23 de Agosto – Gin
Han pasado varios días desde la última vez que te ví. Horas y días interminables en los que tu ausencia hace un vacío en mi corazón ¡Te extraño tanto y cada vez me cuesta más trabajo no correr a tus brazos! Anhelo tu compañía, el calor de tu cuerpo, el sabor de tus labios; pero así debe ser, Ouji-sama.
-¿Gin? -
- ¿Si, Aizen taichou? – ni siquiera levanté la vista, seguí “revisando” los documentos que tenía frente a mí. Sí, los mismos de hace cuatro horas.
-Deja eso, beberemos algo de té y daremos por finalizado el día
Solté la pluma y respire profundamente un par de veces, no podía permitir que me notara nervioso; eso echaría a perder todo.
- Como ordene, taichou -
Me levanté para tomar asiento a su lado. Té caliente de aroma agradable, galletas frescas de un delicioso sabor vainilla, todo sería fantástico sino supiera lo que sigue.
- Y… ¿qué has pensado de mi oferta? -
Me ofreció una taza de té y acomodando su cabello un par de veces, me sonrió. Sé que detrás de esa máscara de nobleza, se esconde un predador en potencia; desde que me acerqué había medido cada uno de mis movimientos esperando el momento adecuado para atacar. Y conocía a los predadores de su clase, cuidadosos en sus movimientos, amables en sus maneras… siniestros, siempre.
-No tengo demasiadas opciones, ¿ne taichou? – maldito, sabes que haré tu voluntad, supiste qué punto golpear para quebrarme.
- Efectivamente, quisiera darte otras, pero el tiempo apremia… -
Su mano baja por mi mejilla provocando un terrible sentimiento de asco. No digo nada, simplemente me dejo hacer, no puedo rechazarlo.
- Será bueno para todos, la Sociedad de las Almas necesita cambios Gin, cambios radicales que requieren sacrificios, algunos muy grandes… -
Besó mi cuello, mientras seguía desatando las cintas de mi ropa. No puedo evitar temblar ¡Si tan solo fuesen tus manos las que me tocan! Perdóname Ouji…
Me acuesto sobre el escritorio permitiéndole desvestirme. En medio de todo, una de las tazas cae del escritorio haciéndose añicos, pero el sonido es tragado por el silencio mortal que nos rodea. Estamos solos.
- Nnngh… por favor -
Su mano se cerró sobre mi sexo y sentí nauseas; recordar tu suave tacto me tranquilizó.
- “Por favor”… qué? -
Un beso, duro, frío, repugnante; una lengua hurgando mi boca y sus manos recorriendo mi cuerpo con obscenidad. El amor y la pasión verdadera son algo que él nunca conocerá.
- Aizen… taichou… -
Gimo su nombre sabiendo que eso lo excita sobremanera. Sólo quiero terminar con esto lo antes posible.
- Eres divino -
Sus labios recorren mi cuerpo dejando un rastro húmedo; siento el peso del suyo colocándose sobre el mío; su mano recorre la longitud de mi sexo.
- Las casas nobles son un estorbo para nosotros Gin, para el cambio -
¿Está loco? ¿Nosotros? ¿Desde cuándo existe un “nosotros”? Sólo piensas en ti Aizen, no eres más que un simple político que juega a ser Dios.
- Nnhh… taichou – empujo mi cadera contra él para que aumente la velocidad, para que sienta que me excita, NECESITO que me crea – más por favor… más rápido – coloco mi mano sobre la suya y finjo estar sumido en el éxtasis…
Si tan solo supiera que en mi mente solo estás tú, tu sonrisa, tu voz llamando mi nombre entre suspiros.
La velocidad aumenta y la presión resulta dolorosa, pero aun así el estimulo es suficiente y me corro en su mano ¿Orgasmo? Ni remotamente, pero agradezco que Aizen no sepa la diferencia; lo que he pasado con él en las últimas noches no es más que una reacción natural de mi cuerpo.
- ¿Qué darías por salvarlo? -
La pregunta me tomó por sorpresa, tanto que no tengo tiempo de reaccionar correctamente y él lo nota…
Sonriendo de manera cruel, acaricia mi vientre. Sus labios se ciernen sobre mi cuello succionando suavemente la piel; sabe que no podré ocultar esa marca, y que cuando la notes…
- Haré lo que sea… cuando sea - gimo suavemente ¿No ha tenido suficiente? Se tiende sobre mí y las tablas del escritorio crujen por el peso.
- Quiero poseerte… -
Me paralizo ante la propuesta: la mera idea me produce una arcada. Sabía que en algún momento querría hacerlo, pero no creí que fuese tan pronto, estoy aterrado…
- ¿Lo has hecho antes? – recorre la línea de mis glúteos con su dedo aun húmedo por el semen.
Sabe bien la respuesta, le gusta atormentarme, humillarme…
- No… -
- Déjame ser el primero… -
La presión de su dígito forzando la entrada, me hace aferrarme al escritorio.
- Taichou… -separo las piernas lentamente y lo rodeo, pegándolo a mi cuerpo. Quería que fueses el primero, querido príncipe, mi Byakuya… pero el derecho sobre mi virginidad es un precio diminuto en comparación al valor de tu vida.
- Me intrigas, Gin - su voz empalagosa me asquea aun más que sus manos, recorriéndome - ¿Qué sientes por Byakuya? – la mención de tu nombre hace que un dolor aun más profundo que el de mi cuerpo desgarrándose me invada; el aire escapa de mis pulmones y las lágrimas empiezan a fluir.
- Nnnhhh… lo amo – me aferré a su espalda mientras sentía los golpes de su cadera, el dolor era intenso pero por tu bien tenía que soportarlo – Aizen taichou… aah…
- ¿Lo abandonarás? -
- Si… estaré a su lado taichou… - mis uñas se clavan en el escritorio tratando de descargar el dolor; gimo desesperado su maldito nombre… por favor… que se detenga…
- ¿Qué harás si te busca? -
-Soy solo suyo… – las mentiras han sido parte de mi vida desde siempre. Por favor amor, espero que lo entiendas.
- Aizen taichou…! – mi espalda se dobla dolorosamente al sentir el semen derramándose por mis piernas. Tiemblo de asco, por la ira, por el dolor… esto es lo más bajo que puedo caer…
Más allá del Infierno no hay nada, pero… todo es por ti. Estoy cansado, mis párpados pesan y apenas puedo mantenerme despierto.
- Te amo… más que a nada en el mundo… - el silencio me envuelve mientras me quedo dormido, no puedo resistir más – Byakuya… -
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español