La puerta de la habitación se abre y por inercia cierro los ojos. No estoy de humor para hablar con quien sea que se trate. Ahora se cierra, lentamente y con sumo cuidado para no hacer ruido, supongo entonces… que es Boo. Con él si quiero hablar, pero por alguna razón… no abro los ojos y me arropo más con el cobertor.
Un peso se hace presente sobre la cama, pero es tan ligero que supongo que son sus ropas. Y un… ¿sosollo? Aborda la habitación. ¿Qué pasa? Quiero preguntar, pero en vez de eso… Hay más silencio que como si no estuviera ahí.
Me descobijo un poco y él voltea a verme, pero como mantengo mis ojos cerrados ha de creer que fue un mero y casual movimiento para desacalorarme. Se sienta en la orilla de la cama, viendo fijo a la ventana, restándome atención. No así conmigo. Yo lo veo, fijamente… a él y a esa caprichosa lagrima que se escapa con coraje de su ojo izquierdo.
- Ya no puedo… - dice a la nada bajando la mirada para limpiar los rastros de esa lágrima. Aprieto con fuerza las sabanas por debajo del edredón mientras me contengo de lanzarme a su menuda figura, abrazarle, besarle… y convencerle de que todo saldrá bien, pero en vez de eso… continuo mirándolo tan fijamente que siento que mis ojos se saldrán de sus orbitas. – Si alguien me hubiese dicho que esto era tan difícil, ¿hubiera aceptado? – Debo admitir, que sus dudas… me dan miedo. ¿TVXQ sin Jaejoong?
De un tiempo para acá cualquiera nota a Jaejoong, uno de los miembros más joviales, mal encarado y divagando en su mundo. De un tiempo para acá cualquiera nota a Jaejoong triste y decaído. Sin ganas de trabajar, sin ganas de salir adelante. Uno lo puede notar, él es como un libro abierto… y yo soy el sujeto que no puede dejar de leerlo una y otra vez.
Suspiras… es un suspiro tan largo que casi llega a tardar más de unos cuantos segundos.
- ¿JaeBoo? – le llamo, al fin, y voltea dando un pequeño respingo. ‘¿No dormías?’ pregunta un tanto alterado, quizás no quieres que escuche lo que dices… quizás si. Soy tu mejor confidente, hasta que me despierto, ¿cierto?. – Si. Acabo de despertarme… ¿Por que no vienes? – le pregunto abriendo las cobijas a mi lado para hacerle espacio. Sonríe, tan calidamente como una madre le sonríe a su hijo. No hagas eso… al verte, lo menos que quiero hacer es pensar en mi madre, no con las ideas de mi haciéndote una que otra cosa.
Miras a la derecha de reojo, estas dudoso de venir a mi lado. ¿Por qué? - No tengo sueño – respondes como si hubieras escuchado mi pensamiento. Te giras y vuelves a ver a la ventana. Las gotas de lluvia ahora caen con más intensidad, Tokio pronto se inundará de seguir así el clima.
- ¿Pasa algo? – pregunto. Me miras de reojo y luego niegas… así que… no quieres preocuparme ¿Eh?...
Alzó mi mano y él voltea a verme, esperando a que siga moviéndome. Entonces tomó su nuca y tiro de él, sin mucha fuerza… con mucho cuidado. Jamás te haré daño.
Te recuesto a mi lado después de haber depositado un suave beso en tus labios… has temblado en un par de segundos gracias a ello. Tu respiración es más rápida que la mía, pero pronto se encarga de eso y es cuestión de nada para que llevemos el mismo ritmo calmado. Beso tu frente y comienzas a llorar otra vez. Pasa diez minutos… media hora… cuarenta y cinco minutos… una hora… y por fin dejas de llorar. De hecho creo que a la larga te fuiste quedando dormido en mis brazos y tus lágrimas cesaron al mismo tiempo que las gotas de allá a fuera.
Jamás sabré a que le tienes miedo Jaejoong… pero…
- Si en algún momento… te sientes inundado por la oscuridad, cierra los ojos, toma mi mano… que yo te acompañaré siempre Boo, lo juro -