A veces es difícil admitir que la persona que es nuestro amigo del alma de pronto es el amor de nuestra vida, eso me pasó a mí, como imaginar que me enamoraría de alguien de mí mismo sexo. Y lo peor caí en esa ilusión estúpida de que me correspondería...
Al principio fue solo un pequeño calor en mis mejillas que traté de disimular, para que no lo notara aunque yo mismo no lo entendía, a los 10 años que se puede saber de amor...
Reita siempre fue mi amigo y por eso lo tome como algo normal, compartíamos muchas horas juntos, en casa de uno o del otro, se sentía bien ese calorcito en la cara cuando él estaba cerca, y esas cosquillas en mi estómago cuando me tomaba de la mano y corríamos por las escaleras de la escuela.
Aún recuerdo ese día, cuando cumplí 14. Estaba en mi fiesta junto con unos amigos cuando él llegó, me jaló de un brazo y a la rastra me llevó a mi cuarto, y del bolsillo de su pantalón sacó una cajita envuelta en un papel rojo.
“_Feliz cumpleaños Ruki... espero te guste...”
Abrí con desesperación la cajita, y en su interior encontré una cadena negra con un pendiente de “corazón”, la emoción era tal que me tiré encima de Reita y lo abracé, ambos caímos en la cama en una pose un tanto comprometedora, alcé un poco la vista para levantarme y mis ojos se encontraron con los suyos, solo un instante me bastó para notar su nerviosismo, me aparté para que pudiera levantarse y me di la vuelta, quedando de espalda a él para ponerme la cadena pero me estaba costando mucho. De pronto sentí las manos de Rei sobre las mías, tomó la cadena y la unió y luego me abrazó por la cintura apoyando su barbilla en mi hombro, me sentía en el aire, ese era mi mejor cumpleaños. Pero algo nos interrumpió... mi mamá gritando que el pastel ya estaba y que debía ir a apagar las velas, Reita me tomó de la mano y me jaló escalas abajo hasta la mesa, luego de eso la fiesta siguió sin novedades...
Pasaron varios días en que todo iba igual entre él y yo, hasta que descubrí lo que significan los celos. Reita venía entrando al salón de la mano de una chica, que por cierto era muy linda, me pareció extraño, pero mi humor había cambiado estaba enojado, fui a mi banco y me senté, aislándome del resto, no quería hablar con nadie...
“_Ruki que té pasa?” Maya era quien me hablaba, que cara habré puesto para que preguntara, en eso entró el profesor y mi rubio amigo se sentó a mi lado, la clase empezó y yo no prestaba atención, o por lo menos eso notó el maestro porque se paró frente a mí y golpeó el libro de clases contra la mesa, el sobresalto fue tal que me caí de la silla, provocando las risas de todos mis compañeros y además que el profe me echara afuera del salón.
Pasé toda la hora en la subdirección y para colmo cuando salí ya era el recreo, traté de buscarlo por todos lados y di con él, estaba en una escala conversando con “ella”, iba a correr pero él me vio y me detuvo tomando mi mano, la chica se fue, y nos quedamos solos en ese lugar... Reita me contó que esa chica se llamaba Megumi que habían sido amigos mucho antes de conocernos, y que se había dado cuenta de que estaba enamorado de ella y quería decírselo, yo no sabía que decirle... estaba destrozado, agradezco que Rei no lo notara, lentamente me acerqué a él y lo abracé, ya que él esperaba mi apoyo. Ese día llegué un poco molesto a casa, no quería estudiar así que tiré el bolso en un rincón y me acosté en la cama, no sé cuanto tiempo pasó de ahí en adelante, pero cuando reaccioné el teléfono sonaba furioso levanté el auricular y escuché su voz, enseguida colgué, tal vez era tiempo de cortar mi amistad con Reita...
Otro día, y ya había tomado una decisión, nuestra amistad llegaría a su fin... esperé el recreo para hablarle, probablemente también le diría lo que siento por él, aunque eso deberé pensarlo mejor. Tengo a ese chico frente a mí, el tiempo se me hace eterno, recuerdos de esos momentos felices a su lado, todo eso es difícil de olvidar.
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“_Bueno, que tienes que decirme?”
_Yo... Rei... tú... tú
“_Que pasa?”
_Reita tú etto... quiero... quiero que dejemos de ser amigos...
“_EH???” _ Pero era tarde salí corriendo, tal parece que mi cobardía pudo mas que yo. No paré de correr hasta que logré desaparecer de su vista. Cuando regresamos al salón no lo dejé acercarse, sentía miedo de lo que pudiera decirme... Noté lo triste que estaba, y por un momento me arrepentí de todo lo que había hecho. El amor es tan difícil cuando estas confundido por tus propias emociones, cuando los vínculos que te unen a alguien son tan fuertes... no fui capaz de decirle lo que sentía, me siento miserable
“Reita ojalá tú pudieras quererme como yo a ti... sin que nada mas importara, y que nuestra amistad sirviera para incrementar nuestras posibilidades... desearía tanto que fuera así!, no sé en que momento fue que llegué a quererte de este modo, pero de algo estoy seguro, no se acabará tan fácil...”
Esto lo escribí en mi cuaderno, para aliviar un poco la pesadez en mi interior y de esta forma volver a sonreír, aunque desde este momento nada sería lo mismo.
Bueno poco a poco conseguí alejarlo de mí hasta el punto de que ni siquiera nos hablábamos, a ratos lo extrañaba, quería correr hacía él y decirle que lo sentía, que quería ser su amigo y que todo lo que dije no tenía sentido, pero mi orgullo era mas fuerte, estaba desesperado, ya no quería ir a la escuela, pero mi madre me sacaba a empujones de la casa, así que no me quedaba otro remedio que ir, no me podía concentrar en nada y continuamente iba a parar a la dirección, y mi amigo no estaba ahí para consolarme, claro como iba a estar si yo no quería que se acercara! Además esa chica no se alejaba de su lado... tal parece que eran novios, yo quería ese puesto!! Pero soy un chico, que pensarían los demás de él si estuviera conmigo?, claramente yo no tenía oportunidad y eso me molestaba...
Las apariencias son demasiado importantes para las personas, no les importa si te destrozas por dentro con tal de que hagas lo que ellos consideran correcto, de lo contrario se burlan de ti, es una crueldad, me da miedo, la verdad es que soy un maldito cobarde, no debería importarme lo que digan, siempre y cuando yo sea feliz, pero como puedo serlo, si no estoy contigo...
Los meses fueron pasando, pronto llegarían las vacaciones, Reita le contó a mamá que se mudaría de ciudad dentro de unos días, al parecer no volveré a verlo, eso será lo mejor ya que podré olvidarlo más rápido (si claro ja ja), mientras tanto salgo a dar un paseo, como extraño su compañía!, llego a un parque cercano y observo a mi alrededor, todo parece en calma, me siento en una banca, no sé porque, pero comienzo a llorar, me siento vacío... inconscientemente mi mente repite su nombre
“*Reita, Reita... quiero verte* Reita... REITAAA!!!” sigo llorando, me cubro la cara con las manos, para que nadie me vea, que pequeño me siento al lado de este sentimiento, parece que me voy a deshacer, mi cerebro va a explotar, continúo gritando su nombre, llamando la atención de las personas que pasan cerca, una sensación cálida recorre mis hombros en un momento, me volteo lentamente y logro ver su rostro sonriente, me parece que estoy delirando, no puede ser que estés aquí, me levanto de un salto y retrocedo confundido, pero me tomas por las muñecas y me fuerzas a abrazarte...
“Ruki... porque me llamabas?, no se supone que no querías volver a verme“
“yo... yo... etto... hay algo que tengo que decirte...” me separo de él un poco solamente, para verlo a los ojos ”el motivo por el que no quería que fuéramos amigos es... es... porque yo... etto... porque tú me gustas”
“Eh?...” ante su reacción iba a huir cuando me sujetó por la cintura “espera yo aun no he dicho nada”
“Qué quieres decir?” estaba un poco avergonzado, pero tenía esperanzas, por fin después de tanto tiempo
“Quiero decir... que tú también me gustas” Sentí como todo comenzaba a dar vueltas a mi alrededor y... “Ruki... RukiiiiI!!!...”
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Unos minutos después desperté en los brazos de Rei, su mirada era tan dulce, se sentía bien ese calor en mi cuerpo, me senté en sus piernas quedando frente a él y rodeé su cuello con mis brazos y lentamente acerqué mi cara para darle un beso, al rozar esos labios me sentí en el paraíso, tenía un poco de miedo, las manos de Reita se aferraban a mi cintura y me acercaba mas a su cuerpo, el beso se volvió mas profundo, me estaba quedando sin respiración pero él no me soltaba, lo empujé suavemente para que me soltara... Rei soltó una risita y me besó la mejilla...
“Nunca creí que sería tan fácil Ruki”
“Que cosa?”
“Decirlo, si lo hubiera sabido antes...”
“Eh?”
“Ruki quieres ser mi novio?” Los colores subieron a mi cara, era gracioso que lo preguntara, obvio que quería, era lo que había soñado desde hace algún tiempo y...
“Ruki estas ahí?”
“Claro que quiero!!!!” le di un pequeño beso y lo abracé, en ese momento recordé que Reita se marcharía dentro de un par de días
“Reita? Prométeme que no me dejaras”
“Por qué lo dices?”
“Es que... tú... te ibas a ir verdad...?”
“Ah eso... mmmm... era broma, quería saber que harías”
“QUEEE??, Cómo me haces eso? Yo estaba muy preocupado”
“Hay vamos Ruki, por lo menos estoy seguro que funcionó”
“No tenias que hacer eso, porque yo... yo te he querido desde hace años”
“Lo importante es que este malentendido se acabó, y ahora te tengo a mi lado... ah y no te dejaré ir, porque puedo ser muy celoso, me oíste?“
“Si claro... oye debemos volver a casa”
“Si ya lo sé” Jalé a Reita y comenzamos a caminar hasta mi casa, fue la primera vez que no me pareció aburrido volver, íbamos tomados de la mano como cuando éramos más pequeños e íbamos al preescolar... estaba feliz... una vez en casa me apoyé en el marco de la puerta con Reita apegado a mí, si como en las pelis, me besó, lamió mis labios, yo volaba por el aire, el comienzo de una novela rosa, y... había partido bien!!!
“En que piensas?”
“En nada, amor”
“Ruki yo te amo”
“Yo también te amo Rei... ya debo entrar”
“Si... hasta mañana...”
“Reita?... Debes soltar mi mano”
“Ah... si claro... te amo” (beso en la mejilla) esperé en la puerta hasta que se fue y luego entré, y aprendí la lección más importante del mundo... no guardarse las cosas, porque unas simples palabras pueden cambiar tu vida...
FIN
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