Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

CAUTIVO DE TU LOCURA por Clio_Enlil

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada

Notas del capitulo: Pues...
CAUTIVO DE TU LOCURA



Corrió la cortina con cuidado y se asomó ligeramente, cuidando que ninguna parte de su anatomía se pudiese apreciar desde afuera y vio que el elegante auto negro aun se encontraba afuera y entre la oscuridad pudo distinguir una silueta.

- No es posible, sigue ahí… - su voz tenía una carga de fastidio

- ¿Quién sigue ahí? Ah, déjame adivinar, ese tal… ¿Cómo dijiste que se llamaba? Cierto, Saga… valla Mu, pero que suerte tienes con los hombre que se fijan en ti, si no es un idiota arrogante es un loco acosador, jajaja… pero dime ¿Shura ya te llamo?

- Que gracioso Milo…- la expresión de fastidio fue reemplazada por una de enojo- No, aún no ha llamado, y sinceramente no creo que lo haga.

- No, yo tampoco creo que llame después de lo que paso… y a todo esto, ¿Por qué no lo llamas tú? Digo, si tanto te interesa pues podrías tomar la iniciativa y…

- No quiero que piense que le estoy rogando o algo por el estilo.- fue interrumpido por la característica risa de su amigo- ¿De qué te ríes?

- Más bien creo que tu no le llamas porque estás más interesado en ese tal Saga que en Shura, y no es para menos Mu, después de la forma en que dices te beso y trato al arrogante de Shura, ¿Sabes? Creo que por ese lado te hizo un favor…

- Milo, por favor, no digas tonterías ¿Cómo podría estar interesado en ese loco?- Pero su atención se fijó en el reloj que colgaba en una de las paredes y esta vez fue una expresión de sorpresa la que apareció en su rostro- En fin, Milo me tengo que ir, luego te llamo, nos vemos.

- Nos vemos Mu y ya no pienses tanto en Saga, eh jajaja.

Al oír el último “gran consejo” de su mejor amigo, colgó furioso que daba la impresión de casi romper el aparato. Y no era para menos. Hace días que cargaba un muy mal humor y todo por culpa de ese idiota llamado que Saga, que hacía exactamente cuatro días había interrumpido la cita con Shura, quien desde hace tiempo le gustaba, con un posesivo beso, el cual estaba seguro era la razón para que el pelinegro no le hubiese hablado. Sé quedó mirando la libreta de direcciones y la idea de marcar el número de Shura volvió a cruzar su mente, pero fue rápidamente relevada por el recuerdo de aquel beso. El beso que el “loco de Saga” (apodo dado por Milo) le había dado, corrección, que le había robado. Los dedos de su mano izquierda acariciaron sus labios, para después dirigirse nuevamente a la ventana y ver que el auto negro seguía sin moverse.

- Tarde o temprano tengo que salir… y más vale que temprano- suspiró resignado ante lo que estaba a punto de hacer. Aunque bien era cierto que el auto llevaba casi cuatro días rondando la zona, también lo era que ese tal Saga no lo había buscado ni tratado de hablarle, pero Mu estaba seguro que en poco tiempo lo haría.

Y al parecer tuvo un buen tino, porque en cuanto empezó a caminar en dirección a su destino, el coche negro también comenzó a avanzar y los pocos segundos había tomado una posición muy cerca de la banqueta donde Mu caminaba. …ste, al notar la acción apresuró el paso, pero se detuvo unos segundos al oír la varonil voz que provenía de la ventana que se estaba abriendo.

- Hola querido Mu ¿Me recuerdas?

El aludido comenzó a sentirse nervioso y tuvo la impresión de estar temblando, pero siguió avanzando e incluso, lo hizo de una manera más rápida. Saga al notar la acción sonrió y volvió a pronunciar el nombre, pero ante la negativa por parte del joven para responder, resolvió detener el auto y salir a su encuentro. Sé paró enfrente de Mu, obstruyendo su caminar.

- Entonces he de suponer que no me recuerdas, querido Mu.

- Vallase por favor, no me apetece hablar con usted- pasó por un costado de Saga, pero éste lo detuvo, agarrándolo del brazo y lo atrajo hacia si.

- Bien, creo que tendré que presentarme de nuevo- y sin decir nada, posó sus labios en los de Mu de manera posesiva. El joven trató de empujarlo, pero Saga lo abrazo con fuerza y profundizo el beso. Se separó al cabo de unos segundos por la necesidad de respirar. Esta vez Mu logró apartarse, para después dirigirle una mirada de reprocho.

- ¡¿Qué demonios le pasa?! ¿Quién se cree que es para venir y tomar esas confianzas?

El mayor soltó una risa cínica –Ya te lo dije, me llamo Saga Gemelli y lo que me pasa es que tu me gustas mucho y quiero que seas mío.

Mu se sonrojó de golpe - De verdad usted está loco… por favor déjeme pasar que tengo prisa.

- No me hables de usted, sólo dime Saga ¿Quieres que te lleve Mu?

- No quiero, ahora por favor quitese del camino- respondió tajantemente, ignorando la anterior petición de tutearlo.

- Vamos Mu, en mi auto llegaras más rápido y si es que tienes tanta prisa, deberías considerarlo.

- No, no lo quiero considerar… escuche, no quiero hacerle una grosería, pero esta situación ya me está hartando, así que por favor vallase antes de que llame a la policía y lo reporte por acoso.

Saga soltó una despreocupada risa, mostrando sus dientes blancos ante Mu, quien se estremeció con el grato sonido que producía la boca del mayor –Tu no hablarías a la policía- Afirmó el peliazul con seguridad

- ¿Y por qué está tan seguro de ello?- respondió Mu con molestia.

- Porque de querer hacerlo, ya lo hubieras hecho… Se muy bien que estás al tanto de que mi auto lleva rondado por aquí desde hace cuatro días y supongo que también te habrás dado cuenta de que te seguía a donde quiera que fueras… así que, si con todo eso no has hablado a la policía, significará que no lo harás.

- Puede equivocarse. Si no lo he hecho es porque no quería armar un alboroto, pero estoy dispuesto a hacerlo si no se quita en este momento- Pero Saga simplemente se quedo parado, observándolo detenidamente, cosa que hizo enrojecer a Mu, quien desvió la mirada.

- Ves, no la llamarías… pero está bien, te dejare pasar sólo porque lo pides… pero con una condición- Mu abrió los ojos sorprendido y regreso su vista la mayor. Es que ese tipo realmente estaba loco, primero no lo dejaba pasar y ahora le pondría una condición- Que aceptes mi tarjeta, quiero que tengas mi número para cualquier cosa que necesites…- alargó su brazo ofreciendo la pequeña y elegante tarjeta. Mu dudó un momento, pero después suspiró y tomo la tarjeta de manos del mayor, quien aprovecho la ocasión para atraerlo nuevamente hacia si y murmurar en su oído: “Quiero que seas mío”. Lo soltó y hecho a caminar en dirección a su auto. Antes de entrar en él dio un último vistazo hacia Mu y le obsequió una enigmática sonrisa. El menor sólo atinó a observar como el coche empezaba a avanzar, para después dirigir la mano que antes había jalado Saga hacia sus labios.


~~~ **** ~~~


- De verdad ese tipo cada vez me sorprende más ¿Y qué piensas hacer Mu? ¿A él si lo vas a llamar?- la curiosa y alegre voz empezaba a irritar a Mu, quien sostenía entre sus manos la tarjeta perteneciente a Saga, mientras recorría una y otra vez el nombre, apellido y número telefonico.

- ¿Qué?... Ah, si… No, no lo pienso llamar, de hecho creo que tiraré la tarjeta… en fin Milo, tengo sueño, debo ir a dormir, nos vemos mañana… cuídate y que duermas bien- y sin esperar respuesta de su amigo, colgó.

Se paró del sillón donde se encontraba recostado desde que había tomado la llamada de Milo, para ir en dirección a la cocina y prepararse un café. El tercer café del día para ser exactos, por ello, antes de sacar el frasco que contenía la sustancia, Mu dudó un momento, pero al final decidió hacerlo, pues el estrés y nerviosismo estaban acabando con él, y todo era culpa de ese tal Saga. Cerró los ojos y llevó una mano a su cabeza al recordar al atractivo peliazul. Porque si, debía admitirlo, ese tal Saga era realmente atractivo, además de contar con una voy y sonrisa que bien se podrían definirse como “maravillosas”. Sacudió la cabeza como tratando de alejar esos pensamientos, y es que no era posible que ese loco pudiera llamar su atención… pero entonces como se explicaba el que desde hace cuatro días no podía dejar de pensar en él y no sólo por ser victima de acoso, sino por que cada que cerraba los ojos recordaba los apasionados besos que Saga le había robado.

Las gotas de agua caliente que acababan de caer en su brazo interrumpieron sus cavilaciones, salto por la sensación y rápidamente se limpió. Afortunadamente el agua para café no le gustaba tan caliente, sino ya estaría lamentándose por el dolor, tomó el café y estaba a punto de meter la cuchara en él cuando el sonido del telefono llamó su atención.

- ¿Se le habrá olvidado algo a Milo?- dijo en voz alta para después fijarse el número, que aparecía como privado, no le tomó mucha importancia y accione el botón para contestar - ¿Hola?

- Hola querido Mu ¿Cómo estás?- pregunto la gruesa y varonil voz que reconoció al instante e hizo que dejara caer la taza que contenía el café, que primero chocó con la mesa de centro rompiedose, para luego caer en la alfombra. Mu apenas reparó en el liquido caliente en sus pies.

- ¿C-cómo… cómo diablos conseguiste mi teléfono?

- Jajaja, tengo mis métodos Mu, métodos que por cierto no compartiré contigo… creo que se escucho el sonido de algo rompiendose ¿Estás bien?

- S-si…- gracias a la pregunta dirigió su mirada hacia la taza rota- N-no… ¿Cómo diablos conseguiste mi teléfono?

- No puedo decirte como, pero si puedo decirte porque… y es que tenía muchas ganar de escuchar tu voz, por cierto, se escucha perfecta en el telefono.

- Ya, ya estoy harto… esto es el colmo, primero me sigues y ahora me investigas, tu si de verdad estás loco… creo que ahora si voy a llamar a la policía…

- Bien Mu, hazlo ¿Pero has considerado, como tu dijiste, todo el alboroto que se haría? Ya, mejor olvida esa idea y habla conmigo, es más, cuéntame ¿Cómo te fue el día de hoy?

Ese hombre lo estaba irritando, como era posible que ignorara todo lo que decía y que encima lo tratara con aquella tranquilidad –No tengo porque contarte nada de mi vida y ni quiero hacerlo… es más, voy a colgar- pero se quedó callado, esperando que Saga dijera algo, pero éste sólo comenzó a reír.

- ¿No ibas a colgar? ¿O es que te gusta tanto mi voz que deseas seguir oyéndola? De cualquier forma Mu, me alegra que estemos hablando, porque a mi me encanta escuchar tu dulce voz.

El pelilila se sonrojó al instante, pero una leve sonrisa apareció en su rostro –Está bien, no colgaré pero sólo si me dices como conseguiste mi teléfono y porque estás tan obsesionado conmigo-

- Está bien, contestaré a tus preguntas… de tu telefono, para esos existen los directorios, aunque para este caso no fueron necesarios, sólo hice unas llamadas a mi centro de información personal- Mu se sintió como un tonto al escuchar la palabra directorio y aunque Saga había negado usarlo, era cierto que su número estaba en el directorio- Y la respuesta para tu otra pregunta ya te la dije… porque deseo que seas mío.

- ¿Qué sea tuyo? ¿Qué clase de loca y posesiva respuesta es esa? Pero no me refería a eso… sino a porque yo exactamente, si supongo que un hombre como tu tiene muchas opciones y cualquiera estaría gustoso de “ser tuyo” como dices.

- Por eso precisamente quiero que seas mío… tu, como lo acabas de dar a entender, no eres cualquiera, además de que por supuesto eres hermoso… pero contestando más específicamente, desde el primer momento que te vi me atrajiste tanto que decidí que serías mío y por si te lo preguntas, pues si, cuando quiero algo utilizó todos los métodos a mi alcance para conseguirlo… para conseguirte.

- Ah, ya veo, estonces soy tu obsesión en turno… valla, gracias por el cumplido, pero la verdad es que, como no soy cualquiera, no estoy interesado, adiós- y sin más, colgó enfadado, pero al cabo de unos segundos descolgó el teléfono para evitar que una nueva llamada entrara. Se agachó para levantar los pedazos de taza que estaba esparcidos por la mesa y la alfombra, mientras su enojo iba en aumento.

Media hora había pasado desde que colgó el telefono y Mu aun seguía enojado… pero al mismo tiempo, renuente a aceptar que de alguna malsana manera, le había agradado todo lo que dijo Saga.



~~~ **** ~~~



Era la cuarta vez que se asomaba a la ventana pero con el mismo resultado: el auto negro ya no estaba ahí. Mu por décima vez se preguntaba si Saga repentinamente había perdido el interés y por décima vez se reprimió en voz alta por tener esas dudas.

- Así está mejor- Dijo tratando de convencerse a si mismo… porque en el fondo la idea de que Saga había perdido el interés no le agradaba.

Enfadado, lo que ya se había vuelto normal en él, tomó sus cosas y salió rumbo a su trabajo, en el que no pudo concentrarse durante todo el día y que ocasionó al menos dos errores en los artículos que escribía. Y de manera más lenta de lo normal según su impresión, el tiempo había transcurrido hasta las ocho de la noche, hora en la que terminó el trabajo atrasado y se marchaba a su casa.

Al dar la vuelta a la esquina y con la calle más deshabitada de lo habitual, pudo ver que el auto negro volvió al sitio que había ocupado en los días anteriores. De alguna manera eso lo alivió y aunque no sonrió su semblante mejoró bastante.

Saga, la notar la presencia del joven sonrió y tomó su celular, rápidamente encontró el numero destino.

- Death Mask, ya llegó, hazte cargo por favor… sólo que ya sabes con cuidado.

- Si señor.

Mu estaba a punto de llegar a la puerta de su edificio, cuando dos hombres se aceraron a él de ambos lado, al notar esto, el joven trató de sacar lo más rápido posible las llaves, pero uno de los hombre lo agarró por detrás y le puso un pañuelo en la boca. Mu trató de resistirse, pero fue en vano porque el efecto de la sustancia que tenía el pañuelo ya empezaba a hacer estragos y al cabo de unos momentos cerró los ojos y se desvaneció en los brazos de uno de los hombres, otro ayudó a cargan al joven hacia la camioneta de donde antes habían salido, depositaron el cuerpo con cuidado en uno de los asientos traseros y después ambos hombres ocuparon los asientos de chofer y copiloto para arrancar el transporte de la manera más rápido posible, que fue seguido por el auto negro donde se encontraba Saga.



~~~ **** ~~~



Sus ojos se fueron abriendo lentamente porque necesitaba algo de tiempo ya que éstos estaban bastante pesados, después de unos segundos se abrieron por completo notando, aunque un poco borroso, una habitación oscura en completo silencio. Un recuero llegó a su mente e hizo que se incorporara de manera rápida, así notó que la habitación era sencilla pero elegante. Tenía un ropero, mesa de noche y un escritorio en estilo rustico, además, la cama que era de tamaño matrimonial tenían un dosel con elegante tela, extendió la mano y pudo sentir que esta era suave como la seda. Se paró y fue hacia la ventana, recorrió la cortina pero como todo estaba oscuro no pudo distinguir alguna figura.
Su mente lentamente iba recordando el suceso: él llegaba a su casa después del trabajo y fue cuando un par de hombres lo agarraron y le pusieron un pañuelo en la boca y de ahí ya no recordaba nada, pero como se sentía algo mareada estaba seguro que ese pañuelo contenía alguna sustancia. Un expresión de miedo llenó sus ojos al darse cuenta que lo habían secuestrado. Se recargó en la pared y respiró hondo para tranquilizarse cuando sus ojos notaron un plato con fruta y una jarra de jugo en la mesa, se acercó con cuidado y aunque tenía hambre, optó por no tocarlos.

El ruido de pasos hizo que levantara la vista y aunque el miedo se apoderaba de él, no se movió de junto a la mesa. Los ruidos ahoran eran los de la puerta abriéndose que de manera lenta dio paso a una larga cabellera azul, una piel canela y par de fieras esmeraldas que al acostumbrarse a la oscuridad del cuerpo lo recorrieron escrutadoramente. Mu abrió los ojos como platos y parece que olvido como cerrar la boca. Pero además del miedo, el enojo también lo iba llenando.

- ¿Fuiste tu…?- su voz se perdió como un murmullo, pero el enojo ya había hecho presa de su mente y gritó -¡¿Qué diablos pasa?! ¡¿Quién te crees?! ¡Sacame ahora mismo de aquí!

- Shhh, tranquilo querido Mu, si te calmas puedo contestar a tus preguntas, bueno, no a todas.- pero Mu lo ignoró y acerco a él para empujarlo y tratar de salir, el mayor lo jaló del brazo y lo atrajo hacia si, justo como había hecho antes, después cerró la puerta. Antes de posar sus labios sobre los de Mu, le sonrió de manera enigmática, y lo beso de manera demandante. El menor se removió y trató de empujarlo, pero sin éxito, incluso abrió la boca para gritar pero esto lo aprovecho Saga para profundizar el beso. Al cabo de unos minutos se separó pero sólo por la necesidad de tomar oxigeno, Mu al librarse de los brazos de Saga lo empujó con violencia. Pero el peliazul sólo se acercó a la puerta y le puso el seguro.

- ¡Estás loco! ¡Déjame salir!

- Tranquilízate por favor, pienso explicarte todo pero sólo si dejas de gritar…- el pelilila trató de recobrar la calma, pero aun así el enojo lo inundaba- Escucha querido Mu, ya antes te había dicho que tu me gustabas lo suficiente como para querer que fueras sólo mio, y no, no eres mi obsesión en turno como dijiste ayer, tengo que aceptar que si estoy obsesionado contigo desde que te conocí pero eso no significa que después de un tiempo se me va a pasar… no, esto jamás pasará Mu, siento tanta atracción por ti que necesite de este método para acercarme de ti. Aceptó que no es la manera más ortodoxa y siento el método, pero escuchame… ya no soy capaz de mantenerme alejado de ti, ya no puedo despejarte de mi mente… y está es la única forma que conozco para lograr que estés a mi lado, así que sólo te pido que te quedes un día para darme la oportunidad de demostrar esto que siento.

Mu lo escuchó en completo silencio pero indignandose cada vez más. Movió la cabeza en forma negativa –No, aun sin quedarme aquí un día, no quiero darte “tu gran oportunidad” y si preguntas porque ¡Porque estás loco! ¿Qué clase de persona eres que piensas que tratandome así te voy a tomar en serio? Jamás y enterate de una buena vez, aunque no hubieras hecho esto jamás me hubiera fijado en ti, asi que aparte y dejame salir ahora mismo…

- No puedo hacer eso Mu y tampoco quiero… ahora dime ¿Tienes hambre? Te dejaron fruta y jugo, pero no estoy seguro que eso sea suficiente, ya pasaron algunas horas desde que comiste, asi que dime por favor ¿Se te antoja algo para comer? – preguntó ignorando totalmente las palabras de Mu y poniendo una bella sonrisa que casi hizo olvidad el enojo que sentía, pero nuevamente lo recordó al ver como Saga lo había ignorado por completo.

- ¿Estás sordo o sólo te volviste loco? En que maldito idioma tengo que hablar para que me entiendas… ¡yo no quiero estar aquí y menos contigo! Tu ni siquiera me caes bien y ni que decir de que me acosaba y acabas de cometer un delito… porque por si no sabías, el secuestro es delito y tu me acabas de secuestrar. – Su garganta empezó a dolerle por todo lo que había gritado.

- Si, por supuesto que estoy conciente de que acabo de cometer un delito…. Pero, con un poco de suerte tu no me delataras y aceptaras mis sentimientos- Saga nuevamente dijo todo respaldado de una gran sonrisa, que hizo a Mu preguntarse si ese hombre realmente estaba demente.- Además querido Mu, aun no puedes asegurar que no quieres estar conmigo si aun no me has tratado, por eso y para que puedas juzgarme correctamente, claro que olvidando mi clara forma de ignorar la ley, y decidir si quieres estar conmigo o no, te trajo aquí, mi cabaña privada muy lejos de la ciudad y donde nadie nos molestara… asi que nuevamente te pregunto ¿Qué deseas de comer?

Mu entrecerró los ojos con indignación, pero el ruido que provenía de su estomago hizo que recordara que efectivamente tenía bastante hambre y ante su sorpresa, empezó a reconsiderar la anterior pregunta del paliazul

- También escuche ese sonido, que me acaba de confirmar que efectivamente tienes hambre, deberías pensar en mi propuesta

- Está bien… - susurró

- ¿Qué? No te escuche

- ¡Qué está bien! Puedes traerme algo más para comer, lo que tu quieras pero que no sea pescado o alguna comida proveniente del mar

- Para mi es una orden- Saga se acercó a el y le dio un suave beso en la mejilla para después darse la vuelta y salir por la puerta, que cerró con llave para impedir que Mu se escapara. …ste se acercó corriendo al escuchar el sonido de la llave y empezó a golpear la puerta con fuerza, para darse cuenta que era inútil porque ya no escuchaba los pasos de Saga.

- ¡Demonios! ¡Me dejó encerrado de nuevo! ¡Maldita sea!

Después de aproximadamente veinte minutos Mu, quien estaba recargado en la pared, viendo la oscuridad que reinaba afuera de la ventana, escuchó nuevamente el sonido de la puerta abriéndose y después vio al peliazul que llevaba una charola con ensalada, una pechuga de pollo y pasta. Mu casi babea al oler y ver la comida, pero se contuvo.

- Bien, traje esto de comer, espero te guste y si no, bueno, no importa puedo traerte otra cosa….

- No eso está bien gr…. Pero se interrumpió, ¿cómo era posible que siquiera pensara en darle las gracias? No, jamás le agradecería por haberlo secuestrado- ¿No está envenenada de casualidad? Digo, no puedo fiarme de ti, tus antecedentes no hablan bien- y no pudo evitar sonreír sarcasticamente

- Jajaja, valla Mu, por eso me encantas, tu sentido del humor es fabuloso, pero no tienes de que preocuparse, no está envenenada, si quieres lo pruebo y así, si está envenenado podría morir y tu puedes salir sin ningún problema…- Saga soltó otra carcajada- lo único malo es que estamos algo alejados de la ciudad, es necesario regresar en auto.

-Tu también tienes un gran sentido del humor… Está bien, quiero que lo pruebes, nunca se puede ser tan confiado- Saga, aun con la sonrisa en su rostro, tomó un poco de pasta y la probó para después hacer una graciosa cara que significaba el buen sabor de la sopa.

- Bueno, ahora te creo… ahora pasame ese plato que verdaderamente me muero de hambre- Saga en vez de pasarselo, lo acomodo en la mesa junto al plato que contenía la fruta y jalo la silla para ofrecersela a Mu, quien aunque dudando se sentó, e ignorando a Saga comenzó a comer.

Saga sólo sonrió y observó a Mu mientras tomaba los alimentos, lo que lo hizo sentir incomodo.

- ¿Te vas a quedar ahí parado observando? ¿Qué? ¿Ahora, además, de privarme de la libertad no me dejaras comer en paz?

- Bueno, si te hace sentir mejor comere un poco de fruta y no te observare, pero tengo que decirte que me parece fabulosa la forma en que comes.

Mu se sonrojo –Me haría sentir mejor que me dejaras irme… y no sólo que comieras fruta junto a mi.

- Ya te dije, aunque te deje ir estamos muy lejos de tu casa, a horas para ser exactos, así que la posibilidad de que llegues está algo lejos… y además, mi servicio en este momento se ha ido y yo no tengo ganas de manejar… prefiero quedarme aquí observándote comer

- Idiota.

- Dime la verdad Saga ¿En realidad me trajiste aquí por todo lo que dijiste hace un rato? – pregunto Mu. Hace un rato que había terminado de comer y ahora se encontraba recargado en la pared, lo suficientemente lejos de Saga, quien aun seguía sentado en la mesa.

- Claro, porque habría de mentirte… digo, regularmente cuando hay un secuestro hay dinero o asesinato de por medio y bueno, no es por ser petulante pero tengo demasiado dinero como para pedir algo por tu rescate… y obviamente no quiero asesinarte… así que si, tengo que decir que es bastante cierto todo lo que te he dicho.

- Si no querías ser petulante no deberías de haber mencionado lo de que tenías mucho dinero…- Mu sonreía. Quizás eras locuras de su parte, pero después de todo el rato que había pasado ya estaba empezando a quitarsele la desconfianza y además, de cierta manera le había dado un respiro lo que acababa de escuchar.

- Sólo era para responder, no quería presumir… aunque si a ti no te molesta mi gran fortuna puede empezar a decirte todo lo que tengo… - Saga soltó una carcajada y es que, ver la sincera sonrisa de Mu era suficiente para reír toda la noche.- Ahora dime tu, ¿Todas estas locuras que he hecho para acercarme a ti están dando resultado? ¿Tengo aunque sea una minima esperanza?

- Algo así no puedo contestarte… es este momento…-

- ¿Eso quiere decir que aun tengo esperanzas, por muy pequeñas que sean?

- No, no me refería a eso… sólo que… yo tengo que pensarlo... aun no estoy del todo seguro de tu salud mental y además, considera que me tienes encerrado… con todo esto tienes que darme tiempo…- y Mu se quedó callado, asombrado por siquiera pensar la posibilidad de darle una oportunidad a ese Saga… y se quedo más asombrado de ya no llamarlo “tipo loco”

- Bueno, entonces como ya me has dado alguna esperanza, puedo hacer lo que desde hace unas horas he querido…- y se levantó, caminando con esa certera arrogancia que lo caracterizaba, se paró a escasos centímetros de Mu, quien se sonrojó al tenerlo tan cerca, que casi escuchaba su respiración. Saga tomó uno de los mechones lilas y lo olió detectando un suave aroma a lavanda que lo hechizo, ya sin poderse resistir posó sus labios en los de Mu, primero en un suave contacto, para después poner ambos brazos a los costados de la cabeza del pelilila y profundizar el beso.

Mu no pudo (o no quiso) evitar responder al beso, primero tímidamente y luego de manera más impetuosa y es que, no podía negar que Saga besaba delicioso, además de que hace un rato que por su mente ya aparecía la idea de que todo lo que había hecho el peliazul no le parecía tan mal e incluso de alguna retorcida manera le había agradado. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la lengua de Saga, que sin fijarse en que momento, ya se encontraba acariciendo su cuello, acompañada de leves mordidas. Mu, a pesar de que aun mantenía los brazos a sus costados, había movido la cabeza para darle más espacio que abarcar a Saga.

El paliazul retiro sus manos de junto a la cabeza de Mu y fueron directo a su abdomen donde levantaron poco a poco la camisa y acariciaron la suave y blanca piel, ante la acción el menor suspiró de manera entrecortada y susurró palabras ininteligibles, que lograron arrancar una sonrisa a Saga, su plan estaba funcionando. Y es que el peliazul desde el primer momento se había percatado de la atracción que Mu sentía por él, así que decidió secuestrarlo para tenerlo más cerca y lograr seducirlo, esperando claro, que con eso, Mu accediera quedarse junto a él.

Pero Mu parecía estar un poco renuente a aceptarlo, porque de momentos parecía que quería separarse, aunque Saga cada vez que hacia eso, lo recargaba más en la pared y lo besaba con mayor profundidad. Mu desistió de sus intentos por detener a Saga y se dejó hacer. Saga ya con completa libertad empezó a desabrochar la camisa para después retirarla de manera rapida y atacar el pecho del pelilila, primero con suaves besos en los pectorales, la tersa y blanca piel de Mu se enrojecía al contacto, cosa que le fascinaba al mayor quien al ver las tetillas decidió que ya era su turno. Primero besó y succionó la derecha, para después dar leves mordiscos que hizo que Mu se entremeciera y que salieran gemidos de su boca, con su mano atendía la parte izquierda del pecho de Mu, primero acariciándola y luego cerrando su dedo pulgar e indice en el botón rozado que ya se erguía junto con su hermano.

La piel de Saga reclamaba el contacto con la suave porcelana que significaba la de Mu, así que de manera tan rápido que rompió la tela, se despojó de su camisa, para después desabrochar ambos cinturones y al cabo de unos segundos, ambos se encontraban en completa desnudez. Saga bajó la mirada en dirección al miembro de Mu, que maravillosamente estaba erguido, se agachó. Primero dio unos suaves besitos, para después lamer desde la base hasta la punta, deteniéndose especialmente en aquel sitio. Pero al ver la reacción de Mu y que estaba a punto de venirse, decidió que ya era su momento. Se incorporó ante la vista del menor, que sólo lo abrazó y beso de manera profunda, juntando sus lenguas en una bella danza.

Saga dirigió sus manos a las piernas de Mu y subió con cuidado, primera la izquierda y luego a la derecha, para después posar sus brazos en el trasero del pelilila y cargarlo. Un dedo se dirigió a la calida entrada de Mu y lo introdujo. El menos se movió incomodo y una expresión de dolor apareción en su rostro, Saga lo tranquilizó besando su cuello y luego la boca. Otro dedo entro y ahora ambos se movían en círculos, para que Mu se acoplara. Pero Saga y no podía resistir más, se separó de la boca para susurrar unas palabras que Mu no logró entender, para después reemplazar los dedos con su miembro que fue entrando lentamente y besar nuevamente a Mu, pero está vez con suavidad y ternura. El menor rompió el contacto al sentir la intromisión y se movió dolorido. Saga intentó calmarlo, le susurró dulces palabras en el oído y lo beso. Esperó unos segundos antes de continuar para dejar que Mu se acoplara, al ver que éste relajaba su expresión, comenzó a moverse, primero de manera lenta y suave y poco a poco iba subiendo la velocidad, hasta embestir con fuerza, penetrando lo más profundo que era humanamente posible. Mu, ya no sentía dolor, sino puro placer y movía las caderas de forma rítmica, al compás de Saga, sus manos roderon el cuello del mayor y se sostuvo con fuerza.

El tiempo pareció detenerse pues ninguno estaba conciente de cuanto duraron en aquella danza, hasta que Mu ya no pudo resistir más y se descargo entre ambos, seguido por Saga inundó a Mu con su liquido vital. Ambos recuperaron paulatinamente el aliento, Saga salió lentamente de Mu pero no dejó de cargarlo.

- ¿Y bien?- el peliazul susurró con voz profunda y raposa al oido del menor, quien cansado tenía la vista perdida en algún punto- ¿Ya has decidido darme una oportunidad y quedarte conmigo?

Mu regresó su vista al peliazul, sus ojos quedaron atrapados en las profundas y apasionadas esmeraldas del mayor; enterró su cara en el cuello de Saga. Al cabo de unos segundos, se levantó un poco para susurrar a su oído.

- Si… y no sólo quiero quedarme hoy… sino todos los días.- Saga sonrió triunfalmente. Después de todo, su plan había funcionado.
Notas finales: pues...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).