"Golpea su cabeza contra la cabecera de la cama, nunca encuentra solución a sus preguntas, y esa es una parte que no conoce del Rubio, dato y recordatorio que solo lo molesta más.
Ahora, como cada vez que sucede esto, se quedara todo el día en su habitación con su Game Boy, hasta mañana, comprara chocolates y se disculpara con Mello, y todo seguirá como antes.
Oh si, era una Maldita Rutina…"
Otra vez lo mismo, no entendía por que cojones Matt se comportaba así, pareciera que Odiara a L.
La verdad es que no creía posible que alguien pudiera Odiar a L, o siquiera, que alguien no pudiera adorarlo.
L no es solo el Mejor Detective del Mundo, no es solo Un joven Inhumanamente Intelectual. Para mí, L es mi Creador. Quien me dio nueva vida después de la muerte.
Aun lo recordaba…su Madre, una Aristócrata con Esquizofrenia, y su Padre, un Asesino Serial.
Los golpes, el Dolor, la Incertidumbre, y la Liberación…
Nunca entendería ese desden que tenia Matt con L. era algo de lo que quería hablar, y viera Matt, lo transcendente que era en su vida.
Fue a la cocina a almorzar, pero Matt no apareció en ningún momento. Suspiro casi con resignación, ya sabia lo que se venia, todo el día con sus malditos videojuegos y mañana le traería una enorme cantidad de chocolate en señal de disculpas.
OH pero, esta vez no se salvaría con esas, la debía una muy convencedora explicación.
Su almuerzo constaba de carne Demi-cruda, era lo único que solía comer, eso y variadas frutas. Termino de comer, lo más rápido que pudo y se levanto con intenciones de ir a hablar con Matt.
Camino por los corredores, un poco pensante del pasado. Sacudió la cabeza intentando disipar esos pensamientos, que ya a nada llevaban.
No golpeo la puerta, entro y lo primero que hizo fue toser, maldecía ese nuevo vicio de Matt; Fumar.
Entre toda la mugre conformada por computadoras, cables, ropa sucia, cigarros, CD’s y demás, estaba Matt, con su Game Boy a dos milímetros de la cara.
Con un cigarro en la boca, he ignorándolo olímpicamente.
Se hizo paso, como quien va por su casa, le tiro su videojuego por alguna esquina, le saco el cigarro, y se acomodo en sus piernas.
Desde que eran amigos, muy contadas veces estaban así, solo cuando perdía la calma…
Matt no lo miro, pero empezó a pasar sus dedos enguantados por la cabellera rubia.
Cerró los ojos, eso siempre le había dado mucho sueño, el pelirrojo era el único que sabía eso.
.-Lo Siento…-. Pronuncio, fue formal, sabia que no lo sentía.
.- ¿Por qué dijiste eso? De que si Amaba a L ¿? Mas bien, yo tengo una pregunta, ¿Odias a L?- Abrió los ojos, Matt através de esos Googles anaranjados lo miraba, estaba serio, como pocas veces.
.-Eso me pareció, siempre hablas de el, de lo maravilloso que es, talvez gustas de el, no es tan irreal lo que digo.- contraataco, - y si, lo odio.
.-Es la burrada mas grande que me han dicho en mi vida, ¿Cómo podría gustarme L? Tengo 14 el me lleva como diez años –exclamo- Digamos que…el me ha ayudado muchísimo, y le estoy agradecido, ¿Por qué lo odias?
.- Tu estas obsesionado con ese tío, una cosa es que estés agradecido, otra que golpees a todo mundo por no adorarle como tu. Bueno, digamos que el es mi manzana de la discordia.
Ninguno quería decir mas, Mello no se atrevía de hablar de su pasado. Y Matt no quería arruinar su futuro.
Así mismo, era una situación bastante incomoda para ambos, por un lado, si callaban no tendrían que dar explicaciones de nada, por otro, sabían de la existencia de un “algo” que hizo que el otro le adorara u odiara, y la curiosidad les carcomía.
Ambos sabían que para saber, tendrían que contar…Y el más decidido en eso era evidentemente Matt.
Con la misma mano que acariciaba los cabellos del rubio, le tapo la vista, levanto la mirada, e inspiro aire como si fuera a dar un gran discurso.
.-Yo le odio por que…-costaba bastante, había mucho que perder, una amistad de cuatro años, un sentimiento valioso para el…-Siempre es de lo único que hablas, si no es Near, es L, las únicas veces que discutimos es a causa de el, lo adoras, y no se por que, y eso me es muy molesto, ya que yo se todo de ti, pero al parecer el sabe algo que yo no.
Bueno, no fue tan doloroso, ni se trabo cuando lo dijo, ahora rezar como solo un incrédulo lo hace, esperando que Mello no lo golpee o se burle.
Saco la mano que le impedía el contacto visual con Matt, y tomando valor, decidió también contar la parte de su historia, y luego pensaría sobre la mini e indirecta escena de celos.
.- Bueno, yo antes de venir aquí era con mi familia un nómada, mi madre era Eslovena, una aristócrata, pero que por varios problemas económicos y sociales termino sufriendo de esquizofrenia, por problemas financieros y algunas ilegalidades tubo que casarse con un conde nacido de Francia, quien era también un enfermo asesino…-
.- Mello no es…- pero fue cortado por Mello-.
.- Yo que nací andrógino fui la desgracia de mi padre, y la deshonra de mi madre, ya que era yo el causante de burlas sociales, comprenderás que no me trataban muy bien precisamente, un día, mejor dicho, en mi décimo cumpleaños mientras “viajábamos” por Inglaterra, L que sabia sobre mi padre, bueno, entre una y otras cosas lo encerró, y a mi madre también por cómplice. Comprenderás que después me trajo aquí y bueno, a el le debo seguir aun vivo.
No se pronuncio palabra alguna, Matt aun procesaba toda la información, y Mello, bueno, el ya había dicho todo.
Así que eso era…bueno…debía admitir que L era persona digna de admiración, y que ahora comprendía un poco mas al rubio, y su aprecio por el, además de que le tendría que estar agradecido por que el le trajo aquí.
.-Mello…gracias por contarme esto…y bueno, ahora que veo un poco de ambas partes, bueno…L si es persona de admirar…
.-Bueno, como sea cambiemos este aire extraño, ya me anda fastidiando- Si, Mello era un maestro en el arte de cambiar de temas.
.- Maniaco Chocolatero, después de tirarme mi videojuego al diablo y mi cigarro, ¿Cómo piensas compensar eso? –bromeaba, sabia que Mello hiciera lo que hiciera no se disculparía.
.-Nada, es tu culpa por vicioso adicto a esas cosas, se te pudrirán los pulmones.
.- Y tú quedaras gordo y diabético de tanto chocolate.
.- ¡Claro que no! Mírame, me parto de lo bueno que estoy, Dios se masturbo mientras me creaba ¡! –Si ese era su Ególatra y Vanidoso Mello.
.-Tu Modestia y Humildad me Conmueven –
.- Y tu Sarcasmo es tan Sutil que cuesta enconarlo – Siempre debía ser el quien de la última palabra.
Definitivamente se enamoraba mas a cada segundo que pasaba con ese rubio choco maniaco ególatra.
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