Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lado Oscuro por Saya Sumeragi

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: El final que originalmente había pensado para este fic, ojalá les guste.
31 de Enero


- Gin… -

De nuevo despierto con tu nombre en los labios, te extraño y me haces tanta falta, el frío de la madrugada me resulta sobrecogedor, las blancas sábanas, de la seda más fina que el hombre pudiese crear me resultan heladas, si tan solo pudiesen compararse con el roce de tus manos.

Han pasado meses desde que te fuiste, meses en que mi corazón y mi mente tienen una batalla encarnizada, mi alma anhelante de ti quisiera irrumpir en Hueco Mundo destruyendo todo a su paso solo para verte de nuevo, para saberte con vida y a salvo, pero la razón lo impide, si fallo…morirás.

Suspiro agotado y me pongo de pie, sé que es inútil tratar de dormir de nuevo, me pongo una bata y salgo de mis aposentos, los sirvientes aun duermen y la mansión se halla sumida en el silencio.

Algunos minutos han pasado cuando salgo de la mansión cubierto por un delgado abrigo, mis pasos errantes solo son acompañados por el sonido de la nieve crujiendo bajo ellos, y la Luna aun vigilante parece sonreírme.

- Mi lado oscuro…. –

Suspiro retomando mi paso, siguiendo ese extraño ritual que comenzó cuando partiste, vago por las calles sin rumbo, tratando de entender tus razones, de aclarar tus sentimientos y los míos, de hallar una explicación a todo lo que sucedió pero, el resultado es el mismo, el dolor me embriaga y regreso a casa más agotado y confundido que nunca.

Me detengo y miro alrededor, no sé donde estoy pero el panorama resulta desolador, restos de edificios calcinados y derruidos se alzan frente a mis ojos, al centro se erige lo que en algún momento debió ser una mansión, me adentro cuidadosamente mientras esquivo las vigas y tablas zafadas.

El incendio debió ser feroz, las paredes crujen cuando el viento las golpea y se inclinan amenazadoramente hacia mí, es peligroso que permanezca ahí, sin embargo, hay algo en éste lugar que me incita a seguir.

Me adentro aun más, recorriendo lo que en algún momento fueron las habitaciones, un crujido bajo mi pie, me inclino y retirando el cúmulo de ceniza lo encuentro, un marco y en él una fotografía, al verla lo entiendo, estoy en el territorio de los Clanes, en esa fotografía, en medio del enorme grupo de mercenarios estás tú, justo con el aspecto con el que te conocí, apenas un niño, delgado, con el cabello en la cara y la sonrisa eterna.

El dolor hace presión sobre mí pecho nuevamente, retiro los fragmentos del vidrio y tomo la fotografía, sin poder evitar acariciar el contorno de tu rostro, dolido, me siento en los restos de una cama, es ahí cuando me doy cuenta, retiro la ceniza con la mano, en las tablas carcomidas por la humedad y el tiempo se pueden ver grabadas algunas flores de cerezo.

Recorro las líneas del pequeño mueble hasta hallar una tabla suelta que cede sin esfuerzo, en su interior, protegido del tiempo y del fuego un pequeño pergamino enrollado, mis manos tiemblan al desplegarlo y reconocer tu caligrafía perfecta y elegante.


“Ouji-sama…

Ruego a Kami-sama que algún día encuentres esta carta, pero a la vez, espero que no lo hagas, ya que en este momento no debo ser más que un traidor ante tus ojos, un perro de Aizen y quizá sea lo mejor, así podrás odiarme y matarme cuando el momento sea adecuado.

Nunca me voy a perdonar el daño que te hice Byakuya, mi amado príncipe, cuando supe que estabas en el hospital el dolor me embargó, quise correr a tu lado, más aún, cuando Aizen me dijo que…habías visto todo lo sucedido aquella noche, quise matarlo, quise hacerlo sufrir tanto como él había hecho contigo.

Sé que me odias Byakuya, y lo merezco, una criatura tan llena de pureza como tú no merece sufrir como lo has hecho, alguna vez llamaste al Clan “escoria” creo que tienes razón.

Sin embargo, todo lo que hice fue para protegerte de Aizen, para él las casas nobles y el mismo Gotei 13 son un estorbo y una amenaza que deben ser destruidas al instante, aquella noche aun sabiendo que te perdería para siempre acepté las consecuencias, sabía que cada minuto en sus brazos me alejada una eternidad de los tuyos, pero así tenía que ser.

Ahora conoces mis motivos y queda poco que añadir, solo quiero que sepas lo que nunca pude decirte,


Te Amo



Eternamente tuyo


Ichimaru Gin”




Mi corazón se hizo pedazos en ese momento, las lágrimas brotaron salvajes mientras gritaba tu nombre al viento, debí saberlo, debí saber que me amabas tanto como yo a ti, y que todo este tiempo habías sufrido tanto como yo, debí leer el dolor en tus ojos carmesí, fui tan ciego, tan estúpido.

- Perdóname Gin….. – lloré desconsolado por al menos una hora, tal y como tu debiste hacer cuando escribiste aquellas líneas, el pergamino aun tenía pequeñas rugosidades circulares, me dolió aun mas saber que lloraste por mi causa.

No sé cuantas horas pasaron, miré al cielo buscando el sol, pero solo podía ver gruesas nubes de tormenta, decidí volver a casa, al caminar por las calles del Rukongai los habitantes me miraban con desconcierto, tratando de averiguar que hacía un Kuchiki ahí, aunque, que me importaba lo que pensaran.

La mansión se hallaba en silencio y nadie notó mi regreso, mejor así, subí las escaleras despacio aun tratando de hilar mis pensamientos, de hallar una solución, pero todo intento resulto inútil, no sabía qué hacer.

Entrando a la habitación comencé a desvestirme, mis ropas estaban empapadas debido a la nieve que cubría todo el camino hasta la mansión, sonreí por un instante, si volvía a enfermarme Unohana se pondría furiosa.

Disfruté del calor que provenía de la chimenea, el fuego se había consumido casi en su totalidad, aun desnudo el calor me resultó acogedor al menos por unos minutos, cubriéndome con una delgada yukata me acomodé sobre la cama y pronto me quedé dormido, estaba agotado, física y emocionalmente.

“Byakuya….”

- ¿Umm? – me desperecé despacio y miré a Senbonzakura que reposaba en un sillón cercano, extraño, juraría haber escuchado mi nombre.

El viento sopló entre las cortinas haciéndome estremecer, me puse de pie y camine hasta la ventana, el cielo permanecía cubierto de gruesos e impenetrables nubarrones, y apenas algunas estrellas se asomaban tímidamente.

- Un cielo sin Luna…. – suspiré y cerré la ventana asegurando el pestillo, caminé de regreso a la cama cuando el susurro de las cortinas me hizo detener, ¿acaso no la había asegurado?

- Ouji-sama…. –

Una caricia, unos brazos rodeándome por la espalda….

- Imposible…. –

- Tenía que verte –

Cerré los ojos, no, no era real, mi mente me estaba jugando una broma de nuevo, pero…tu voz, tu calor, tu aroma….

- No puede ser cierto… -

Las lágrimas empiezan a caer de nuevo, no puedo contenerlas.

- Tranquilo….aquí estoy –

- Gin - me giro refugiándome en tus brazos mientras te beso desesperado.

- Byakuya, te extrañé tanto – correspondes a cada una de mis caricias haciéndome estremecer con el simple roce de tus dedos, tus brazos me toman por la cintura mientras me empujas suavemente hacia la cama.

- He soñado tantas veces con esto – me libero de tu abrazo sin dejar de besarte, la delgada yukata cae a nuestros pies dejándome desnudo y vulnerable frente a ti.

Sabes lo que deseo y cumples hasta el último de mis caprichos, yacemos en la cama suspirando y jadeando por las intensas sensaciones, me entrego y olvido todo nuestro pasado y nuestro futuro, solo existe el ahora, tu y yo.

- Solo tú… - repites una y otra vez mientras devoras mi cuerpo – solo tú estás en mi alma –

- Y tú en la mía… - apenas puedo pronunciar palabra, tus manos recorren mi cuerpo haciendo explotar cada zona erógena posible, gimo desesperado aferrándome a las sábanas suplicando por más – tócame…hazme tuyo de nuevo -

- Byakuya… - me besas de nuevo hasta que el aire nos falta, me siento mareado pero quiero más, quiero sentirte hasta que cada célula de mi cuerpo quede impregnada de ti.

Te desvisto entre besos y caricias, tu cuerpo delgado pero fuerte es mi más exquisita debilidad, mi pecado original.

- Byakuya…nnnhhh….. –

Escucharte gemir fue maravilloso, más confiado y seguro de lo que hago me arrodillo frente a ti rozando tu ardiente sexo con mi mejilla.

- Ah..no es necesario que…aaaaaahhh….. –

Deslizo mi lengua por tu longitud saboreando las primeras gotas de tu semilla, jadeas y te sostienes al poste de la cama al sentir tus piernas flaquear, quiero escucharte, quiero que grites mi nombre.

- Dios…Byakuya –

Te devoro ansioso mientras acaricio tu cadera, siento tu cuerpo temblar bajo mis caricias, eso mi amado Gin, no tiene precio, pero aun no es suficiente, abandono mi tarea un segundo y sin poder evitar sonreír al escuchar el suave quejido que brotó de tus labios.

- Acuéstate por favor –

Te miro suplicante y obedeces sin dudar, tus ojos carmesí siguiendo cada uno de mis movimientos.

- Byakuya que vas..… -

- Sshhh…. – te silencio con un beso – no digas nada… -

Me acomodo sobre tu cadera sin poder evitar gemir al sentir tu sexo rozándome, la sensación es embriagante y empiezo a bajar despacio, el dolor es intenso, tanto como la primera vez, pero mi amor y mi deseo son mayores.

- Gin…mmmhhh….. –

Beso a beso me pierdo en tus labios, ahogándome entre suspiros y jadeos mientras me acaricias y guías mi cadera sobre tu sexo, mis lágrimas caen sobre tu rostro que muestra un dejo de angustia.

- Byakuya, por favor para, te estás haciendo daño –

- Estoy bien, además….no es la primera vez – desvío la mirada ligeramente avergonzado, puedo sentir la sangre subiendo por mis mejillas – pero, puedes hacer algo por mí –

- Lo que sea –

Me besas de nuevo y me miras expectante mientras abandono tu cuerpo, como desearía haber visto tu rostro cuando poniéndome de pie apoyé muñecas y rodillas sobre la suave alfombra.

- Tómame – arrastro la palabra con la mayor sensualidad que puedo, te miro sobre mi hombro y te invito con un suave movimiento de cabeza, lo siguiente que puedo sentir son tus labios hambrientos recorriéndome con avidez y el peso de tu cuerpo sobre el mío.

- ¿Estás seguro? –

Recargo la frente en la alfombra cuando haces amago de penetrarme y casi gritando suplico que lo hagas, quiero fundirme en ti, quiero morir en tus brazos.

- Si, por favor, hazlo ya –

- Byakuya….eres tan hermoso….tan perfecto….. –

Tomas mi cadera de nuevo penetrándome despacio, el aire abandona mis pulmones y me muerdo el labio acallando el grito que pugna por salir, pero tus finas manos acariciando mi espalda, tu suave voz en mi oído, las palabras de amor y las promesas eternas me distraen y pronto el intenso dolor se convierte en indescriptible placer.

Nuestros movimientos se sincronizan en aquel perfecto y delicioso vaivén, siento tu cadera golpear contra la mía y me estremezco entre tus brazos cada vez que te mueves dentro de mí.

Más rápido, más fuerte, más intenso, no puedo más que pensar, suplicar y entregarme a las sensaciones que inflaman mi cuerpo.

- Nnnhhh……Gin….! –

Mi mente se nubla completamente al llegar al orgasmo, mi espalda se curva de manera casi dolorosa obligándome a pegar el pecho a la alfombra mientras mi blanca semilla es liberada, el momento es glorioso y sufro ligeros espasmos, todo fue demasiado intenso, demasiado erótico.

- Byakuya.... –

Llegas al clímax segundos después y me sonrojo al sentir tu semen resbalando por mis muslos, disminuyes la velocidad poco a poco antes de salir de mi cuerpo, aun tiemblo y me cuesta respirar.

- ¿Ouji? ¿Estás bien? –

- Si…solo estoy agotado…. – la resistencia de mis brazos cede y me dejo caer sobre un costado – eres demasiado intenso… -

- Es tu culpa – me besas de nuevo acostándote a mi lado – eres demasiado sensual –

Me abrazas por la espalda pegándote a mí, no importa cuánto tiempo pase, ese gesto siempre me hará sentir protegido e inmensamente feliz, estar entre tus brazos me aleja de todo el sufrimiento.

- Byakuya… -

- Hai….? –

Me giro abrazándote con mis piernas, apenas puedo mantenerme despierto.

- Te amo… -

Sonrío de nuevo y te abrazo con fuerza pegándome a tu cuerpo.

- Yo también te amo….más que a nadie, más que a nada –

Nos entregamos el alma en un último beso, una última mirada a través de la ventana, las nubes al fin se habían despejado y la Luna majestuosa en el firmamento parecía cobijarnos con su luz.

- Gin… - suspiré entre sueños y me removí buscando tu calor.

Silencio, frío, soledad….

- ¿Gin? –

Abrí los ojos y me incorporé de inmediato, estaba en mi habitación, cubierto por sábanas de seda, completamente solo.

- Solo fue…un sueño - un profundo sentimiento de soledad y abandono me embargó y un par de lágrimas escaparon por mis mejillas, no era la primera vez que soñaba con Gin, desde que se había marchado el sueño era recurrente, pero ninguno había sido como este, el calor, la pasión y el éxtasis habían sido inigualables, cada fibra de mi ser lo había sentido, no podía haber sido un sueño.

Sequé el llanto con la manga de mi pijama y me levanté de la cama, corrí las cortinas y mi corazón dio un vuelco - lo sabía….no podía haber sido un sueño –

En el alfeizar del ventanal había una taza aun humeante de chocolate, y en los cristales empañados por el calor de la noche anterior una nota…..

“ Ouji-sama
Tanjoubi Omedetou”






L A D O

O S C U R O


Final Extra

~ O W A R I ~






Notas finales: Ahora si, llegamos al final, ¿que les pareció?....

¿Muy OCC? SI
¿Muy cursi? DEFINITIVAMENTE SI

Es probable que escriba una continuación, aunque todo depende de como avance la historia del manga y que tanto materíal me da Kubo-sama y claro lo que ustedes opinen n___n

*-*-*-* EDITANDO *-*-*-*
Gracias a las lectoras que me dijeron que había cometido el terrible error de no poner que significa "Tanjoubi Omedetou" para el último glosario, significa "Feliz Cumpleaños"

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).