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-Takuya… yo… - Kanon-san me veía directamente a los ojos, mismos que de nuevo se llenaron con esas fastidiosas lagrimas, en su rostro podía apreciarse perfectamente la culpa que sentía de verme así, no pude mas, el no sabia como continuar, pegue mi cuerpo al suyo escondiendo mi rostro entre su cálido pecho, el pareció sorprenderse, mas correspondió mi abrazo -… ¿has comido algo? – pregunto acariciando mi cabello, negué con la cabeza mientras trataba de controlar los espasmos de mi cuerpo que eran residuos de las horas de llanto que llevaba -.. ven… vamonos…-
Kanon-san soltó de mi tan lenta y delicadamente que pereciera creyera que mi cuerpo era de cristal, tomo de mi rostro con ambas manos y paso la yema de sus dedos cerca de mis ojos, lo que me obligo a cerrarlos, fui capaz de sentir su tacto suave y frío a causa del mal tiempo, seco hasta la ultima de mis lagrimas derramadas, cuando creyó su labor terminada retiro sus manos de mi rostro, deje de sentir el rose de sus dedos por lo que abrí lentamente mis párpados, nos quedamos un momento mirándonos directamente, hasta que Kanon-san tomo mi mano con la suya y camino algunos pasos arrastrándome con el.
-¿a-adonde vamos?.. –pregunte mientras el amor de mi vida seguía caminando por el desolado camino de ese parque.
-Iremos a mi casa- me dijo una vez que estuvimos en la salida de el lugar, en ese momento soltó mi mano y camino hasta la orilla de la calle, viendo atentamente el pasar de los autos – tu y yo… tenemos que hablar –levanto su mano una vez que fue capaz de ver un taxi a unos cuantos metro de nosotros, con unas cuantas señas le indico que se detuviera, cosa que hizo, abrió la puerta de pasajeros y me indico que entrara.
Durante todo el camino nadie dijo una sola palabra, el leve sonido del radio en el auto rompía con nuestro silencio, de vez en cuando Kanon-san le indicaba al conductor el camino que devia seguir, mas su mirada siempre estaba dirigida al frente, recargue mi cabeza en el vidrio de la puerta, viendo un poco el paisaje afuera, “tenemos que hablar”… ¿qué era lo que debíamos hablar?, Seria que… ¿esta vez seria rechazado como se debe?. Después de todo, no le di tiempo de hablar nada cuando se lo dije, ¿cómo me lo dirá?, ¿Tratara de ser gentil? O simplemente me dirá que alguien mas ocupa su corazón, que mi confesión fue una estupidez y que el solo me ve como su amigo… cualquiera que sea su manera de decírmelo será doloroso… lo se bien, trate de prepararme mentalmente para no desmoronarme enfrente de el, lo que menos quería era que Kanon-san sintiera lastima de mi.
Los nervios recorrían mi cuerpo como un choque eléctrico, y antes de que me diera cuenta ya solo faltaban algunas cuadras mas para llegar al departamento de Kanon-san, mi cabeza se enredaba cada vez mas, formulando mas preguntas que respuestas, ya no podía controlar ese molesto nerviosismo, me sentía tan absurdo…, aquel auto se detuvo enfrente de ese edificio algo familiar para mí, abrí la puerta más cercana a mi lado y baje rápidamente mientras él pagaba al conductor para después bajarse al igual que yo, el taxi partió dejándonos solos, caminamos hasta la puerta principal donde nos recibió el portero, Kanon-san respondió a su saludo cortésmente conmigo siguiendolo, llegamos al elevador y presiono el pequeño botón rojo en la pared para llamar aquel ascensor que poco tardo en responder, subimos hasta el tercer piso y llegamos hasta la entrada de su departamento.
Kanon-san busco un momento las llaves de su hogar y dio con ellas después de algún tiempo –adelante… -me dijo una vez que había logrado abrir la puerta.
-Con permiso – hable mientras entraba, camine directamente hasta un pequeño sillón para poder sentarme, él entro después de mí y se dirigió a la cocina, oí el sonido de algunos trastes, pense levantarme para ayudarlo pero antes de que pudiera hacerlo el salió con un pequeño tazón de cereal en sus manos.
-Toma – llego enfrente mío acercándome el tazón para que lo tomara, cosa que hice, los cereales azucarados eran mis favoritos por lo que comenze a comerlos, Kanon-san se sentó a mi lado –tendrás que perdonarme pero no soy muy bueno cocinando, la ultima vez tuve que sobornar a Miku para que me hiciera algo decente de comer, la gente no vive de sopas instantáneas ¿sabes? –comento riendo de sus palabras, su sonrisa logro contagiarme así que yo también solté una risa divertida. -valla…- él me miro fijamente.
-¿qué?..- pregunte algo cohibido por ser observado, dejando el cereal en la mesita a mi lado
-Nada, es solo que…- Kanon-san se acerco lentamente a mi rostro, trate de alejarme un poco pero el borde del sillón no me lo permitió –había olvidado lo linda que es tu sonrisa.-
Yo le sonreí levemente –Gracias – respondí desviando mi mirada hacia un punto fijo en el suelo, de alguna forma sus palabras me alegraron un poco, espere un momento a que el dijera algo mas pero eso no sucedió, por lo que regrese mi vista a el, su rostro se veía confundido y eso me hizo sentir tan culpable… era como sí mi simple presencia hiriera su corazón, el clavo su vista al suelo y yo luche por que mis lagrimas permanecieran dentro de mi, lastimando mi interior y no a el.
-Kanon-san…yo…debo irme –le dije mientras me ponía de pie, camine directamente a la salida dispuesto a salir de ahí pero su hermosa voz me detuvo.
-¡espera! Takuya… tengo que hablar contigo –hablo, yo aun seguía de espaldas a el, trate de contestar algo pero…¿qué poda decirle? – sobre lo que me dijiste esta mañana…
-¡No importa! –grite para evitar que siguiera hablando –Kanon-san se que eso fue estúpido, por que despues de todo tu no sientes lo mismo por mi ¿no? Yo…yo solo quiero que Kanon-san sea feliz, así que olvida todas las tonterías que dije por que… por que… -esto es increíble… de nuevo estaba llorando, como detesto esto, lo odio, lo odio, lo o… - Ka-kanon…san…
no pude seguir hablando, Kanon-san me tenia sujeto contra su cuerpo de espaldas, rodeo mi cintura con sus abrazos atrayéndome mas a el, yo tome de sus brazos con mis manos, intente soltarme pero el me sujetaba cada vez mas fuerte, gire mi cuerpo para quedar de frente a el, apoye mis manos sobre su pecho para empujarlo, no quería que me viera así, devastado… con mi interior destrozado, desmoronándome a cada segundo que pasaba, rogándole a dios por que el enorme hueco que sentía en donde se suponía se encontraba mi corazón desapareciera.
-¡suéltame! ¡Déjame ya! –grite y grite exigiéndole que me liberara
-Takuya… yo también… Te amo… -me dijo antes de atrapar mis labios con los suyos, cosa que me dejo paralizado, sentía mis mejillas arder, no sabia como reaccionar, trate de decirle que parara, pero eso solo le permitió introducirse dentro de mi boca, sentí su lengua recorrer cada parte, chocando algunas veces con mi lengua inexperta que luchaba por seguirle el paso, Kanon-san empujo mi cuerpo hasta que choque con la puerta, rodee su cuello con mi brazos para profundizar aquel apasionado beso que poco tardo en cargarse de deseo, el deshizo el agarre de mi cintura y sus manos viajaron hasta debajo de mi playera.
Mis pulmones cada vez mas exigían mas por oxigeno, y al parecer lo mismo le sucedía a el, así que dio por terminado aquel beso, respire agitadamente, abriendo mi boca para inhalar algo mas de ese aire vital, Kanon-san se recupero algo mas rápido que yo, se agacho un poco para empezar a besar mi cuello, succionando pequeñas áreas de ves en cuando, levante mi cabeza para darle mejor acceso, mientras acariciaba su cabello, levanto con sus manos que aun seguían dentro de mi ropa mi playera blanca, mientras seguía entretenido jugando con mi cuello, mis piernas temblaban se sentían tan débiles, en mas de una ocasión estuve a punto de caer sentado en al suelo pero Kanon-san lo impedía abrazando mi cintura con uno de sus brazos.
-será mejor que… vallamos… a… mi cuarto – me dijo entre caricias y besos, yo estaba demasiado nervioso par hablar así que solo asentí con la cabeza, el me levanto del piso con algo de facilidad, rodee su cintura con mis piernas para evitar caerme, el intento caminas hasta su habitación pero solo logramos llegar a el sillón donde minutos antes estabamos sentados, caímos en el, Kanon-san estaba arriba de mi, así que aprovecho para deshaserse de una ves por todas de mi playera aventándola hacia algún lugar.
Kanon-san se alejo un poco de mi, obligándome a soltar mis brazos de su cuello, me observo durante un momento, ahora no solo eran mis mejillas las que ardían, todo mi cuerpo estaba en llamas, mi respiración cada vez se dificultaba mas, sentía los latidos enloquecidos de mi corazón tan rápidos que juraría estaba apunto de salir de mi interior, Kanon-san le presto especial atención a uno de mis pezones, succionándolo y ofresiendole pequeñas mordidas que no hacían otra cosa que volverme loco.
-Ka-kanon-san… aahh.. mm.. espe-esperaahh –era inútil hablar, de ves en cuando sentía el miembro de Kanon-san chocar contra el mío, lo que solo me hacia gemir mas fuerte, las ansias de sentirme suyo se apoderaron de mi cuerpo, así que lleve mis manos temblorosas hasta su playera intente torpemente quitársela de encima, el vio mis inútiles intentos y dejo de divertirse con mis pezones para darme un fugaz beso en los labios y luego quitarse aquella prenda.
-eres tan tierno –bajo su rostro hasta llegar a la altura de mi oído y luego me susurro aquellas palabras tan seductoramente que en ese momento sentí mi entrepierna doler, atrapada en aquella molesta pared de tela, se entretuvo un rato lamiendo el lóbulo de mi oreja, obligándome a soltar algunos gemidos.
En aquella posición tan incomoda en la que nos encontrábamos Kanon-san descendió hasta el botón de mi pantalón donde era mas que evidente la excitación que me invadía, desabotono mi ropa para quitármela junto con la ropa interior, después empezó a masturbarme, yo gemía cada vez mas fuerte, lleve mis manos hasta mi boca para ser capaz de callar esos gemidos, Kanon-san se dio cuenta de lo que hacia, así que con su mano libre trato de liberar mi boca.
-No hagas eso Takuya, quiero oírte gimiendo mi nombre… -me dijo mientras separaba mis manos de mi boca.
-pe-pero…es tan…ahhh… vergonozoso – respondí sonrojándome aun más (n/a: ¿todavía se puede? xD), Kanon-san me sonrío tiernamente mientras se acercaba una vez mas para besarme, el aun seguía masturbándome por lo que sentía que mi limite estaba por llegar, trate de indicárselo con mucha dificultad pero a el no pareció importarle, metí mis manos entre nuestros cuerpos para alejar las suyas de mi hombría pero fue demasiado tarde, me vine en su mano.
Lamió algo de mi esencia de sus dedos, me miro, sabia lo que vendría, así que le susurre un leve “esta bien”, abrió mis piernas para posicionarse en medio de ellas, algo inseguro acerco sus dedos que aun tenían parte de mi semilla hasta mi entrada, empezó por introducir uno… casi inmediatamente mi cuerpo se tenso, dolía, ¿de que me servia mentir? Introdujo otro y otro mas… movió sus dedos intrusos con movimientos circulares, justo cuando empezaba acostumbrarme a aquella molestia decidió retirarlos, fue entonces cuando el miedo y el nerviosismo invadieron mi mente, sabia que dolería… la pregunta era… ¿seria capaz de soportarlo?…
Kanon-san desabrocho de su pantalón y lo bajo hasta la altura de sus rodillas junto con su ropa interior, sustituyo sus dedos con su miembro, lo introdujo lentamente en mi interior, trataba de ser gentil, cuando por fin estuvo completamente dentro se quedo inmóvil por minutos que me parecieron horas, mordí mi labio inferior para ahogar eso gritos que me rogaban por salir, quería gritarle, ordenarle que se detuviera, aquel dolor punzante recorría toda mi espina dorsal, eran simplemente tan insoportable, clave mis uñas en la tela del sillón, trataba que algo de aire llegara a mis pulmones, pero cada vez que lo hacia aquel dolor se intensificaba mas.
-Takuya… ¿estas bien, amor? –oía la voz de Kanon-san tan lejos, a pesar de tener su rostro a escasos centímetros del mío, trate de responder pero era incapaz de dejar de morder mi labio que en algo apaciguaba el dolor, por lo que asentí levemente con mi cabeza, mis lagrimas no se hicieron esperar, aun con mis párpados cerrados lograron escapar, el comenzó a desaparecerlas de mi rostro con pequeños besos. –Si paro ahora dolerá mas… -
Trato tantas veces de calmarme a base de caricias, besos y tiernas palabras… después de un rato por fin pude acostumbrarme a aquella dolorosa intromisión, sabia que en cuanto se moviera dentro de mi ese molesto dolor regresaría y no sabia bien a que intensidad seria ahora, mas, me tragué todo mi miedo y le indique que siguiera, las embestidas comenzaron lentamente, entrando y saliendo de mi cuerpo con tanta delicadeza, las primeras de ellas trajeron el dolor consigo, pero después sentí una sensación tan excitante recorriendo mi cuerpo, mi piel vibraba a cada embestida, y ahora solo estaba ese desbordante placer, aquel vaivén incrementaba su velocidad a cada segundo que pasaba, pero estuvimos a punto de caer del sofá en mas de una ocasión, por lo que Kanon-san levanto mi cuerpo para Que el pudiera quedar sentado, me aferre a su cuello y el hizo lo mismo con mi cintura, encima de el sentí el mas grande de los placeres, tanto que me sentía enloquecer, entraba cada vez mas profundo, hasta que toco un punto exacto en mi interior que me hizo gemir fuertemente.
-Ka-kanon…san…ahhh…ya…no… ¡aahhh! –por primera vez en mi vida sentí lo que era un orgasmo, casi inmediatamente me vine, manchando nuestros vientres a mi paso, me beso por ultima vez antes de venirse el también, caímos de nuevo recostados en el sillón, con el encima de mi, una ligera capa de sudor emperlaba su pálida piel, a pesar de todo lo que habíamos hecho el respiraba casi con total regularidad, mientras yo aun era incapaz de siquiera hablar, pues el oxigeno me era simplemente insuficiente.
Sentía mis parpados tan pesados, mi cuerpo estaba agotado. –duérmete… -me dijo Kanon-san que parecía haber leído mi mente, él estaba acariciando mi cabello pegado a mi rostro a causa del sudor.
-Te amo… -susurre acariciando su mejilla para después cerrar mis ojos y caer rendido ante el cansancio y el sueño, no sin antes oír aquella encantadora voz pronunciando la más hermosas palabras que alguien pudo decirme.
-Y yo a ti… mi ángel…
*~ ¿FIN? ~*
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