Como me gusta ver tu cabello dorado extendido en la almohada, ver tus ojos grises cargados de ternura y lujuria que me miran fijamente, ver tus sonrojadas mejillas que te dan un toque de inocencia, ver tus labios entreabiertos… tentándome a besarlos hasta que los míos se desgasten. Todo… absolutamente todo me gusta de ti... eres único y especial.
-Sasori no Dana…-
Oigo como me llamas en un suave susurro que apenas y puedo escuchar, pero que hace que no me detenga de lo que estoy haciendo.
-¡ahh… sasori no Dana!-
Gimes mientras acaricio tu piel muy cerca de tu intimidad. Deleitándome con el angelical sonido de tu voz, escuchando como lenta y pausadamente pronuncias mi nombre en un moderado gemido.
-haaa.-
Escucho que suspiras mientras beso tu cuello lentamente, dejando a mi paso mordidas y marcas que se tornan de un tenue rosa a un color rojizo.
-ohh… sasori… humm.-
Dices mientras toco tus muslos y asciendo a tu entrepierna, tomándola entre mis temblorosas manos y acariciándola.
-¡ahhh!-
Gimes al sentir el contacto de mis manos traviesas con tu zona privada, mientras lentamente subo y bajo una de ellas, dándote placer.
-¡haaa…!... Humm.-
Callas al sentir como mi boca aprisiona la tuya mientras continuo mis caricias, sintiendo como muerdes mis labios y me tomas por el cuello, en señal de que estas disfrutando el momento.
-huuum...-
Suspiras entre el beso, entrelazando tu lengua con la mía, jugando con ella mientras acaricias el límite de mi espalda.
-sasori-kun…-
Te separas para tomar aire y luego escucho que sale de tus hermosos labios… mi nombre con aquel tan anhelado sufijo, aquel que nunca usas a menos que sea una ocasión especial… justo como esta.
Miro como te cubres los labios al ver lo que has dicho, pero como te arqueas y gimes al sentir que mis caricias son cada vez más y más placenteras.
-¡ahh!… no pares… ¡Onegai…!-
Miro como tus manos aprestan fuertemente las sabanas, como te tuerces sobre la cama en un indeseado movimiento a causa del placer, puedo ver como tus ojos están cerrados, como tu boca está entreabierta, preparada para gemir en cualquier momento. Siento como te corres en mis manos y veo aquel liquido blanco pero a la vez transparente correr por estas… lo unto por mi pecho y luego por todo mi cuerpo para después continuar acariciando los alrededores de tu figura.
Me acerco a tu cuello y comienzo a besarlo nuevamente, bajando a tu pecho y a tu abdomen. De pronto tomo tu mano y comienzo a lamer cada uno de tus dedos, lentamente. También beso tu mano y asciendo a tu brazo, marcando cada cm visible de tu piel mientras tú solamente me miras confundido.
-esto… es para que todos sepan que eres mío y que no serás de nadie más…-
Te susurro, yo, marcándote de mi propiedad. Miro como tu blanca piel se sonroja ante mis palabras, como tu mirada se cohíbe y como una sonrisa de ternura se marca en tus labios. Aquellos labios rojos que son tan tentadores… tan finos y tal cálidos al igual que lo son tus brazos que siempre me esperan abiertos con aquella calidez en ellos, envolviéndome en un bello abrazo.
-Sasori-kun….-
Vuelves a suspirar mientras colocas una mano en mi mejilla, la acaricias y atraes mi rostro hacia el tuyo, juntando nuestras bocas una vez más. Siento como lentamente me desprendes de lo poco que queda de mi ropa, ya que toda la de ambos esta regada por toda la habitación… en clara señal de ansias de poseernos el uno al otro.
Siento que deslizas lentamente mi ropa interior, acariciando mis piernas a tu paso… lo que provoca que yo suspire complacido. Veo que sonríes ante lo que causas en mí… llevando su mano a acariciar algo más debajo de mi espalda… causando un gran sonrojo en mí, haciendo que mi cabello se confunda con mi rostro.
-sasori… haa-
Suspiras al sentir mis manos acariciando tu torso, sintiendo que delineo tu figura con cada uno de mis dedos.
-¡¡ahhh!!-
Gimes al sentir como me apego a ti, arrimando tu intimidad contra la mía y como mutuamente nos apegamos entre nosotros, causándonos más placer a la vez que provocándonos más gemidos.
Puedo sentir como tus manos acarician mis brazos que están recargados aun en el colchón evitando que mi peso caiga sobre ti, puedo ver como tu respiración esta agitada y como acaricias después de mi pecho mi torso, no entiendo porque te sientas y me haces sentarme a mí a la vez… no entiendo porque detuviste tus caricias… no entiendo nada de esto… hasta que siento como tu lengua lentamente lame mi intimidad, haciéndome irremediablemente gemir y sonrojarme. Siento como colocas tus manos en mis muslos mientras que mis piernas están hincadas, para recargarte en ellos, también siento como mi intimidad entra a tu boca poco a poco, rozando con tus dientes y tu paladar… como pasas tu lengua por mi miembro, delineándolo con esta y a la vez sintiendo como tus manos lo aprietan obligándome a gemir. Siento como cada vez me das más y más placer, complaciéndome y poniéndome feliz… feliz al saber que esto lo haces solamente tú cada noche. Me arqueo al igual que tu lo hiciste ante mis caricias, haciendo que mi intimidad entre por completo en tu boca, siento como la muerdes ligeramente mientras comienzas a sacar y meter de tu boca esta misma. Después de un rato con esas caricias… me corro en tu boca… miro como me das una mirada sensual y lentamente tragas aquel liquido que es igual al que tengo por todo mi cuerpo. Te empujo a la cama y nuevamente me recargo en mis brazos mientras me acerco a tu abdomen y comienzo a morderlo a la vez que a besar y lamer tú ombligo. Tu solo sueltas un suspiro y un pequeño gemido.
Te miro a los ojos, no aguanto más, y creo entiendes lo que quiero decir con mi mirada. Alzas los brazos hacia mí y los enrollas en mi cuello, yo te tomo de la cintura y te apego a mí, besándote y demostrándote mi afecto antes de que sueltes el agarre y que yo te de vuelta, quedando de espaldas a mí.
Tu ladeas el rostro, me miras sonrojado y yo te miro de igual forma, lentamente aproximo mi intimidad a tu entrada y la rozo escuchando como sueltas un gemido de placer. Poco a poco voy entrando en ti, penetrándote y escuchando un grito que sale de tus labios, no sé bien si es de dolor o de placer ya que también escucho que comienzas a jadear mientras tu respiración se agita. Una vez dentro de ti comienzo con las embestidas, sintiéndome yo en lo más profundo del paraíso.
-¡¡ahhh!!...-
Se escapa de mis labios mientras aumento la velocidad de mis penetraciones, mirando con mis ojos entreabiertos como los tuyos están cerrados y como no paras de gemir, juntándose tu voz con la mía y siendo una sola como tú y yo estamos en estos momentos… volviéndonos uno mismo.
Se escuchan los muelles de la cama moverse al ritmo de mis embestidas y del de tu respiración mientras también se escucha como el respaldo de la cama choca contra la pared, provocando un sonido estruendoso pero que no es nada comparado con el sonido de nuestras voces llamándonos el uno al otro.
Cada vez entro con más fuerza y rapidez en ti, mirando como tu cara está comenzando a tomar color debido a los constantes gemidos y a la cierta falta de aire. Momentos después de verte me doy cuenta de que yo también estoy jadeando, con los ojos a medio cerrar y con la respiración irregular. Te tomo fuertemente de la cadera para poder sostenerme de algo que sea parte de tu suave y dulce piel, mientras siento como poco a poco llego a mi límite. Después de sentir como te arqueas hacia atrás siento como me riego dentro de ti… dejando parte de mí en ti… marcándote nuevamente como mío…
Escucho como inhalas aire profundamente antes de dejar caer tu rostro sobre aquella arrugada almohada mientras yo salgo lentamente de ti. Después de estar fuera me dejo caer a tu costado sobre la blanca y arrugada sabana que está bajo tu cuerpo y el mío. Te abrazo contra mi pecho y veo como tu correspondes gustoso… siento que cada vez que veo tu cabellera rubia, tus ojos, tu boca, o simplemente que pienso en ti… me vuelvo loco… y es que te necesito junto a mi… no puedo estar sin ti… eres mi otra mitad, eres la única persona con la que puedo ser yo mismo y no fingir aquella frialdad con la que cubro mi corazón para no ser herido… eres mi amor…
-Deidara…-
Te susurro lo suficientemente fuerte para que oigas y miro como me ves a los ojos diciéndome con tu mirada que me escuchas.
-Te amo…-
Sale se mis labios antes de besar tu frente con ternura y a la vez que observo como tus mejillas se colorean de un tenue rosa y como tu boca se curvea en una tierna sonrisa.
-yo también… sasori-kun…-
Me susurras también mientras escondes tu rostro en mi pecho… haciendo que te atraiga más contra mí y te sienta verdaderamente a mi lado para así poder saber que no es un sueño y que en verdad estas junto a mí.
Definitiva y verdaderamente te amo Deidara…
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