~ 2 ~
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
¿Qué se supone que debería hacer?…
Si la persona más importante para mi me dice que me ama…
-Kanon-san…yo…¡Te amo!…- Fue lo que él me dijo, ese ida en donde habíamos ido a comer y conversar de cualquier cosa. ¿Cómo es que acabo así?
Ahora en aquel café donde vine la primera vez que mi corazón resulto confundido, miro al oscuro cielo y recuerdo su dulce rostro en aquel momento, sus ojos se encontraban fuertemente presionados, al igual que esos hermosos labios, el color carmín que tomaron sus antes pálidas mejillas solo era comparable con el intenso rojo de un tomate maduro.
En ese momento… quise abrazarlo, atraerlo a mi cuerpo y no dejarlo ir jamas, pero me era imposible…, lentamente abrió sus ojos esperando lo peor, lo mire inmensamente sorprendido ante su confesión, balbucee algunas palabras pero todas ellas sin relación coherente, mi cerebro se rehusaba a reaccionar, pero el recuerdo de aquel rubio sonriente el cual tanto ame llego a mi cabeza, el miedo y el shock invadieron mi cuerpo, camine algunos pasos alejándome de ti, y es que…no podía creer que algo como esto volviera a pasarme, no ahora…no contigo…
Quise preguntarte… ¿Por qué yo? Pero tu saliste corriendo en cuanto la luz verde del semáforo a nuestro lado te dio paso para seguir, no sabia bien si llorabas, pero algo muy dentro de mi me indico que haci era, grite… grite tu nombre algunas veces pidiéndote regresar, pero tu no parecías escucharme, quise seguirte pero mis piernas no me lo permitieron, se rehusaron a correr hacia ti, y me odie por eso, ¿Cómo es que puedo llamarme “un hombre” si dejo que tu te vallas así?. Después que se fue no supe que mas hacer, me quede ahí… paralizado por un buen rato, hasta que finalmente recibí la llamada preocupada de Teruki, pues había faltado por primera vez a un ensayo, todo por mi culpa…, Trate bobamente de controlar a nuestro baterista, le dije que yo iría a buscarlo y en un principio esa era mi intención, camine vario tiempo por las calles de esta ciudad, esperando ver esa hermosa cabellera rojiza de la cual el era poseedor, mas fue inútil.
No se bien como es que de nuevo llegue a este café, abrí la puerta de aquel establecimiento donde no había mas de diez personas, camine hasta una pequeña mesa, me quede un tiempo sentado sin pedir o hacer nada que no fuera ver aquel cielo hermoso, debatiendo con mi interior, pues mi cabeza y mi corazón estaban divididos ante la decisión, y es que… sufrí tanto cuando el se fue de mi lado, mi pequeño rubio, el único que se vería hermoso con esos vestidos tan bellos que se ponía, lo ame tanto, incluso ahora seria capaz de dar mi vida por el.
Pero ahora estabas tu…
Cuando llegaste al grupo me sentí renacer, a tu lado todo era magnifico, pacifico y maravilloso, de nuevo mi cuerpo comenzaba a sentir esas miles de sensaciones algo vergonzosas que siente alguien al estar junto a aquella persona especial, tu confesión esta mañana fue tan inesperada, justo en el momento en que pense que podía olvidar su recuerdo y llenar mi mente con el tuyo…
Una chica con traje de mesera se acerco a mi, me miro y puso en mi mesa una taza con algo de café en ella, me sorprendí un poco de aquello, y trate de recordar en que momento había ordenado algo, mas ella me sonrío, saco de la bolsa de su pantalón un pequeño pañuelo blanco y lo acerco a mi para que lo agarrara.
-No llore… por favor – Me dijo, insistiéndome para que tomara el pañuelo.
¿Cómo? Yo… estaba… llorando. Lleve una de mis manos hasta rozar mi mejilla, mis dedos sintieron esa humedad recorriendo mi rostro sin control, tome el pañuelo que me ofrecía y frote mis mejillas para borrar todo rastro en el de ellas, tome un pequeño sorbo del café que ella había traído. El tiempo pasaba tan rápido, de un instante a otro la noche había cubierto por completo a Tokio, cosa que me indicaba que era hora de regresar a mi hogar, seguramente el ya estaría en el suyo, el impulso torpe de ir a tu casa inundo mi cuerpo, por lo que pague rápidamente y salí corriendo a todo lo que mis piernas daban. Faltaba poco para llegar a mi destino, devia dar vuelta en la siguiente esquina y podría verte, tenia los nervios a flor de piel en ese momento, pero de nuevo mi celular comenzo a sonar, obligándome a contestarlo.
-Habla Kanon…
-¡Kanon! –era Miku al otro lado de la línea - ¿Takuya esta contigo?… -esa pregunta me hizo parar en seco.
-Por que lo preguntas…-conteste tratando de controlar la ansiedad en mi voz
-Pues…Ya sabes que hoy no fue al ensayo, así que pesamos en ir a su casa para ver si estaba enfermo o algo, pero llevamos un buen rato aquí y nadie nos abre –respondió algo decaído- ¿Sabes donde esta?
-No – mi boca respondió instantáneamente, mas luego recordé aquel lugar donde el y yo solíamos ir en esos hermosos días… -el parque..
Colgué algo apresurado de mi celular, sin darle alguna explicación a Miku quien siguió insistiendo, supongo que no hice mas que preocuparlo mas con mis acciones pero no tenia tiempo para dar explicaciones, corrí un vez mas, mis piernas empezaban a cansarse, pero no me detendría ahora, no cuando sabia donde estaba Takuya, la gente en las calles comenzaba a desaparecer a causa de la noche, llegue a ese parque con tan poco aire en mis pulmones que me vi obligado a respirar algo agitado, recorrí cada rincón del lugar con mi mirada, los faroles se encendieron iluminando casi por completo todo el lugar, camine algunos pasos adentrándome en ese lugar, obligando a mis cansadas piernas a obedecerme.
“Takuya…”, era el, sentado en un columpio, con su cabeza mirando al suelo, sus manos sostenían fuertemente de las cadenas, parecía que aun no se percataba de mi, por lo que camine lentamente hasta quedar enfrente suyo, fue entonces cuando me di cuenta, el… estaba llorando… ¿Cuánto tiempo lo habría estado haciendo?, Acaricie su hermoso cabello con mi mano, lo que hizo que se asustara un poco, levanto su rostro algo espantado, pero en cuanto me vio a mi se paralizo, vi directamente su rostro ahora demacrado, los rastros de sus lagrimas aun eran visibles, sus bellos ojos estaban algo rojos, trato de secar aquellas rebeldes lagrimas con la manga de su saco, intentado en vano ocultar esa inmensa tristeza que inundaba su cara.
-Ka-kanon-san… que… -me dijo mientras seguía frotando su rostro.
-Perdóname…- calle sus intentos de hablar, abrazándolo, siñendolo tan fuerte a mi cuerpo que por un momento pense que lo lastimaba, mas el no pareció quejarse, recargo su cabeza en mi hombro y respondió mi abrazo, nos quedamos un momento de esa manera, acaricie su cabello una vez mas tratando de reconfórtalo, y fue cuando sentí esas lagrimas chocar con mi hombro, humedeciéndolo cada vez mas. –No llores… -solté un momento de su cuerpo, solo para ser capaz de ver sus ojos directamente, que como predecía ahora eran inundados por esas lagrimas rebeldes, tome sus mejillas con mis manos, borrando las lagrimas con las yemas de mis dedos –Takuya…yo…
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español