El chico de pelo rubio como el sol miró al director con una media sonrisa que era como el menear de bigotes de un gato satisfecho.
-Haiku Derek-el director Bryant miró severamente al muchacho y se caló las lentes sobre el puente de la nariz mientras revolvía entre sus papeles-el subdirector Erin afirma que de nuevo has insultado a un miembro del profesorado.¿Es eso cierto?
Miró la cabellera dorada del chico,sus ovalados ojos verdes felinos y su piel blanca,la sonrisita burlona en los esbeltos labios.Haiku era pequeño de estatura y flaco pero muy peleón.
El chico se echó hacia atrás en el asiento con descaro y le dirigió una sonrisa despreocupada.
-¿Y qué importa lo que yo le diga?Es mi palabra contra la de Erin y Hitori.¿Qué puede hacer un alumno del instituto contra sus profesores?-arguyó con una miradita entre inocente y maliciosa.
Bryant cerró los ojos,pensando que aquel chiquillo era insufrible y seductor a un tiempo;Haiku Derek les había ocasionado más problemas en el año que llevaba en el instituto Lloyd que todos los alumnos juntos.
Era un monstruo con una bella apariencia y un encanto sensual y se había apoderado del instituto.A Bryant lo sacaba de quicio.
-Veamos,Haiku-dijo el director con severidad,arrojando ante sí una carpeta-…ste es tu historial.En el plazo de un año te has sentado en ese mismo asiento en el que estás ahora,en este despacho,como cerca de treinta veces.Has sido expulsado más de diez de manera temporal y se te ha abierto un expediente.¿Qué tienes que decir?
Haiku lo observó astutamente.El chico parecía tramar algo perverso pero se limitó a decir:
-¿Decir?No puedo decir nada,dire,usted ya ha decidido mi castigo.
-No me llames ´´dire´´-se irritó Bryant,enfurecido por su tono de gatito inocente-Esto es serio.Tus problemas con el profesor Alex Hitori tienen que acabar o terminarás expulsado de este instituto para siempre.
La expresión juguetona se disipó,y la carita intensa de Haiku se endureció hasta volverse casi seria.
-…l me odia-dijo apretando los dientes-Usted lo sabe.Empezó él,cuando llegué a este instituto.Me lo demostró de mil maneras.
-Alex es un buen amigo mío y nunca odiaría a sus alumnos-repuso un molesto Bryant-Pero tú te has mostrado problemático desde el principio,Haiku...
-Eso fue porque él me provoca.Yo...
-Hitori es el mejor profesor de este instituto-fue la airada respuesta-Y tú no eres más que un niño insoportable y malcriado.
Se calibraron,mirándose a los ojos.Los verdes de Haiku relampaguearon y de pronto se sonrió ampliamente:
-¿Eso cree,dire?Un niño insoportable y malcriado.Curiosa descripción.
Bryant resopló,harto de las burlas de aquel diablillo con cara de ángel y empezó a ordenar sus papeles:
-Se te aplicará un severo castigo.Esta vez no seré piadoso contigo.En lugar de expulsarte vas a ser castigado.Y duramente,creéme.
Haiku se puso en pie con lentitud y se desperezó con lánguidez,exhibiendo su cuerpo de niño embutido en una cazadora de cuero y pantalones ceñidos.
Después miró con una sonrisita a Bryant y ronroneó:
-¿Eso es todo,dire?Bien.Aceptaré el castigo.Ahora,si no tiene nada más que decirme...
-Una cosa más,Haiku...-cortó Bryant con gelidez-No eres tan duro como quieres aparentar.Tenlo en cuenta.
El chico se encogió de hombros y le echó una mirada de desdén:
-Usted no me conoce,director-dijo con frialdad,antes de dirigirse a la puerta.
Bryant sacudió la cabeza y se disponía a volver a sus cosas cuando el chico se detuvo con la mano en la puerta e inquirió con fingida indiferencia:
-¿Quien me administrará el castigo?
Por primera vez,una sonrisa de pura malicia contrajo el cetrino rostro de Albert Bryant.
-Tu castigo será administrado por Alex Hitori.Te quedarás este viernes después de clase y harás lo que él te diga.
Disfrutó cuando el gatito se puso pálido y ante el brillo de rabia en sus hermosos ojos verdes.Pero Haiku no dijo nada,sólo abandonó el despacho con un sonoro portazo.
Bryant meditó si obligarlo a pedirle disculpas por el gesto,pero después se encogió de hombros y susurró para sí:
-Realmente,me recuerda a un gato.
Haiku no esperaba lo que se encontró al salir del despacho del director.Una sombra lo aguardaba tras la puerta y se abalanzó sobre él tan pronto la traspuso.
-Así que el gatito del Lloyd tiene problemas-le espetó una voz venenosa y familiar en el oído.
Haiku trató de apartarse,pero Alex Hitori era mucho más fuerte y lo aferraba del brazo.El chico,con los rubios rizos despeinados por el forcejeo,alzó hacia él su cara enfuercida.
Se encontraron sus ojos,de forma magnética,y por un momento fueron incapaces de decir nada.El corazón de Haiku empezó a latir loco en su pecho pero el hechizo se quebró de pronto.
-Me vas a pagar todas las que me has hecho-le dijo Hitori soltándolo con desprecio,ya más calmado.Se cruzó de brazos de manera provocadora-Todas y cada una.Haré todo lo que esté en mi mano para que te echen del Lloyd,gamberro.
Haiku se encogió de hombros sarcásticamente.
-El Lloyd no significa nada para mí,profe-repuso, aún más provocador que Hitori,y ante la mirada de este,extrajo un cigarrillo y un mechero y se puso a fumar con descaro,a sabiendas de que estaba prohibido.
Con un gruñido de rabia,Alex Hitori le arrebató el cigarrillo de un tirón y lo lanzó al suelo.
-Como ya te he dicho,voy a castigarte severamente-le dijo gélidamente-No te vas a reír siempre de mí.
-Nunca lo he pretendido-le contestó Haiku,furioso-Usted me odia desde el día en que llegué aquí.
Se fulminaron con la mirada.De pronto,Hitori se sonrió ampliamente,como si algo le hiciese mucha gracia,para desconcierto del gatito.
-¿Odiarte?-repitió,sin dejar de sonreír.Pero la sonrisa desapareció de sus labios aunque no de sus ojos cuando dijo:-El viernes.No lo olvides.
-El viernes-asintió Haiku en actitud retadora,pero Hatori ya se alejaba con una media sonrisa misteriosa,su cuerpo alto perdiéndose de vista por el pasillo.
Haiku tragó saliva,con la sensación de que su enemigo había ganado aquel encuentro,algo que no podía tolerar.
Se preguntó qué le tendria reservado para el viernes y tuvo un escalofrío.Seguro que Hitori deseaba vengarse por todas las perrerías que le había hecho.
Pero él era un gato.Y los gatos siempre se salen con la suya.
Con una malvada sonrisita mientras tramaba qué hacer con Hitori,Haiku salió del edificio y tomó su moto Kawasaki paa dirigirse a su piso.
…l era un gato y los gatos eran ladinos y siempre tenían una gatuna treta a mano...
Haiku sonrió de oreja a oreja y casi maulló cuando al aumentar la velocidad de su moto el viento le sacudió libremente el pelo...
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