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Comenzando de amargo a dulce... por Juniotra

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Notas del fanfic:

Mi primer fanfic en toda mi vida.

Inaugurando nueva etapa. Enjoy it!

Notas del capitulo:

Disfrutenlo. Y si pueden comuniquen errores, se los agradeceria mucho.

Las fuertes y rápidas pisadas en medio de la desaforada lluvia se oían como un eco en el ahora desabitado parque, era relativamente temprano pero el cielo poblado de nubes oscuras no daba tal impresión. Estos pies que se empecinaban en correr fervientemente hacia su destino se detuvieron en un complejo de apartamentos, subieron las escaleras hacia el piso superior regando el suelo de agua y lodo. Las manos que hasta ahora se encontraban apretadas se desesperaron por encontrar algo dentro de los bolsillos del pantalón, y cuando unas llaves estuvieron apresadas, fueron introducidas con presura y rudeza en el picaporte. La puerta se abrió como cerro en un impacto y la persona camino con paso depresivo hacia uno de los cuartos que se encontraba más cerca, se desplomo en el sillón de la diminuta sala y observo su reflejo en un espejo rectangular que se encontraba recargado en la pared.

No tendría que haberme olvidado de colgarlo en mi habitación, así no tendría que ver lo lamentable que luzco. Pensó para después cubrir la mirada azulina que le dirigía al espejo entre sus propias manos. Las oscuras prendas empapadas y los rubios cabellos goteando entre sus dedos solo aumentaron la opresión en su pecho. Idiota, idiota, idiota. Se repetía incontables veces, siempre se enojaba cuando los demás le echaban esa palabra en cara, pero ahora se la tenía bien apodada. Su mundo se destrozaba y el no podía hacer nada para remediarlo. Talvez sí, pero no tenía el valor suficiente, y eso le cabreaba, porque Naruto Uzumaki siempre ha tenido el valor para realizar lo imposible y justo ahora no quedaba una pizca de lo que siempre ha sido.

Sasuke…cierto, pensándolo detenidamente el no era el único culpable de la situación actual, claro, era más fácil echarle el fajo a ese imbécil que solo sabía crear un caos por donde pasara, que el chico “perfecto en todo” arreglase el asunto y volverían las cosas como antes. ¿Y si nunca lo hacían? El eco de un estornudo inundo la estancia y supo que iba a enfermarse y posiblemente morir si seguía con esas ropas, con el paso arrastrado al sentir su cuerpo aún adolorido llego a su habitación y se despojo de todo, tomo la primera prenda seca que encontró en una de las sillas y se la puso para introducirse hecho un ovillo en su cama. Tenía frío y demasiado, y su cabeza le daba vueltas. No quería pensar en nada pero a su mente comenzaron a instalarse recuerdos que no supo detener porque parecían tener vida propia.

************************************

El favorito de los profesores y el más problemático de los alumnos, un dúo que sin duda nadie pensaría que podría caminar junto, justo ahora lo hacía ante la atenta mirada de los demás, la mayoría de las chicas se quedaban prendidas del seguro más despampanante chico en toda la secundaria Konoha, Sasuke Uchiha, su apellido, buen porte, contextura, reputación, buen gusto al vestir, excelentes notas, no eran para menos.

- …entonces Hyuuga Neji hizo lo imposible para derribarme, hubieras visto la cara que puso cuando en unos segundos lo deje estampado en el suelo, fue lo máximo-tebayo…

En todo el trayecto que este par hizo, la única y estridente voz que se escuchaba era la del joven rubio que daba gala de sus atléticas habilidades mientras hablaba. A su costado el de cabello oscuro de tonos azulados parecía ignorarlo completamente mientras miraba fijamente hacia adelante.

- ¡Sasuke!, se que siempre paras estreñido pero al menos contesta a mi pregunta.
- Tú mejor que nadie debes saber que no me interesan esas tonterías de participar en el cumpleaños de alguien, así que no tiene caso que te responda – el azabache enfrentó la mirada enfadada del rubio por unos segundos y entro en el salón de clases que tenía al lado seguido del rubio.

- Pero es que no es cualquier cumpleaños-tebayo, es el de Shikamaru, al menos deberías fingir interés siendo él también uno de los que te soporta en este clase – insistió el rubio viendo como su compañero se instalaba en una de las sillas del frente.

- No me interesa – sentenció el Uchiha abriendo un cuaderno y empezando a leer, la conversación estaba zanjada. Y aunque los contados alumnos que se encontraban a esa hora de la mañana estuvieran acostumbrados a los escándalos de sus compañeros, más bien por parte del rubio, preferían mantenerse alejados cuando el de ojos azules echaba chispas y humos en todas direcciones.

- ¡Eres un grandísimo estreñido, teme, y si tanto deseas recluirte, hazlo, me da igual! – soltó de un grito y caminó aún con una vena palpitándole en la sien hasta uno de los lugares en el fondo que tenía vista hacia la cancha de voleyball. Su rostro se ilumino de improviso y sonrió como un tonto. Que suerte, podré olvidarme de ese imbécil viendo a Sakura-chan jugar, no sabía que hoy le tocara-tebayo, yeee…

Haruno Sakura había sido su gran amor en toda la primaria, cabellos rosados, un lindo cuerpo, y un carácter que daba miedo. Gracias al profesor Iruka, su tutor y segundo padre, había podido hacerse gran amigo de ella y ahora pese a estar en clases diferentes y haber pasado los años lo seguían siendo. Y era también gracias a Iruka, que al parecer le encantaba formar grupos en clases, que logro a su ahora “mejor amigo” Uchiha Sasuke. Su primaria había llegado a ser muy especial, gran parte de sus amigos y fuertes lazos se habían formado en aquella época.

Desde su asiento contemplo a su compañero, había odiado profundamente a Sasuke los primeros meses de solo tenerlo cerca, y aunque ahora pese a que fueran amigos aún sentía que le daban ganas de estamparlo contra la pared muy a menudo. Gracias a la obligación de formar grupo con él y dedicarse a hacer proyecto tras proyecto, pudo conocerlo mejor, la necesidad de cumplir las expectativas de su familia y intentar alcanzar a su hermano, habían echo de él el amargado de estos días. Era muy cierto que habían pasado momentos críticos, en los que se tumbaban a golpes y salían con contusiones, pero era solo para que ese engreído se diese cuenta que Uzumaki Naruto existía. Si, y se sintió contento cuando sucedió. Ya que después de vencer a unos rufianes que atacaban a un grupo de niños en el parque Sasuke había estrechado su mano con la de él sellando algo irrompible en el silencio.

No pudo evitar mostrar una gran sonrisa, disculpando inconcientemente a Sasuke por el mal rato pasado. Regresó su rostro a la lectura cuando sintió el único ojo mostrado por el profesor Hatake Kakashi puesto sobre él.

Desde entonces habían pasado todos los años juntos, más por el hecho de que el rubio se prendía de Sasuke como chicle a pesar de los insultos. Pero esos tiempos eran los mejores, ya que pudo ver todo tipo de reacciones por parte de su amigo, lo avergonzado que era cuando su mamá hablaba de el y mostraba sus fotos de niño, la mirada más fría y helada cuando su hermano le sonreía prepotente, la felicidad cuando se peleaban en la alberca de su casa, lo deprimido que lucía después de una conversación con su padre, la perseverancia para aprender a superarlo en juegos de playstation. Tantas cosas habían pasado, tanto que pareciese que aún fuese ayer cuando se conocieron.

Pero también era cierto que el moreno no mostraba esas expresiones ante cualquiera, porque cuando se estaban en el colegio Uchiha Sasuke era como un tempano que no parecía matar ninguna mosca, y si antes habían comenzado alguna pelea era porque él siempre daba el primer golpe. Pero de eso ya era más de cinco años.

Al sonar la campana del término de hora y pese al estrépito de todos los demás, Naruto se encontraba aún sentado viendo como las chicas en la cancha se secaban por el ejercicio practicado, y a una Sakura tomando agua mientras conversaba amenamente con sus compañeras. El sonido de pisadas acercándose a su carpeta hizo que voltease la mirada y arrugara levemente el ceño, el menor de los Uchiha le mostró un estuche de lo que pareciese ser un disco de música con la portada de una cantante. Suspiró, de todos modos el enojo ya se le había pasado.

- Por lo visto tienes trucos bajo la manga para disculparte con la gente-tebayo – cogió e introdujo el estuche en su maleta antes de que el otro se arrepintiera – a la próxima no te disculpare a no ser que sea un convertible.

- No tendrás tanta suerte – el rubio sonrío mostrando todos sus dientes y jalo a su compañero. Era hora del almuerzo después de todo. Una sombra cubrió súbitamente el rostro del más alto al escuchar risas de chicas y ver la figura de Haruno por la ventana.

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Las clases habían acabado y todos salían de la institución. Naruto caminaba como marchando al lado de Sasuke, quien solo negaba moviendo la cabeza.

- Lo esperado de un dobe como tu, no te importa hacer el ridículo no importa cuanta gente te este mirando, serias buen comediante – su acompañante hizo aman de tirarle un golpe, pero se detuvo a pocos milímetros de su hombro.

- Todos los últimos años marcharemos en la clausura por si no tienes memoria, espero que no seas tu el que haga el ridículo, teme – de pronto sintió su cuello apresado por el brazo del azabache y se limito a reírse con ganas, recordaba la mala coordinación que había tenido su amigo en las pruebas preliminares de marcha – tonto Sasuke.

A parte de algunas sonrisas prepotentes made in Uchiha, ese día no había escuchado reír a su compañero, tampoco es que lo deseara demasiado, pero se estaba acostumbrando a este hecho cuando paraban juntos que se le hacía de extrañar que no lo hiciera. ¿Habría pasado algo? Que tonterías, algo como eso no era signo de que Sasuke estuviera mal por algo.

- Naruto – el aludido salió de sus pensamientos para atender a quien lo había llamado – mi hermano se deshizo de unas entradas para el ver el partido de fin de mes y…

- Si voy, ¡de hecho que voy-tebayo! – una gota resbalo en el muchacho que se encontraba a su costado.
- Por lo menos espera a que te lo pida, usuratonkachi – dijo para luego peñiscar uno de los mofletes que había hecho el otro al nombrarlo de esa manera – ese día pasare por tu casa en la mañana así que te espero listo.

- ¿Por qué de mañana? – no le encontraba razón, ningún partido empezaba temprano.

- ¡Eso no te importa, tu solo asegúrate de levantarte, no quiero tener que recurrir a sumergirte en agua helada como la otra vez! – la cara del menor de los Uchiha pareciese haberse tornado algo colorada, pero eso era imposible, no había motivo para eso, debía ser algún reflejo de la tarde que lo hacía ver cosas raras. Y es que las pocas veces que lo había visto sonrojado, sentía que su amigo le parecía, como decirlo ¿adorable?...cruzo sus brazos alrededor de su cabeza, si Sasuke le leyese el pensamiento seguro que lo estrangulaba ahí mismo.

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A la mañana siguiente se había levantado temprano, como siempre en días de semana, el hecho de poder encontrarse a Sasuke en su recorrido era algo que le motivaba a esto. Aunque este día sería una excepción, el moreno no dio señales de aparecer, tuvo varios impulsos de ir a su casa a ver si ocurría algo, pero se disuadía a si mismo pensando que su amigo debía de haberlo adelantado, en raras ocasiones sucedía ya que era convocado a reuniones como delegado de clase. Con esto en mente proseguía el camino, ya que talvez solamente se hubiera olvidado de mencionárselo.

Ese día llevaba puesto sus audífonos escuchando a medio volumen el disco que le había prestado Sasuke. Lo mejor, simplemente lo mejor, esa diva del pop lo tenia cautivado. Cuando alguien toco unas cuantas veces su hombro. Seguro era…

- ¡¿Sakura-chan?! – el grito efusivo con el que la recibio el de ojos azules llamo la atención de todos, causando que la pelirosada se sonrojara y le ensestara un fuerte golpe en la cabeza – Eso dolió Sakura-chan…

- Pues te lo buscaste por escandaloso – suspiro y camino unos pasos esperando que el rubio la alcanzara – Te he gritado unas cuantas veces pero ni caso ¿Qué tanto escuchas?

- Es el último single de BoA-tebayo – dijo mientras algunos brillos le salían despedidos y le pasaba uno de los audífonos a su amiga – Sasuke me lo ha prestado.

- Eh…que raro, no suena del tipo de música que Sasuke escucharía – comentó algo pensativa.

- Verdad que no, el solo usa su dinero para comprar discos sin enterarse de que son. Pero ¿verdad que esta genial?...

- Si, suena muy bien, debe ser guapa, como todas las idols – de parecerle raro el extraño comportamiento de su amigo, pareció que el tono de su voz se deprimió un poco. El chico Uzumaki no se percató y rebuscó algo en su maleta.

- Esta es ella – le indico señalándole la carátula de portada del estuche – Es verdad que luce como toda un idol-tebayo, pero ha sido una de las pocas que me gustan tanto.
- Ya veo – el aura de la chica pareciese tornarse oscura y su compañero la miraba confundido hasta que sintió que alguien le atropellaba casi haciéndole caer. Estaba apunto de tirarle unos cuantos improperios a ese bravucón, cuando el color del cabello azabache cruzó su vista. Sasuke caminaba de largo a uno pasos de él. ¿Sasuke lo había empujado?

- ¡Ey! ¡Sasuke! – pero no recibio respuesta alguna ¡¿Qué demonios se traía ese?!.

- ¿Ese ha sido Sasuke, verdad? – Naruto asintió aun mirando como su amigo se alejaba - ¿Han peleado? – esta vez el movimiento fue negativo.

- Lo siento Sakura-chan, debo decirle unas cuantas verdades a ese sujeto, luego hablamos – y sin más se alejo corriendo del lado de la muchacha, sin dignarse a escuchar lo que ella estaba punto de decirle.

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Cuando alcanzo a Sasuke este lo ignoro olímpicamente, por más que chillara no reaccionaba, las ganas de lanzarle lo que se encontrase a mano estaban creciendo. ¿Qué había hecho esta vez para merecer esto? La única vez que su amigo le había ignorado fue cuando eran niños y el Uchiha lo consideraba un tonto que apenas mostraba signos de ser algo. Pero esta vez, ¿acaso no eran amigos?, ¿qué le ocurría al teme ese?

Los días siguientes el moreno no apareció en el trayecto matutino a la escuela, no le hablaba en clase, y menos lo miraba. Tenia que hacer algo y pronto o iba a mandarlo al hospital al no poder controlar su ira.

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Una semana luego de que Sasuke extrañamente lo ignorara se hallaba recostado a la sombra de un árbol escuchando la música pop que últimamente le hacia sentir un revoltijo amargo en el estomago. Ni aún queriendo devolverle su disco se digno a hablarle, ¿si se lo tiraba en la cabeza talvez reaccionaria? Suspiro. Esto era demasiado.

Abrió los ojos al sentir que uno de sus oídos era privado de la música, actualmente para el angustiante, los ojos verdosos de su mejor amiga lo miraban con entendimiento. Ella había presenciado algunos de los intentos de Naruto, es decir varios de los alborotos, para que Sasuke volviese a dirigirle la palabra.

- Aun nada ¿verdad? – el rubio cerro los ojos e inclino la cabeza, la muchacha se limitó a pasar suavemente su mano por los alborotados cabellos rubios – ya se le pasara, seguro es solo un berrinche.

- No lo creo Sakura-chan, nunca antes he visto a Sasuke actuar de esta manera-tebayo – la chica se sentó a su costado, la música del audífono en el hombro del chico ero lo único que se escuchaba en esos momentos, volvió a suspirar y alzó la vista hacía el cielo, cuando se topo con una mirada negruzca desde un aula del segundo piso. ¡Sasuke!. Este arrugo el entrecejo y desapareció de la ventana. ¡¿Qué demonios?!

- ¿Naruto? – la voz de su amiga lo regreso, al parecer se había levantado repentinamente y la había sorprendido. No quería que la muchacha se siguiera preocupando.
- No es nada Sa…Sakura…chan - ¿eh?, a su mente llego el momento en el que había empezado el enredo, la vez que el azabache comenzó a ignorarle, en esa ocasión el también se encontraba hablando con ella, y esta vez, Sasuke le había mirado con ¿celos? La pelirosada no entendía la expresión del chico, parecía tener los ojos algo desorbitados y la boca semiabierta.

- ¿Seguro? – agitó la cabeza suavemente para despejarse y comenzó a caminar - ¿A dónde vas?, las clases van a comenzar dentro de poco.

- Necesito irme – y con una despedida de mano para la chica apresuro el paso hacia la salida.

- De nuevo…Naruto…

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¿Asi que de eso se trataba? Puros benditos y endemoniados CELOS…El menor de los Uchiha estaba celoso de que se acercara demasiado a Sakura-chan, pero si el muy idiota jamás había dado signos de que le gustara la chica, es más, en primaria cuando ella no paraba de alabarlo el se alejaba como si fuera la peste. Y ahora de repente el la sentía de su propiedad, claro, el amor le llego a su amigo y en lugar de hablarlo con el, se encierra en su bendita coraza y decide odiarlo por quitarle a la chica. ¡Que diantres!, pero si a el ya no le gustaba Sakura-chan, la veía como a una hermana, a una gran amiga, pero nada más…Debería ir a visitar al muy idiota y gritarle a los cuatro vientos que no le interesaba Sakura, y que de seguro ella seguía colada por el como desde siempre, así que de seguro…serian…felices…Un dolor se instalo en su pecho y llevo su mano al punto… ¿pero que le sucedía ahora? ¿Acaso no podía hacerlo? ¿Acaso no…quería…hacerlo?

Tonterías, tonterías, y más tonterías…y una mierda. El no podía estar sugiriendo no brindarle la felicidad a su amigo, el quería a Sakura, Sakura le quería a él desde niña…si ellos terminaban juntos ¿Dónde iba dar a parar él?

Porque todo tenía que ser tan complicado, sus amigos, el también los quería, nunca había tenido una familia, así que ellos lo eran, era normal que se sintiera triste…porque, porque nunca creyó que se alejarían de él, nunca creyó que Sasuke… ¿Sasuke?

Sasuke, Sasuke, Sasuke, el muy idiota, el más grande teme de la historia, un dramático en exceso, un estreñido empedernido, un cubo de hielo de los altos glaciares, un buen amigo, una sonrisa rara vez vista pero brillante, un cabello en extraña forma pero extrañamente sedoso, una mirada oscura, profunda y waaaaaaaaaaaaaa…

Ahogo el grito dentro de su almohada, sentía su cara arder…no podía ser, no podía ser, imposible, IMPOSIBLE…a él no…a Uzumaki Naruto no….debe ser mentira…yo, quiero a Sasuke…

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Nunca había tenido menos ganas de ir a la escuela, no tenia la mínima idea de que hacer, si empezar a hablar, si seguir insistiendo, o si alejarse era la correcto, tal como Sasuke hacía desde hace una semana…

Abatido se sentó y apoyo la cabeza en el carpeta que daba a las canchas de voleyball, esta vez vacías, no habría nada que lo animara esta vez…Sasuke se hallaba sentado y leyendo alguna de esas cosas complicadas que el solo sabe, suspiro…cuantas veces había suspirado últimamente, que ridículo hasta parecía una chica enamorada…su rostro estallo en escarlata y le salio humo como si fuera un volcán…todo la situación le estaba atrofiando el cerebro…

Pero de alguna manera u otra, tenía que hablar con Sasuke, eran amigos a pesar de todos, aunque esta vez tuviese que mandarlo al hospital, lo sentiría mucho, pero tenían que conversar y talvez, posiblemente, las cosas no le dolerían tanto como ahora…

Sasuke fue uno de los primeros en abandonar el aula, y aunque las primera veces hubiera sido completamente bullicioso para llamar su atención sin resultado alguno, las otras solo le mandaba rayos mentales, esta vez lo seguiría de incógnito, era un buen plan, seguirlo hasta el punto de una emboscada, según el camino que antes solían recorrer juntos el mejor lugar sería el parque, si, ese parque donde su amistad había iniciado, que ironía…la bronca tendría un espacio amplio y la gente no saldría lastimada…si un muy buen plan…

El hecho de llevar un largo saco en pleno verano, lentes oscuros y un sombrero, a pesar de lo genial que creyese que fuera, la gente no podía despegar los ojos del extraño sujeto que llevaba todo eso puesto encima. El parque estaba cruzando la calle y Sasuke giraría en esta esquina, lo agarraría desprevenido y lo tiraría en el extenso pasto, que ojala estuviese mojada para que facilitara las cosas, no había mejor forma de conversar que en una buena pelea física y verbal…

Sasuke desapareció en la esquina, era hora, apresuró el paso giró y…nada. Sasuke no estaba.

- ¿A quien se supone que buscas con esas fachas, eh, dobe? – el moreno estaba sentado en el muro de una de las casas, y por lo visto ya se había percatado de su presencia, maldición, idiota inteligente.

- Baja de ahí ahora mismo, teme – ordenó el de ojos azules tirando al suelo sus implementos de detective.

- No tenga nada que discutir contigo – sentenció el otro chico lo que solo causo que un centenar de venas se dispararan en el Uzumaki.

- Talvez tu no, pero yo si-tebayo, así que, si no bajas, yo te bajo – impulso un puño en contra de la pared con el propósito de impactar en una de las piernas de su compañero, pero este con agilidad lo esquivo y ahora estaba parado mirándolo de una manera altanera. – No te hagas el muy chulo, cabrón, si hay necesidad de romper este muro lo haré. – Eso dolería pero tendría que hacerlo, se asombro cuando la presencia de Sasuke ya no estaba - ¿Don…de?

- Aquí – un fuerte puñetazo le dio de lleno en el estomago y el rubio se contrajo de dolor.

El azabache continúo caminando al parecer sin importarle que el otro respirara por su vida. Entonces algo duro impacto en su espalda lo que hizo que se estrellase en el suelo, cuando viró supo que la cabeza de Naruto era la que ocasiono que besara el piso.

- Tu no te vas a ningún lado – el otro se incorporo y le dirigió una fiera mirada. Naruto sonreía, había logrado que Sasuke lo tomara en serio, ahora venia lo bueno.

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Ambos con arañazos, ropas rasgadas, algo de sangre brotando de sus bocas. El Uzumaki sostenía uno de sus brazos mientras que el moreno apoyaba sus manos en ambas piernas aún en posición de ataque.

- Eres un estúpido, ignorarme toda la semana ¿quién te crees? – el otro solo atino a sostener su mirada sin mover un músculo – No sabes, no tienes idea…eres un maldito que me ha torturado…

- Tu eres el único que no tiene idea - ¿eh? La voz de Sasuke sonaba ronca y muy resentida – yo tampoco entiendo esto muy bien del todo, pero…¡Tu, no tienes ni una maldita pizca de idea!...¡Tu, que lo único que haces es perseguir faldas!

- ¿Perseguir? ¡Imbécil!, ¡¿desde cuando…- una patada – …persigo… – un izquierdazo – …faldas?! – un rodillazo.

El menor de los Uchiha tosió algo de sangre después de retroceder un trecho de su contrincante. Lucían muy cabreados.

- ¡Ja! Ahora eres el inocente – dijo sarcástico – siempre te ha gustado Sakura ¿cierto?, pues ahora a ella también le gustas ¡felicidades! - ¡¿qué?! ¿yo le gustaba a Sakura-chan?.

- Estas jugando, tu eres el único que le gustaba a Sakura-chan – el azabache aprovecho su desconcierto para mandarlo a volar con una patada.

- Porque debía de inventarlo, ella mismo me lo dijo, hace diez días ella me confeso que tu le gustabas – a unos metros Naruto se paraba con dificultad y le lanzaba una mirada incrédula que lo hizo rabiar.

El joven de cabellos dorados procesaba la información muy lentamente, se sentía pésimo, Sakura gustaba de él, Sasuke gustaba de Sakura, y él gustaba de…Sasuke. Unas lágrimas rebeldes resbalaron, ¿por qué todo tenía que resultar así? ¿Por qué?

Cuando quiso encarar a su acompañante sintió que volaba de nuevo, sintió todo su cuerpo ya bastante adolorido impactar contra un árbol cercano ¡Demonios, como dolía!

- A mi…no…me gusta Sakura – fue lo poco que logro pronunciar antes de ver al otro alejarse cojeando.

Cuando logro incorporarse Sasuke no estaba y con él todo el brillo del cielo, unas nubes cargadas se habían posado sobre toda Konoha…sentía que el cielo quería llorar con él, ¡Maldición!, lo mejor era correr, correr hasta que la vida se le fuese en ello…

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Sentía que había dormido un mes entero, después de la paliza que había recibido no tenía fuerzas para pensar más que en dormir. ¿Sasuke?, ¿Cómo se encontraría él? Pues parecía bastante bien como para irse y abandonarlo a su suerte. Debía de estar mejor que el.

No quería ir al colegio, no quiera salir de su casa, y menos de su cama. ¿Qué debía hacer? ¿Prepararse ramen? Se levanto perezosamente y no pudo evitar un quejido de dolor al caminar. Noto algo extraño en el teléfono cerca a la cocina, una luz fosforescente tintineaba, y había algo escrito en esa diminuta pantalla. “Tiene 24 llamadas pérdidas”. ¿Eh? Que extraño. ¿Algún mensaje talvez? Apretó algunos botones mientras hacia formas raras con sus labios hasta que por fin descolgó el auricular. El silencio fue lo único que escucho en varios largos segundos, hasta que escucho un leve “Naruto, yo…”…del otro lado, y más silencio. Colgó con poca delicadeza el aparato y se rasco la cabeza en además pensante. ¡Sasuke había intentado llamarlo! Si tanto quería ese idiota disculparse porque no venir a su casa y hacerlo… ¿Por qué todo tenía que hacerlo él? ¿Qué acaso al teme sus neuronas solo funcionaban en el bendito papel?...Mierda…

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Después de prepararse un tazón de ramen caliente se alistó para ir al colegio, no con uniforme, ya que no pensaba asistir a clases, si se diera el caso que no se lo encontrase al cambio de hora ya iría a hablar con el a la salida o en su casa. Nada de teléfonos, el no era cobarde como Sasuke, si había que decirse algo importante, era mejor cara a cara.

Sintió la brisa caliente recorrer su cuerpo y lo conforto, se encontraba nervioso por no tener la más mínima idea de que decir, confiaba que saldría en su momento. Nunca en toda su vida había sido torturado mentalmente, físicamente y emocionalmente. En lo que respectaba a sus sentimientos, creía que tener la mayor parte en claro, pero de ahí a decírselos a ese imbécil había un abismo, además solo empeoraría las cosas.

Circuló por los pasillos fijándose que no se cruzara con ningún profesor que le echase bronca por faltar a clases, aunque lamentaba no llevar su traje de camuflaje por haberlo dejado al olvido en su pelea. La campana sonó y los alumnos empezaron a salir formando barullo. Del salón donde supuestamente debería estar su compañero este no parecía salir. Se asomó por la ventana sigilosamente y lo vio, sentado donde siempre con su rostro pálido amoratado y un aura depresiva rodeándolo. Hizo un corto silbido para captar la atención del moreno y este se sobresalto al verlo en la puerta con una débil sonrisa.

Sasuke hizo amago de levantarse y el retirándose de la entrada del salón comenzó a caminar, no pudo evitar sonreír un poco más cuando noto unas pisadas tras de él. Al llegar a un rincón algo apartado del resto, su sonrisa cambió para tornar su rostro en una expresión dudosa. Su compañero en frente de él parecía dolido y a la vez nervioso, no podía descifrar cual de ambas era.

- Naruto…- el aludido se limito a suspirar, Sasuke en realidad sabia hacerse la victima, bueno, nunca llegaba a odiarlo seriamente, aunque posiblemente con esta disculpa un convertible si que iba bien encajado – yo…

- Ya, esta bien, no te preocupes – lo cortó, odiaba que las cosas fueran tensas y largas – Pero en serio hombre, debiste decírmelo desde un comienzo – Sasuke parecía entre molesto por haber sido cortado y confundido por lo último – aunque hubiera sido mejor que te enamoraras de ella cuando a ella también le gustaras. Ahora va a ser difícil que se desenamore de mi, sabes que soy irresistible – había comenzado a hablar sus monólogos, tal como en los viejos tiempos, solo que en esos Sasuke no apretaba los puños ni parecía querer escupir fuego por la boca…¿eh?...

- ¡De donde demonios has sacado esas conclusiones! - ¿y ahora qué? Pero, si el, Sakura…- A mi no me gusta Sakura.

- ¡¿Qué?!...¡Pero si todo el tiempo has estado que echabas humo por que me acercaba a ella ¿verdad?! – su compañero parecía un farol y si hubiera sido otro momento se hubiera retorcido de risa, pero esta vez, todo era raro, ¿si no era por Sakura?...¿entonces…? - ¿no me digas…qué…tú…yo…?...- bendita hora para trabarse, pero es que, no tenia sentido ¿o si?...

- ¡No!, no es eso…es solo que… - no de nuevo, si iba a decir algo debería decirlo completo, para que no hubiera malentendidos como en esas tontas novelas para chicas, así que…

- ¡¿Qué, qué – teme? – Sasuke se sorprendió ante el repentino cambio del chico y por primera no pudo mantener su mirada – Si tienes algo en contra mío, si no quieres tenerme cerca, si prefieres a Sakura, si te estorbo o me odias…dilo claramente…

La mirada que antes se dirigía a un punto en la distancia se abrió desmesuradamente - ¡Que idioteces! – ese era el Sasuke que conocía – claro que no es nada de eso, yo…no tengo nada en contra tuyo, tu no me estorbas, mucho menos te odio, yo…parece que, quiero tenerte cerca, y jamás preferiría a Sakura, es más, creo que he empezado a odiarla – sentenció trastabillando entre algunas palabras. Sasuke era más imbécil de lo que alguna pudo imaginar. Y eso que el era pésimo en las tareas.

- Me gustas.

Los pozos oscuros se dilataron tremendamente y el carmín en sus mejillas parecía llegar a sus orejas.

- ¿Tu…no…- y se suponía que el que se confesaba era el avergonzado, esto era el colmo…
Su puño se estrello contra la cara del otro.

- ¿¡Pero que coño crees que haces?! – mucho mejor, eso de despertar a la bella durmiente con un beso era anticuado; y es que su mejor amigo en estos momentos le hacía recordar tanto a una princesa delicada; sentir la suave piel del otro contra los dedos de su mano era mil veces mejor.

- Te libro de lo que sea que te este encantando – la cara del que se hallaba en el suelo se volvió blanca y de pronto una risa se escuchó…

Ya la echaba en falta, la risa de Sasuke era contagiosa, tanto que el también empezó a carcajearse, si, pura música… ¿música?, cierto, para algo había traído ese estuche…

- ¡Ah! Sasuke, aquí tienes – mientras que con una mano lo ayudo a incorporarse la otra le extendía el disco de música. – Gracias por…

- No es necesario – rechazó aceptarlo y el de ojos azules lo miro extrañado, no estaría mal que se regalara, pero…- de todas maneras lo había comprado para ti…

- Aaaah – un leve sonrojo se situó en su rostro – ya decía yo que todos los discos que me prestabas no iban con tus gustos…Un golpe fue a parar a su cabeza…

- Nadie dijo nada acerca de “los otros” discos – aunque no pudo apreciar la faz de su acompañante el color de sus orejas le daba evidencia de lo que pensaba…

- ¿Entonces me puedo quedar con los otros? – preguntó animadamente mientras perseguía a su compañero que parecía escabullirse velozmente.

- Las clases van a empezar. Si no vas a asistir lárgate – sentenció sin mirarlo.

- Entonces, ¿me prestaras tus apuntes?...

- ¡Cállate y lárgate!...

Uzumaki Naruto no pudo evitar reír alentado por la irritación del azabache. Si, las cosas habían vuelto a la normalidad, y la opresión en su pecho se había tornado algo cálida e indiscutiblemente muy azucarada, hasta podía gustarla en su boca. Pese a que prefería un ramen salado, talvez de ahora en adelante el dulce empezaría a agradarle también. Lo normal. No. Esto era mejor que eso. Podía presentirlo. Mucho mejor.

Ojala y hubiera captado en cámara las expresiones que puso Sasuke hace un rato, ganaría tanto vendiendo las fotos… No era mala idea, con ese negocio podría juntar para el nuevo single de su cantante pop favorita y a la vez vengarse por todo lo que el tarado le había hecho sufrir. Entonces, Sasuke-teme… ¿Qué expresión tuya venderá más?...
Notas finales: Gracias por leer.

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