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Lado Oscuro por Saya Sumeragi

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Notas del capitulo: Nos acercamos al final, gracias por sus lecturas y reviews, saludos!!!!!!!!!!
9 de Agosto


- Tengo que regresar con ellos, Byakuya -

- ¡No estoy de acuerdo! ¡Ven conmigo! – lo tomé del brazo, ¡tenía que detenerlo! – Gin... –

- No me mires así – acarició mi mejilla – no hay otra opción –

- Si la hay – cerré los ojos tratando de contener las lágrimas – quédate en la mansión Kuchiki, mi abuelo estará de acuerdo si le decimos la verdad, por favor…por favor… -

- Estaré bien –

- ¡No lo estarás! ¡Son asesinos y mercenarios! ¡Son la peor calaña de la Sociedad de las Almas! – lo abracé con fuerza enterrando mi rostro en su cuello, temía tanto por él; sabía que si volvía a poner un pie en los territorios del Clan… seguramente lo matarían.

- Byakuya ¿Es que aún no sabes con quién estás tratando? Soy un excelente mentiroso – limpió mis lágrimas con su manga – y créeme, la mejor manera de destruir algo... es desde adentro… -

Me rodeó por la cintura pegándome a su cuerpo, nos besamos por largo tiempo y como muchas veces me faltaba el aliento; pero esta vez no era la pasión quien actuaba sino el temor e incertidumbre. No quería soltarlo pero tenía que hacerlo, los muros del Rukongai se alzaban a pocos metros y sabía muy bien que una vez fuera del Seireitei no podría acercarme sin exponerlo como un traidor.

- Además, el viernes nos graduamos de la Academia y no te librarás de mi tan fácil, solo estaré en el Rukongai por las noches –

Me sonrió con dulzura mientras acomodaba de nuevo mi cabello, un poco más tranquilo, lo solté alejándome un paso.

- De acuerdo, pero… por favor ten cuidado –

- Lo tendré – se quitó la bufanda y el abrigo que le había prestado y de un salto se colocó sobre la puerta del Rukongai – hasta el lunes Byakuya –

Después de eso desapareció; esa noche fue la primera vez que maldije mi linaje, quería estar con él, aún si lo perdía todo, si me tachaban de ser una desgracia para la familia, o si mi abuelo me desheredaba. Nada importaría si Gin permanecía a mi lado.

Más de siete meses desde que nos conocimos, el tiempo había pasado de la manera más rápida e injusta posible.

Los días siguientes no fueron la excepción y el viernes llegó en un suspiro bajo la expectativa y emoción de todo el mundo. Gin y yo éramos los más jóvenes de la generación, el término “genios” y “prodigios” empezaba a hartarme.

- ¡Byakuya! –

Giré 180° y lo vi a unos metros de mí saludándome con la mano, me quedé sin habla cuando lo vi con el uniforme de gala.

- Buenos días – sonreí con nerviosismo.

- Buenos días Ouji-sama – se pegó a mí robándome un beso.

- ¡Gin! No… no hagas eso en la Academia, podrían vernos – desvié la mirada empujándolo suavemente, sabía que eso era lo que tenía que decir pero la realidad es que me moría de ganas por besarlo, en toda esa semana apenas habíamos cruzado algunas palabras.

- ¿Ya estás listo? –

- Creo que sí; llegaremos tarde a la ceremonia, vamos – le acomodé el cabello y lo besé fugazmente mientras empezaba a caminar.

La ceremonia fue hermosa, los jardines de toda la Academia habían sido decorados con las flores emblema de cada escuadrón, me moría de nervios y sentía el estómago un poco revuelto, este tipo de eventos masivos y formales eran costumbre para los Kuchiki pero no podía evitar el sentimiento.

Los cañones del Seireitei hicieron estremecer la tierra en recuerdo a los compañeros que habíamos perdido a lo largo de nuestro recorrido, Izumi, su recuerdo me dolió en lo más profundo del alma, si tan solo hubiese logrado la liberación del Bankai…

- ¿Estás bien? – Gin tomó mi mano disimuladamente por debajo de la túnica.

- Si… - sonreí débilmente y acaricie sus dedos sintiéndome un poco mejor. Era cierto, habíamos perdido a muchos en estos duros años de entrenamiento; sin embargo, pese al dolor de esas pérdidas, tenerlo a mi lado, sano y salvo era la mayor recompensa que podía obtener.

Fui llamado al estrado, por mis notas absurdamente altas tenía que dar un discurso frente a todos. Se me fue el color al suelo, pero me dirigí con paso lento y solemne al podio, nunca verían a un Kuchiki temblando.

El discurso fue breve, honré el esfuerzo de todos y elevamos una plegaria porque las almas perdidas en combate hallasen descanso, los cañones tronaron de nuevo, lo siguiente fue felicidad pura, la asignación de escuadrones.

- Y bien, ahora comenzaremos con el nombramiento de los Fukutaichou de cada escuadrón, aquellos que nombre por favor, suban al podio –

Nuestros nombres fueron los primeros de la lista; para mí no era sorpresa. El Roku Bantai siempre había estado bajo las órdenes de los Kuchiki, el distintivo fue ajustado a mi brazo bajo los aplausos y vítores de mis compañeros.

Gin fue asignado al Go Bantai, comandado por Aizen-sama, un capitán que se caracterizaba por su actitud serena y afable para con todos, un experto en el Kidoh, aunque ignoraba su capacidad de combate cuerpo a cuerpo, pero me sentí tranquilo; Gin estaría en buenas manos.


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23 de Agosto



Dos semanas habían pasado desde que nos graduamos de la Academia y fuimos designados tenientes de nuestros respectivos bantai, para estas fechas me había acostumbrado a mis labores y las desempeñaba con la mayor pulcritud y perfección posible.

Sin embargo, pasaba largos ratos de aburrimiento y casi no había visto a Gin. Era absurdo, estábamos a unos metros y los días corrían sin que siquiera habláramos; lo extrañaba mucho y el suave rasgueo de la pluma de mi abuelo sobre los pergaminos me estaba arrullando.

- La décima – el abuelo dejó caer la pluma y me miró con severidad desde el escritorio – ¿te está preocupando algo Byakuya? has estado suspirando desde hace horas –

- ¡Lo lamento mucho abue… Kuchiki taichou! – aún me costaba trabajo contener la risa, pero por normas, tenía que llamarlo por su rango.

- Ve a entregar esos reportes; cuando termines puedes volver a la mansión – bajó la mirada sobándose la sien y señaló una enorme columna de papeles.

-¡Hai! – me acerqué a la pila y mi corazón saltó al notar que muchos documentos eran para el Go ¡Perfecta oportunidad! Tomé lo que había estado guardando en mi cajón durante días y lo metí en mi bolsillo.

Acto seguido sostuve la pila de documentos y salí de la oficina; la entrega no me tomaría más de algunos minutos. No podía dejar de ver a Gin, pese a que ya era de noche. Creo que me tardé dos instantes en llegar al Go Bantai, estaba seguro de que Gin no recordaba que hoy era su cumpleaños, despistado como era. Me sonreí a mi mismo; claro que no dejaría de recordárselo

Sonreí y me detuve frente a la oficina de Aizen taichou, el corazón me latía tan fuerte que lo sentí resonar en mis oídos, tomé el pequeño paquete que descansaba en mi bolsillo y levanté el puño para tocar.

El sonido de varias cosas cayendo hizo que mi mano se congelara en el aire; me pegué a la puerta y equilibrando los documentos la deslicé apenas unos centímetros; si alguien había irrumpido en las oficinas del Go bantai lo encontraría enseguida, pero… ¿Dónde estaban Gin y Aizen taichou?

-Nnngh….por favor -

¿Gin? Mi corazón se aceleró al pensar que podría estar herido, abrí un poco más la puerta, la visibilidad era casi nula, solo la mortecina luz de algunas velas iluminaba la habitación, deslicé mi mano hasta Senbonzakura.

- Aizen… taichou… -

¿Aizen taichou estaba con él? ¿Entonces por qué…? Cientos de opciones brotaron en mi mente, cada una más dolorosa que la anterior; lo escuché nuevamente y solté a Senbonzakura. No, tenía que estar equivocado… jalé la puerta sin hacer ruido y tuve una vista completa de la oficina…

Tenía que ser un error… cerré los ojos tratando de convencerme de que, lo que sucedía en el interior, era solo un producto de mi imaginación. Simplemente no podía estar sucediendo; Aizen devorando el cuerpo de mi amado mientras él se entregaba sin miramientos, sin culpa de ninguna clase.

-Nnnhhh Aizen taichou… más por favor… -

Retrocedí un paso; quise correr pero el cuerpo no me respondía. Los suaves gemidos de Gin penetraban hasta lo más profundo de mi alma; el modo en que lo llamaba me desgarraba, su necesidad, su pasión, ¿cómo algo tan dulce podía ser tan mortal? ¿Cómo la voz de Gin podía hacerme ese daño?

-Haré lo que sea…cuando sea -

Por favor, ya no digas más… Gin… detente, supliqué que se detuviera, que todo fuese una broma, un chiste cruel…

- Taichou… -

Sus piernas, sensuales y hermosas abrazan el cuerpo de Aizen, atrayéndolo hacia su cadera, invitándolo.

- Nnnhhh… lo amo -

Las lágrimas caen sin control; me estoy ahogando, caigo de rodillas, mis piernas han perdido todo el apoyo, no miro….no quiero mirar, no quiero darme cuenta de que todo ha sido un engaño, un perverso juego que tu mente enferma ideó, ¿Acaso me odiabas tanto?

– Aizen taichou… aah… -

¡Cállate! ¡Kami-sama hazlo callar! Estúpido cuerpo… muévete… ¡MUEVETE!

Levanto el rostro una última vez, y lo veo como nunca pensé, sumiso, entregado, casi inconsciente por el intenso orgasmo… no puedo soportarlo, el pecho me duele, los ojos me arden y el aire me resulta insuficiente… te lo suplico cuerpo… muévete…

-Te amo… más que a nada en el mundo… -

Logro ponerme de pie; estoy temblando y cada una de tus palabras resuenan en mi mente mientras corro a toda velocidad hacia la mansión.


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24 de Agosto – Madrugada



- ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! -

Me ahogo de nuevo; el nudo en mi garganta es cada vez mayor, no puedo ver, las lágrimas me lo impiden.

- ¡¿Porqué jugaste conmigo?! ¡¿Por qué?! ¡¿Que querías de mí?!¡MALDITO SEAS! ¡TE ODIO… te odio tanto… -

Grito tan alto como puedo; mi garganta se desgarra y mis nudillos se rompen contra los muros de mi habitación. El dolor es intenso pero no, aun no es suficiente, aun no…

-¡TE OFRECÍ MI VIDA! ¡MI ALMA ENTERA! ¿QUE MAS QUERÍAS? -

Me dejo caer y mis rodillas crujen bajo el peso desmadejado de mi cuerpo; no me quedan fuerzas ni ánimo.

- Qué mas… qué mas… -

Ya no puedo pensar. Sólo quiero desaparecer. Morir con este amor que me está destruyendo por dentro. Desaparecer…

“Byakuya…por favor cálmate”

- Destrúyelo todo… cualquier cosa que me lo recuerde, cualquier cosa que me haga anhelarlo o extrañarlo… -

“Eso sería destruir tu corazón y tu alma…”

- Entonces hazlo… -

“No me obligues…”

- Espárcete… y destrúyelo todo… -

Apenas puedo suplicar la orden. Lo sé, sé que soy un cobarde. Mi corazón se detuvo cuando lo vi con Aizen, cuando supe que no había significado nada para él.

Sólo había sido una persona más con la cual pasar el rato, todo había sido mentira…

- Solo quería estar a tu lado… quería amarte… Gin -

Me dejé caer al suelo, esperando que todo terminara pronto. Miré la sangre gotear por mis dedos y luego el pequeño paquete que llevaba, semi oculto entre los pliegues de mi ropa.

Lo levanté hacia Senbonzakura, quien inmediatamente lo hizo añicos.

-Tanjoubi omedetou… -

No creo haber estado consciente mientras Senbonzakura se dispersaba, destruyéndolo todo; pero, los profundos cortes en mi cuerpo causados por los filosos bordes de los pétalos, los nudillos rotos, y la sangre escurriendo aliviaban el dolor.

-¡Goshujin-sama! -

Unos cálidos brazos me rodearon tratando en vano de protegerme de mi propia zanpakutou.

-¡Goushujin-sama resista! ¡KUCHIKI-SAMA! -

- ¡Byakuya! -

La voz de mi abuelo. Su reiatsu llenando la habitación, conteniendo a Senbonzakura, el abrazo de Miaka se vuelve protector y su voz no deja de llamarme.

- Miaka… así se siente… el amor..?

Las lágrimas brotan desesperadas de nuestros ojos.

-Byakuya-sama, no tenía que ser así… – llora inconsolable pegándome a su cuerpo, gotas de sangre caen sobre mi rostro mezcladas con sus lágrimas – no merece sufrir de este modo, déjelo ir… no se aferre al dolor –

Acaricia mi cabello sin dejar de llorar; el reiatsu de mi abuelo crece y obliga a Senbonzakura a volver a su sello.

Estoy cansado. Me siento vacío…

-¿Byakuya-sama? – escucho su voz, pero mi cuerpo se niega a responder, todo se está tornando oscuro.

-¡BYAKUYA! ¡LLAMEN A UNOHANA TAICHOU ENSEGUIDA!

-¡ENSEGUIDA KUCHIKI-SAMA!


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24 de Agosto



- Al fin esta estable –

- Unohana-san, ¿qué fue lo que sucedió? –

- Kuchiki taichou, como sabe la relación entre una zanpakutou y su amo es de profunda confianza, solo cuando alguien ha logrado la plena comunión entre mente y espíritu puede liberar su poder, Byakuya perdió la confianza en sí mismo, algo lo hirió tan profundamente que perdió el control sobre sus sentimientos y sobre Senbonzakura –

- ¿Alguna idea de que pudo haber sido? –

- No, permanece inconsciente, mi recomendación es que esperemos hasta que despierte y quiera hablar de ello, si lo forzamos el daño podría resultar mayor –

- Lo entiendo, gracias Unohana-san –

- Vuelva a casa Kuchiki taichou, yo cuidaré a Byakuya –

- Es mi único nieto, no quiero perderlo –

- Y no lo hará, todo estará bien y las reparaciones en la mansión deben ser supervisadas por alguien –

- De acuerdo, volveré por la mañana, no deje de avisarme si despierta –

- Así lo hare –

- Entonces, con su permiso Unohana taichou –

- ….. -

- ¿Y bien? ¿Hasta cuándo vas a fingir que duermes? –

La puerta se cerró y supe que estábamos solos.

- Yo…perdóneme Unohana taichou –

Me giré para enfrentarla y abrí lentamente los ojos, aun me ardían y sentía el cuerpo pesado, adolorido, por instinto acaricie mi mejilla y sentí la piel abierta bajo mis dedos, el dolor en las manos me resultó casi insoportable.

- Es obvio que te duela Byakuya, te hiciste polvo los nudillos –

Se sentó a mi lado revisando el estado de los vendajes.

- ¿Como…esta mi abuelo? –

- Molesto, confundido y terriblemente preocupado, si preguntas por su estado físico está bien, solo algunos cortes superficiales en las manos –

- ¿Miaka…? –

- Asustada y afligida, cree que todo lo que pasó fue su culpa, aunque sinceramente no entiendo porqué, la daré de alta mañana ya que sus heridas estén mejor –

- Gracias… -

- No agradezcas Byakuya, sinceramente pienso que lo que hiciste fue en extremo estúpido e irresponsable, mandaste al hospital a siete personas entre guardias y tu doncella, el ala norte de la mansión Kuchiki está destruida y trataste de quitarte la vida, ¿Qué pudo ser tan grave como para que intentaras algo así? –

Desvié la mirada hacia la ventana, estaba lloviendo y el viento azotaba con furia los cristales, no quería hablar de ello, el dolor en mi corazón seguía latente, aun deseaba desaparecer.

- ¿Acaso Ichimaru-kun tiene algo que ver? –

Cerré los ojos afligido, no podía olvidar lo sucedido con Aizen.

- Ya veo, ignoro exactamente que sucedió, pero no puedo dejarte salir de aquí hasta saberlo, no puedo permitir que comprometas la seguridad de la mansión y la tuya, te quedarás aquí al menos una semana –

- No lo haré de nuevo – levanté la mano mirando los gruesos cortes que adornaban mis brazos - ¿cuánto tardarán en sanar? –

- Los cortes son muy profundos, probablemente una semana, los nudillos – suspiró mientras revisaba los informes – al menos tres semanas –

- Está bien – me dejé caer sin fuerzas en la cama - ¿y ésta? – puse la mano sobre mi corazón –

- Tardará el tiempo que tu decidas, el tiempo para que te des cuenta de que el camino del amor no es una línea recta y que muchas veces lleva a callejones sin salida o a profundos vacíos, el punto es que no te debes dar por vencido – acarició mi cabello tratando de consolarme, sabía perfectamente que había pasado, pero ni ella ni yo queríamos decirlo.

- No es… - la garganta se me cerró – un camino que quiera recorrer de nuevo –

- La herida es muy reciente, toma tu tiempo Byakuya, todo se solucionará –

Me dedicó una mirada llena de cariño y me arropó con las mantas, revisó una última vez los reportes y me dio las buenas noches cerrando la puerta tras ella, una vez más estaba solo.

Pasaron casi tres semanas para que lograra convencer a Unohana taichou que los ciclos depresivos/autodestructivos habían cesado, pero aun así me dejó ir con la condición de que tendría que volver cada viernes para una revisión, acepté de inmediato, no quería pasar ni un segundo más en el hospital.

El regreso a la mansión Kuchiki me angustiaba, no estaba seguro de tener la fortaleza como para enfrentarme a todos, durante mi estancia en el hospital mi abuelo solo se había presentado una vez, no sabía nada de Miaka ni de los demás heridos.

Empujé suavemente la puerta principal, no me sorprendió ver los jardines vacíos, después de todo nadie sabía que me darían de alta, entré tratando de no hacer ruido y subí las escaleras dirigiéndome a mi habitación.

- ¿Goshujin-sama? –

Me paralicé, no esperaba verla tan pronto.

- ¡Goshujin-sama! ¡Okaeri nasai! –

- Tadaima… - no podía soportarlo, estaba parada frente a mí, tratando de contener las lágrimas, ¿cómo podía sentirse feliz de verme? Recorrí sus finos rasgos con la mirada y me sentí aun peor al ver la cicatriz en su mejilla, bajé algunos peldaños y la rodeé con mis brazos.

- Goushujin-sama…. –

- Perdóname Miaka…fui un estúpido, yo….no quise lastimarte –

- Ya pasó – con absoluta timidez correspondió el abrazo acariciando suavemente mi espalda – no sufra más –

Contuve el llanto, si me dejaba llevar por mis emociones de nuevo, perdería el control para siempre, nos quedamos así por un rato y aun sin palabras supe que Miaka me había perdonado.
Notas finales: Uff que mega drama armé verdad?? n__nU gomen pero mi tendencia a escribir angst a veces aflora, y eso que prometí a mi Beta que no lo haría sufrir demasiado, sigh, juro que lo intenté XD

Para el Glosario....

Roku Bantai - Sexto Escuadrón
Go Bantai - Quinto Escuadrón

Porque 23 de Agosto - Es el cumpleaños de Gin n____n

Creo que es todo nOn

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