Esa misma noche, se desencadeno el ataque de la escuela Kyosho. Los refuerzos de Nanyou (Escuela de Sonsaku Hakufu) todavía no llegaban pues Seito era una escuela que se encontraba en las alejadas montañas de la región de Kantou, las guerreras de Seito caían ante el poderío de Kyosho, era una total masacre.
Kan-san empezó a preocuparse, -¿¡En dónde podría haberse metido Gentoku en un momento como este!? –Se preguntaba molesta e irritada por no poder encontrarla. Empezó a correr desesperadamente por el campus, mientras esquivaba a los enemigos que se le venían encima, los derrotaba con una gran facilidad; después de tanto correr la vio; estaba siendo acorralada por 5 sujetos de Kyosho listos para atacarla.
-¡¡GENTOKU!!- Grito desenfrenadamente mientras con su feroz lanza, alzaba una ráfaga de viento tan más potente y cortante que sus enemigos tuvieron que retroceder al ver la furia en los ojos de la valiente guerrera.
- ¡¡Kan-san!! - dijo felizmente la joven líder.
- ¿¡Qué no te había dicho que no desaparecieras así cuando este tipo de cosas sucedieran!?- Dijo muy enfadada la chica ojos azules mientras recobraba el aliento.
-Lo siento Kan-san… no volverá a suceder…- le dijo mientras la miraba con sus profundos ojos verdes llenos de incesantes lagrimas. Kan-u se sorprendió al acercarse a ella para ver si estaba bien y percatarse de que había llorado por mucho tiempo, su corazón se partió en 2 al ver su rostro, sus lágrimas brillaban cuando la luz de la luna dulcemente se asomaba de entre las nubes. Se veía hermosa, como si un pequeño ángel perdido, llorara por regresar a ese anhelado cielo.
– ¿E- estabas llorando…? Perdón, no quise ser tan ruda… es solo que no te vi y me preocupaste.-- Kan-u se acercó a l hermoso ángel que tenía enfrente, he intento calmar sus lágrimas con un cálido abrazo, pero fue entonces cuando una gran horda de guerreros empezaron a avanzar hacia el instituto. Las fuerzas de Seito no aguantarían más, entonces, a la escena llego Chouhi Ekitoku, la otra guerrera protectora de la joven líder.
- ¡¡Kan-san, necesitamos de tu apoyo ahora mismo!! Los de Kyosho nos están ganando…-- dijo preocupada la joven mientras se alistaba para ir al ataque.
– No se preocupen, en un momento iré a ayudarlas, ¡¡Por ahora deben resistir!!--. Kan-san tomó a Ryubi por la cintura y se la llevó cargando hasta el viejo templo. Le había dicho a aquel dulce ángel que se quedara en el templo, que iría al frente junto con Ekitoku, pues no quería verla lastimada.
-¡¡Yo quiero ayudar!! –dijo estrepitosamente la joven líder levantándose violentamente del piso.
-No, tienes que quedarte aquí Gentoku… no puedo exponerte a ellos, son demasiado fuertes.
-Pero… ¡¡soy la líder de esta escuela!! Y aparte, ¡tus heridas no han sanado del todo! – pero sin hacerle algún caso, la chica tomó su lanza y salió corriendo a aquel terrible encuentro.
Ella era muy ágil, poderosa y bastante hermosa. Cada movimiento lo hacía con tal gracia que parecía que danzaba en el viento como un ángel emprendiendo vuelo, no se esperaba menos de una guerrera nivel A especial, el color de su magatama brillaba con la luz de la luna, un blanco marfil muy hermoso. Derroto a bastantes guerreros de Kyosho hasta llegar a Sousou, quien lucía como el mismísimo demonio, sus ojos eran de un profundo color rojo y su sínica sonrisa atemorizaba a cualquiera. Los 2 se miraron fijamente hasta que de los labios de aquella joven salieron las palabras.
-Vaya Sousou, pensé que nuestras escuelas habían hecho un pacto de no agresión, ¿Acaso lo olvidaste?… - sus voz se escuchaba tan seria y potente, que haría retroceder hasta al más bravo guerrero.
-¿Hm.…? No lo tomes personal Kan-u, es solo que me he aburrido de ti y de ese estúpido pacto. ¿Acaso no te diviertes? ¿No te divierte pelear y hacer caer a todos mis guerreros?– La incitó a que se enojara mas. –Supongo que el pacto con Seito se ha acabado y yo quedaré libre, me alegra tanto no seguir siendo tu cierva ¡¡Nunca mas!! – dijo con un tono agresivo de voz.
Aquellas palabras provocaron la ira de Sousou. Empezaron a movilizarse las cosas, los refuerzos de Nanyou habían llegado interceptando a Kyosho. Sousou emanaba un gran poder de el, parecía como si en el momento que el quisiera, arrasaba con toda la escuela con el solo mover de uno de sus dedos. Kan-u se abalanzó contra Sousou de forma directa, sin previo aviso agarrando firmemente su lanza contra el cruel dictador, su largo pelo danzaba por el viento al compás de sus rápidos pasos, pero Sousou solo se movió a un lado esquivando fácilmente el agresivo ataque de Kan-u.
Ella corría por todos lados dejando ver su gran agilidad, tratando de interceptar a Sousou de una manera u otra, lanzándole poderosos ataques que pretendían ser certeros pero este solo cerraba los ojos, se movía de un lado a otro y dejaba que la hermosa guerrera siguiera con sus inútiles ataques, ya que a Sousou no le afectaban en lo absoluto, los esquivaba como si pudiera ver ya los movimientos que iba a hacer.
Sousou se estaba hartando de tanto jugar y cuando se detuvo, ella vio el momento perfecto y aprovecho para golpearlo con la lanza a lo que el poderoso guerrero contra-restó con su antebrazo, todo el poder que en aquel momento era capaz de destrozar hasta el metal mas fuerte, solo le había hecho un ligero rasguño. Kan-u se sorprendió mucho ante la tremenda fuerza física que poseía el líder de Kyosho, y cuando este reaccionó moviendo violentamente su brazo para apartarla de el, la mando lejos con una fuerza realmente violenta que la obligo a chocar fuertemente contra el piso.
-¡¡Hahaha!! ¿Eso es todo el poder que posee la gran Toushin de nivel A especial… Kan-u Unchou? – Le dice Sousou de una manera tan sínica.-
- ¡No me he dado por vencida aún! – gritaba mientras intentaba reincorporase.
- Olvídalo, nunca podrás superarme…- Se había dado la vuelta, dándole la espalda a la desfallecida guerrera y alejándose poco a poco. Kan-san se levanta lentamente, su rostro mostraba que evidentemente estaba sufriendo por aquel golpe recibido, tomó su lanza y avanzó rápida y sigilosamente hacia Sousou, cuando este estaba dándole la espalda, pero al llegar a su objetivo, su enemigo dio un giro de 180º propinándole a puño cerrado, un golpe fatal que la hizo escupir sangre. Cayó estrepitosamente en el piso, y Sousou se acerco lentamente y la levanto con una sola mano, tomándola como si fuera cualquier cosa.
- Despídete… Kan-u Unchou – Le susurro dulcemente en el oído, mientras con su mano izquierda se preparaba para darle el golpe final, aquel que terminaría definitivamente con la vida de la joven guerrera.
- Lo siento… gen… toku… -De sus ojos salían interminables lagrimas, pero en su rostro era notable una pequeña sonrisa. –No… pude protegerte…- Antes de que pudiera pronunciar una palabra más, Sousou atravesó el torso de la guerrera sin siquiera tocarla, el poder con el que venía el golpe era de tal magnitud, que basto solo con detenerse antes de tocarla, para que quedara destruida.
A la escena, presenciando toda la cruel masacre llegó Ryubi.
- No… ¡¡NO!! ¡¡KAN-SAAAAN!! – De repente se sintió en todo el lugar una presencia tremenda, igual o superior a la de Sousou.
- ¿Que? Este poder… -Sousou soltó a kan-u, que yacía inconciente en el piso. Ya los refuerzos de Nanyou y lo que quedaba de Seito habían tomado la escuela por completo, solo quedaba el despiadado Sousou por caer. – Este poder… ¡¡POR FIN SE MOSTRÓ!! ¡¡EL DRAGÓN DE SEITO!!
La chica estaba totalmente fuera de si, sus ojos brillaban con un intenso color amarillo, su pelo se había desatado de las ataduras, quedando suelto, no se sabía si era por el viento o por la energía, que su cabello flotaba a la par de que su aura resplandeciente hacía acto de aparición.
-Tú… ¡¡MATASTE A KAN-SAN!!—Dijo furiosa la pequeña líder, tratando de contenerse lo más que podía, pues estaba conciente de que si todo su poder de desencadenaba, terminaría con muchas vidas inocentes…
De repente, Kan-u recobró el conocimiento, y con la poca energía que aún tenía. –Gen… toku… - dijo delicadamente, su voz se oía cansada.
La ira de la joven líder, al ver a su amada aún viva, se fue apagando, y sin pensarlo 2 veces, fue corriendo hacia ella.
-Es imposible que aún siga viva…-Decía Sousou en su pensamiento, al ver a Kan-u intentando levantarse aún.
-¡¡KAN-SAN!! ¿¡Estas bien!? ¡¡No te las…!! – Un silencio se hizo presente, y una calidez se sentía cada vez más… Esa sensación no la había sentido nunca antes, Kan-u la abrazaba a pesar de sus profundas heridas… - Kan… pero tus… -Susurraba la joven líder, no podría resistir esas furtivas lagrimas queriendo escapar…
-Mi hermosa líder, mi pequeña líder… yo siempre… preocupándote, perdón, en verdad discúlpame… No es mi intención, pero no puedo evitar el… tratar de protegerte… gah!! – Un gesto de dolor aparecía en la guerrera, mientras sus lágrimas brotaban y abrazaba con aún más fuerza el cuerpo de Ryubi. – Se que nunca te ha gustado pelear… que no quieres que esta inútil guerra siga… pero es por eso que yo… yo lucho. Lucho por verte feliz, por verte en un mundo mejor, ¡¡Ajeno a esto!! Por eso… entreno todos los días… para no tener que obligarte a luchar pero, veo que salió mal mi plan. Por favor… Gentoku-sama… lleva a Seito a la gloria eterna… tan solo por esta vez… solo por mí…-- dijo con una dulce voz, y con su último aliento, besó delicadamente la mejilla de Ryubi… haciendo que esta estallara en un profundo e imparable llanto.
-Kan-san… ¡¡kan…!!- Se detiene en un suspiro, los ojos de Ryubi se inundaban de lágrimas, la respiración de Kan-u ya no la sentía más, sus ojos yacían cerrados, y sus mejillas sonrojadas perdían el matiz que habían tomado…