Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Amor por Niphredil

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.

Los vimos alejarse, de la mano, dejando un aroma dulzón; ese aroma que dejan los enamorados, esa como estela romántica que parece que te enamora de todo. Los vimos alejarse riendo, viéndose a los ojos y seguramente teniendo en sus corazones toda esa seguridad y temor que entrega el amor cuando nace. Los vimos… Y luego nos vimos a nosotros, o más bien yo lo observé a él, a Sasuke y me pregunte si tal vez nosotros podríamos terminar como ellos. Después de todo también éramos amigos hace años y a veces nos comentaban la bonita pareja que hacíamos. Después de todo yo lo amaba, y de vez en cuando me permitía fantasear con escenas en las que él y yo nos queríamos. Yo lo amaba, así como Neji amaba a Gaara, así como Gaara amaba a Neji… Yo nos veía en ellos y nuevamente abría pasos a nuevas fantasías. Nos veía tomados de las manos, riéndonos y hablando de lo estúpidos que habíamos sido ocultando nuestros sentimientos, nos veía mirándonos a los ojos y sintiendo todas esas ambiguas sensaciones que se sienten cuando no se sabe qué esperar, pero sin embargo se está completa e irremediablemente atado en alma y corazón a un sentimiento.

- Aún no comprendo cómo pudieron tardar tanto. – la voz de Sasuke no tardó en apaciguar todo ese tumulto de pensamientos que parecían no agotarse. Me encontraba de nuevo en la realidad. Ya no me veía a Sasuke y a mí alejándonos. Ahora era Neji y Gaara caminando. Ahora éramos Sasuke y yo mirándolos y riendo por la felicidad de nuestros amigos.
- Bueno, ya vez, el amor es así, nos ciega y nos devuelve la vista de la forma más inesperada.
Sasuke me miró por un momento, con esos ojos profundos que me helaban, que me transportaban a una dimensión a la que sólo él y yo pertenecíamos, y los cerró, transportándome nuevamente a la realidad, donde cruelmente pertenecía sin él.
- Dobe, ¿no me digas que estás enamorado? – se burló.
- Claro, de ti, lo he estado hace años. Baka. – aunque lo había dicho en broma no pude ocultar un leve sonrojo, me di media vuelta y caminé.
- Todos me aman, algún día también tú. – bromeó de vuelta.
- Sí, sí. Estoy enamorado de tu ego.

Caminamos juntos hasta mi casa, ahí nos despedimos y yo me quedé pensando en lo masoquista que era compartiendo ese tipo de bromas con él. Temía que en algún minuto ya no fuera capaz de fingir más. Nuestra amistad era lo más preciado que tenía. Amaba su mirada y sus abrazos, sus caricias, aunque fuesen dedicadas a mí con un sentimiento distinto al mío, sabía que ese sentimiento era fuerte, sabía que Sasuke me amaba, y me conformaba con ese amor; de compañero, de amigo, de camarada, de hermano. Y no me permitiría jamás romperlo con el mío.

- ¡¿Ya están juntos?! – Escucho que mi padre grita desde la cocina.
- ¡Sí! ¡Desde hoy están públicamente comprometidos! – le respondo, de la misma forma, mientras me descalzo.
- ¡Pues venía siendo hora! – siento la voz de Kakashi desde alguna parte de la casa.
- ¡Pues sí, pero todo fue gracias a nosotros! – grito de vuelta, mientras camino tranquilamente hacia el comedor.
- ¡¿Qué hicieron?! – gritan al unísono. Uno saliendo de la cocina y otro apareciendo desde el baño.
- ¿Qué hay de comer? – tengo ganas de ramen, espero que papá haya preparado ramen. Pienso mientras me siento a la mesa – Pues les dijimos a ambos que el otro tenía novio. No aguantaron el saber eso, así que ambos se buscaron para aclarar sentimientos.
- Hay ramen, para celebrar – dice mi padre sentándose junto a Kakashi. – Vaya, eso fue fácil.
- ¿Y con Sasuke cuándo piensan formalizar? – Pregunta Hatake.
- ¿Estás loco? Naruto y Sasuke son como hermanos. – mi padre parece sorprendido cada vez que se bromea con ese tema.
- Pues yo soy su profesor, los veo siempre y tú sólo el padre de uno de los involucrados.
Ambos me miran, esperando la respuesta que cada vez es la misma.
- Un día de estos les diré que estamos juntos, haber si ya dejan de especular sobre nosotros – engullo mi ramen enfadado – No hay nada entre nosotros.
- ¿Ya ves? –
- Nunca te imaginaste lo que sentía por ti hasta que te lo dije – contesta mi sensei.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- Pues que no tienes mucho tacto para las relaciones.
- En eso tiene razón Kakashi. – me río y sigo comiendo mientras ellos se cruzan miradas de profundo y eterno amor entre una y otra cursilería.

Cuando terminamos de cenar Hatake se despide cariñosamente, prometiendo volver al día siguiente. Nosotros nos vamos a nuestros respectivos cuartos luego de un “Que duermas bien” “Sueña con Kakashi” “Sueña con quien quieras” “Mañana no quiero problemas para levantarte” y etcéteras. La mayoría de las veces, luego de que se va Kakashi, nos quedamos en el comedor discutiendo sobre algún tema irrelevante como el clima para el día siguiente o la película de estreno o algo por el estilo. Ahora no fue así, tal vez porque todo nos sentíamos bastante melancólicos por todo lo sucedido entre Neji y Gaara o porque todos lo temas irrelevantes se habían acabado en el transcurso de la cena que había durado más de lo normal, claro está, por el tema que daría que hablar por el resto de la semana: La nueva y perfecta historia de amor entre dos amigos de infancia que por azares del destino y la ayuda de sus ingeniosos amigos al fin habían acabado juntos.
Me acosté pensando en ellos, deseando que todo saliera bien y esperando que fuesen felices, después de todo bastante les había costado llegar a donde estaban. Soñé nuevamente que Sasuke y yo acabábamos como ellos y me vi una y mil veces en sus brazos oyéndole decir que me amaba, con esa voz ronca y penetrante. Que me amaba, como yo lo amaba a él, como a un hombre, que me miraba como a un hombre, que me deseaba como a un hombre y que siempre había sido así.
Me desperté abrazándolo… o más bien abrazando la almohada que de alguna forma se había colado hasta mis brazos en el transcurso de la noche y de mis dichosos sueños. Traté de levantarme pero lo mejor que logré fue apartar un poco la almohada que empezaba a sofocarme. Escuché que Minato gritaba algo así como ¡Otra vez, despierta o iré a levantarte yo! ¡No querrás que suba! ¡1…2…! Me levanté de un salto antes de oírle nombrar el tres, realmente no quería que subiera, nunca salía nada bueno cuando tenía que subir a levantarme. Me duché, y bajé a desayunar. Salí de la casa, atrasado como siempre y llegué a clases, atrasado como siempre.

Sasuke me saludó y entramos, siempre me esperaba en la puerta y entraba conmigo a deshora aunque él llegará 30 minutos antes.
- Tendremos bastante caramelo durante el resto del día. – me comentó apuntando el puesto de Gaara. Se encontraba con su novio, obviamente, tenían sus manos entrelazadas por debajo de la mesa. Era bastante extraño verlos en plan “terroncito de azúcar” teniendo en cuenta las personalidades frías y distantes de los dos, pero así estaba la cosa y todos estábamos felices con el desenlace de la historia.
- Me dan escalofríos de sólo mirarlos. – respondí. Sasuke sonrió y tomó mi mano entrelazando sus dedos con los míos. Sentí un escalofrío, esta vez de verdad, que recorrió todo mi cuerpo, lo miré sin saber bien en qué pensar. Mi mente estaba tan llena de sueños irreales entre nosotros dos que siempre resultaba difícil entender que Sasuke bromeaba.
- ¿También quieres llamarme terrón de azúcar? – me reí, sintiendo aún ese molesto cosquilleo en mi mano. Aún no me soltaba y las ganas de sacarlo del salón por motivos impúdicos se me hacían incontrolables.
- No, sólo quería tomar tu mano – dijo soltándome.
La clase transcurrió normal, o al menos todo lo normal que se podría esperar teniendo a un nueva magnífica pareja con nosotros.
En el receso nos fuimos a sentar todos al patio; Neji, Gaara, Hinata, Kiba, Shino, Sakura, Sasuke y yo. Como esperaba no hubo otro tema más que Gaara y Neji. De vez en cuando molestábamos a Sakura con Sai, el chico nuevo que gracias a su gran parecido a Sasuke era el nuevo amor platónico de nuestra amiga. El día transcurrió normal y como siempre me fui a casa de Sasuke a estudiar.
Caminamos en silencio, cosa inusual en mí. Cuando llegamos entramos de inmediato a la habitación de mi amigo y él, como era de suponer, no dejó pasar mi silencio de minutos antes.
- En serio dobe, voy a terminar pensando que estás enamorado.
- Ya te dije ayer de quién – me burlé.
- ¿Qué ocurre? – Su cercanía me paralizó. Me atajó antes de poder sentarme, con un brazo rodeó mi cintura y sentí su mirada clavarse en la mía. No era inusual que hiciese eso cuando algo le ocultaba. Siempre me encaraba de esa forma y siempre terminaba por decirle lo que ocurría. Esta vez era distinto, con todo lo que había sucedido y con lo mucho que mi mente divaga en torno a nosotros en el último período me sentía más hipnotizado que de costumbre. Su cercanía me atontaba, sentía su respiración demasiado cerca para mi salud mental y sus ojos mirándome no ayudaban en mucho a mi situación. En otra ocasión yo hubiese disfrutado esa cercanía todo lo posible, alargando el momento en que le confiara mis preocupaciones, pero esta vez no podía permitirme disfrutar.
- No es nada baka, deja sentarme. Te lo contaré sentado- Traté de safarme de su abrazo pero Sasuke no se conformó con esa respuesta. Supongo que también le pareció raro mi nerviosismo.
- ¿Ahora te molesta mi cercanía? – Me pareció que hablaba de forma tan lenta que no pude más que mirar sus labios mientras lo hacía. Respirar su aroma no me tranquilizaba y creía que estaba más cerca de mis propios labios de lo normal. –
- Venía pensando en Gaara y Neji – suspiré. Eso debería haber bastado para que me soltara y siguiéramos hablando del tema con una cercanía más prudente, pero no. Sentí que su agarre se hacía más fuerte y sus labios rozaban los míos. Sasuke suspiró y mi mundo terminó de borrarse por completo. Me encontraba preso en su mundo, el mío se había deshecho por completo. En mi mundo no me permitiría nunca romper una hermandad de años por mi poca fuerza de voluntad, en mi mundo no me permitiría dejarme vencer por su cercanía, por su calor, por su fuerte agarre. Pero ya no estaba en mi mundo. Ahora estaba en el de él. Cercené al fin la distancia que nos separaba y sentí sus labios recorrer los míos con intensidad. Había soñado con eso cada noche y realmente nunca me acerqué ni un milímetro a todo lo que sentía en este momento. Me permití abrazarlo, tirándolo un poco más hacia mí y sentí cómo respondía aferrándose con más intensidad. Subí mis manos hacia su rostro y lo acaricié, disfrutando cada toque. Aún no sé cómo, pero mientras sentía su cuerpo tan cerca al mío, mientras dejaba que su boca recorriera cada espacio de la mía y me dejaba guiar en su mundo, de un salto volví a encontrarme en el mío. De golpe me di cuenta de lo que ocurría y de golpe me separé de él. Confuso, desorientado, aún con la respiración entrecortada y las mejillas rojas. Sasuke me miró con la misma expresión de desconcierto que tenía yo, sólo que se repuso más rápido de ella. Se acercó a mí y se sentó en la cama, a mi lado.
- Todo lo que ha sucedido, entre Gaara y Neji, ¿te ha hecho pensar en nosotros verdad? – su pregunta me tomó por sorpresa, su voz me tomó por sorpresa. No supe qué contestar, aún estaba ordenando mis ideas. – Pensabas en cómo sería si nosotros…
- No resultaría – le contesté de forma brusca. – Es sólo que…me confundí. Lamento lo que acaba de pasar.
- ¿En serio lo lamentas? – Nunca lamentaría lo que acaba de suceder, pero tenía miedo; miedo a perder su amistad, miedo a su rechazo. Su voz me heló, su tono era serio, inquebrantable.
- Sí, lo siento Sasuke…yo no quise…
- Entonces todo olvidado – me dijo levantándose.
-¿Olvidado?
- Eres mi mejor amigo dobe. – mi mejor amigo, en ese momento dolió. Parecía que me quebraría en dos, era como si alguien oprimiera mi pecho y no me dejara respirar, la habitación daba vueltas y el llanto se atragantaba en mi garganta. Mi mejor amigo, claro que eso era. Por un minuto pensé que tal vez, sólo tal vez podríamos ser algo más. Me dejé llevar por un impulso que nunca debió surgir. Y él era capaz de pasarlo por alto, porque me amaba, con ese amor de camarada, de mejor amigo. Con ese amor que no quería perder.
- Es cierto. Ya ves como no puedo enamorarme de ti. Te he besado y ni así. – Me reí, aunque el llanto forcejeara por salir, reí o al menos algo parecido a la risa salió de mí - no eres tan perfecto como creías baka.
- Me has tomado por sorpresa, espera a que te tome por sorpresa yo a ti. – se rió también, pero su risa sí parecía risa, no como la mía que se confundía con lamento.
- Sigue soñando Uchiha. – me levanté de un salto y me dirigí al baño, debía refrescarme – Voy al baño, cuando vuelva quiero los cuadernos en la cama, que yo vine a estudiar. – Y no a seguir enamorándome. Sentí que Sasuke se levantó también y se dirigió a la repisa. Por mi parte fui a mojarme la cara y a tragarme el llanto que quería salir.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).