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Elegido por los Dioses por Zafira

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Notas del capitulo: Muchas Gracias por sus reviews, lamento mucho la tardanza, de a poquito le estoy creando trama a este fic, espero que me este quedando bien, jejeje es algo vergonzoso, pero realmente no recuerdo en qué estaba pensando cuando lo comencé jejeje… bueno, ahora si, les aviso que seguiré con la continuación de Tu Reflejo, con el trabajo a penas me esta dando tiempo de escribir… pero seguiré dando mi mejor esfuerzo para actualizar lo mas rápido que se pueda…

Besitos…
Capítulo 2º: Búsqueda

No podía creer que tuvieran que aceptar ser guiados por los mismos jueces que anteriormente fueron sus enemigos… tanto Kanon como Saga miraron con desconfianza a sus guías, que no los observaban mejor, parecía que a ellos, tampoco les agradaba recibirlos en los dominios de Hades.

Shaka no pronunciaba palabra alguna, su mente estaba muy distante de su cuerpo en ese instante… para ser exacto, estaba en Giudecca… junto a Shun… “¡Espero que estés bien… y que te alejes de él!”…

Los marinas y los dorados, seguían su camino… Eo de tanto en tanto, le dirigía una que otra mirada escrutadora a Kanon, cómo cerciorándose de que el camino era el correcto… Sorrento parecía tranquilo y seguía el curso sin hacerse problema, después de todo, sujetaba con fuerzas su flauta, si hubiera algún inconveniente no dudaría en atacar… Isaac también se mostraba reservado, miraba todo con mucha atención, en especial a los espectros que se cruzaban por su camino.

Saga, de todos parecía el más serio, dejaba hacer sentir su poderosa presencia siempre que aparecía algún espectro, alguno de los cuales ya lo conocían, tampoco le apartaba la vista de encima a Radamanthys, no confía en él, y el caballero dorado de Géminis no acostumbraba guardarse sus opiniones… Milo tampoco le perdía la vista de encima al primer juez, no podía disimularlo, odiaba a ese sujeto, a pesar del tiempo era incapaz de borrar de su mente la batalla que habían enfrentado, de esto parecía percatarse Saga, que solía dirigirle miradas de advertencia, que le indicaban claramente, que no era el momento…

Por su parte, los jueces cumplían las órdenes de su señor… aunque no les gustase para nada la idea de recibir a aquellos guerreros en los dominios de Hades, no tenían más opción que cumplir la voluntad de su dios… por otra parte, sabían quiénes estaban en ese preciso instante con el Rey del Inframundo, Poseidón, Hiperión y desde luego, el caballero de Andrómeda, Shun… este último era a quien con más ansiedad esperaba el peli negro, y ahora ya lo tenía a su merced, por lo que los jueces casi tenían la certeza de que Hades, estaría sumamente complacido.

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Hades lo había escoltado hasta unas habitaciones… le dio paso para que ingresara en una de ellas, lo que hizo… una vez dentro, pudo apreciar el lugar, era amplio y finamente decorado… poseía una cama doselada, cuyas cortinas eran de un color rojo oscuro, aunque las sábanas eran negras… El peli oscuro se aproximó a Shun por detrás, y rodeó su cintura con sus manos, instándole a que se aproxime al lecho… lentamente y para sorpresa del menor iba despojándole de su armadura, una vez que su cuerpo se encontraba desprovisto de la misma…

¡Colócate esas prendas… te será más cómodo descansar con ellas! – Shun pudo notar entonces que sobre la cama se encontraba algo parecido a una bata… la tomó y prestando atención a la habitación se dirigió a un lugar en donde cambiarse, lejos de la mirada del Dios… Hades sonrió por este hecho, pero no dijo nada…

Cuando se hubo cambiado, salió de detrás del biombo y se encontró entonces con la mirada penetrante del peli negro, que ya lo esperaba sobre el lecho, este sonrió al verlo y extendió su mano en dirección a Shun, quien no pudo evitar ponerse sumamente nervioso por este hecho…

Hades no podía ocultar que le estaba gustando lo que veía… al menor le quedaba muy bien las prendas que había escogido para él… era una túnica color gris, que le llagaba hasta la rodilla… cuando el más joven tomó su mano lo atrajo hacia él, obligando al peli verde a subir al lecho, cuando al fin lo tuvo en frente con uno de sus brazos rodeó aquella pequeña cintura, mientras que con la otra mano, acaricia sus cabellos… él se había arrodillado en el lecho y tenía a Shun entre sus piernas, pudo percibir el temblor de ese frágil cuerpo al sentirse tan a su merced, y eso lo llenó de júbilo…

¿Por qué te pones nervioso, pequeño?… ¡hemos compartido lecho desde que eras un bebé! – dijo con tono pícaro el mayor…

¡No es lo mismo en el mismo cuerpo, que en cuerpos separados! – susurró el más joven en respuesta, poniéndose totalmente rojo por la vergüenza.

¡Pues me gusta sentirte así… es lo único que agradezco de que me hayas rechazado… aunque…! – Hades aproximó sus labios a los del menor, sintió como esta acción tensaba al peli verde - ¡No me rechaces… ya no lo hagas!

Lentamente sus labios se fueron juntando… Shun colocó ambas manos sobre el pecho del peli oscuro, que iba profundizando cada vez más aquel beso… cuidadosamente Hades lo fue recostando sobre el lecho, no dejaba de besarlo y acariciarlo, lo que estaba logrando que el más joven comenzara a gemir bajito…

¡Hades! – susurró el menor, logrando que el mayor se detuviera…

¡Se lo que dije… no te obligaría a nada… no podría! – Hades hablaba mirando directo a los ojos del menor… Shun sonrió al escuchar esas palabras, su corazón latía tan acelerado que temía se escuchara en toda la habitación…

¡Gracias…! – el peli verde se acurrucó entre los brazos del peli oscuro, no le costó quedarse dormido, se sentía en paz en aquellos brazos, sentía que pertenecía a ellos, o más bien, sabía que pertenecía a ellos.

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La conciencia volvía a él lentamente, fue abriendo los ojos perezoso, intentando enfocar el lugar en dónde estaba… se sorprendió al hallarse rodeado por esos poderosos brazos, levanto un poco el rostro y se encontró con la del mayor, tardo un poco de tiempo en recordar qué hacía ahí exactamente, sonrió para sí al notar lo tranquilo de la expresión del peli negro… con cuidado se fue incorporando, soltando antes el agarre que tenía el mayor sobre él, después volvió a cambiarse y sin hacer mucho ruido, salió de la habitación…

El peli verde recorrió los pasillos de Giudecca hasta llegar a la entrada, ahí pudo divisar como unas figuras se acercaban al palacio… supo de inmediato de quienes se trataba… espero tranquilamente a que llegaran hasta él, cuando al fin lo hicieron, los jueces lo miraron con curiosidad, hicieron una reverencia ante él, y lo dejaron solo con los caballeros a los que escoltaban.

¡Maestro… ¿están todos bien?! – Shun se dirigió a Shaka que lo miraba fijo, y para sorpresa de todos, el rubio simplemente se acercó al peli verde y lo abrazó con fuerzas…

¡Estamos bien…! – susurró el rubio suavemente al más joven…

¡Andrómeda… el Emperador Poseidón… ¿dónde se encuentra… qué paso después de que ese titán los trajo? – quien había hablado era Kanon… este miraba serio al peli verde, Shun pudo notar en aquellos ojos una genuina preocupación.

¡Julián, digo… Poseidón esta bien… ahora descansa! – respondió el menor y los generales parecieron relajarse un poco…

¿Y Hades? – preguntó Milo seriamente…

¡…l descansa también, dijeron que hablarían después de descansar! – comento el peli verde mirando a sus amigos…

¡También deben descansar! – la voz de Radamanthys interrumpió a los presentes… el juez se aproximo a los guerreros, más específicamente a Shun… - ¡Creo que usted debería hacer lo mismo!

Shun se sonrojó e inmediatamente rehuyó la mirada de su maestro, a quien no le pasó desapercibido este hecho…

¡Marinas, yo les indicaré dónde descansarán! – hablo Minos…

¡Yo a ustedes caballeros atenienses! – acotó Aiacos…

Shaka iba a tomar de la mano a Shun para llevárselo con él, pero Radamanthys lo impidió…

¡…l ya tiene un cuarto dispuesto… y debe volver a él! – Shun se tenso ante el comentario, y más al sentirse tan directamente observado por su maestro...

¡Ahora voy! – susurró el peli verde… - ¡Maestro, debo irme… prometo hablar con usted mas tarde… confíe en mí por favor!

Shun se retiró siguiendo al primer juez… lo miró con reproche cuando este se detuvo frente a las puertas de la habitación de Hades…

¡Dudo que a mi señor le agrade despertar sólo! – murmuró el rubio mordaz…

Shun simplemente le dirigió una mirada enfada al ingresar al cuarto… una vez dentro observó la imagen de Hades, más no quiso acercarse a él, por lo que lo que hizo fue recostarse en un diván que estaba cerca de una de las ventanas…

¡Ven! – escuchó poco tiempo después de haberse sentado…

¡Hades… no quería despertar…! – Shun no acabó la frese, la cosmoenergía del Rey del Inframundo se hizo sentir, y lo envolvió llevándolo hacia el mayor…

¡No me gusta… no me rechaces, no lo tolero… no pienso obligarte a estar conmigo, pero tampoco permitiré que me rechaces!

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La mañana encontró a todos los caballeros reunidos en el salón del trono en espera de los dioses, Shaka no podía evitar su molestia, pues no había visto a Shun aún… y temía saber en compañía de quien se encontraba… el sonido de las puertas al abrirse llamó la atención de todos… Radamanthys ingresaba seguido de los otros dos jueces… poco después, por la misma puerta, ingresaron Hiperión, Poseidón, Hades y Shun.

El peli verde inmediatamente se colocó a lado de los dorados, mientras que Poseidón se ponía frente a sus generales… Hades se sentó en su trono e Hiperión se posicionó a su derecha, mirando hacia los invitados…

¡Considerando que aún no haz despertado por completo, supongo que lo mejor es que tus generales estén presentes! – hablo serenamente el dios del Inframundo, y la sonrisa que este comentario dibujo en el rostro del titán hizo hervir la sangre de los marinas presentes, aunque Poseidón simplemente asintió… - ¡Así como supongo es correcto, ustedes representen a Atenea! – Hades se dirigió a Shaka y a sus compañeros al decirlo.

¡Habla de una vez, hermano… ¿qué está sucediendo?! – esta vez era el Dios de los mares quien hablaba, parecía que estaba impaciente y esto pareció divertir a su igual.

¡Poseidón… acaso sientes que tus fuerzas merman! – comentó irónico el titán, y esto molestó al general del Atlántico Norte, quien cuando parecía a punto de levantarse y atacar al peli rojo, fue detenido por su compañero de armas, Sorrento.

¡Hiperión… ya…! – murmuró Hades sin dejar de mirar a Poseidón.

¡Exacto, Titán… más respeto con mis hermanos! – esa voz dejo a todos sorprendidos… la figura de un hombre se dejaba ver ingresando por las puertas, Shun lo reconoció de inmediato como el Dios de los Dioses, Zeus.

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Al parecer la llegada del Señor del Olimpo había sido totalmente inesperada, sin embargo, ni Hades ni Poseidón dejaron notar su sorpresa. Cuando hubo pasado la impresión por aquella visita, fue que Hades creyó conveniente dar inicio a la reunión…
Las palabras del dios mayor, sonaron tranquilas, aunque la seriedad con las que las expresaba hacía notar la seriedad de los acontecimientos… Poseidón parecía perdido en aquellas palabras y en la expresión de Zeus había una mezcla de furia y preocupación…

Por su parte, los caballeros y marinas no podían creer el sentido que aquella información les daba… todos entendieron a la perfección que eso no significaba otra cosa, que guerra… y una guerra que definitivamente sería aún peor de la que ya habían enfrentado todos.

Shun no podía creer lo que estaba escuchando, sintió su corazón estrujarse de la preocupación, la idea de otra batalla no le pareció nada alentador, es más… él había pensado que con lo que había hecho para ayudar a Hades iba a evitar que una cosa como esa ocurriera, pero al parecer solo fue necesario un momento de debilidad de Hades, para que una tragedia como esa ocurriera.

¿Cuántos…? – habló al fin el Dios Zeus.

Hades pareció meditar su respuesta, miró a Hiperión y este asintió…

¡Pues, Cronos… Ceo, Crío, Tifón, al parecer liberaron a Atlas… y están comandados por alguien cuya identidad desconozco! – soltó el peli negro mirando directo a su hermano.

¿Y esas sombras? – preguntó Poseidón impávido…

¡A decir verdad, pudieron haber sido sacados del Tártaro también… sólo se que el poder de los antiguos dioses de la tierra, se ha acrecentado! – mencionó el Dios del Inframundo en respuesta al peli azul - ¡Necesitaremos ayuda para vencerlos!

¡Yo no necesito de la ayuda de nadie! – habló soberbio Zeus…

¡Deja de decir sandeces, Zeus… tú mejor que nadie sabes que en el pasado tuvimos la ayuda no sólo de nuestros hermanos, sino también de los Cíclopes y de los Hecatónquiros, Briareo, Giges y Cot! – soltó alterado Poseidón, había veces que Zeus seguía comportándose de una manera muy infantil…

¡Basta los dos… Zeus, siempre fuiste buen estratega… ahora necesitamos esa cualidad! – interrumpió el peli negro… - ¡Poseidón, es cierto que en el pasado tuvimos esa ayuda, pero hoy no la tendremos… no sólo por que no han despertado nuestras hermanas en esta época, sino por que tanto los Cíclopes cómo los Hecatónquiros, están profundamente dormidos… no he sido capaz de quitarlos de su letargo y me temo que eso es culpa de nuestro enemigo!

¡Eso quiere decir, que para esta batalla… lucharemos Zeus, Tú, Atenea y yo, solamente! – murmuró el Emperador de los Mares, quien parecía hacer un gran esfuerzo para mantenerse lúcido…

¡También me tendrán de su bando, mi pequeño Poseidón! – habló el titán volviendo a sonreír notando el esfuerzo que tenía que hacer aquella deidad para estar a la altura de sus hermanos.

¡Además contaremos con la ayuda de nuestros guerreros! – comentó más tranquilo Zeus, mirando también a su hermano…

¡Por otra parte, Poseidón… si todo sale bien, podremos contar con el apoyo de otro titán, además de Hiperión… uno que no estuvo en ningún bando en aquella mitológica batalla! – terminó de decir el peli negro, y Shun pudo notar a la perfección que una sonrisa se dibujaba en su rostro.

¿Y cómo piensas conseguir eso? – pregunto Zeus intrigado.

¡Primero debemos saber dónde está! – murmuró el peli rojo acercándose rápidamente al gobernante de los Mares quien había perdido la poca conciencia que aún tenía… - ¡Parece que el pequeño Poseidón aún no se ha recuperado del todo de la batalla contra Atenea… su poder aún no despierta del todo!

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¡Me pondré celoso! – Hades ingresaba al cuarto en dónde Shun hacía compañía a Julián, quien aún permanecía dormido…

¡Dime Hades… ese titán… es acaso…! – empezó a hablar el menor al tiempo en que era rodeado por los poderosos brazos del dios del Inframundo…

¡Océano Mundial, el mayor de los titanes… el único que jamás se involucró en ninguno de los enfrentamientos desde la era del mito! – murmuró el peli negro…

¿Crees que él quiera ayudar? – murmuro el más joven mirando a aquellas jades que eran tan poderosas…

¡Espero que Hiperión consiga que nos ayude… aunque lo que ahora quiero es que Poseidón vuelva a despertar, y me diga en dónde se encuentra Océano… sólo él y Hera lo sabían, y en ausencia de mi hermana, sólo Poseidón podrá informarnos! – murmuró el mayor - ¡Aunque se que no le hará nada feliz… Poseidón detesta a Océano, tanto como Zeus detesta a Hiperión!

¡Descuida… se que Julián nos ayudará! – Shun sonrió de una manera tan adorable, que Hades no dudó que aquellas palabras se harían realidad.

¿Dónde estoy? – Julián lentamente fue abriendo sus ojos…

¿Cómo se siente Julián?… ¡me alegra que haya despertado… nos tenía preocupados! – comentó Shun sonriéndole al peli azul, quien miró a Hades y suspiro…

¡Estoy bien Shun… aunque la verdad deseaba que todo esto sólo fuera un sueño! – el joven le dirigió la mirada al peli negro - ¡Podría indicarle a mis marinas que entren, necesito hablarles!

¡Claro, hermanito… descansa, y… como dije antes… no le muestres esa mirada a ninguna otra deidad… serías realmente, una tentación! – Hades salió del cuarto dejando solos a Shun y a Julián…

¡Señor Julián… ¿escuchó verdad?! – susurró el peli verde y el mayor asintió…

¡Creo saber dónde se encuentra… pero definitivamente, Poseidón no desea que yo vaya ahí!

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Zeus partió casi inmediatamente después de estar seguro que su hermano, la deidad regente de los mares, estaba mejor… según le comentó a Hades, él se encargaría de informarle todo lo que estaba ocurriendo a su hija, Atenea, para que la misma este lista si fuera necesaria su ayuda en la batalla.

Por su parte, Hades había dispuesto que su primer juez acompañe a la comitiva que iría en búsqueda del titán Océano… mientras que los jueces restantes seguirían su labor de vigilar las puertas del Tártaro. Los dorados y generales marinas acompañarían a Poseidón a buscar el lugar exacto donde aquel ser se ocultaba desde hacía eras, Shun, a pesar de que aquello parecía disgustar al señor del inframundo, también iría en aquella misión.

¡Preferiría que permanecieras aquí! – murmuró el dios Hades, acariciando el rostro del peli verde mientras este, sentado en la cama, miraba serenamente al mayor.

¡Es lo mejor… si voy yo… sería como si fueras…! - comenzó a decir el menor, pero no pudo continuar, sus labios fueron asaltados por los del peli negro, y no le dieron oportunidad de evitarlo…

¡Lo se… sólo por eso aún no he hecho el ritual para deshacerlo… de esta manera, podré seguir protegiéndote! – Hades volvió a besar aquellos labios que simplemente se dejaban hacer por los de él… - ¡Además, Poseidón y tú, solo indicarán el lugar en donde se halla Océano… y después Radamanthys los traerá de vuelta a ambos!

¡Sabes…! – susurró el peli verde con una sonrisa… - ¡Me sorprende que cuides tanto a Julián!

¡De nosotros tres… él es quien más peligro corre, debido a que no ha podido despertar por completo en ese cuerpo! – murmuró el mayor - ¡Eso lo convierte en un blanco fácil… y considerando que mi padre y los demás titanes, juraron vengarse de nosotros… no dudes que intentarán empezar por el más débil!

¡Entiendo… lo dices por que ya intentaron atacarlo! – acotó Shun mirando a los ojos del mayor.

¡Zeus le informará de todo a Atenea… cuando lo haga, ella y tus compañeros sabrán que estabas conmigo! – mencionó el peli negro con una sonrisa maliciosa…

¡De todas maneras, mi maestro ya se lo habrá informado a mi hermano y a Saori!

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¡De nuevo, está con él! – Shaka caminaba de un lado a otro en su habitación… no podía creer que eso estuviera pasando, Hades se había atrevido a decirle que Shun permanecería a su lado en el Inframundo como lo había hecho hasta que tuvo que abandonar su cuerpo, aquellas palabras le habían dejado sin habla, así como ver que su discípulo sumisamente accedía a los caprichos de aquel dios que tanto daño le había hecho.

Lo único que lo tranquilizaba era la idea de que pronto dejarían el inframundo, y corría por su cuenta jamás volver a permitir que Shun se acerque a ese lugar. Se sentó sobre la cama, no podía creer su actitud, se sentía frustrado y enfadado… esos tipos de emociones eran ciertamente nuevas para él, aunque no eran del todo desconocidas… ya las había sentido antes, para ser exacto, las sintió cuando Hades, en el cuerpo de Shun, le había ordenado que acabe con Atenea. Cerró sus ojos y se concentró en normalizar su respiración, necesitaba volver a su estado vanidad, él el caballero más cercano a un Dios… “¡Shun…!”…

¿Preocupado por tu discípulo? – Milo ingresó a la habitación sigiloso… cuando le pareció prudente, interrumpió la meditación de su compañero de armas… quien al escucharlo, no abrió sus ojos para verlo, pero se notaba le estaba prestando toda su atención.

¡Si…! – Shaka intentó pensar en una respuesta mejor, pero en aquella simple palabra se resumía toda su agitación, estaba preocupado…

¡Tranquilízate, amigo… mañana nos iremos de este lugar, y Shun vendrá con nosotros! – el peli azul sonrió para sí, era la primera vez que veía así al caballero dorado de Virgo, y eso era extraño… “¿Acaso te gusta tu discípulo?”…

Por la mente de Shaka, pasaba otra pregunta, una que no quería nombrar y a la cual no quería dar palabras… sin embargo la idea rondaba sus pensamientos, y no pudo evitar que esa idea se hiciese de letras y que esas letras formaran una palabra… al final esas palabras formaron una frase, y el significado de aquella era una pregunta que hizo que su corazón diera un brinco de dolor… “¿Quieres quedarte con él, Shun?”…

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¿En realidad sabe dónde lo hallaremos, Señor? – Sorrento miraba un tanto preocupado a Julián, últimamente lo notaba cansado después de que Poseidón se manifestaba en él… no entendía claramente el motivo, pero suponía que podría deberse a la batalla de ambas presencias por imperar, la del Dios y la del muchacho… sin embargo, le resultaba extraño que el Emperador simplemente no posesionara de una buena vez por completo el cuerpo que había decidido habitar.

¡Si tengo una idea del lugar… hace mucho tiempo fuimos con mis padres a navegar ahí… tengo la certeza que es ahí! – murmuró el joven empresario a los generales.

¿Acaso el Emperador Poseidón no le ha dicho la ubicación exacta, Señor? – pregunto Isaac intrigado.

¡No, no me ha dicho nada! – Julián dirigió la mirada hacia uno de los rincones de la habitación… su poderoso alter ego si le había dejado una advertencia… y esta era que no fuera a ese lugar nuevamente, y aunque quizás le asustaba un poco esto, tenía una obligación con la humanidad, si necesitaban la ayuda de ese titán para luchar contra la nueva amenaza que se cernía sobre ellos, pues él haría lo posible por conseguirla, si de esa manera podían evitar que las personas resultaran heridas… él iría, y de ser necesario hablaría con el antiguo dios de los Océanos.

¡Creo… que lo mejor sería si nos indicara a nosotros dónde es… y que usted se mantuviera al margen! – Kanon hablo seriamente y su sugerencia tuvo buena aceptación entre Isaac y Eo, quienes asintieron en apoyo.

Julián miró asombrado al general del Atlántico Norte, quien lo observaba serio, se sintió un niño ante esa mirada, buscó apoyo en su compañero de viajes, Sorrento… este parecía pensar igual aunque no decía nada… los demás generales se mostraban conformes con la sugerencia… casi podía ver la sonrisa de satisfacción de Poseidón ante esas actitudes.

¡No le he pedido su opinión, Kanon! – mencionó al fin el joven con toda la firmeza de la que era capaz… miró directo a aquellos ojos esmeraldinos, luego suspiro y simplemente acotó - ¡Iré, y es mi última palabra!

Kanon guardó silencio, sentía rabia… aquella actitud tan altanera era propia de un Dios y de un mocoso malcriado como ese… aunque él sabía que esa misión no era segura, no podía ir en contra de la voluntad del joven…

¡Entonces iré a descansar…. Señor… no sabemos que esperar de esta misión! – Kanon se retiró del cuarto, y era claramente notorio que estaba disgustado… los demás generales se despidieron respetuosamente y siguieron al mayor…

Sorrento esperó a que todos salieran para hablar…

¡Julián… no debiste tratarlo así… Kanon lo está intentando! – mencionó el peli lila amablemente.

¿De qué hablas? – preguntó el peli azul.

¡Esta haciendo su mejor esfuerzo para cumplir con su deber de protegerlo, luego de lo que ocasionó al engañar al emperador Poseidón! – terminó de explicar el músico.

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Hiperión uso su poder para trasladar a todos lejos de los dominios del inframundo, cuando el cegador brillo desapareció estaban nuevamente frente a las ruinas del Castillo, Julián miró al titán, y luego a los demás caballeros, Shun se le acercó y juntos emprendieron el camino en la dirección en donde los esperaban ya unas limosinas que los transportarían.

Nadie decía nada, todos simplemente tomaban el lugar que les indicaban, aunque todos ellos eran caballeros, aceptaron viajar de aquella forma, pues era el deseo del joven Dios… en la Limosina principal, Poseidón iba acompañado de Shun, Kanon, Hiperión y Radamanthys, mientras que en los otros se habían distribuido los dorados y los generales marinas…

Hiperión miraba divertido a Shun, quien se notaba se sentía un poco incómodo de estar ahí, con todos ellos, pero Julián lo había tomado del brazo, y prácticamente lo había obligado a viajar con él… el peli verde no tuvo más remedio que aceptar, al ver la mirada de su nuevo amigo un poco apagada debido a que debía acceder a soportar la compañía del peli rojo titán.

Kanon de entre los generales había subido también en compañía de Julián en un rápido sorteo que habían hecho con sus camaradas, no le había gustado nada ser él quien estuviera ahí, consideraba a Sorrento mucho mejor para esa misión, pero ya no había vuelta atrás, ahí estaba, mirando la cara del espectro al que más detestaba y de aquel titán, que se había ganado también un lugar preferencial entre los seres a los que él deseaba ver bien muertos.

Radamanthys por su parte miraba disgustado por la ventana… de tanto en tanto vigilaba al mas joven de los presentes, aún no podía creer, a pesar del paso del tiempo que aquel chiquillo pudiera haber albergado el alma de su amado señor, y que lo hubiera rechazado… sin embargo, así fue, y ahora tenía la misión extra de cuidar de él, de todo y de todos…

¡Hay un ambiente muy tenso aquí, ¿verdad Sobrino?! – Hiperión hablo tranquilamente acomodándose en su asiento, miró de soslayo a Kanon, pues notaba a la perfección como le desagradaba al general…

¡No soy su sobrino! – Julián casi no pensó al hablar, cerró sus ojos para intentar descansar, no había podido dormir muy bien, y el motivo era el peor de todos, la culpa… necesitaba disculparse para sentirse mejor, pero le era imposible…

¿Con qué no lo eres? – murmuró el peli rojo y sus ojos brillaron con algo parecido a rabia…

¡Creo que si hay un cierto ambiente tenso, pero mejorará cuando hayamos comido algo, ¿no lo cree así, Julián?! – Shun había intervenido al notar aquel tono peligroso en la voz del titán, y ver como eso había puesto en guardia a Kanon, su voz pareció llamar la atención de los presentes, y la sonrisa de Julián junto con su asentimiento hizo que lo que haya estado a punto de ocurrir, simplemente pasara.

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Habían viajado todo el día, pero al fin habían llegado a destino… todos estaban en la Mansión Solo, una vez en su elemento el joven heredero se mostró mas seguro de sí, y dispuso lo necesario para su incursión… viajarían en su jate, al amanecer del día siguiente… él muchacho se había comunicado con Saori, ambos habían hablado largamente de la situación…

Shun caminaba por el jardín en compañía de Sorrento, bajo la atenta mirada de Shaka, mientras que Kanon y Saga conversaban a una distancia prudente del Juez del Inframundo, y Milo charlaba con otro de los amados discípulos de su gran amigo Camus.

Hiperión se encontraba recostado sobre el césped del jardín disfrutando de los últimos rayos de Sol de aquel día, de tanto en tanto extendía su poder por aquella propiedad intentado tener plena conciencia de las presencias que se encontraban en ella…

Cuando la noche llego, comieron todos juntos en el gran comedor… nadie decía nada, lentamente uno a uno se iban retirando a descansar a los aposentos que les indicara el mayordomo de la Mansión, nadie dijo nada… excepto…

¡Kanon, quédese un momento, preciso comentarle algo! – Julián había hablado sereno al notar las intensiones del general de marcharse… este simplemente miró al menor y volvió a tomar asiento.

Hiperión fue el último en retirarse, una vez solos, Julián se levanto de su asiento y le indicó al ahora marina, que lo siguiera… cuando ingresaron al despacho del joven, al fin este se disponía a hablar…

¿En qué puedo serle útil, señor! – dejo escapar el mayor sin demostrar su gran enfado…

¡Quería disculparme… no era mi intensión ser tan descortés con usted, general… sé que su único deseo es proteger a su Dios…! – habló el mas joven sin perder la tranquilidad en su voz - ¡Sin embargo, aunque en este momento no se pueda decir que soy él, deseo que usted no me menosprecie… deseo ayudar…!

¡Es peligroso! – dejo escapar Kanon…

¡Si algo malo estuviera por pasarme, estoy seguro que Poseidón vendría…! – dijo Julián y sonrió con cierta tristeza - ¡Además, es algo que ya he decidido y tengo la costumbre de hacer valer mi voluntad!

La expresión del gemelo del poderoso guerrero de géminis cambió al escuchar aquellas últimas palabras, el muchacho le daba la espalda al hablar, podía notar a la perfección que a pesar de aquellas palabras el menor tenía miedo… se le acercó, por tanto, lentamente… al principio dudo, pero después lo rodeó con sus fuertes brazos y lo atrajo hacia su cuerpo… Julián estaba tan sorprendido por aquella actitud que no le dio tiempo de reaccionar…

¡No tema… jamás permitiría que nada malo le pasara a usted! – Kanon susurró tranquilamente, sonrió al notar como aquel cuerpo se relajaba entre sus brazos, acarició aquellos largos cabellos, y la idea de encerrarlo en su cuarto para que no participara de la misión pasó por su mente…

¡Ni siquiera lo piense, Kanon… iré! – Julián se separó del mayor, le sonrió antes de retirarse del lugar - ¡Tendré muy presente que usted va a cuidar de mí… confío en usted!

Esas últimas palabras fueros las que necesitaba escuchar el mayor… él se esforzaría en ser digno de aquella confianza…

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Shun despertó sobresaltado, se sintió de repente observado por lo que lo primero que hizo al abrir los ojos fue fijar su mirada en la persona que al parecer velaba su sueño…

¿Julián? – susurró confundido.

¡Lo siento… no deseaba despertarte… ya estaba por marcharme! – hablo el peli azul sonriendo, aunque claramente incómodo por haber sido descubierto.

¿Ocurre algo…? – volvió a susurrar el menor, mostrando una sonrisa que indicaba que todo estaba bien…

¡De hecho… sí…! – soltó el joven, suspirando – ¡La verdad es que quería hablar contigo de algunas cosas!

¿Conmigo… y de qué cosas? – Shun se sintió confundido, miró con extrañeza al mayor y espero paciente a que le dijera lo que quería decirle.

¡Pues, la verdad… sólo contigo podría hablar de esto… no se si los demás entenderían… lo que se siente ser quien lleva en su interior a un Dios! – murmuró el peli azul sentándose sobre la cama, Shun se movió y se colocó justo en frente de Julián.

¡Ah… pues en ese caso… te escucho! – el peli verde se sintió un poco incómodo… pues jamás fue consiente de que Hades habitaba en su interior, y también, por que no recordaba casi nada de lo que había hecho siendo ya Hades.

¡Últimamente… y me refiero a las todas las noches de aquí a un tiempo atrás… he tenido sueños… algunos que puedo asegurar no tienen nada que ver conmigo… y otros… que… son recuerdos míos del pasado! – Julián hablo tranquilamente, miraba fijo al menor quien se mostraba sumamente atento… nuevamente había despertado después de vivir unos de sus sueños, y necesitaba saber que podrían significar.

¿Me podría contar esos sueños? – Shun se sintió interesado de inmediato… pues recordaba como también en sueños, él había conocido a Pandora, antes de verla, y que aquello era clara alusión al hecho de que él era, quien resultó ser.

¡Pues a veces es confuso… me veo a mi mismo peleando, siento un poder que recorre por completo mi cuerpo… pero a la vez, me siento triste, me enfrento a alguien con quien al parecer no esperaba enfrentarme… es molesto… me siento frustrado, como si ni con todo mi poder pudiera hacer nada… y pierdo! – terminó de decir el peli azul… miró al menor frente a él, y suspiró - ¡De lo contrario, es un recuerdo… creo, o algo así… estoy en un yate en compañía de mis padres… sin aviso una tormenta nos atrapa, y yo caigo al agua… siento que voy a ahogarme, entonces una energía me envuelve y me protege…!

¿Es la energía de Poseidón? – Shun creyó que era lo más evidente, sin embargo no pudo evitar sorprenderse al ver la negativa en la expresión del mayor…

¡Siempre creí que sí… pero después de recordar las cosas que pasaron… tuve conciencia del cosmos de Poseidón, y me di cuenta de que no es igual a aquella vez! – murmuró Julián y su mente pareció divagar en aquellos recuerdos…

¿Quieres decir que eso pasó… lo de la caída al agua y la tormenta? – el peli verde hablo sorprendido…

¡Si… te dije que era un recuerdo… cuando tenía diez años mis padres y yo salimos a dar un paseo en yate, era el cumpleaños de mi padre, así que simplemente nos marchamos… lamentablemente nos agarró una tormenta, caí al agua y mi padre intentó rescatarme pero la corriente me arrastro… ellos murieron… y yo me salve! – habló con la mirada distante, el joven empresario parecía intentar traer a su mente aquellos hechos… - ¡Yo creí que solo había sido mi imaginación… pero yo sentí un cosmos, ahora lo sé… y no era el de Poseidón!

¿Y de quien…? – Shun guardó silencio y miró con sorpresa a Julián… - ¿Acaso…?

¡Si… creo que fue al antiguo Dios de los Mares… el dios al que mi padre oró para que me protegiera… creo que fue Océano!

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Habían zarpado al amanecer, Shun recordaba las palabras de Julián, aún pensaba en aquellos sueños… no los comprendía bien, aunque tenía la certeza, que pronto iban a averiguarlo, al fin y al cabo… si eran tan recurrentes como decía el peli azul, era simplemente por que los acontecimientos se estaban aproximando… sus ojos buscaron a su capitán en proa… Julián se encontraba mirando hacia el horizonte de manera perdida… Kanon lo vigilaba de cerca, al igual que Hiperión, que para sorpresa del peli verde, sonreía con cierta malicia…

¿A qué le temes? – Sorrento lo había sacado de sus cavilaciones…

¡Sorrento… a nada… solo estaba pensando! – Shun se sonrojo violentamente, no había sentido al marina aproximarse, y eso era algo a lo que él no estaba acostumbrado…

¡Lo siento… parece que el Joven Julián esta muy ansioso… aunque, la verdad concuerdo con Kanon en que lo mejor sería que él no hubiera venido! – murmuró el marina observando al titán, que ahora parecía estarlos vigilado…

¡Lo entiendo… pero no hay que olvidar que es un dios… y como tal, es muy orgulloso… aunque de por si, supongo que es muy orgulloso! – mencionó Shun sonriendo, después de todo Julián era el heredero de una familia muy poderosa, y era más que evidente que siempre había conseguido lo que deseaba.

¡Tal vez…! – comentó también sonriendo el peli morado… - ¿Uhmm… ocurre algo Andrómeda?

¡Nada… es que de pronto sentí un inmenso vacío… algo no anda bien! – susurró el peli verde mirando como lentamente el cielo iba oscureciéndose y las aguas del mar, agitándose…

Notas finales: Espero que les haya gustado el capi... Ahora trabajare en el otro fic.

Saludos...

Chau, Chau

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