Se encontraba parado frente a los enormes ventanales de su habitacion de hotel, ensimismado en sus pensamientos, ese seria el dia.
Por la mañana el habia tenido que ir a dar un concierto y para cuando regreso Yuki se habia marchado ya a una fiesta de su editorial por las multiples copias vendidas de su nuevo libro
De la nada unos fuertes brazos lo rodearon por los hombros.
-Volvi- murmuro el rubio comenzando a besarlo por el cuello mientras intentaba subir la playera del pelirosa, el chico no lo habia escuchado llegar.
-Yu...yuki...matte...-
-Porque?- pregunto el ojimiel delineando el orificio de su ombligo por debajo de la ropa y arrinconando aun mas al chico contra el vidrio, Shuichi tuvo que hacer gran esfuerzo por no dejarse llevar, se volteo haciendo uso de toda su fuerza y logro apartar al escritor de su lado.
Yuki gruño molesto y se sento al pie de la cama llevandose de inmediato un cigarrillo a los labios fumandolo furiosamente.
Lentamente, el pelirosa acomodo su playera y demas vestimenta antes de dirigirle palabra.
-No te enfades Yuki- dijo sentandose a su lado
-Quien esta enfadado? ni que necesitara tanto de un polvo contigo...- Shuichi le quito lo que quedaba de cigarro apagandolo en el cenicero con el emblema del hotel, luego tomo al rubio por la muñeca obligandolo a seguirlo.
-Baka! que diablos te pasa?mi cigarro!- se quejo sin obtener explicacion -Oye, mocoso! sueltame, a donde me llevas??- salieron del cuarto iniciando a andar por un estrecho pasillo, odiando la sensacion de ser controlado a mitad del recorrido Yuki se safo del agarre bruscamente -Te he dicho que me sueltes!- le grito.
El de ojos amatistas le hablo sin mirarlo aun.
-Tu sigueme vale?- el pelirosa enlazo su mano con la de el y reanudaron la marcha.
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-Lo esperabamos Shindou-kun- los recibio un mesero estirado al llegar al restaurante del hotel
Shuichi se limito a agradecer.
Yuki miro alrededor sin comprender aun que rayos hacian ahi
Era una terraza al aire libre, cuatro mesas tenian encima floreros llenos de rosas blancas y rojas y habia una mas con un par de velas al centro y platos para dos.
El escritor no pregunto, aunque tuviese ganas de hacerlo, se sento al lado de Shuichi a esperar su comida.
Fue una cena que transcurrio con normalidad, el ambiente se destenso cuando les hicieron llegar una botella de vino a la mesa, pero aun asi ambos permanecieron callados todo el tiempo.
E insisto, Yuki seguia sin comprender
Al terminar la comida Shuichi se levanto de la mesa yendo a mirar por el balcon.
La inusual aura seria y misteriosa que el baka emanaba intrigo al rubio que tambien se levanto a observar con el chico presintiendo que pronto hallaria respuestas.
Despues de unos segundos mas de silencio el ojivioleta se volteo a mirarlo siendo imitado de nuevo por el rubio que estaba expectante a lo que su mocoso dijera.
-Te casas conmigo???- solto sin rodeos extrayendo de la bolsa de su pantalon una cajita forrada de terciopelo negro con un arillo de plata dentro.
El menor tuvo miedo al ver duda en el rostro de su amante.
-Podria un hombre decir que no ante esta situacion??- pregunto abriendo los brazos de par en par aludiendo a la cena a la luz de las velas, el aroma exquisito del vino, la cambiante ciudad frente a ellos con todas sus luces brillando para los dos.
Yuki sonrio de lado, tomo el rostro de Shuichi y acaricio su mejilla provocando que el pelirosa cerrara los ojos al contacto con aquella calida mano.
-Debe Yuki Eiri decir que no ante esta situacion- sentencio en un acto de dulce crueldad aplastando las esperanzas de Shuichi por efimeros instantes.
El chico penso lo que habia oido y le miro con mas intensidad sonriendo de oreja a oreja impregnando de seguridad su voz, haria lo que fuera para no tener un "no" por respuesta.
-No duermen Yuki Eiri y otros hombres bajo las mismas estrellas? porque debes precisamente tú de negarte?-
-Insinuas que soy identico a los otros?- dijo el rubio apartando su mano fingiendo enfado, internamente, lo estaba disfrutando, esas charlas serias con el chico llenaban de pasion al escritor
-Insinuo- lo atrajo hacia el por la corbata -Que lo eres en contadas ocasiones, que esta sea una de ellas- El rubio se acerco mas a el, hasta hacer que sus labios se rozaran y Shuichi pudiera sentir la respiracion de su novio chocar contra la suya.
-Aun no se que es lo que quieres de mi...- hablo por lo bajo.
-Que sea ilegal que estes al lado de alguien que no sea yo- respondio el pelirosa astutamente.
Y aunque no solia hacerlo muy a menudo, Yuki sonrio.
Tomo a Shuichi por el cuello de la playera arrastrandolo de nuevo a la mesa, apago las velas, jalo de una de las esquinas del blanco mantel e hizo que todo se estrellase contra el piso estruendosamente, luego en un rapido movimiento tumbo al pelirosa en la mesa.
-Yuki que haces??- pregunto sobando la parte de su cabeza donde se habia golpeado al impactar con la madera.
El rubio quien no respondio, Shuichi, que habia logrado sentarse, sintio como era despojado de su playera y de nuevo lo volvian a recostar en la fria mesa.
La lengua del escritor recorrio parte del pecho del pelirosa arrancando un grito ahogado de placer de sus labios
-Yu...ki...los meseros, vendran- trato de hacerlo reaccionar
-Con lo que escuchen, no creo que se atrevan a acercarse siquiera- respondio el rubio atrapando sus labios en otro apasionado beso mientras sus manos expertas frotaban su entrepierna por encima de la ropa.
Dandose cuenta de que se estaba dejando llevar Shu termino aquel beso prolongado y volvio a sentarse en la mesa.
-Yuki, enserio aqui no...- el rubio le clavo la deseosa mirada.
-Esto de aqui no dice lo mismo- le espeto volviendo los movimientos de su mano mas rapidos. Shuichi arqueo la espalda del placer y en contra de su vencida voluntad enredo sus piernas a la cintura del rubio buscando mas contacto entre ambos cuerpos. -Ves?- se mofo Yuki del chico.
Lentamente el rubio bajo el pantalon de su amante que ya no pudo oponer resistencia y mejor contribuyo con todo aquello dejando a Yuki en sus mismas condiciones.
El ojimiel prosiguio con su labor de atender a Shuichi llevandose el miembro erecto del pelirosa a la boca, lamiendolo, mordiendolo y succionandolo de la mas excelsa manera.
Cuando unas gotas de la blanca semilla del chico empezaron a derramarse en su boca lo penetro sin dudar sintiendo los dedos de su pelirosa aferrarse a su cabello con furza un tanto dolorosa.
Al levantar la mirada se encontro con un par de ojos encendidos y llorosos y un lindo labio tembloroso siendo mordido con furia.
-No te reprimas Shuichi- pidio sensualmente el rubio susurrandole todo aquello al oido, queria escuchar hasta el mas leve gemir salido de esa boca
-Ah....Yuki, bastardo, duele...- dijo entre jadeos cerrando con fuerza los ojos y dejando sus lagrimas caer
-Si te gusta lo que tu bastardo posible esposo te hace, no te quejes- le recrimino iniciando el vaiven de sus caderas.
Pero el niño no paraba de llorar, sin dejar de embestirlo con algo de suavidad se acerco a su pecho lamiendo uno de sus duros pezones y masturbandole con la mano para hacerlo olvidar el dolor.
La dulce carita llorona desaparecio a los pocos segundos, las caderas del pelirosa se arquearon y sus piernas se enredaron de nuevo al mayor buscandolo mas dentro de si.
Sus embestidas se movieron a la par de su mano hasta que esta se vio lenta en comparacion.
Yuki reconocio la cara que su novio le mostraba, aquella que le indicaba que su orgasmo estaba cerca.
-Asi que si puedes aguantar?- dijo, porque sabia que a los segundos de esa cara el menor se venia, y aquella noche estaba tardando
-Ah...no...mmm...mucho...ah...-
-asi que, como se dice?-
-Mas por favor- rogo haciendo un colosal esfuerzo para medio levantarse de la mesa.
Clavo los dedos en la espalda de Yuki, mordio su lobulo traviesamente y finalmente lo beso enredadndo su ansiosa lengua con la de el, explorando y degustando el sabor de esa cavidad que tan bien conocia.
-Buen chico- lo apremio el escritor cuando su boca se hallo libre.
Sus embestidas aumentaron de furza encontrando todos aquellos puntos que hacian al pequeño pelirosa vibrar de placer.
Podia escuchar la ruidosa y exitada respiracion del cantante estrellandose en su oido, para el esa siempre seria la mejor cancion que el chico interpretaba.
Se vino en su interior y milagrosamente Shuichi resistio hasta ese entonces tumbandose sudoroso en la mesa por el esfuerzo
Yuki lamio el semen del vientre del pelirosa y recorrio todo su pecho llenandolo de besos cariñosos al pasar terminando por un ultimo beso en el cuello y una caricia a la mejilla
-Acepto...- susurro en su oido de forma tal que hizo al pequeño estremecer -Atente a las consecuencias, de que seras mio hasta que la muerte nos separe-
-Te amo Yuki- siseo Shu apenas rozando los labios del mayor
-Yo a ti baka-
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