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Me encontraba en la clínica desde hace unas horas, había pasado alrededor de una semana que se me había notificado el que seria mí destino. Los primeros días me los pasé meditando y meditando el asunto, pero no lo soporté por mucho tiempo, el encierro hacia que mis jaquecas aumentaran y me vinieran las nauseas, así que volví a hacerme los exámenes en otro sitió con la esperanza de que se tratara de un error.
Estaba nervioso y mis manos sudaban mientras veía avanzar las manecillas del reloj mientras esperaba los resultados. Ese día me dirían que todo se trataba de un error, una mera equivocación de la que después me reiría de viejo, nada más., no podía ser de otra forma.
-Kasamasa Kohara-san… Kasamasa Kohara-san – escuché como una de las enfermeras me llamaba desde la recepción, torpemente me puse de pié, acomode mis gafas y caminé hacia ella
- soy Kasamasa – dije con nervios, creo que la enfermera lo notó
- aquí tiene señor – me entregó el sobre con una sonrisa. Dude en un principio, pero luego lo recibí haciendo una pequeña reverencia para luego retirarme
Otra vez llegaría tarde al ensayo, pero poco me importaba en esos momentos, camine hasta la compañía, no me sentía en condiciones de manejar, la cabeza me daba vueltas. Tenia sujeto fuertemente el sobre entre mis cosas, tenia miedo de abrirlo, literalmente mi vida dependía de lo escrito en ese sobre y eso me aterraba de sobremanera, aun así intente parecer normal, no dejaría que nadie me viera mal, me dije que ese seria un día como cualquier otro y así seria.
-lamento la demora – fue lo primero que dije al cruzar la puerta – tuve un contratiempo – me excuse
- ¿ocurrió algo malo Shou-kun? – te acercaste a mí con tu mirada preocupada sacándome la primera sonrisa sincera desde hace días
- Tranquilo Pon, no es nada grave – si, no era nada grave, me repetía esas palabras una y otra vez
- ¿seguro? – intervino Saga, el también lucia preocupado
- Si, descuiden, comencemos con el ensayo les parece
No quería darle más vueltas al asunto, me ahoga cada vez que pensaba mucho en ello y no quería que ninguno empezara a sospechar, así que, como si nada me dirigí al micrófono para empezar a cantar y así poder distraer mi mente un buen rato
- De acuerdo –dijo Nao – todos a su lugares
Todos rápidamente se acomodaron en sus lugares para empezar con la primera canción, durante el ensayo me sentí mareado un par de veces, pero lo ignoré, no había desayunado esa mañana así que tense que se debía a eso. Ya llevábamos 3 horas y mi cabeza me daba vueltas
- Descansó – al fin, pensé al escuchar eso
- ¿Ocurre algo Shou? Te vez pálido – me dijo Tora de repente
- No es nada – mentí -no alcancé a desayunar esta mañana
- Eso no está bien, menos si estas delicado se salud – empuñé inconcientemente mi mano al escuchar eso
- No es nada, en serio – fingí una sonría intentando alivianar el tema
- Mas te vale, mira que no puedes dejarnos sin vocalista justo ahora – bromeó Saga, todos rieron ante su comentario, incluyéndome
Cuando llegué a mi casa arrojé todas mis cosas al suelo sin importarme mucho si se estropeaban o algo, estaba agotado, necesitaba con urgencia comida en mi estomago, sin embargo, solo atine a echarme en el sillón, no tenia deseos de nada, solo dormir. En indeterminado momento mi mente hizo “clic”, me levante de mi lugar de descansó y me dirigí al lugar donde había arrojado mis cosas. Con un cierto temor tome el sobre que se encontraba escondido entre ellas, no recuerdo cuanto tiempo estuve así, mirando aquel trozo de papel sin atreverme a abrirlo. Suspiré, era un verdadero cobarde. Volví a recostarme en el sofá dejando caer el sobre a mis pies.
No era capas ni de abrir un miserable sobre a pesar de saber su contenido
Soy tan cobarde
Después de eso creo que me quedé dormido en el sofá, ¿Cuánto tiempo estuve ahí? No lo se, solo recuerdo que desperté con un horrible dolor de cabeza. ¿El timbre? Si, creo que fue el timbre el que me despertó de mis sueños, aunque en ese tiempo no recuerdo haber soñado. Me coloqué de pie perezosamente y fui hasta la puerta.
- Ya voy – dije pesadamente. Cuando abrí la puerta en verdad me sorprendí, no esperaba tu visita - ¿Tora? – me extrañe de verlo al otro lado de la puerta, el siempre avisaba si quería hacerme una visita
- Hola… ¿no interrumpo nada verdad? – fue lo primero que me preguntaste
- N-no, pasa – me hice a un lado para que entrara y se acomodara en la sala
- ¿Qué te trae por aquí? - pregunté sin rodeos, me extrañó el verlo llegar así
- Bueno, como te veías desanimado en el ensayo se me ocurrió venir a animarte – dijiste como si nada, no pude evitar soltar un pequeña risa ante eso
- Bueno – me limité a decir - ¿Quieres algo para comer?
- Claro
Me dirigí a la cocina en busca de algo comestible, no me había dado el tiempo de ir de compras al supermercado y mi alimentación esa semana no había sido la mejor, de hecho casi no comía. Creo que por eso los dolores de cabeza…
-Rayos – murmuré, en verdad no había nada decente – Tora - grite- que te parece si ordenamos algo por teléfono… mi cocina es un desastre
-Claro – te limitaste a responder desde la sala – ¡¡quiero pizza!! – Lancé una pequeña risa mientras salía de la cocina en busca del teléfono
– De acuerdo – dije mientras entraba a mi habitación y tomaba el teléfono para hacer el pedido
– ¡¡que sea una grande!! Tengo hambre
– Hai – te respondí
Hice el pedido sin preguntarte nada mas, sabia como te gustaba la comida, una ventaja de todos los años de conocernos, no era necesario hacer preguntas tan banales como esa. En verdad agradecía tu compañía en esos momento, aunque no lo supieras estabas dándome un gran apoyo.
-Tora ya hice el pedido – dije saliendo de la habitación – llegará en media hora… - me dirigí a la sala – Tora…. To… - no pude continuar, ahí estaba él, con el sobre de la clínica a sus pies y las hojas con los resultados siendo apretadas fuertemente entre sus manos. Demonios… había dejado el sobre tirado en el suelo, y con Tora nos teníamos suficiente confianza como para revisar nuestras cosas sin que nos molestara
-¿Qué es esto Kohara? – preguntaste molesto sin apartar tu vista de las hojas
Pero en esa ocasión estaba aterrado
¿Cuándo fue la última vez que mi corazón latió tan rápido?
-¿Qué haces con eso? Dámelo – me alteré, no quería que nadie supiera, no quería que tuvieran lástima de mi
-te pregunté que es esto – elevaste tu voz, eso me asustó, tu nunca te alterabas, ni cuando peleábamos por el contenido de las canciones
-ya te dije que no es nada, dámelo – insistí e intenté quitarte mis exámenes médico, pero tu negaste – maldición Tora dámelo
- no hasta que me expliques que dice esta maldita hoja… Kohara, ¿Qué es eso de enfermedad Terminal? – sujetaste mis muñecas para que dejara de moverme, era la primera vez que veía esa mirada en tu rostro, en verdad me asustó
- yo… ¡no se de que me hablas! – hice lo posible por soltarme pero tu tenias más fuerza que yo – no tengo nada… esos exámenes están mal – intenté convencerte, pero era obvio que no daba resultado, tus ojos me lo dijeron todo
- no te creo… dime ahora que está pasando Kohara – seguías exigiéndome una explicación… no entiendo que hice para lograr que te preocuparas tanto por alguien como yo
- ya te dije que están mal… esos estúpidos doctores no saben de lo que hablan - empezaba a alterarme – yo no tengo nada… estoy bien… yo no tengo nada ESTOY BIEN
- Kohara…
- ¡¡¡yo estoy bien!!! No pasa nada malo conmigo SON LOS DOCTORES LOS QUE ESTÁN MAL, NO YO
No creo haber perdido el control así antes
Daba miedo… tanto que quería aferrarme a la idea de que esto no era más que un sueño
Una simple pesadilla de la que despertaría en cualquier momento
-Kohara… porque…
-ya te dije que estoy bien… - no quería ver tu rostro así de dolido
-mierda Kohara… debiste decírmelo – insististe e insististe. Porque te preocupabas tanto por mí Tora, no lo merecía, aun no lo merezco
- porque no tengo nada malo… ya te dije – no quería decirlo, no quería dejar salir esas palabras
- ¡¡deja de mentirme Shou!!
- ¡¡No te miento!!
Silencio… lo único que logre sentir después fue mi mejilla arder fuertemente, cuando logre reaccionar pude darme cuenta que me habías golpead, en verdad no daba crédito a lo que acababas de hacer, era verdad que tenias poca paciencia, eso lo se bien, pero nunca fuiste una persona violenta
- POR QUE NO ME LO DIJISTE ESTUPIDO – instintivamente coloqué mi mano en el lugar que había recibido el golpe, sin creérmelo todavía, esperaba cualquier reacción por parte de mi amigo, todas menos esa
- Shi-Shinji… -aun seguía sin asumir bien lo que acababa de pasar
- Estúpido idiota… - recuerdo como tu voz temblaba, nunca antes en todo el tiempo que llevábamos conociéndonos te había visto así – porque no me lo dijiste… - estabas temblando
- Yo…- creo que no entendí el peso de mis acciones sino hasta ese momento – pensé que… mientras más me negara a creerlo… un día vería… vería que se trataba de un error – ¿Cuántas veces lloré frente a ti antes? Creo que esa fue la primera vez que fui vulnerable contigo a pesar de los años de conocernos- y que todo… seria como antes… - no era capaz de verte a la cara
A alguien a quien en verdad podía confiarle cualquier secreto
Puesto que siempre estaría ahí para mí
Y yo como un cobarde intenté alejar
¿Algún día podrás perdonar mi cobardía Shinji?
Lamente cada momento en el que les hice daño
- Pensé… pensé… - no quería decir esas palabras, no quería admitir que me quedaba poco tiempo – pensé que se trataba de… de una mala broma…-lágrimas, más lágrimas…- POR QUE ME TIENE QUE PASAR ESTO A MI – esto era lo que no quería reconocer – NO ES JUSTO – me abrace a él e instintivamente comencé a golpear tu pecho, sin mucha fuerza realmente, ya no me quedaban fuerzas
Por eso me aferré a la idea de que pronto todo pasaría
No quería asumir que me quedaba poco tiempo, que dentro de poco diría adiós a todos
Que hasta aquí llegaba mi sueño
- Yo estoy contigo Shou – susurraste, luego de eso solo recuerdo que me abrasaste contra tu pecho. ¿esto era mucho más difícil para ti, no es cierto? – vamos a salir de esto… nada malo va a pasar… seguiremos igual que antes
- Tora –susurré mientras escondía mi rostro avergonzado contra tu pecho, parecía que tu negación a esto era más grande que la mía, - lo siento tanto – susurre
- No te disculpes… esto… esto es una pesadilla… pero saldremos de esta… estarás bien… tu... yo… y los chicos… vamos a apoyarte
- No Tora – me separé de ti rápidamente- ¡¡no les dirás nada a los chicos!! – te grité
- Pero Kohara
- Pero nada… mira como estás… de ninguna manera permitiré que los chicos se pongan igual… ni Nao, Saga ni… Ni Hiroto… deben enterarse de esto…
- Shou esto es una locura… debemos decirles… merecen saber…. – intentaste convencerme con insistencia
- No… no quiero… no puedo dejar que lo sepan – temblé levemente, tenia miedo – por favor… si ere mi amigo no dirás nada
- Yo…
- ¡¡¡prométemelo!!!
- Pero… está bien… - volviste a abrazarme y no pude más que llorar en tu pecho como un niño, quizás me hacia falta hablar esto con alguien, pero de hacerlo, estaría reconociendo que pronto dejaría este mundo – tranquilo – volviste a repetir mientras acariciabas mi cabello – todo saldrá bien
- Por favor… nadie debe saberlo… - fue lo único que fui capas de decir entre mis lágrimas… tengo miedo…
- Yo estoy aquí…
No quería admitir mi destino
No era capaz de asumir como un verdadero adulto lo que me ocurría
Por eso me encapriché con la idea de que todo era un simple error
¿Soy un cobarde, cierto?
¿Esta opresión en mi pecho es algo normal, no?
Es la misma que sentí cuando lloraba en tus brazos por primera vez
Era algo extraño
Porque por más dolor y angustia que me trajese confesarte todo aquello, por primera vez me sentía tranquilo
Tu también podías sentirlo ¿verdad? Yo se que si
Gracias por entender mis sentimientos. Siento el sufrimiento que te provoqué todo este tiempo
Es extraño el reparado estado al que te pueden llevar las lágrimas
Y el calor que un simple abrazo podía brindar
Me transmitiste cada uno de tus sentimientos con ese simple acto
…Fue el ultimó y mejor de los regalos que pudiste darme…
Ahora ambos estábamos recostado es mi cama mirando el techo, sin pronunciar palabra alguna, totalmente sumergida en nuestros propios pensamientos. Aun así no me sentía incomodo, agradecí el que respetaras mi decisión, pero aun así parte de mi se sentía intranquilo. Se que lo entendías. Y en cierta forma sufrías igual que yo al ver que no podías hacer nada
- ¿En qué piensas? – me dijiste de repente. Lo medité por unos segundos antes de contestar
- Creo que… no me había dado cuenta que al pestañear nuevamente… podría ser la ultima vez que lo haga… - después de eso volvimos a refugiarnos en ese acogedor silencio, en ningún momento dejamos de mirar el techo
- ¿sigues vivo? – vaya broma de mal gusto
- … eso creo… - en ese momento sonó el timbre – ah…. La comida