Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El vampiro y el lobo. por Stric39

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Gracias a los que han leído y dejado un review en mi fic. Y gracias especialmente a UminoIrukaKawaii (...) por corregirme mis fallos, y dejar que sea tan pesimista respecto al fic ^^ .

 

Capítulo II : Día uno.

 

 

Cuando volvió a salir del castillo, reparó en que era distinto allí. Plata. Todo estaba rodeado de plata, desde más allá del arco, Itachi quería asegurarse de que esta vez no habría destrozos cerca de sus dominios.

Y ahora, Iruka necesitaba sangre pues hacía ya más de cuatro días que no se alimentaba. Pensó en pasarse por la ciudad y morder unos cuántos cuellos. En realidad, el sólo mataba ladrones,asesinos...malvados en general. No es que le agradase mucho, aunque fuesen malas personas, sólo que la sangre humana sabía mejor, y reconfortaba más; de algún modo era sano beberla de vez en cuando. Descartó la idea después de pensarlo un poco, las venas le ardían, pidiendo su alimento, y dañándole interiormente. Así que no llegaría a la ciudad antes de volverse majara y clavar los dientes en algún árbol, y si llegaba, no controlaría a quien mataba, y se montaría todo un escándalo.

Corrió mientras se quitaba sus ropas para no teñirlas de aquel color rojo tan familiar. Todos sus sentidos se agudizaban cuando cazaba, para poder facilitarle el trabajo, así que se concentró al máximo en su tarea. Olisqueó algo por el oeste, tal vez...una gacela; corrió más rápidamente, esquivando altos robles que se interponían entre él y su comida. Llegó a un pequeño claro, bañado por el sol y rodeado de flores silvestres y esos árboles. Había allí, como el supuso, una gacela medio trotando en busca de comida. El vampiro se lanzó en picado contra el animal...cayó al suelo aterrizando con los brazos, dando una pequeña voltereta en el aire para estabilizarse. Era imposible que una gacela hubiese esquivado ese movimiento, ni siquiera le había visto venir, estaba seguro.

Miró atrás, en busca de la causa y allí estaba, el gran lobo de pelaje gris, desgarrando por completo la garganta del pobre animal con sus enormes fauces. Los sentidos del chupasangres se relajaron, bajando sus defensas. Pero eso duró poco, la sangre salpicó la cara de Iruka, haciendo que un destello de locura adornase su rostro. Embistió contra el lobo, golpeando su hombro contra el costado derecho del animal, que salió despedido varios metros atrás. El vampiro corrió hasta su posición, y para sorpresa del otro, clavó sus colmillos profundamente en el cuello del licántropo, haciéndolo aullar instintivamente. Empezó a succionar la sangre del animal, que tenía un sabor extrañamente adictivo, tal vez porque nunca había probado la sangre de lobo, estaba prohibido.

 

Kakashi se revolvió bajo el peso del otro, y consiguió clavar sus zarpas en el abdomen del vampiro, que separó sus colmillos de la carne del otro, ya, algo saciado. El peligris se transformó en humano, dejando ver dos profundas marcas sangrantes en su blanco cuello, y miró a Iruka con expresión estrangulada. Éste, con la sangre chorreándole desde la boca hasta el cuello, miraba un poco desconcertado al licántropo. Antes de intentar ayudar a su nuevo amigo, el moreno se lanzó de nuevo contra la gacela, hincando sus dientes en la carne fresca del animal. Kakashi sólo pudo observar y emitir leves gemidos de dolor mientras las dos marcas de su cuello ardían molesta y dolorosamente. Una vez que el vampiro hubo saciado su sed, miró con expresión alarmada al lobo.

 

- Lo siento –fue lo único capaz de decir –, estaba demasiado sediento.

-Estás perdonado, mientras no me convierta en una especie de híbrido entre vampiro y licántropo, sería demasiado...raro.

-La guerra empieza dentro de ocho días, debes marcharte del bosque –anunció.

-No –negó rotundamente el peligris –, ahora que he encontrado alguien parecido a mí no me iré.

 

Las palabras de Kakashi fueron procesadas lentamente por Iruka, para llegar a la conclusión de que el (Kakashi) tampoco quería alejarse de su lado. Tampoco pudo pensar mucho en la idea, la vista se le nubló y lo último que escuchó y vio, fue a un preocupado chico lobuno.

 

Su sueños era intermitentes; pero todo cosas reales. Soñó con su vida de humano, como las cosas eran mejores...Después soñó con su primera cacería: iba acompañado de Itachi, dado el hecho de que fue él quien le enseñó a cazar. Corrieron hasta la ciudad, donde dos adolescentes paseaban solitariamente por un pequeño bosque. Itachi le indicó que atacase al más joven, tal vez en otro estado se hubiese negado, pero desde que fue convertido no había comido nada, y se abalanzó sobre aquel muchacho, mordiendo y succionando sangre de cada parte de su cuerpo. Y por último, soñó con un lobo, a la luz de la luna...que se convertía en aquel atractivo y desnudo humano, que aullaba su nombre...

 

Despertó desorientado, sin saber muy bien que había pasado ni donde se encontraba. Su torso estaba vendado donde recordaba que las zarpas de Kakashi le habían dañado.. Se encontraba donde había dejado sus ropas, cerca del castillo, antes de que todo empezase a tener una capa de plata. Se levantó con un dolor punzante en el abdomen.

 

-Tal vez no deberías levantarte, tengo buenas zarpas –sugirió Kakashi.

-Yo tengo buenos colmillos, tendrías que ser tu el que estuviese aquí tirado.

-Mi sangre no es totalmente humana, ya sabes... –dijo poniendo ojos lobunos –. Se disuelve pronto tu ponzoña.

 

Iruka se vistió sin mucho cuidado, dejando las vendas tapadas con la camisa, y ésta abierta en la parte del pecho moreno. Observó, que tanto ahora como la primera vez, Kakashi iba desnudo.

-¿Por qué siempre que te veo estás desnudo? –preguntó.

-No tengo ropa –contestó sinceramente –.La perdí cuando me transformé la primera vez, luego corrí hasta aquí...y no hay muchos árboles que den ropa.


Iruka rió y se le ocurrió que tal vez pudiese darle alguna de sus ropas. Pero ahora tenía que volver al castillo, estaba anocheciendo ya y no sabía cuanto tiempo había estado inconsciente.

 

-Tengo que irme –anunció –. Y recuerda, mañana serán siete días.

-Entonces, nos vemos mañana –dijo.

 

Antes de que Iruka pudiese preguntar, el dónde, el cuándo o el porqué, Kakashi adoptó su forma de lobo y corrió bosque abajo emitiendo un suave jadeo, a forma de risa. Volvió al castillo, donde un inquieto y extraño Sasuke esperaba en la entrada.

 

-Buenas noches, tercero –dijo Iruka, con una entonación más fuerte en la última palabra.
-¿Juegas con lobos? –preguntó este de improviso.

 

La mente de Iruka se nubló por completo, si aquel mocoso estúpido había descubierto algo, iría derecho a contárselo a su hermano. Pero era imposible que hubiese podido seguirle con sus habilidades humanas. Pensó que tal vez Sasuke hubiese estado cerca del bosque cuando Kakashi le trajo.

 

-¿Qué? –preguntó el mayor.
-Sólo preguntaba –se excusó sonriendo –. Mi hermano te busca de nuevo.

 

 

Sasuke entró al castillo seguido de un aparentemente molesto Iruka, que subió las escaleras en busca Itachi. Aunque por fuera el castillo tenía una fachada del siglo XIX, por dentro era como una casa de ciudad, sólo que mucho más grande. Las paredes eran blancas, como el suelo, límpido y brillante; las escaleras se dividían en dos en cada planta, en tres en la planta más alta. Finalmente encontró a Itachi recostado sobre una de las paredes cerca de su habitación, en la segunda planta. A diferencia de él, al Señor, le encantaba lucir su horrenda, horrenda capa negra.

 

-Debes dejar de visitar el lugar del último encuentro, se te pega ese asqueroso olor.

-Lo siento Señor –dijo Iruka con fingida inocencia –, ¿quería algo?

-¿Estás viéndote con perros, Iruka? –soltó.

 

Itachi se acercó rápidamente hasta la posición de Iruka, que observaba con expresión dócil. La mano del Señor se movió casi sin que el otro lo viese, apretando su abdomen justo donde las garras de Kakashi le habían desgarrado la piel. Iruka se encogió ante el dolor, únicamente deseando que pasase pronto. Su castigador subió su camisa negra y tiró de las vendas que el lobo le había puesto, dejando al descubierto sus heridas y causándole de nuevo aquel dolor punzante.

 

-¿Cómo te has hecho esto? –preguntó sin dejar al herido responder a su anterior pregunta.

-En el bosque, con un árbol.

-Pues parecen tres enormes garras –dijo el otro, pasando tres de sus dedos por las heridas –. No me gusta que me mientan, Iruka. Si un lobo te atacó, sería la excusa perfecta para comenzar ya con la guerra...y no dentro de ocho días.

-Me lo hice con un puto árbol –contestó Iruka, olvidándose por un momento de quien mandaba ahí.

 

Itachi carcajeó, bajando la camiseta del otro, mirándole con expresión divertida.

 

-Ésa es una de las razones por las que te elegí, que no me tienes miedo... –dijo Itachi, olvidándose del tema principal –. La otra es ésa boca tan mal hablada.

 

Iruka no pudo reaccionar: fugazmente, se vio medio incrustado en una de las otras paredes del pasillo. Sus manos estaban colocadas sobre su cabeza, aferradas fuertemente por una de las de Itachi, mientras que la otra apretaba las heridas, haciendo que el otro no pudiese defenderse. Itachi silenció los gruñidos de Iruka con un salvaje beso. Los colmillos del señor mordían dolorosamente los labios del otro, haciendo que sangrasen. El Segundo se sintió impotente y desprotegido; en ese momento odió a Itachi más de lo que lo hacía antes. Iruka emitió un fuerte gruñido desde lo más hondo de su pecho, haciendo incluso que el otro se distanciase.

 

-Eres mío Iruka. Si te estás viendo con algún lobo, le mataré –dijo, y abandonó la estancia con su capa revoloteando tras de él.

 

Iruka se deslizó por la pared, agarrando su abdomen, que ardía en ése momento. Si bien sabía que a Itachi le gustaba aprovecharse de los demás cuando estaban indefensos, como de su hermano lo hacía en ocasiones, nunca pudo imaginar que sería capaz de hacerle algo así a él, su Segundo...aunque, ¿por qué no si lo hizo con el Tercero? En dos días había experimentado cosas que nunca antes había hecho desde que se convirtió en vampiro, pero que si hizo cuando era humano. Y en ése momento le apetecía llorar, llorar desconsoladamente. Pero sin embargo no lo hizo, y consiguió llegar hasta su habitación, donde decidió perder el conocimiento.

 

 

Itachi bajó las escaleras, únicamente iluminadas por unos pequeños faroles, para toparse con su hermano pequeño. Tenía expresión enfadada, con el ceño fruncido y la boca que dibujaba una pequeña linea recta. Llevaba la camisa desabrochada, dejando al descubierto su piel blanquecina. Sasuke miró a su hermano con ojos impasibles.

 

-¿Qué? –preguntó molesto Sasuke ante las miradas de su hermano.

-Manda a Sakura, o alguna de las otras a curar las heridas de Iruka.

-¿Por qué no se cura el solo? O mejor...

-¡Sasuke! Muestra respeto a tus superiores.

 

Sasuke se sintió dolido, aunque Itachi fuera el Señor, era su hermano, y los hermanos se hacen favores, como asegurarse un segundo puesto en el clan.

 

-Yo sería superior si fuese un vampiro –comentó Sasuke casi escupiendo las palabras.

-Sabes que nos conviene que seas un humano.

-Quiero que me conviertas, hermano.

-Pronto.

 

Las manos de Itachi acariciaron el suave pelo de Sasuke, haciendo que éste bajase por completo sus defensas iracundas y relajase la expresión enfadada. El mayor besó la frente del otro con delicadeza, descendiendo hasta su boca, donde le besó con dulzura, haciendo que Sasuke se agarrase fuertemente a su capa (no a la suya propia). El menor se medio colgó del cuello de su hermano, haciendo que éste le besase más profundamente, rozando sus colmillos con la lengua del otro.

 

-Basta Sasuke –ordenó Itachi, haciendo que el otro se separase violentamente ruborizado –. Nos vemos por la mañana.

 

El Señor salió del castillo sin dar tiempo a que su hermano respondiese. Emergió a la oscuridad de la noche, quitándose su capa para mayor comodidad. Pensó que tal vez ésa noche podría cazar un lobo y sentirse a gusto rajando su yugular.

Notas finales: ~

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).