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Cuando más te necesito... por Kurenai_no_Angel

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Notas del fanfic:

Hacía tiempo que no escribía nada y recientemente una amiga mía vió Gravitation, así que decidí que era el momento de regresar al ataque y de que esta pareja volviera a sus andanzas ^^ Estela, va por tí, mi Shu-chan real... ^^

-¿Dónde estás?


Era la única pregunta que era capaz de realizar. Llevaba todo el día pegado al móvil, esperando una mísera llamada. Habíamos vuelto a discutir y él se había marchado, sin ninguna explicación. Había intentado localizarle de todas las formas posibles, pero nada.


Me levanté del sofá, con el cuerpo entumecido. Llevaba varias horas en aquella postura. Miré por la ventana, rodando el teléfono entre mis manos. Sabía que no debía hacerlo, pero no tenía mas remedio. Necesitaba a alguien y ahora mismo era el único en quién podía confiar. Lo medité durante unos segundos más, intentando armarme de valor hasta que al final me decidí a marcar.


Esperé angustiado hasta que su dulce voz sonó al otro lado.


-¿Moshi, moshi?


-Sakuma-san, soy yo.


-¡Shu-chan!- parecía feliz de recibir mi llamada y eso me alegraba en parte.


-Siento molestarte tan tarde, pero no sabía a quién acudir.


-¿De nuevo te hizo daño?


Esa pregunta me dolió. Me quedé en silencio, no sabía que contestar. ¿La verdad? ¿Cuál era la verdad? ¿Qué se había molestado por mi estupidez? ¿O que de nuevo me había lastimado sin darse cuenta? Ryuichi pareció darse cuenta de mi dilema:


-De acuerdo, voy para allá.


Al otro lado se escucharon el sonido de colgado. Me senté con la cabeza entre las manos. Sabía el riesgo que estaba cometiendo al llamarle, al decirle sin palabras que le necesitaba, pero ahora mismo, no podía hacer otra cosa. Puede que todo acabara de forma inesperada y debía estar preparado para eventualidades, pero lo único de lo que estaba seguro en ese momento, es que le quería a mi lado.


Paseé nervioso por todo el salón. ¿Por dónde iría? Miré el móvil con ansia, deseando que Yuki diera señales de vida y así yo pudiera prescindir de Ryuichi, pero sabía que eso no ocurriría.


Sonó el timbre de la puerta y salí disparado a abrir. En el rellano estaba mi salvador. Iba vestido con una chaqueta de cuero, una camiseta blanca y unos vaqueros ajustados. Contra su pecho estaba su inseparable conejito rosa Kumagoro. Su rostro estaba muy serio. Se le veía tan sexy… Agité la cabeza para quitarme esos pensamientos y me aparté para que pasara.


Se acomodó en el sofá y dejo a su peluche a un lado. Me indicó que me sentara a su lado.


-¿Qué te hizo?- fue lo único que preguntó y esperó pacientemente a que se lo relatara.


-Simplemente discutimos de nuevo. Ayer estaba muy raro, algo le preocupaba así que esta mañana al levantarnos, le pregunté que le ocurría. Evadía la pregunta con cualquier excusa y trataba de ignorarme. Yo solo intentaba ayudarle y me dolía que se portara así. Así que le dije que dejara de pasar de mí y que me contestara, que si éramos una pareja, debíamos de contarnos los problemas… Y…


Las lágrimas empezaron a asomar por mis mejillas. Me sentía débil y estúpido. Ryuichi me abrazó y me obligó a apoyarme en su pecho. Era cálido y olía tan bien…


-Me contestó de mala manera, diciéndome que no éramos nada, que solo era un polvo pasajero y que si seguíamos juntos era por que le daba pena. Después de eso, cogió su cazadora y se marchó dando un portazo. Desde entonces no sé nada de él.


Me estaba acariciando el pelo. Se sentía tan bien… Era una sensación dulce y hermosa, algo que hacía tiempo que no sentía. Me embriagaba con su paz, con su sola presencia me calmaba y reconfortaba…


-No me puedo creer que llores por alguien que te desprecia de esa manera. No te merece.


Me estremecí ante sus palabras. Sabía que en el fondo tenía razón, pero yo era un cabezota y no quería creer que Yuki no me quisiera. Después de todo lo que hemos pasado juntos…


-No llores más, deja de sufrir por él, no merece la pena… Sabes que yo estoy aquí, sabes que sigo manteniendo en pie lo que te dije…


En ese instante recordé la última vez que le vi, cuando me dijo que me quería, que yo lo era todo para él. Me dolió saberlo, no se el por qué. Le rechacé, le dije que mi corazón solo pertenecía a Yuki. Aún así… ¿por qué sigue insistiendo? Quizá sabe que al final me rendiré a él… quizá sea verdad… Estoy cansado de esperar una muestra de cariño por su parte, de pedir siempre perdón por todo… Cansado de suplicar amor. Y Sakuma-san puede darme todo eso sin pedir nada a cambio. Con él sería todo tan fácil… ¡NO! Estoy con Yuki, le quiero. Pero… ¿él me quiere a mí? Ryuichi alzó mi rostro para mirarme.


-Dudas, lo veo en tus ojos. Ni siquiera estás ya seguro de tu amor por él.


-¡Mientes!- traté de sobreponerme.- No dudo, sabes de sobra lo que siento por él.


-Está bien, vamos a poner a prueba tu “amor” por Yuki.


Cogiéndome por sorpresa, me tiró al suelo, encima de la tupida alfombra. No me dio tiempo a reaccionar. En apenas unos segundos, tenía su cuerpo encima de mí y sus labios devoraban los míos. Intenté apartarme, pero había algo que no me dejaba. Mi conciencia me gritaba que estaba con Yuki, que le detuviera inmediatamente. Sin embargo, mi corazón me pedía que aquello fuera a más, que ya era hora de que alguien me quisiera de verdad.


Agarré con fuerza su pelo y le obligué a profundizar en ese beso. Ryuichi se revolvió de emoción. Parecía encantado de que al fin le correspondiera. Cuando por fin nos separamos, se me quedó mirando expectante y eufórico. Me permití el lujo de perderme durante un momento en sus ojos azules.


-Ya me demostraste tu amor por Yuki- dijo levantándose- Creo que es hora de irse.


Se incorporó y se alisó la ropa. Me quedé fijo en él, sin ser capaz de reaccionar, hasta que le vi con la mano en el pomo de la puerta.


-¡Espera!- grité aún desde mi posición.


Se giró, contemplándome expectante.


-¿Sí?


-¿Te vas a ir así, sin más?- pero que coño estaba diciendo.


-Hombre, si quieres puedo acabar lo que empecé, pero no quiero que luego te sientas mal.


Sonaba tan absolutamente tentador, que no me pude resistir.


-Estoy harto de que me trate así- dije de nuevo sin pensar.- Y me gustaría sentirme querido por una vez en mi vida.


-Si ese es tu deseo…


Se acercó hasta donde yo me encontraba y se agachó, hasta dejar apenas espacio entre los dos cuerpos. Me sentía realmente nervioso ante lo que iba a hacer, pero no había marcha atrás. Lo quería y lo quería ya. Sin pensármelo dos veces, me lancé a su cuello, mordiendo con avidez. Ryuichi se dejaba hacer, soltando gemidos en mi oído que me excitaban sobremanera. Estaba realmente extrañado de que estuviera quieto, sin mover ni un solo músculo, solo disfrutando de las sensaciones que yo le daba. Me sentía inquieto, tenía la sensación de que Yuki entraría por la puerta de un momento a otro, sin embargo era incapaz de para, me daba igual lo que se encontrara al entrar, solo quería disfrutar de aquel momento sin que nadie osara interrumpirme. Me separé de aquel pedazo de carne, dejando un rastro de saliva en él y le miré a los ojos, furioso.


-Ahora me vengaré de todas las veces que intentaste provocarme y en las que yo no me rendí.


-Lo estoy deseando- contestó con sonrisa burlona.


En sus orbes azuladas latía el deseo de que me desatara, de que hiciera con él lo que quisiera y viceversa, y por una vez en su vida le iba a dar ese placer. Sus carnosos labios me estaban llamando a gritos y yo no quería hacerlos esperar más. Le besé con egoísmo, con avaricia, devorando poco a poco aquella boca que me volvía loco, la que tantas veces había soñado con probar. Mi lengua no para quieta, aprisionaba la suya sin piedad, inundando aquella bendita cavidad de saliva. Mis manos empezaron a quitarle primero la chaqueta, lanzándola al sofá. Corté el beso, con gruñido incluido, para sacarle salvajemente la camiseta. Ryuichi parecía divertirse. Miré ensimismado ese torso perfecto, incapaz de controlar el impulso de saborearlo, succionarlo, lamerlo, morderlo, acariciarlo. Me detuve en su ombligo, jugando con esa deliciosa abertura mientras mis manos imparables bajaban hasta su pantalón. Pero algo me detuvo. Ryuichi me había retenido de las muñecas con sonrisa de aprobación.


En apenas un instante, las tornas cambiaron y me vi aprisionado por su cuerpo. Me revolví, intentando escapar y volver a mi tarea, pero él estaba firme en su decisión. En un abrir y cerrar de ojos, encontré toda mi ropa apilada en el sofá, menos los bóxer. Ahora era él quién hacía uso de su exquisita lengua para proporcionarme placer. Mis gemidos escapan de mi boca sin que pudiera hacer nada, y sus manos acariciaban mi entrepierna por encima de la tela de mi ropa interior sin ningún pudor.


Noté como empezaba a sacar a la luz la única parte de mi cuerpo que no estaba desnuda.


-¡Ah, no! ¡De eso nada!- exclamé.


Le empujé hacia atrás, de tal manera que de nuevo volvía a estar encima suya, controlando la situación. Como no parecía dispuesto a dejarme, decidí tomar medidas drásticas. Saqué de un tirón su cinturón y le até las manos. Se sorprendió mucho de mi actitud, tanto que no pudo reaccionar y se vió súbitamente inmovilizado. Sonreí satisfecho. Llegó la hora de ser el seme. Le arranqué los pantalones y su ropa interior de golpe y contemplé su enorme excitación. De un movimiento, me despendí también del mío. Comencé a lamer de nuevo su cuerpo, de arriba abajo. Primero, su oreja, luego el cuello, desplazándome despacito por su torso y su vientre hasta llegar a…


-Shu-shu-chan…- gimió cuando introduje toda su hombría en mi boca.


Eché un rápido vistazo a su rostro y lo que vi me encantó. Estaba completamente sonrojado y sudoroso, bañado por la tibia luz que entraba por la ventana, proveniente de las farolas y carteles luminosos de la calle. En ese momento no supe si estaba en modo serio, o en modo infantil, pero procuré grabar su faz a fuego en mi mente. De seguro que poblaría mis fantasías a partir de ese mismo instante. Seguí succionando tan dulce regalo, primero con lentitud, luego más rápido ante sus protestas. Noté como su cuerpo se convulsionaba, y mi boca se llenaba con su exquisita esencia. La degusté con lentitud, saboreando mi trofeo y le miré. Se veía muy hermoso, a mi merced, brillando en la noche y con las mejillas carmesí.


Introduje dos dedos en mi boca y los lubriqué con su propio semen. Sonreí triunfal al ver como se habría de piernas sin oponer ningún tipo de resistencia. Introduje el primero y esperé. Introduje el segundo y empecé a moverlos en círculos. Una vez estuvo lo suficientemente dilatada, me posicioné entre sus sedosos muslos.


-Jamás pensé que esto acabaría así- susurró sensual.


Le correspondí con una sonrisa, y entré en él de una vez. Esperé, a que se calmara. Tenía los ojos cerrados y respiraba entrecortadamente. Era realmente precioso, como un cuadro digno de admirar. Empecé a embestir suave al inicio, pero más fuerte según sus gemidos iban en aumento y se iban mezclando con los míos. Pronto, el salón se convirtió en un lecho lleno de suspiros y jadeos. Se me pegaba el flequillo en la frente, pero me daba igual. Nada interrumpiría el mágico momento que estaba compartiendo con mi querido Ryuichi. Aunque yo tenía los ojos cerrados, hacía un esfuerzo sobrehumano para mantenerlos abiertos y así poder deleitarme con la visión tan increíble que tenía ante mí. Tenía la cara ladeada y el cabello esparcido por toda la alfombra.


Sentí un pinchazo en mi espina dorsal y una gran liberación en mi parte baja. Ryuichi arqueó la espalda al sentirse lleno y gimió mi nombre, algo que me entusiasmó. Poco a poco, traté de calmarme y me retiré de él. Me desplomé a su lado, y me aparté el pelo de la cara. Su voz me sacó del éxtasis en el que me encontraba.


-¿Podrías quitarme el agarre?- preguntó divertido.


Se me había olvidado por completo. Me apresuré a desatarle.


-¿Te hice daño? Es que con la euforia del momento pues…


No me respondió. Me empujó suavemente al suelo y se posicionó encima de mí.


-Si crees que hemos acabado, estas muy equivocado.


Ahora le tocaba ser seme a él y a mí me tocaba resignarme y ceder. Vuelta a empezar…
Notas finales: ¿Os gustó? Sé que tiene poca historia, pero no sabía que argumento poner :s Dejen sus comentarios ^^

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