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Rain Requiem por Maki

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1. Sueño Real

Se dice que las buenas intenciones son las que valen, pero ¿Eso se mantiene cuando las circunstancias las eclipsan?

Tuve toda la intención de levantarme temprano y salir a entrenar antes de partir a la misión encomendada para hoy pero el frío y la lluvia me amarraron a la cama hasta como mediodía.

Sin embargo, el momento en que bajaba lenta y pausadamente del mundo de Morfeo, sentí algo.

La cama se hundió por instantes y una masa de calor hizo una leve presión en mi cuerpo. Un cosquilleo me recorrió y me encogí inconscientemente un poco más en busca de aplacarlo pero éste no cedió sino que se concentró en mi clavícula y ascendió hasta la base de mi cuello. Apostaría que era la respiración de alguien.

-Naruto… -una voz susurró directamente a mi oído. Me sacudí un poco con la sensación de que pronto sería capaz de abrir los ojos. Entonces, sin previo aviso, una calidez y humedad fueron todo lo que pude percibir. Me estremecí y un escozor aterciopelado se instaló en mi garganta. Para cuando esos labios capturaron mi piel, el gemido fue inminente. Recuerdo haber pensado en la neblina de sensaciones y conceptos “Qué bien se siente”.

Y de pronto, cuando estaba decidido a ver el rostro de quién se había tomado esas libertades, mis ojos me mostraron el techo de la habitación y el sonido de la lluvia me dio la bienvenida a la realidad.

-Cielos –mascullé luego de sentarme en la cama, sobándome la nuca para espantar la pereza. Busqué con la mirada el reloj despertador y me horroricé al hacer las conexiones rápidas. Mediodía, Sakura-chan va a matarme. ¡Se suponía que teníamos entreno a las nueve! Seguido a ello, la puerta retumbó con violencia y al abrirla un cariñoso puño me estampó de fijo al suelo.

-¡Idiota! ¡¿Qué demonios has estado…?! –la Haruno se detuvo al ver a su amigo fuera de combate- Ains Naruto, creí que ibas a esquivarlo…-sin más, le ayudó a incorporarse pero eso no quito que estuviese aún furiosa con él. Le observó por instantes mientras éste reía nerviosamente deshaciéndose en disculpas y excusas pero, cuando el Uzumaki estiró el cuello, Sakura abrió desorbitadamente los ojos.

- ¿Qué-Qué tienes ahí? –inquirió señalándole la zona con un leve rubor en sus mejillas.

-¿Dónde? –contra argumentó sin darse por enterado. Como la pelirrosa sabía que Naruto podía ser rotundamente despistado, prefirió cogerle de los hombros y ponerle frente a un espejo de cuerpo completo que se encontraba cómodamente cerca.

- Ahí –señaló mirando el reflejo del chico. Naruto enmudeció. No era posible, ¡él lo había soñado! Su rostro fue pasando por ciertas gamas de rojo y al no poder aguantar la vergüenza bajó la cabeza.

- Yo… no sé –musitó con cansancio impreso- Se suponía que…

- Naruto –le llamó frotándole con mimo los hombros- No tienes que darme explicaciones, pero créeme que es mejor que cubras ese chupón o no te dejarán en paz –y dándole una palmada caminó hasta la puerta- te esperaré en el puente, recuerda que iremos a hacer un reconocimiento del lugar donde vieron recientemente a Sasuke-kun. No te tardes.

La puerta resonó a sus espaldas y Naruto levantó la mirada. Su reflejo le devolvió un melancólico atisbo y una mano inadvertida cubrió el área enrojecida.

Sasuke…

Apretó los ojos agudizando sus sentidos y entonces… descubrió que su camiseta poseía un olor familiar.

OoO


Sakura lo supo apenas había distinguido ese chupón en el cuello de Naruto. Su corazón había hecho piruetas en el aire hasta caerse dramáticamente y detenerse.

…l lo había hecho a posta, como diciendo “No se atrevan a olvidarme”. Ella estaba completamente segura de ello.

¿Pruebas? Claro que las tenía.

El día en que Uchiha Sasuke había decidido irse con Orochimaru, Sakura había estado ahí para intentar detenerle. Ese día la Haruno había sido sincera y temeraria al confesarle sus sentimientos y pese a que eso no cambió en nada la abrupta resolución, si obtuvo algo a cambio.

Ella sintió su presencia, memorizó su calidez y aroma antes de que él murmurase un quedo “Gracias”. El Uchiha no podía corresponderle pero al menos le daba un buen recuerdo para atesorar… y ella lo guardaba con cariño. Y si hubiera algo que resaltar de lo que ella recordaba, ese era su aroma. Tan atractivo y adictivo que lo reconocería sin complicaciones.

Y vaya sorpresa se había llevado al encajar las piezas; el ínfimo contacto con el rubio le había servido para detectar esa deliciosa esencia impregnada en Naruto.

Para cuando había llegado al puente, la kunoichi tenía algunas lágrimas estancadas en los pómulos que se confundían con el aguacero que caía sobre Konoha y…

…una aliviada sonrisa en los labios.

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