Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algún día por Joeytoe

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

xD Salió mientras escuchaba un canción... el ost de naruto para ser siceros, y no sé, de´repente me vino... Tobi y Deidara y dije Ay ya. Lo hice conforme se me iba ocurriendo, nada planeado ni pensado. Todo coso escrito aquí muy probablemente se hizo bajo efectos de hongos alusinojenos así que bueno.



- ¡Sempai! ¡Espérame! -


Tu voz molesta comienza a picarme como siempre, y así como siempre que me gritas para llamar mi atención, yo te ignoro y sigo con mi rápido andar, como si quisiera huir de algo…



… y la verdad es…




…que eso mismo es lo que hago.



Huyo de ti Tobi.






- Ahhh, que malo eres Sempai – jadeas. Realmente jadeas dejando tus manos sobre tus rodillas tratando de recuperar el aire, esta vez si te hecho correr bastante, pero no me importa y te lo demuestro viéndote de reojo… como la mínima cosa a la que te he rebajado y a la que me has dejado rebajarte. ¿A caso no tienes dignidad?


- ¿Qué quieres Tobi? – mi tono de voz es igual de voluble como todo en mi, como esa arcilla que llevo siempre conmigo, ahora a pesar de que mi mirada es gélida mi tono de voz es indiferente. He de reconocer que no te odio, sólo me desesperas… creo, así que como pocas veces planeo tratar no hablarte con un odio que no siento.


No hablas. Nadie habla. Dejo mi sobrero sobre la piedra donde me había detenido para que descansáramos y luego, harto del silencio, me vuelvo hacia ti mirando como mantienes la cabeza baja. Arqueo una ceja y carraspeo un poco, haciéndote saber que te estoy esperando… mas no haces nada. Odio que hagas eso. – Si no vas a decir nada no me andes molestando – Aunque puedan parecer palabras dichas con frialdad o molestia. Sólo son una llamada de atención, una especificación… para que no lo ande haciendo todo el tiempo.


Entonces la escuche, una risilla, proveniente de mi al momento de que yo iba a retirarme en buscar de algún río donde lavar mi rostro.


- ¿Te molesto Sempai? – Ladeo el rostro. Raro en ti que me lo preguntes… tan ¿seriamente?


- Si -


Me giró otra vez y sigo hacia el camino de donde escucho el ruido del río. Una mano me toma y me obliga a darme la vuelta. Te miro, pero lo único que logro ver es esa máscara naranja.


En Akatsuki más de uno mantiene sus secretos… y no eres el primero que oculta partes de su cuerpo… Sasori-dono lo hacía a tal grado de esconderse completamente… sin embargo. Tú… que sólo escondes tu rostro, me haces sentir que estás rodeados de más misterios que el mismísimo Pain. Jaló mi brazo para soltarme, quiero pensar que ha sido un impulso tuyo el tomarme, pues de ser así no me molestaré, te lo juro… sólo seguiré con mi camino. Pero no logro soltarme, tus dedos se entierran en mi aún con la ropa de por medio. Te miro fijo y dios… odio esa mascara.


- Déjame-

- No –

- Te estoy diciendo que me dejes –



Trato una vez más de soltarme y me tomas con ambos brazos. ¿Qué planeas? ¿Intimidarme?


Sabes que nunca funcionará…


- Sempai… ¿Por qué me odias tanto? – Abro mis ojos algo sorprendido. Ya lo he dicho millones de veces, quizás sólo para mi, pero lo he dicho millones de veces. No te odio Tobi.


Sin darme cuenta, cómo, cuándo o por qué; tu cuerpo ya estaba a nada del mío. Estoy sorprendido, no sé que hacer… que decir… No te odio… pero odio que estés cerca de mí. Entiéndelo.



- se que estás conmigo porque no tienes remedio… no hay otra opción, no puedes escoger… pero por lo menos… - es mi imaginación o tu vos suena… diferente. Suena madura, ya no es chillante y molesta, que aunque me agrada por lo peculiar que es… la mayoría de las veces me saca de quicio; no puedo borrar la sorpresa de mi. ¿Qué está pasando? - … por lo menos… - Si, tu voz ahora es más grave, suave, pero se está rompiendo…


Mi mano, algo dificultosamente se hace hacia tu rostro y levanto esa mascara, no la retiro… sólo la subo lo suficiente para ver tus labios apretarse… y como de tus mejillas descienden pequeñas gotas semejantes al cristal. ¿Qué demonios está pasando?


Tu agarre se hace más fuerte, pero no me quejo… me gusta que seas fuerte.


- …por lo menos… ¿Podrías disimular tu odio? –


No sé si reír… o golpearte. Tú no estás en derecho de pedirme algo a MÍ. Y nunca lo estarás. Eres un mocoso odioso.


- Déjame – me suelto y me sigo. Tengo curiosidad… y nervios. Quiero volver la mirada para ver como te quedas ahí parado algo atontado por mi escasees de respuestas, entonces… así reiré y continuaré con mi camino… pero también, tengo nervios. ¿Qué tal si no te quedas ahí? ¿Qué tal si me sigues para seguir con esa platica, o intento de una, que sólo me ha confundido? O peor aún… qué tal si al volver la mirada… lo único que logro ver es tu espalda… a ti, marchándote, resignándote. Tengo nervios de saber que sentiría al verme en esas situaciones… por eso no volteo y sigo.







Ya en el río nada más puede pasar… ¿Cierto? No sé que habrás hecho, lo que si sé es que no me seguiste. Suspiro.


Me acerqué al río a lavar mi cara, y lo único que he conseguido es mojar las mangas de mi tunica negra. – Genial – me la saco y la dejo sobre una roca. Viéndome en el reflejo del agua… me desilusiono a mi mismo. Estoy muy escuálido. Si, levemente marcado, pero dios… no tengo remedio. Miro para todos lados y después de asegurarme que no hay nadie cerca, me suelto el cabello y dejo que éste caiga por mis hombros… al poco y después de deshacerme de mi ropa, me meto al río.


El agua está lo que le sigue a frío. Pero ni tardo ni perezoso, me sumerjo en el agua, estando en ese estado estoy desprotegido, ya que no le he avisado a Tobi que cuidara, y yo odio estar desprotegido.
Me siento en un parte medio profunda y dejo que la corriente se encargue de limpiar la mínima suciedad que ando en el cuerpo.
Miro las palmas de mis manos y luego las bajo, dejo que mi cabeza caiga hacia delante y mi cabello mojado escurra. Estoy muy cansado.


- ¿Eh… pero qué tenemos aquí? -


Me sorprendo de escuchar a alguien hablar, vuelvo mi mirada sobre el hombro y un sujeto, corpulento está detrás de mi mirándome algo… no describiré la forma en la que me miraba, sólo sé que me sentí más que ultrajado.


- Oig… - a punto de replicar veo como el sujeto sale lanzado por el aire y cae justo en la orilla del río. Giro y lo veo. Aún con el puño en el aire.


- ¿Tobi? -


No dices nada, me tomas del brazo, me alzas y me envuelves con tu tunica de Akatsuki, cubriendo mi cuerpo desnudo.


- ¡No te atrevas a tocarle! ¡…l es mío! - ¿Pero que diablos?


- Oi… ¡TOBI BAJAME! – me tomaste entre tus brazos, saliste corriendo de aquel lugar, llevándote de paso mis cosas. Llegamos al punto en el que habíamos quedado en cuestión de un minuto y me dejas en el suelo mientras vuelves a recargar tus manos sobre tus rodillas.






- Eso estuvo cerca no semp.. ahhch – no dejo que termines y te doy un golpe en la cabeza mientras sujeto bien la tunica negra que me envuelve.


- ¡Serás idiota! -

- Eh… pero te salvé Sempai, soy tu héroe –

- Tú no serías mi héroe así me salvases de la peor de mis desgracias o de mi juicio final - vuelves a bajar la mirada ante mis palabras y yo calló un poco. ¿Te duelen…?


… A mi me matan.


- … no serías mi héroe jamás, bajo ninguna circunstancia. – Te levantas y te acercas a mi. Te miro, una vez más fijamente, intensamente. Tomás el cuello de la tunica y lo acomodas de tal forma que me cubra mejor, pasas un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y ahí te quedas.


- Aunque nunca logre ser tu héroe… yo estaré para ayudarte… incluso en tu juicio final -


Cállate. No sabes lo que dices.


- ¿Por qué has dicho que soy tuyo? -


Antes acercándote, te detienes y volteas para otro lado.


- Tú… eres mío – Abro mis ojos. Dilo Tobi… dilo una vez más. – Tú eres… mi Sempai -


Lo sabía eres un cobarde. Me alejo, tomo mis cosas y me voy atrás de esa enorme piedra para cambiarme.


¿Me crees idiota? ¿Crees que no me doy cuenta de lo que sientes por mi? ¿Qué nunca me he dado cuenta que siempre que te pido que vigiles mientras me baño… un par de ojos, TU par de ojos, me miran desde la lejanía? ¿Qué cuando duermo no siento como susurras palabras en la oscuridad, palabras dichas para mi con fascinación? Dios mío ¿Por qué yo si me puedo dar cuenta de todo eso… y tú no te das cuenta de que lo sé?






- Sempai, yo vigilaré primero. -

- Como sea… -

Me recuesto a un lado de la fogata, dejando mi mochilita de arcilla como mi almohada y dejo que el calor que emana del fogón, me cubra y me deje dormir.





No sé en que momento el frío dominó sobre el calor, y mi cuerpo comenzó a temblar un poco, así mismo no sé en que momento tus brazos me rodearon levemente y tu aliento, calido, chocó contra mi oído.

- Algún día… Sempai – tu voz madura sale, otra vez, como cada noche una vez que yo estoy dormido…



¿Cuándo Tobi?


¿Cuándo y por cuanto tiempo he de esperar?


- Algún día… Deidara -
Notas finales: Espero que les haya agradado y que les haya hecho pasar aunque sea el rato.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).