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Lo que siento por kyuketsukikurai

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Notas del fanfic:

Este es el segundo fanfic que publico en esta pagina, luego del fan fic yuri , debia hacer uno yaoi y aquí esta. La idea para la historia surgio hace poco...y gracias a algunas personitas. Espero que les agrade.

Aún no entiendo como ocurrió…Pero de en verdad, estoy viviendo esto. Recuerdo mi infancia y ahora, teniendo dieciséis años de edad veo que, aunque no es muy notorio, muchas cosas han cambiado ¿Qué es lo que ocurrió?...Ya lo verán.

Mi nombre es Martin, no se si considerarme alguien
guapo…Tampoco lo he pensado cada mañana que me miro al espejo. Tengo tez blanca, cabello castaño claro, a veces dicen que es rubio, pero no, es castaño claro, nada de rubio señores. Mis ojos son de un verde claro bordeando el iris de un color casi celeste.

Faltaría mi personalidad…Soy muy buena persona, simplemente me cuesta llegar a odiar a algo o a alguien. Muchos conocidos me consideran la persona más amable que han visto…Pero que puedo llegar a ser un poco molesto. Es que como no puedo enojar… ¿Me agarran rabietas de niño?

Ese chico me describe como “Cachorro que ladra. Pero como perro que ladra no muerde, mucho menos un cachorro asustadizo.” Que descripción…No es la primera que me hace.

Ese chico es quien… ¿Se robo mi corazón? Si, él y nadie más. La persona que me hizo perder el juicio…De la única que recuerdo haberme enamorado en estos dieciséis años. Bueno, desde que tuve la edad para darme cuenta de ello, que fue cuando tenía ocho años.

A los ochos años…Solo tenia ojos para… ¿Mi mejor amigo? Si, eso éramos y lo que somos. Nos conocemos desde que íbamos al kínder, desde el primer “hola” nos caímos bien y desde entonces no nos separamos uno del otro. Fuimos juntos a la primaria y ahora a la misma secundaria…Lamentablemente en diferentes cursos.

Lamentablemente…Si, aunque tan solo sean por unas horas, lo extraño. Pero seguramente debe ser mejor, sino no me resistiría a saltarle enzima y abrazarlo hasta dejarlo sin aire. Bueno…Lo hago, pero no tan exageradamente como lo describo. Además todos se darían cuenta fácilmente.

La única que pudo adivinarlo, por así decirlo, fue mi prima. Me dijo que se había dado cuenta hace mucho tiempo, hasta en los tiempos en que yo no era tan demostrativo, que lo abrazo y un largo etcétera, pero sin llegar al acoso ¿O lo es?

Al final tuve que afirmarle a Natalia sus sospechas y se lo tomo como lo mejor del mundo. Ella si que es alegre, nunca la vi mal por nada, vive con su sonrisa que parece que ilumina todo un lugar…y te deja ciego. Yo comparto un poco de eso, tal vez sea la sangre, pero no tanto o eso creo, pero bueno.

Físicamente parecemos una copia, claro, ella en cuerpo femenino y con un año menos de edad. Muchos se confunden que somos hermanos, pero no, somos primos.

Lo que sí, vivimos muy cerca uno del otro…Tan solo separan nuestras casas dos manzanas. Al parecer nuestras madres no querían alejarse una de la otra y decidieron vivir tan cerca. Lo positivo es que siempre puedo ir a visitarla y lo hago desde muy pequeño.

Me he perdido del tema fundamental, de lo que me pasa con él. Pero tiene relación. El, Nati y yo, somos el trió de amigos inseparables. Si, adivinaron, ella también va a nuestra misma secundaria, pero a un año más bajo que nosotros. Podría decir que ella tiene también algo particular por eso se habrá dado cuenta tan rápido de mi verdad.

Tanto él, pero no he dicho su nombre…Mi Sebastian, si, solo mío. Sueno muy posesivo diciendo eso, yo no soy así. Me transforme…Lo único que me faltaba.

Pero si hablamos de posesividad, el es el rey, todo lo que se haya metido en su vida, es únicamente suyo y nadie puede decir lo contrario…O sino no tendrá un lindo día, sin contar su vida.

Es el típico chico “soy genial, pero no me importa el resto.” Y en cierta manera tiene razón, aunque tanto ego a veces se le sube mucho a la cabeza. No hay que olvidar…Qué es el más popular del instituto, allí otro problema. Las chicas lo persiguen, acosan, torturan, cada día, no tienen descanso. Los muchachos lo detestan…Pero no todos, puedo decir que no soy el único que lo admira, eso no me importa, me importan las niñatas calificadas como acosadoras sin horario fijo. Hasta han llegado a seguirlo mientras vuelve a casa, no nos dejan en paz.
Si, no nos dejan en paz ¿Acaso piensan que me lo tomo bien? Claro, pero a Martincito el feliz niño de la ciudad no se le nota.

En todos estos años, debo reconocer, que estuvo en pareja con algunas chicas…No duraban, lo máximo era un mes. Diciendo eso lo dejo como un mujeriego…No y no, no lo es, su problema es que no esta acostumbrado al contacto con los demás. Por eso mi pequeña prima y yo somos sus únicos verdaderos amigos. Le he preguntado sobre sus compañeros, pero me dice que solo les dice hola y ya. Si que ha salido sociable…

A pesar de eso y mucho más, yo no lo digo sino el resto, cada vez que lo veo no puedo evitar sentirme en las nubes, una gran felicidad llena mi alma. Eso es lo que tanto conoce el resto de mí, siempre me ven feliz y es por mi hermoso amigo pelinegro, con ojos miel que te atrapan cada vez que te miran…Se me va la imaginación cada vez que pienso en él, podría estar horas describiéndolo y no tendría fin.

-Miru…-escuche una voz en mi sueños…¿Pero quien era?-¡Miru!-

-¡Ah!-me caí al suelo, mi querida y alegre prima me había hecho pegar un buen susto.

-Al fin te despiertas, pensé que vivirías durmiendo.-termina con una risita, que ya tenia marca registrada en ella.

-Meri…Siempre haces eso.-berrinche, si, me despertaba berrinchando como niño pequeño, lo admito. Me estira sin mucha fuerza de mi brazo y me lleva a desayunar.

¿Meri y Miru? Son nuestros apodos, bueno, diminutivo de nuestros apodos. Hasta miembros de nuestras familias se habían acostumbrado a llamarnos así, no se diga nuestros compañeros de clase. ¿Por qué son así? La idea la tuvo otra de nuestras amigas, que lamentablemente vive muy lejos, y nosotros, como ella, tomamos los nombres que había creado para una historia.

Sebastian…Simplemente no soporta el diminutivo que le damos a su apodo, mucho menos este, pero nos encanta verlo rabiar y gruñir. Es muy divertido, lo que si, él si ladra…y no te muerde, te arranca el brazo en un suspiro. Pero nos arriesgamos, ya que es sumamente divertido.

¿Y qué tiene de bueno un chico con alter ego, popular, antisocial y gruñón? Solamente yo lo se, su interior es más bueno de lo que él admite que es. Su amistad, especial demostración de afecto, y forma de ser, es la que me hizo enamorarme de él.

-Pero nunca me prestara atención… ¡Seguro es totalmente hetero!-ya me encontraba en el suelo, comienzo de mis escenas deprimentes.

-Miru, cálmate por favor.- me decía tímidamente mi prima, estábamos en la mitad de la calle, simplemente no podía contenerme.- No lo sabrás hasta que se lo digas.-

-¡Pero míralo!-lo señale, estaba rodeado de chicas que no dejan de acosarlo, directa e indirectamente, y él, sin más, las saludaba…Pero claro, con su actitud habitual, que simplemente enloquecía más a las mujeres.

-¿Por qué me señalas?-todas me quedaron mirando en ese momento, sentía sus miradas punzantes y asesinas…

-Me…escucho.- traje en seco y sonreí, no me quedaba nada más.

Empezaron los susurros, pero estaba en mi etapa feliz, no las podía oír…También estaban demasiado lejos.

-Si, te escuche, no estoy sordo. Además que gritas como si se acabara el mundo.-le toca la cabeza a Meri en forma de saludo, luego hace lo mismo conmigo y se me queda mirando.- Se tildo.-cachetada.

-Auch…Eso duele y no me tilde, no soy una computadora ni nada parecido.-nuevo berrinche.

-Solo se pierde en su mundo de s…-mi mano se coloco rápidamente en su boca, no era prudente que siguiera ¡Claro que no!

-Mundo de… ¡Sonrisas!-lo primero que me vino a mente, que inteligente Martin, te mereces el premio nobel.

-…-levanto una ceja, le podía leer la mente “Idioteces, como siempre.”-Que más da, muévanse o llegaremos tarde.- y eso que estábamos a metros de la entrada, pero a pesar de su imagen rebelde, es responsable e inteligente.

Que combinación, esto ya se parece a un manga shojo o es el protagonista de un shonnen y no me entere…y de mi punto, shonnen ai. Lo demás que tenemos en común, es que nos gusta el anime a los tres…Debe ser por eso que nos llevamos tan bien.

Lo que si, Meri esta perdida en su mundo de chicas mágicas, todo lindo y “kawaii”, como se acostumbra a decir.También…Yuri ¿Eso dice algo? Por lo menos a mi si. Sebastian y el que les habla…Simplemente vemos todo, hasta lo he llevado un poco al mundo del Yaoi, pero mi éxito no es bueno, aunque a veces cae.

Una cosa más en contra, siempre vive demostrando su desagrado por el Yaoi…Eso me quita otra esperanza, si siquiera puede ver anime de chico x chico… ¿Cómo se puede fijar en mi?

Todos en mi curso se me habían quedado mirando, seguro podían sentir el aura deprimente que me rodeaba y no era tan solo por la clase de matemáticas.

-Señorito Martín ¿Se encuentra bien?-la profesora me estaba hablando.- ¿Quiere ir a la enfermería?-

-Si profesora.-escape de allí, no estaba enfermo, pero debo admitir que me sentía igual o peor que hace unas semanas atrás cuando tenía gripe.

Llegue a la enfermería, la enfermera siquiera letra reprodujo y me dejo acostarme sobre una camilla. Ella ya me conocía, como dos o tres veces por semana me ocurría esto, no era algo inusual ¿Se estaría dando cuenta?

-¿Pasa algo?-

-Para nada, para nada.-agite la cabeza y mire hacia el techo. Era imposible que justamente la enfermera del instituto se diera cuenta, aunque, seguro hasta la paloma que estaba ahora en la ventana se había enterado.

Era tan obvio…Que nadie se entera, siquiera se lo imaginan. La única que lo sabe es mi prima, con esa carita ingenua y actitud de niña de kínder, es la única que puedo percibirlo. Ahora me peguntaba si a mis padre se les había pasado por la mente…Conociéndolos, lo dudo.Aunque me disfrazara de un personaje y viera el anime Yaoi, en que justo aparece ese personaje, en frente de ellos, siquiera les llamaría la atención.

-Quiero creer que se acostumbraron o algo así…¿No era que los padre perciben todo?-

-A veces no.-me había contestado, hable en voz alta sin darme cuenta…Pero igual, justo sonó la campana, tenía que volver a clases.

-Eh…Gracias Julia.-me levante enseguida y en un nanosegundo me encontraba corriendo por el pasillo, esquivando a todo el mundo como si tuvieran la lepra.

¿Cómo nadie se daba cuenta? Creo que debe ser por que, a pesar de mis gustos, en mi forma de ser no se me nota. No soy afeminado, solo chiquilín y además nadie sabe que justamente veo esos géneros de anime. Además que si hago algo demostrativo todos se lo toman como broma, hasta el mismísimo Sebastian.

-Te quiero tanto Sebastian…Y tú siquiera lo notas.-viendo como una manada de chicas, sin importar la edad, lo seguían.- Pero tú solo me vez como un amigo…No puedo decírtelo.- hace tiempo que no sentía mi voz tan melancólica.
Notas finales: Ese ha sido el primer capitulo, espero que les haya gustado nwnu. Este fanfic va dedicado a tres amigos que quiero mucho, si, espere hasta ahora para decirlo xD. Gracias por prestarme un poco de sus días y a ustedes por leer n.n.
Hasta el proximo cap. Adue~

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