© Los personajes de Naruto, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Palabras del Corazón
Prólogo
— Es muy linda — Sakura se sobresaltó en el momento en que el rubio rompió el silencio, y fue en ese instante cuando se atrevió a mirarle al fin, luego de todo el rato que llevaban allí los dos; aproximadamente un par de horas.
— ¿Qué? — Mas, que hubiese reaccionado no implicaba que también se avispara.
— Tu hija — aclaró, y no había que estar muy atento para darse cuenta de lo triste que se oyó eso último, así que Sakura a pesar de que no estaba del todo espabilada aún, pudo notarlo perfectamente. Y curiosamente eso la llevo a dirigir su interés al suelo.
— Sakura-chan — Naruto determinó que ya era hora de acabar con esa situación, y que si no lo hacía él, no iba a quedar de parte de Sakura hacerlo — ¿será que podemos hablar de una vez lo que tengamos que hablar? Ya me estoy aburriendo ttebayo.
La doctora se sintió triste al escuchar el repentino tono alegre de Uzumaki, era obvio que estaba tratando de animar la situación, y de paso reprimir sus sentimientos; como siempre. No podía entender cómo, ¿Por qué Naruto era así? ¿Cómo era capaz de sonreír como lo hacía en esos momentos?
"¿Por qué tenía que levantar la mirada?" se recriminó a sí misma.
Quería llorar, se sentía miserable. Era obvio que Naruto acaba de perdonarla, y eso la hacía sentirse como la peor persona sobre la tierra; y probablemente así era.
Detestaba esa capacidad en el rubio de hacer borrón y cuenta nueva, ¿Por qué no podía mostrarse resentido, gritarle, insultarle y en general reclamarle como lo haría cualquier persona normal?
No, él tenía que ser la persona más noble en todo ese redondo planeta llamado Tierra.
Pero eso no cambiaba nada, porque a pesar de como se pudiera sentir, Sakura estaba segura de que no cambiaría su decisión. Ella no iba a renunciar a él.
— Yo no deseo hacerte daño —, “Yo tampoco quiero hacerte daño a ti, pero no me queda otra opción”, hubiese querido decírselo; no obstante, no era capaz de hacerlo, no era capaz de confrontarlo cara a cara.
Porque era cobarde, y porque sabía que de enfrentarse a Naruto en forma justa y de frente, perdería antes de empezar. Y ella no estaba dispuesta a perderle. No a Sasuke.
— Por eso yo no voy a meterme entre ustedes — Ay... Naruto se lo hacía tan fácil y tan difícil al mismo tiempo.
No iba a meterse entre ellos.
Dolió escucharlo, tanto que tuvo que cerrar su ojos con fuerza y morder su labio inferior con igual intensidad para retenerlo; la punzada que sintió en el corazón.
No podía cambiar de opinión. Naruto no se merecía lo que estaba haciendo, pero Sasuke...
No, no podía, no ahora que lo tenía, no iba a dejárselo a Naruto, fuera como fuera...
— Y menos ahora que tienen un hogar— "Sí, definitivamente la peor persona sobre la tierra" tuvo que emplear su mano para cubrir su boca, en un intento de retener el llanto — Y a esa linda hija.
"Sí, la hija que yo te robé".
Sollozó, cuando ése último pensamiento cruzó su mente. Miró a Naruto buscando hacer contacto con sus ojos de zafiro, y el rubio le devolvió la mirada, aún con esa máscara suya, ésa que consistía en una bella y dulce sonrisa —. No llores Sakura-chan.
Era fácil decirlo, pero tenía razón. No podía llorar, tendría que asimilar que Naruto la iba a hacer sentir así cada vez que lo viera, tendría que aprender a vivir con ello.
La culpa.
Pero, si quería conservar lo que tenía, retener esa felicidad que había logrado obtener, al poder cumplir su sueño de casarse con Sasuke -aunque ese matrimonio no fuese válido en esos momentos- y formar una familia junto con su hija -aunque esa niña en realidad fuese hija de Naruto y Sasuke- tendría que actuar con determinación, y ser firme.
— Seguiremos siendo amigos, ¿cierto? — Ahí estaba de nuevo, esa sonrisa de oro. Iba a ser lo más difícil, sin embargo, iba a tener que devolvérsela, y actuar... como antes.
Ser amigos.
Otra vez.
— Sí, claro que sí Naruto. — Firme. Desde ese preciso momento.
Y comenzar con su plan.
Continuará...