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Palabras del Corazón por _Kawaikunoichi_

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© Los personajes de Naruto, son propiedad de Masashi Kishimoto.





Capítulo II:


Sobre lo mentirosa que podía ser Sakura





— Hola Naruto —saludó con sorpresa al verlo—. ¿No teníamos sesión mas tarde hoy? —indagó luego, le extrañaba que el rubio hubiera aparecido para atraparla cuando iba de salida para la hora del almuerzo, siendo que tenían una cita para la tarde, de hecho la primera; la de las dos.


— Así es Sakura-chan, pero necesito hablar contigo urgente, —Sakura lo miró un poco intrigada, acababa de notar cierta ansiedad en Uzumaki, y la forma precipitada en que entraba a su consultorio indicaba ser importante.


— Tuve un recuerdo. —Esa idea había pasado por su cabeza, ¿pero qué podría ser tan importante? Sakura empezaba a sentir los nervios, los mismos que había estado sintiendo durante el tiempo que llevaba tratando a Naruto (poco en realidad, desde que había regresado), aquellos nervios que se apoderaban de ella cada vez que el rubio tenía una memoria, los que le generaban el pensar en que, podía tratarse de cierta pequeña Uchiha pelirroja.


— ¿De qué se trata?


Hubo un largo silencio, antes de que Naruto dijera:


— ¿Qué pasó con mi bebé? —Dios... si eso no era ser directo. Sakura a pesar de que llevaba tiempo preparándose para ese momento, no pudo evitar sentir como si una fuerza invisible la empujase hacia atrás, afortunadamente -para ella-, fue capaz de reprimir con éxito cualquier expresión que la dejase en evidencia de alguna forma—. Sakura-chan por favor, necesito que me aclares esto dattebayo. Recordé algo sobre mí hablando contigo pero no estoy seguro. Es... confuso.


«Bien Sakura, ¡Fuerza! Ahora es cuando empieza todo» Se animó internamente la pelo rosado antes de abrir la boca para dar respuestas. Las que venía preparando especialmente desde que había decidido poner en marcha su plan.


Naruto vio suspirar a su amiga y como su expresión tomaba un aire apesadumbrado— Naruto... Si te soy sincera, temía que ese recuerdo llegara —claro que, no estaba siendo nada sincera, pero eso Naruto no lo sabía.


Ni lo sabría, a menos que fuese capaz de darse cuenta de que a partir de allí todo lo que su amiga dijese o hiciese, era parte de una espléndida actuación. Mas, eso no iba a pasar, pues por qué razón iba Naruto a sospechar de su mejor amiga de toda un vida. Aun cuando esta Sakura llegase a mostrase muy distinta a como es en realidad.


— ¿Por qué? ¿Sakura-chan qué pasa? —La forma de hablar de Sakura puso a Naruto en alerta, desatando su impulsividad. Lo que se evidenció al momento en que la sujetó de los hombros con desespero—. ¿Sakura-chan?


Sakura se zafó con suavidad—. Es que... —y caminó unos pasos dándole la espalda al rubio, que comenzaba a sentir un enorme temor por lo que podría oír—. Naruto no sé decirte esto sin causarte dolor, pero es que debo hacerlo.


— ¿Sakura-chan de que se trata? —Insistió Uzumaki adelantándose hasta quedar frente a ella otra vez. Afianzando más su temor al encontrar su cara de preocupación— ¿Sakura-chan...? —Su voz se volvía débil, y comenzaba a sentir como su corazón se oprimía dentro de su pecho.


— Naruto, de verdad, lo menos que quiero es causarte un sufrimiento tan grande —Sakura estaba tomándose su papel muy enserio, su dramática interpretación se veía bastante real—. Pero aunque sea difícil yo... Considero que es mejor que lo sepas de una vez. —Y no mentía en eso último, sólo que era lo mejor sí, pero para que su plan siguiera viento en popa.


— ¿Qué...?


Otro largo silencio se hizo presente, antes de que Sakura pronunciara:


— Tu bebé murió, Naruto.


Oh vaya, aquello había sido un golpe muy fuerte. Naruto acababa de quedarse estático, que digo, totalmente paralizado. ¿Muerto? ¿Su bebé? Imposible.


— Saku...


—Lo siento Naruto. —No lo podía creer, sus ojos zafiro se habían empañado. Su bebé había muerto, tanto que trabajó, tanto que le costó poder cumplir ese sueño de tener un hijo, y cuando parecía haberlo logrado, resulta que al final fue un absoluto fracaso.


— ¿Cómo? —Necesitaba saberlo, y la intensidad de su mirada le hizo comprender a Sakura, cuál era su pregunta. ¿Es que acaso no había funcionado?


— Fue cuando se dijo que habías muerto —por lo que la chica no dudó en responder, con ese tono de amargura y sufrimiento en su voz—. Eso fue muy duro para todos. Y bueno, el embarazo estaba en principio, tú lo sabes, si acaso una semana, y además era de alto riesgo... — Hizo una larga pausa, en la que su mirada y la del rubio se mantuvieron en contacto—. El shock por lo de tu supuesta muerte —su voz se quebró al punto en que se oía ahogada — fue el causante de un aborto espontaneo. —Y las lagrimas salieron a escena.


Naruto por su parte era una estatua viviente.


Duro, demasiado duro, su hijo ni siquiera había llegado a nacer.


— ¿Pero Minako...? —inconsciente dentro de su gran tristeza, expuso su duda, volviendo a tomar desprevenida a Sakura. …l tenía el deseo de que Minako fuese su hija. Pero de haber sido así se lo habrían dicho ¿no?


— Tu pensaste... —Sakura, sabía que podía haberlo pensado, después de todo Minako tenía la edad correcta. Y pues... en realidad eso era exactamente, Minako era su hija, la hija de Naruto. Pero eso nadie debía saberlo, para todos Minako era solo su hija y de Sasuke, y así seguiría siendo—. Minako es mi hija, Naruto. Sé que por su edad ella... —La lentitud y recelo con que hablaba Sakura, daba todavía más drama al asunto.


La pobre amiga sufrida, que se sentía culpable por haber traicionado a su mejor amigo con su esposo.


Naruto reconocía el mensaje indirecto que venía en todo eso, él no era tonto después de todo. Aunque no se hubiese detenido a detallar ese asunto. Sakura y Sasuke habían concebido a su hija prácticamente acabando él de «morir» (al menos eso era, para los que no sabían la verdad).


El la miró tan lleno de dolor que Sakura sintió remordimiento.


— Minako es mi niña, yo la tuve. — Mas, ella no se iba a echar para atrás, eso era algo que ya tenía bien decidido—. Sasuke y yo estuvimos juntos muy poco tiempo después de que nos dijeran que habías muerto, —Naruto solo la escuchaba mientras a Sakura el molesto sentimiento de culpa comenzaba a invadirla. Ella a pesar de todo, de verdad se sentía mal de provocar tanto daño a Naruto— Y me siento culpable, sé que fue una traición a tu memoria, pero las cosas se dieron así y...


Cuando se dio cuenta, Naruto en un arrebato, había salido y a ella ni le había dado tiempo de reaccionar. Solo pudo mirar la puerta y pensar: «Tal vez estoy llegando demasiado lejos».


Comenzaba a pensar que la culpa no se disiparía nunca. «Pero no voy a perder a Sasuke». No obstante, estaba dispuesta a soportarlo. Todo fuera por tener al moreno a su lado, por seguir siendo su esposa y la madre de su hija.


Todo en ella giraba alrededor de Sasuke. Sakura no se daba cuenta de que lo suyo no era más que una obsesión malsana que había reprimido antes al saber que sus dos mejores amigos se amaban. Por ellos se había hecho a aun lado. Aquella vez, Sakura había actuado con madurez y verdadero amor, al consentir que fuercen felices juntos. Pero si bien eso era cierto, también lo era que Sakura jamás, había tenido una verdadera esperanza de tener a Sasuke para ella. Por eso cuando vio la oportunidad en sus manos...


Estaba llegando muy lejos sí. Y mucha gente incluida ella misma iba a salir herida. Naruto quizás era el que, en mayor grado tendría que sufrir por ello. En esos momentos lo había lastimado tanto... El rubio se sentía miserable. Tanto Ino que se cruzó con él en los pasillos cuando iba de salida, como su hermano que lo esperaba afuera lo notaron claramente.


Deidara por supuesto, no perdió tiempo en seguirlo.


—Naruto.


— Abre —dijo Naruto desde el lado de copiloto, totalmente inexpresivo, luego de intentar abrir la puerta si éxito. Deidara le miró molesto; sin embargo se limitó a sacar las llaves del auto de su bolsillo y a desactivar el seguro con el control remoto.


Apenas escuchado el sonido de los seguros al subir, Naruto abordó el coche y su hermano le imitó.


— ¿Podemos irnos? —preguntó irritado, al ver que Deidara no tenía intención de poner el auto en marcha.


— ¿Se puede saber que te pasa, hum? —contraatacó el rubio mayor, en el mismo tono. ¿Pero que se creía Naruto? Está bien que fuera su hermanito querido, pero que pretendiera mangonearlo, era algo que Deidara no iba a permitir.


Naruto se dio cuenta de que se estaba comportando mal. Miró a Deidara y se disculpó—. Lo siento Dei, —había salido tan molesto de la clínica que, ya la iba pagando con el primero que tenía al frente, en ese caso su hermano.


— ¿Qué te pasa, Naruto? —volvía a preguntar este último, esta vez con un poco -solo un poco- más de calma. Estaba bastante fastidiado a decir verdad, primero llegando a casa, Naruto lo había arrastrado para que lo llevara a la clínica a ver a Sakura. Luego allá se había, prácticamente lanzado del coche y más rato, después de estar esperándole en la recepción, había pasado corriendo de nuevo, para llegar al auto y ordenar que lo llevara de vuelta, ¿se creía que era su chofer acaso?


— Es muy complicado de contar —murmuró el menor, prácticamente encogiéndose en su asiento, y clavando la vista al suelo. Deidara continuó mirándole un buen rato, más que nada reuniendo un tanto de paciencia -de donde no tenía-, para después proponer:


— Bueno, me tomaré la tarde libre, iremos a la casa y me contarás todo, hum —al tiempo que comenzaba a arrancar el auto. Por su forma de decirlo, estaba dejando claro que el asunto iba sin derecho a réplica.


— ¡Espera! —A lo que Naruto realmente no tuvo ninguna objeción—. Te lo contaré todo, lo prometo. Pero... —sólo que, él tenía algo que hacer antes—. ¿Podrías llevarme a mí casa primero? Quiero decir... a casa de Sasuke. —El poquito ánimo que comenzaba a recuperar se le fue abajo de un jalón. Se sintió pésimo al tener que rectificar eso último. La casa de Sasuke ya no era la suya.


Deidara hubiese protestado, de no ser porque se percató del bajón anímico de su joven hermano. No le tocó de otra más que suspirar con hastío y complacerlo; era débil cuando se trataba de él. Por lo menos ya le había prometido que le iba contar todo, ya se encargaría más tarde de que cumpliera su palabra.


En silencio condujo hasta que, una media hora más tarde estaban llegando a la residencia Uchiha.


Apenas llegar, Deidara pensó que tal vez sí debía haber ignorado la petición de Naruto. ¿La razón?


— Vaya... miren a quién tenemos aquí. —El imbécil -según Deidara- de Itachi Uchiha, iba aparentemente de salida.


Y así era, solo que de repente sus planes habían cambiado. Les sonrió a los recién llegados, una sonrisa que a Deidara se le hizo demás de petulante, y les abrió paso con un gesto elegante, indicándoles que ingresaran dentro de la casa.


— Hola Itachi —Naruto saludó a su ex-cuñado, mientras entraba, rompiendo así la tensión que se había generado en la puerta de la casa— ¿Está Sasuke?


—Hola Naruto. Sí, Sasuke está arriba en su cuarto con Minako —respondió con sincera amabilidad y cortesía; Itachi adoraba a Naruto.


Uzumaki no perdió tiempo y «como Pedro por su casa», subió en busca del moreno. Afortunadamente no se había equivocado en su suposición, y Sasuke sí estaba en su casa. …l ya sabía que en la clínica no podía estar, porque se había enterado de que no estaba trabajando, aunque no sabía muy bien los detalles. Mas, dados los sucesos ocurridos horas atrás, de alguna forma tenía el temor de no encontrarlo. En verdad necesitaba verle, no estaba muy seguro de que hacer exactamente, o mas aun que decirle; sólo que necesitaba verlo.


Por otro lado, Deidara permanecía en la puerta, renuente a entrar y a Itachi se le empezaban a crispar los nervios. Algo que solo era capaz de lograr ese rubio frente a él, que ahora lo miraba indiferente.


— ¿Te importaría entrar de una vez? —habló con absoluta calma.


— ¿Qué no ibas de salida? —todo lo contrario a Deidara, cuyo tono de voz denotaba perfectamente algún sentimiento negativo que realmente Itachi no lograba definir.


¿Por qué Deidara tenía que ser tan complicado?


Itachi sin cambiar su actitud tan perfecta, lo sujetó del brazo -brusco- y lo arrastró adentro.


— ¿Q-qué haces? ¡Suéltame, hum! —El chico trató de soltarse, pero no tuvo mucho éxito, le caía pesado tener admitir que el Uchiha era demasiado fuerte, por lo que terminó cumpliendo su cometido, y lo arrastró hasta ¿el estudio?


Mas bien lo tiró adentro y cerró la puerta con pestillo


— ¡¿Qué crees que estas haciendo?! —reclamó furioso Deidara una vez asimiló la situación. No obstante Itachi sólo lo veía desde la puerta, donde se había quedado recargado y de brazos cruzados.


— ¿Qué? ¿No me vas a responder? ¿Qué es lo que haces, Itachi? —reiteraba ya echando chispas de la cólera.


— Eso debería preguntarte yo a ti —era un claro reclamo, a pesar de lo monocorde de su tono vocal y Deidara sabía perfectamente por qué. Aunque eso no quería decir que le fuera a responder.


— ¿De qué hablas, hum? —«Pero qué cínico» pensó Itachi al tiempo que rodaba los ojos. ¿Cómo era capás de hacerse el desentendido, así? No tenía idea de a qué estaba jugando Deidara, pero de lo que sí estaba seguro era que el rubio ese, no iba a hacer lo que le diera la gana con él.


Aunque ya lo estaba haciendo, desde hacía tiempo.


— Hablo de que llevas un mes entero ignorándome. Te llamo y no me contestas, y cuando lo haces, seguramente por descuido, me cuelgas. Digo, porque apenas te das cuenta de que soy yo me trancas si decir media palabra.


— Bueno, ¿qué quieres? No ves que mi hermanito resucitó, no puedes pretender que tenga tiempo para ti, hum. —A Itachi le enfureció de sobremanera, la forma en que dejó ver lo insignificante que era para él.


A paso sosegado se acercó al de ojos azules, que había vuelto a ponerse su traje de indiferencia, y ahora tenía las cara ladeada mirando algún interesante punto en la pared.


— Escuchame Deidara —Itachi no se permitía perder los estribos, aunque estuviera con unos deseos enormes de sujetarle y darle una buena sacudida al rubio ese—. Te recuerdo que tú fuiste el que comenzó con todo ese juego de los... «amantes».


Deidara le miró severo, cuando Itachi le sujetó de la barbilla. ¿Ahora resultaba que le iba a salir con ese tipo de reclamos?— Ni que tú hubieses puesto mucha resistencia, hum.


Era verdad, debía admitir el Uchiha, pero... tampoco era que le había dejado muchas alternativas. Deidara era el que había estado actuando como todo un: «uke violador en potencia», o algo por el estilo. ¡Por Dios! ¿Qué quería que hiciera? ¿Qué dejara pasar el asunto así nada más? No podía, porque no y punto.


— No te quieras pasar de listo. —Comenzaba a enfadarse de verdad, y comenzaba a demostrarlo también. Sin embargo otra cosa que estaba clara era que, ese enfado era más que con Deidara, consigo mismo, por permitir que el rubio lo tratase como lo hacía.


Más cuando se suponía que debía haberse librado de él completamente cuando firmaron el divorcio, a más de un años atrás.


— Bueno, bueno, ya se que no puedes vivir sin mí, hum —la voz melosa y los brazos enredándose alderredor de su cuello, lo sacaron de sus divagaciones internas—. Pero adivina qué... —La forma tan sugerente en que le habló al oído, le desarmó por completo—. Yo sí que puedo vivir sin ti, cariño.


Aunque no tanto como para reaccionar de inmediato cuando Deidara intentó alejarse. Fue un movimiento muy rápido, cuando le sujetó de la muñeca y lo atrajo a su cuerpo, para amarrarlo a él—. ¿Ah sí? —Qué le fuera a otro con esa mentira. Si pudiese vivir sin él como decía, no lo habría perseguido hasta el cansancio, luego de que fuera el mismo rubio quien quiso divorciarse. Y tampoco tendría esa expresión de: medio susto, media vergüenza. Ni el corazón tan acelerado—. Permítete dudarlo —mucho menos le habría correspondido a ese beso feroz que ahora le propinaba.


Naruto miraba desde la puerta de la que fuese su antigua habitación de matrimonio, una escena de lo más encantadora.


— ¿Te vas a quedar ahí todo el día o que? —Habló Sasuke una vez se cansó de esperar, para ver hasta que horas se iba a quedar Naruto husmeando tras la puerta.


Naruto tuvo un sobresalto. Rió nervioso, mientras terminaba de abrir la puerta enteramente, al tiempo que Sasuke rodaba los ojos y murmuraba un—: usuratonkashi... —que Naruto oyó perfectamente por cierto, como era la intención del moreno.


— Primero, procura no hacer escándalos que vas a despertar a Minako —Sasuke hablaba suave, pero el tono autoritario en su voz era igualmente notable, y más la mirada que le dio, al rubio le quedó clara la advertencia.


Naruto, lento se acercó hasta quedar de pié junto a la cama, justo frente a Sasuke, quien estaba recostado de lado—. ¿Qué quieres? —Naruto sabía que de no ser porque la niña estaba ahí, Sasuke no estaría siendo tan «amable».


— No sé... —Sasuke frunció el ceño.


—¿Cómo que no sabes?


— Es solo que yo... tú... hace rato —Naruto no tenía idea en verdad de qué decir. Estaba ahí por un impulso, y pensó que cuando llegará allá y estuviera frente a Sasuke, sabría que hacer, pero se equivocó. En realidad estaba confundido, dolido por la noticia que le había dado Sakura, y lo primero que había sentido era que quería estar con Sasuke.


En ese momento se dio cuenta. Quería consuelo de él. Antes siempre había contado con él. Pero ya no tenía ese privilegio.


Y ahora que caía en cuenta, ¿No debía haber pensado en Kakashi? Al fin de cuentas él era su pareja ¿no? Era a él a quien debería estar deseando abrazar.


¡Bah!... Para qué engañarse, era más que obvia la razón.


— Si no tienes nada que decir, mejor vete, porque yo no tengo nada que hablar contigo.


— Sasuke...


— A menos que sea para lo de nuestro divorcio —¿Divorcio? Esa palabra lo alarmó. Miró totalmente sorprendido a Sasuke, pero este estaba más concentrado observar el rostro dormido de su hija.


— ¿Divorcio? —Las letras salieron de su boca con dificultad. Sasuke así mismo, sin molestarse en mirarlo, solo dio un suspiro, y respondió:


— No pretenderás que sigamos casados... ¿o sí?


No. Por supuesto que no. Si lo pensaba, era lo más lógico que ellos se divorciaran, para así cada uno poder seguir su vida. Le dolió. Mucho.


Durante unos cuantos minutos, permanecieron en un silencio incómodo y pesado.


Naruto se quedó observando con suma ternura a la bebé por largo rato y le comentó, lo que ya había pensado desde la primera vez que la había visto.


— Tiene tu misma cara ttebayo —estaba seguro, había visto fotos de Sasuke de pequeño y esa niña era idéntica, tenía la misma carita nívea. De no ser porque tenía el cabello rojo brillante y los ojos claros, sería su viva copia.


Sasuke no dijo nada. Y no fue hasta que escuchó la puerta cerrarse que se atrevió a voltear, sólo para comprobar que se había marchado. Sonrió con algo de ironía. Se le hacía gracioso que Naruto la viera igual a él. Cuando aunque fuese toda una locura; a él se le hacía muy parecida al rubio.


Sobretodo en esos espectaculares ojos azul zafiro.


Naruto por otro lado, ya sentía la cabeza como si le fuera a explotar, tuvo que agarrarse fuerte del barandal de la escalera, para no terminar rodando abajo cuando una punzada le atravesó el cráneo.


Ese día había resultado toda un locura. Bueno, más bien las últimas ¿tres?, ¿cuatro horas? No estaba seguro.


Y pensar que había visto una esperanza, y en menos de un parpadeo ésta se le había escapado. Su bebé... quizás era lo más doloroso de todo. Y todo por culpa de ese condenado secuestro del que todavía no se conocía motivo ni culpable, solo que al parecer la persona que lo hizo lo quería bien muerto. Tal vez al final no lo habían logrado, pero bien que le habían malogrado la vida por completo.


— ¿Deidara? —Le pareció raro no ver a su hermano en la sala una vez que llegó allí. Tampoco había señales de Itachi, ¿podría ser que Itachi se hubiese ido y Deidara estuviera afuera?


Se acercó a la puerta de la casa, salió y se extrañó aún más al no haber nadie a la vista. Sin embargo el auto de Deidara estaba allí al frente, cruzando la calle. Iba a volver a entrar a la casa, suponiendo que Deidara tendría que estar allí en algún lado; no obstante, algo lo detuvo.


Más específicamente una voz.


— ¡Demonios Sakura tienes que decirle la verdad! — ¿Esa era Ino?


— Ya basta Ino, ¡Ya! —Caminó unos pasos hacia el lado de la casa donde estaba el garaje, que era de donde aparentemente provenían las voces— Ya te dije que no me voy a echar para atrás en esto, y más te vale que no abras la boca, y ya cállate que alguien nos puede oír —al parecer estaban discutiendo por algo serio. Se oían bastante alteradas las dos.


Le intrigó. ¿Por qué estarían peleando así? Ellas se paleaban mucho, pero nunca las había oído en ese tono.


— ¡Pues ojalá! Así se sabría todo de una vez.


— ¡Qué te calles Ino-cerda! —Sakura se oía muy desesperada por que Ino dejara el asunto quieto.


— ¡No! ¡No me voy a callar, y no te voy a dejar en paz hasta que le digas la verdad a Naruto!


¿Verdad?


— ¿Por qué le inventaste un mentira tan fea?


— ¡Maldición Ino, Ya!


— ¡No hasta que le digas que Minako es su bebé!


¿Qué rayos?...





Continuará...


Notas finales:

Uf... sí que me costó sacar este capítulo =S Yo espero que haya salido bien u.u

Bien, agradezco a todas las personas que han llegado hasta aquí :D También a los que me dejaron review en el cap pasado.

yuriloveless, Kio, Nanami_69, hazare, Sawara Emily, kyoko chan13, BiShOuJiTo, Neko cham, Lorena.

Muchas gracias a todos de verdad, espero que les siga gustando el fic, y que lo puedan seguir leyendo. Todos tienen sus respuestas.

Las actualizaciones, serán entre una y dos semanas, depende que tan enrollado se me haga el capítulo xD, pero trataré de no tardar más que que eso. ^^

Hasta el próximo cap. Adiós :D


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