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Love me at the school por sofia14

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Notas del fanfic:

los personajes no me pertenesen solo los tomo prestados.

mi primer fic.

— ¡¿Una escuela para chicos?! ¿Cómo? ¿Por qué?—gritaba un moreno a su madre.— Yuu-chan, ¿qué tiene de malo? Es una escuela muy bien recomendada, tiene buenos maestros y un equipo de béisbol también, muy reconocido por cierto— dijo Miko entusiasta.— ¡Es una escuela para chicos! ¡Ni siquiera el equipo de béisbol lo vale!— estaba furioso. El propósito de Yuuri al entrar a la preparatoria era encontrar una linda chica para ser su novia. Cómo lograría encontrar a su alma gemela si ni siquiera podría tener contacto con ninguna chica. Porque su propia madre trataba de arruinar su vida. Ya suficiente había tenido cuando de pequeño la mujer le vestía de niña por su sueño frustrado de tener una hija. Justo cuando iba a seguir reclamando, la imagen de la mujer frente a él lo detuvo. Miko tenía la frente gacha, con el fleco haciendo sombra en sus ojos. El pelinegro sabía lo que venía, pero antes de poder hacer algo su madre comenzó a llorar a mares, acusándolo de desconsiderado por gritarle de esa forma, cuando lo único que ella quería era lo mejor para su hijo. Al ver la escena, Yuuri soltó un suspiro para tranquilizarse y luego dijo:— Lo siento, no fue mi intención gritarte de esa forma.— Entonces si iras a la escuela ¿verdad?— preguntó Miko entre sollozos. — Supongo que no me hará daño tratar por un tiempo—“por lo menos hasta que acabe el curso y pueda cambiarme de escuela” pensó mientras daba a su madre una sonrisa.— Ahhhhhh, ¡qué feliz soy!— dijo mientras entrelazaba sus dedos— Me muero por verte en las obras escolares.— ¿Obras escolares?—preguntó el otro sin muchas ganas de saber la respuesta.— Claro, esta escuela es reconocida principalmente por sus musicales de navidad y de final de año. ¡Ya deseo verte actuando frente a todos Yuu-chan!—dijo su madre emocionada mientras corría a avisarle a su esposo la buena nueva.—“¿Por qué quie…”—no terminó de plantearse el chico cuando un pensamiento azotó su mente. “Una escuela para chicos no tiene chicas (que inteligente verdad?...XD), así que en las obras…No, NO, NOOOOOOOOOOOO”— gritó mentalmente mientras su cuerpo permanecía estático en el lugar de la antigua charla. — Definitivamente este año será muy difícil—dijo para sí mientras subía las escaleras que llevaban a su habitación con la cabeza gacha.  Mientras tanto, en la sala de la pequeña casa japonesa, Shouma Shibuya, el padre de nuestro moreno, dejó el periódico de lado para escuchar la noticia que tenía a su mujer tan alegre.— ¿Quién te recomendó la escuela?— preguntó antes de que su eufórica mujer siguiera imaginado a su hijo como la Julieta de la obra.— Pues verás—dijo Miko rememorando una vieja plática con cierto chico de lentes. Hace dos meses— Ken-chan, hace mucho que no vienes por aquí.—Lo siento mamá, pero había estado ocupado con las inscripciones del colegio— dijo el chico de cabello negro mientras se acomodaba los lente. — Ya veo. Que pena que Yuu-chan y Ken-chan ya no vayan a estudiar juntos—dijo la castaña con un tono de niña chiquita.— Tiene razón, pero no creo que a Shibuya le fuese a gustar mi escuela. En especial por las obras.— ¿Obras?—preguntó Miko con una mirada curiosa.— Sí, las obras de Navidad y fin de curso. Como es una escuela para chicos, nosotros tenemos que hacer papeles femeninos también.— ¡Cómo el Kabuki!—exclamo la mujer emocionada.— Exactamente, y ya que Shibuya y yo tenemos una complexión pequeña, sería muy probable que nos tocaran esa clase de papeles. Por mí no hay problema, pero…— Ahhhhhhh—interrumpió Miko— Mi Yuu-chan debe entrar a esa escuela. Yo me encargaré de ello. Además, ¿cómo podría dejar que dos amigos de tanto tiempo se separen? ¿Cuál es el nombre Ken-chan?— Preparatoria Sakurawa—respondió con una sonrisa el chico.— Entonces esta decidido. Yuu-chan irá a la Preparatoria Sakurawa— Eso sería genial, así no me sentiré tan solo— dijo Murata mientras se levantaba del sofá. — ¿Te vas tan pronto Ken-chan?— Sí, aún tengo algunos asuntos que arreglar—comentó dirigiéndose a la puerta.— Entonces cuídate mucho— se despidió Miko.— Así lo haré. —Y así supe de la escuela—dijo Miko con una gran sonrisa en el rostro. — Ya veo— dijo Shouma con una sonrisa nerviosa—“Pobre Yuuri”—pensó—“no podrá contra la determinación de su madre.— Ah, se me olvidó decirle que empaque—dijo Miko para después correr a la habitación de su hijo.— ¿Empacar?—preguntó el padre para si. Yuuri estaba recostado en su cama cuando alguien abrió la puerta sin previo aviso. — ¿Mamá?— Yuu-chan, no se te olvide empacar todo lo necesario. Ya sabes, cepillo de dientes, para cabello, ropa interior…— ¿Empacar? ¿Vamos de viaje?— cuestionó el moreno.— ¿No te dije? La preparatoria Sakurawa está muy lejos de aquí, y como tiene servicio de dormitorios, te quedarás a dormir allí.El muchacho suspiró resignado. Ya había aceptado todo lo relacionado a esa escuela y aunque no le gustaba mucho, no podía contra su madre.— Ok, pero ¿podré venir a casa los fines de semana verdad?— Por supuesto Yuu-chan—dijo su madre con una sonrisa—Partes en dos días hijo—agregó antes de salir. Dos días después. — Yuu-chan, ya es hora.—Ya voy, ya voy—dijo el chico mientras bajaba de las escaleras con sus dos valijas. — ¿Necesitas ayuda Shibuya?— ¿Murata? ¿Qué haces aquí?—  Mamá me dijo que papá me podía llevar a la escuela.— ¿Esta de camino a la mía?—preguntó Yuuri confundido.— Voy a estudiar en la misma escuela que tú Shibuya.— ¡¿En serio?! ¡Qué bien!—“Por lo menos tendré a algún conocido”—pensó aliviado. Luego subieron al coche y se prepararon para ir al colegio. Ya habían pasado tres horas desde que empezaron el viaje, y Yuuri agradeció que Murata hubiese llevado unos bocadillos y un juego de ajedrez, aunque en eso no era para nada bueno. Sin embargo, servía para entretenerse. Llegaron al colegio cuando caía la noche, después de seis horas de recorrido. Las cuales por cierto tuvo que completar Murata, pues su amigo no sabía conducir. La escuela era muy grande. A la vista estaba una barda muy alta de color rojo y una reja de fierro forjado, muy elegante.Un guardia que vigilaba la puerta les preguntó sus nombres, y después los buscó en una lista para permitirles pasar. Ya en el interior, vieron unos extensos jardines antes de llegar a la puerta de la escuela. Entraron y un alumno de grado avanzado esperaba en las puertas con otra lista en sus manos.—Buenas noche—dijo Murata con una sonrisa— mi nombre es Murata Ken y el es Shibuya Yuuri— señaló a su amigo.—Si los tengo— afirmó el otro mientras checaba su lista—Tu habitación es la 345 del bloque A, y la tuya—agregó señalando a Yuuri— es la 346 del mismo bloque.— Gracias— contestaron los dos chicos.— Yuuri— llamó su padre.— ¿Qué ocurre?— Suerte, llama si tienes algún problema—dijo con una mano en el hombro de su hijo.— Está bien, los veo el siguiente fin de semana.— Cuídate— se despidió Shouma mientras se dirigía a la puerta.Después de que su padre salió, Yuuri siguió a Murata, quien ya había pedido indicaciones para llegar a sus dormitorios. Las dos estancias estaban una frente a la otra, así que ambos chicos decidieron meter su equipaje y luego salir a hablar.Yuuri abrió la puerta frente a él e introdujo sus dos maletas dentro de la habitación. A primera vista no era tan mala, de hecho, era bastante amplia. Tenía dos puertas, que supuso que debían ser un armario y un baño. Cerro la puerta principal tras de si, y observando aún su nueva habitación. — No esta mal—dijo mientras asentaba su equipaje en el piso— Claro—dijo una voz.— Ahhhhhhhhhhhhhhh— gritó cayendo al piso.— ¿Qué demonios te pasa?—preguntó un chico en la habitación— ¿Quién…—no pudo terminar el moreno, pues su mirada localizó al dueño de esa voz. Era un chico de cabellos dorados con unas bellas orbe esmeralda y piel bastante blanca, lo que le hacía parecer europeo.— “Es hermoso”—pensó Yuuri mientras lo veía embobado.— ¿Por qué no me respondes? ¿Qué te pasa enclenque?— No me llames así— dijo el ojinegro reaccionando ante la burla— además, ¿quién eres tú y que haces aquí?— Soy tu compañero de cuarto idiota, y estaba tranquilo leyendo cuando tu entraste sin tocar— respondió el rubio con una evidente cara de enfado.— Shibuya—llamó Murata tocando la puerta— ¿puedo pasar?— Sí.— ¿Qué fue ese grito Shibuya?— No fue nada Murata, es solo que…—miró a ver al su compañero mientras se levantaba del piso.— Ah, tu debes ser el compañero de Shibuya— exclamó el chico de lentes señalando al  rubio—mucho gusto, mi nombre es Murata Ken.— Soy Wolfram von  Bielefeld—dijo el otro mirando hacia otro lado.— ¿Por eso gritaste Shibuya? Se que es muy lindo pero no es para tanto—dijo Murata con una mirada inocente.— ¡¿Qué?!— gritaron los otros dos sonrojados.— No grite por eso, es que pensé que no había nadie en la habitación y me sorprendió.— Oye enclenque, tú entraste aquí como si nada y yo no grite como una niña.— No me llames enclenque.— ¿Por qué no? Al fin y al cabo eso eres.— Ehem—se aclaro la garganta el otro moreno que solo estaba observando la conversación divertido— creo que los dejaré solos para que se conozcan mejor. Hasta mañana Shibuya.— No Murat…—no pudo terminar pues su amigo ya había salido cerrando la puerta.—Tú enclenque—llamó su atención el oji-verde mientras lo tomaba por el brazo, haciendo que lo mirara— Escucha bien porque no lo voy a repetir. Las reglas son simples, tú dormirás en la cama de arriba y más te vale que mantengas tus cosas arregladas. Ese es al baño—indicó señalando una puerta de madera— y ese es el armario, del cual solo puedes usar la mitad—dijo señalando la otra puerta.Luego lo soltó y se fue a recostar en su cama para seguir leyendo. Pero antes de abrir su libro se incorporó en la cama de nuevo y dijo:— Dime tu nombre.Al joven moreno esto le sonó como una orden pero de todos modos contestó.— Shibuya Yuuri.— Mas te vale no escabullirte en mi cama mientras duermo Yuuri—dicho esto, dejó su libro en la mesa y se acostó mirando hacia la pared.— ¡Yo no soy de eso!—exclamó Yuuri ruborizado ante ese comentario.— Nunca se sabe—contestó el otro sin voltear a verlo.El moreno solo frunció un poco el ceño, y luego entró al baño a ponerse su pijama, para después subir a su cama y recostarse. — “Este será un año muy largo”—pensó antes de quedarse dormido. Al día siguiente.Yuuri se levantó temprano como siempre acostumbraba. Eran más o menos las 6 de la mañana cuando abrió los ojos. Los talló con sus manos para terminar de despertarse y se bajó con cuidado de la cama, para no despertar a su nuevo compañero.Se dirigió a una de las maletas para sacar los artículos de higiene que necesitaba, pues con todas las emociones el día anterior no había tenido ganas de desempacar. Después, entró al baño para bañarse. Este no era muy grande, y tenía lo esencial. O sea, una regadera, un retrete, un lavabo y sobre éste, un pequeño armario con espejo.Yuuri abrió el grifo y reguló la temperatura del agua con las llaves de agua fría y agua caliente.El rubio mientras tanto dormía plácidamente envuelto entre las sabanas. Para su desgracia, despertó a las seis y media de la mañana por el sonido de agua cayendo. Él odiaba despertar temprano, generalmente siempre se levantaba como a las nueve y eso solo si tenía alguna clase temprano, sino dormía hasta medio día.Pero ese era cuando tenía el cuarto solo para él. Ahora tenía a un compañero que al parecer le gustaba despertar temprano y tomar duchas que molestaran a los demás. Justó cuando Wolfram abrió los ojos y miró hacia la puerta del baño, Yuuri salía cubierto por una toalla corta. Wolfram terminó de despertar ante la visión del chico. Tenía bien marcados los músculos del abdomen, algo que no se notaba para nada con la ropa que llevaba la noche anterior. Inmediatamente se sonrojó cuando notó que Yuuri se iba a quitar la toalla para vestirse.— ¡Exhibicionista!—gritó— ¿Crees que estas solo o qué?— Ah, ya te levantaste. Buenos días— saludó mientras se disponía a seguir con lo que hacía.— No hagas eso enfrente de mí— gritó el otro sentándose en su cama.Yuuri solo lo miró extrañado. Después de todo, en las escuelas comunes de Japón los chicos siempre veían a otros en los vestidores de los gimnasios. Luego calló en cuanta de que las facciones de su nuevo compañero no eran muy japonesas que digamos. — Ah, es que no eres de aquí ¿verdad?—dijo mientras tomaba su ropa e iba al baño para vestirse, ya que había notado la incomodidad del rubio.— No, enclenque, soy de Alemania.Yuuri se vistió rápido con unos jeans cafés y una camiseta sport blanca.— Por eso no estás acostumbrado a que otros chicos se vistan enfrente tuyo—reflexionó el moreno.— No, y te agradecería que no lo hicieses—dijo con tono de enfado.— Ok, no te preocupes. Por cierto, creo que empezamos con el pie izquierdo— dijo caminando hacia el rubio— Mi nombre es Shibuya Yuuri, mucho gusto— se presentó extendiendo la mano.— Wolfram von Bielefeld—dijo el otro respondiendo al saludo.Yuuri sonrió, acto que hizo al rubio sonrojarse y soltar la mano del peli-negro.— Espero que no hayas mojado el piso del baño—dijo mientras se volvía a recostar.— ¿No vas a levantare?— Claro que no, enclenque. Fuiste tú quien me despertó.— A, disculpa—dijo Yuuri rascándose la cabeza apenado.El rubio solo se limitó revolverse un poco en su cama, para indicar que le dejara tranquilo. Yuuri, al no escuchar respuesta de parte de Wolfram, se dirigió hacia la puerta para salir. Luego fue a la habitación de Murata, para saludarlo, pero antes de tocar miró la ventana. Apenas estaba amaneciendo, y a pesar de que su amigo se levantara temprano, pensó que estaría cansado por el viaje del día anterior por lo que mejor regresó a su propio cuarto. Wolfram mientras tanto intentaba dormirse, pero no podía. El maldito enclenque lo había despertado. Venía a su mente la imagen del chico al salir del baño. Debía admitir que no estaba mal, a pesar de que no tenía nada en especial. Se incorporó en la cama, pensando en todos las insinuaciones que había tenido el año pasado, por parte de algunos jóvenes del colegio. Nunca le había llamado la atención ninguno de ellos, pero ese tal Yuuri era diferente. Esa sonrisa que tenía no expresaba lujuria como las de la mayoría de sus antiguos pretendientes. Era una sonrisa sincera, cálida. En definitiva, Yuuri era un chico muy lindo.Escuchó el ruido de la puerta y miró como el moreno agarraba la silla que estaba junto a la mesa para sentarse. Se veía aburrido, por lo que dedujo que su amigo de seguro también estaba dormido. — ¿Qué tienes?—preguntó intentando sonar desinteresado.— Ah sigues despierto, disculpa por levantarte— dijo el otro con una sonrisa.Wolfram se sonrojó un poco, en realidad tenía una linda sonrisa.— No respondiste.— Creo que Murata sigue dormido y quería ir a conocer la escuela, es todo—respondió Yuuri sin dejar de sonreír.— Pues que esperabas, enclenque. Solo un loco se levanta a esta hora— dijo Wolfram mientras se levantaba de la cama e iba hacia el armario para tomar algo de su ropa. Luego se dirigió al baño y se cambió.— Vamos—ordenó a Yuuri saliendo del tocador.Sin esperar una respuesta, lo tomo por la muñeca y lo arrastró hacia afuera de la habitación. — Espera, ¿a dónde vamos?— preguntó el moreno deshaciendo el agarre.— ¿No querías conocer la escuela? Ya estoy despierto así que yo te la mostraré.— Ah, gracias.— Vamos entonces. Creo que sería bueno comenzar por los salones, ya que seguro te perderás si no los conoces— dijo Wolfram en tono de burla.— Si tienes razón. Salieron del edificio donde se encontraban, ya que los dormitorios estaban separados de las aulas. Comenzaron a caminar por los jardines verdes. — Es más grande de lo que parece—dijo el moreno viendo el gran espacio que había entre los dos edificios.— Esta escuela tiene unas instalaciones de muy buena calidad. — Ya veo.— Ese es él edificio donde duermen los profesores—indicó el rubio señalando hacia la derecha—Para allá están los laboratorios—dijo mirando hacia la izquierda— y ese de enfrente es donde se encuentran los salones.Yuuri miraba hacía donde el rubio le indicaba. La verdad era que al llegar estaba oscuro, y no había visto lo grande que era el colegio. Estaban ambos muy silenciosos así que el moreno decidió empezar con la plática.— ¿Llevas mucho tiempo en la escuela?— No, solo llevo un año— contestó el rubio con desinterés.— Entonces tienes 16 ¿verdad?— preguntó el oji-negro sacando sus cuentas.— Sí—afirmó— ah— dijo Yuuri pensando en que más podía preguntar— “ él no es de aquí”—recordó en ese momento por lo que preguntó a su acompañante— y ¿cómo es que viniste a Japón?— Mi madre se casó con un empresario de aquí y nos mudamos mis hermanos y yo.— Tienes hermanos. Yo también tengo uno, pero es muy sobreprotector.— Mis hermanos también lo son conmigo, por que soy el más pequeño supongo.— Sí, debe ser eso ¿Desde cuando vives aquí?— Desde hace un año, por eso vine a estudiar aquí.— Ya veoDespués de esa pequeña plática se formó el silencio nuevamente, pero esta vez fue el rubio quien lo rompió.— Supongo que tendrás quince enclenque— dijo el rubio para molestar.— Sí, oye no me llames así—dijo molesto.— Yo debería estar molesto. Tú me levantaste tan temprano.— Ya me disculpé por eso— se defendió el moreno— además debías levantarte temprano para ir a clases ¿no?— Las clases comienzan a las nueve, tonto. — ¿Tan tarde?— preguntó Yuuri. Después de todo, en su antigua escuela empezaban a las siete.— Pues sí, supongo que es un beneficio de quedarse aquí toda la semana— dijo el otro en tono molesto— claro que terminan más tarde que en una preparatoria normal.— Con razón nadie esta levantado a esta hora.— Deberías informarte más sobre la escuela antes de inscribirte a ella.— No fue mi idea venir aquí— renegó Yuuri en tono molestó— fue mi madre la de la idea. Ni siquiera se como se llama esta escuela.— Idiota, se llama Preparatoria Sakurawa.— Sakurawa eh— dijo el otro sin interés.— Si no sabías sobre la escuela seguro que tampoco sabes sobre la ceremonia.— ¿Cere…— no acabó de preguntar cuando vio a un par de chico bajo un árbol. No podía creerlo. Esos muchachos se estaban besando apasionadamente frente a él.— ¿Qué rayos te ocurre ahora?— preguntó el otro al ver la cara sonrojada de su compañero. Miraba hacia un árbol, así que el rubio también volteo a mirar.Ahí estaban dos chicos, muy atractivos por cierto, besándose con pasión, como si quisieran comerse. Wolfram se sonrojó enseguida, y sin pedir permiso tomó a Yuuri por el brazo y se lo llevó hasta otro lado, fuera de la vista de los dos chicos.Yuuri reaccionó por la fuerza que ejercía el rubio sobre su brazo.— Wolfram, me lastimas.— Solo camina y no te quejes.— Espera— dijo poniendo fuerza para que su compañero ya no lo pudiera jalar.— ¿Qué quieres?— dijo el otro chico volteando a verle.— ¿Qué fue eso? — Un beso enclenque— respondió el otro como si nada.— Ya se que fue un beso, pero — se detuvo ante las palabras que iba a pronunciar— ¡eran dos chicos!— ¿Y?—preguntó el otro aun sin entender.— ¿Como que y?— ¿Eres homofóbico?— No pero…— no sabía que decir. Él no estaba acostumbrado a ver esa clase de cosas. En su antigua escuela siempre había alguna pareja que se besaba, pero siempre era heterosexual.— ¿Qué esperabas? — preguntó Wolfram recordando que Yuuri venía de una escuela para ambos sexos— estamos en una escuela para chicos. Es natural que algunos salgan con otros.— ¿No está prohibido?— preguntó el moreno incrédulo.— ¿En tu antigua escuela vetaban las relaciones entre estudiantes?— cuestionó Wolfram con una mirada inquisidora.— No. Supongo que me exalté un poco. Después de todo eso no es muy común ¿verdad?— “Eso” es de lo más normal, y si vas a estar en esta escuela tendrás que acostúmbrate.Dicho esto, el rubio comenzó a alejarse de Yuuri. Parecía molesto, y el moreno no entendía muy bien el porqué. Luego calló en cuanta de algo, él no conocía la escuela y ya habían avanzado un buen tramo. Estaba seguro de que se perdería si no seguía a Wolfram. — ¡Wolfram espera!— gritó a tiempo que corría tras su anterior guía.— El paseo terminó enclenque— dijo con dureza.
Notas finales:

Espero les haya gustado, nos vemos en el proximo cap. espero sus rewis o amenazas de muerte.

se despide sofia.


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