Ja, maldita bola de hipócritas, me hubiese gustado ver eso antes no ahora. Puedo ser un ególatra Eso depende según la perspectiva de cada persona, a mí la mentalidad de Sakura y en si de Konoha en general me parece egoísta.
El querer acaparar a Naruto, eso es una idiotez, es una mentalidad no solo egoísta si no también estúpida ¿Cuántas veces no lo despreciaron? ¿Cuántas veces no provocaron su llanto? Y todo por ese maldito zorro que se halla dentro de el, jamás vieron dentro de esos ojos azules que logran hacer que las personas pierdan el control y no precisamente por miedo al contrario…si ellos lo hubiesen visto fijamente les hubiese provocado solo una cosa ternura. Por eso mismo lo sacare de este maldito lugar, El idiota de Naruto no se da cuenta de que es solo una vil arma de guerra…
Con aquella ilusión óptica lo lleve aun claro, el solo dormitaba, no quería asustarlos ni con torturas ni con mis mimos, pero aun así moría por hacer lo ultimo.
Naruto cayo inconsciente, por impulso coloque mi mano izquierda antes de que su cabeza se estrellase contra aquel piso, y amortigüe el golpe, con la mano derecha me dedique a lanzar Kunais hasta formar el símbolo de mi ya desaparecido clan.
Podía ser confundido…podían pensar que el autor del rapto era Itachi, al menos deberían de saber que esta con una persona que se preocupa por su bienestar.-pensaba esto y por impulso lance otros Kunais hasta formar una S al lado de aquel abanico.
No quería que se enfrentasen a mi…aun no era el tiempo indicado, pero tampoco soy una mala persona, no es que quisiese que lo encontraran dudaba mucho que lo hicieran pues es estaba seguro de que lo buscarían por un mes máximo y después desistirían y Sakura tendría que conformarse con Lee, sonreía al comparar a Lee con mi rubio, tengo que añadir que también marcaba la inicial de mi nombre para mostrar mi cinismo y supremacía, así soy yo.
Lo tome en brazos y pude sentir aquella piel rozar mi ropa, los pensamientos invadieron mi mente…imagine a aquel rubio rozando mi piel desnuda…pude percibir ese maldito olor embriagante.
Salí por la ventana y trepe por el árbol mas próximo, brinque de rama a rama y recorrí millas hasta que note aquella pequeña casa que estaba situada en el corazón de aquel extenso bosque.
Estuve a punto de perder el control cuando el aroma de aquellos pinos se mezclo con el aroma de aquel precioso ojiazul.
Estuve a punto de hacer una locura, quería arrancarle la ropa de una vez…pero me domine…no quería darle una razón más para odiarme eso seria una herida y una culpa más que tendría que añadir a mi lista.
Me las arregle para sostenerlo con mi mano derecha, mientras que con mi mano izquierda abría la puerta, no me quite los zapatos…los buenos modales no me servirían con Naruto…al menos no con un Naruto dormido…
La casa era de considerable tamaño y estaba construida por madera, era estilo clásico oriental.
Entre con la mirada puesta en aquel cabello rubio…cruce por la casa y lo lleve a mi habitación, lo recosté en la cama…y me dedique a colocar sellos en la casa, para que Naruto no pudiese escapar, no eran sellos tan sencillos implicaban demasiada dificultad para poder eliminarlos.
Era una visión desconcertantemente bella la de aquel chico recostado sobre aquellas tersas sabanas de color negro…era arrebatador, el contraste de colores era placentero a cualquier pupila humana. Sujete su cintura con mi mano izquierda, y me dedique a cubrirlo con las frazadas.
El amanecer hizo acto de presencia y yo me dirigí a la cocina le prepare una buena porción de ramen, fue todo un caos el hacerlo y un poco de te, lo puse en una bandeja y me dirigí hacia nuestra habitación me senté en el borde de la cama.
El aun no despertaba, ni siquiera se movía, le dirigí tantas miradas como pude…sabia que en cuanto despertara comenzaría a hacer preguntas.
Sus ojos comenzaron a abrirse y cuando el abrió los ojos verdaderamente amaneció, se tallo los ojos y me mira con el ceño fruncido, estaba a punto de gritarme, cuando asenté la bandeja sobre el buro, me introduje bajo las sabanas y me coloque a su lado, el me miraba perplejo.
Puse la bandeja sobre mis piernas, tome los palillos de madera y lleve a su boca algunos bocados de ramen, el estuvo a punto de negarse hasta que se percato que era ramen, comenzó a comer rápidamente, como si no hubiese comido por varias semanas. A penas acabo de engullir el último bocado, intente conversar con el.
-¿Tienes hambre?-pregunte intentando ser amable.
El me miro ofendido, yo le mire algo confundido.
-Aquí hay más.-señale le bandeja.
El asintió gustoso intento fingir molestia… y no funciono soy la persona que más lo conoce y todavía no estaba molesto.
Me dedique a darle de comer, acabo de comer el ramen y le di a beber el te, el daba pequeños sorbos.
-¿Tú no comerás nada Baka? –pregunto.
-No aun no tengo hambre conteste.
-Ya comí , ahora te preguntare ¡¿Qué diablos hago aquí grandísimo imbécil!?-pregunto vociferando.
-¿Por qué hasta ahora me lo preguntas?-cuestione sin responder.
-Porque de esa forma no me arriesgue a que me dejaras morir de hambre.-me explico con un tono que indicaba que era más que obvio.
Estuve apunto de mostrarme ofendido y decir que yo era incapaz de hacer algo así pero ambos sabíamos que era cierto.
-No lo había pensado.
El me miro con horror.
-¿Qué hago aquí?-pregunto desesperado.
-Tu te percataras con el tiempo.-respondí.
Me introduje bajo las sabanas y lo tome por el pie haciendo que el también quedase bajo las sabanas.
Lo atraje hacia mi pecho, el comenzó a respirar de forma agitada y se ruborizaba comencé a acariciar su cabello para tranquilizarlo.
-¿Estas asustado?.-pregunte preocupado.
El asintió mientras tragaba saliva.
-No es mi intención que me temas.-susurre comenzando a besar s mejilla con ternura.
-¿Qué haces?-pregunto aterrado.
-¿Te habían besado así?-pregunte, queriendo pensar que no.
El negó repetidamente con la cabeza.
-Pensé que Sakura lo hacia, me agrada que no lo halla hecho-susurre aliviado mientras besaba su frente.
Te quiero, te quiero…daría todo para decírtelo y no tengo idea de cómo expresártelo con palabras así que lo hago mediante caricias.-Perdí el control y comencé a besar el lóbulo de su oído, el soltó un pequeño gemido, que fue música para mis oídos.
-¿Te gusta?
El asintió.
Le sonreí mientras lo abrace por completo y bese sus rubios cabellos.
-No te asuste.-susurre desesperadamente.
-¿Por qué me haces esto?-pregunto con melancolía.
Las lagrimas comenzaron a surgir de aquellos ojos que amo, me acerque con desesperación a lamerle las lagrimas apresuradamente.
Sus lagrimas eran agridulces…me dolía tanto que pensase que yo quería hacerle daño…cuando quería lo contrario.
El intento apartarse de mi abrazo, lo mire de forma suplicante, el se escondió en mi pecho, el siempre a sido así, se supone que le aterro pero también le consuelo… acaricie su cabello.
-No tengas miedo…yo te voy a cuidar como antes…como siempre lo he hecho…yo te voy a cuidar nunca he dejado de hacerlo, quizás no lo creas…pero nunca deje de hacerlo.-susurre esperando que el creyera en mi, pues verdaderamente no lo había hecho.
El me miro con los ojos abiertos como plato.
-Para ser sinceros de aquí no saliste ni un momento-murmure mientras señalaba mi pecho con la mano derecha y mi cabeza con la mano izquierda.
El sonrió un poco, pero las lagrimas inundaban aquellos ojos.
Malditas lagrimas…esas lagrimas turbaban mi felicidad casi realizada..esas lagrimas era cristalinas y perfectas…tan perfectas, idénticas y simétricas como los copos de nieve…que un día Naruto y yo observamos caer.
Se tranquilizo un poco y le sonreí.
Pocas veces sonreía pero todas las veces sonreía para el…el me hace feliz y lo hará siempre, la sonrisa que se dibujaba en su rostro por cualquier estupidez…me hacia feliz y yo también sonreía quizás solamente mentalmente y muchas veces visiblemente…no eran las situaciones estúpidas las que provocaban mi sonrisa si no el idiota que se reía de las situaciones estúpidas.
El sol se oculto de repente y la lluvia inicio inesperadamente, estaba cayéndose el cielo, me dedique a abrazarlo más fuerte para que no tuviese frio ni se enfermara.
Un trueno resonó y el brinco en mis brazos por el miedo.
-No te asustes.-le pedí.
¿Acaso no entiende que no pasara nada que yo pueda evitar?
Invariablemente lo había cuidado día a día, me enfurecía que la gente le pusiese una mano encima.
Naruto es la única persona que merecía mi cariño nadie más lo merecía solo el, muchas veces lo negué y replique…pero creo que era más que obvio, la propia Sakura lo noto y toda Konoha. Si a alguien le debía una disculpa era a el, a nadie más, pues el había dado todo por mi.
Tengo muy en claro que no soy tan egoísta…al menos no en esta situación…tengo mis propias razones, es injustificable que quieran separar a Naruto de mi lado…eso es injustificable lo que yo hago en este momento es por amor y lo tengo claro, si a alguien en Konoha le molesta que se ahorren los estúpidos comentarios.
-¿Por qué haces todo esto Sasuke?-pregunto Naruto mientras me miraba.
-Porque te quiero.-pronuncie saboreando cada una de las palabras decirlo abiertamente por primera vez se escuchaba tan bien
-¿Por quien haces esto?-pregunto el ruborizado y un poco incrédulo.
-Por mi, por ti, por los dos.