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Sudor por clarauchan

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Notas del capitulo: Bueno, la inspiración para el capi de mi otro fic no me llegaba y, en vez de eso... pues esto fué lo que salió, espero que les guste y bueno disfruten

Itachi era una persona tranquila, siempre meditaba todo antes de tomar una decisión y ponerla en práctica, era creyente de que por lo cual no era alguien impulsivo, sino más bien analítico, el mundo que lo rodeaba era su gran tablero de ajedrez, veía sus opciones y visualizaba que ocurriría luego de que soltase uno de sus comentarios mordaces y como el señor perfecto que era -con modestia aparte, claro está- se vanagloriaba al notar que había acertado en lo que había “predicho”.

 

A él casi nada le molestaba, no le importaba el tener que levantarse a las cuatro para realizar sus ejercicios matutinos, no le importaba esperar su turno en el estúpido baño de la estúpida cueva –que, en la mayoría de los casos estaba ocupado por Hidan con sus hormonas alborotadas al querer practicar sus extraños fetiches sadomasoquistas con Kazuzu-, así que menos le molestaba que el tarado de  su jefe lo obligase a cocinar con el delantal rosa con estampados florares.

 

Sólo había una cosa que ponía de mal humor a Itachi, y eso era el calor del verano, ese que después de una… una… bueno una “templada” primavera llegaba con la finalidad de encresparle los vellos de la nuca, sí eso era lo que hacía, ya que entre tanto calor  bueno, comenzaban sus problemitas hormonales y ver a ese estúpido rubio contonear sus estúpidas caderas no le ayudaba de mucho.

 

Ese día en particular Itachi estaba molesto, según oyó, ese verano prometía ser el más caliente de todos, y el destino –que demostraba odiarlo- le dio la genial idea a su jefe de entrenamientos en equipo, pero no su compañero de siempre sino que, habrían pequeños cambios para motivar el compañerismo entre los integrantes de akatsuki y ¿a quién le tenía que tocar él de pareja? Pues obvio al estúpido rubio.

 

Pasaron gran parte de la mañana con entrenamiento básico de calentamiento y, si a Deidara se le calentó el cuerpo –cosa que no le costo saber porque este se quito la capa y la camisa- a Itachi se le calentó otra cosa. El cuerpo de Deidara estaba perlado por el sudor, se veía jadeante pero no por el ejercicio sino por el sol inclemente que cerca del medio día se poso sobre sus cuerpos.

 

-Itachi- habló de Deidara a la persona que en ese momento le daba la espalda. Mas el moreno no se dio por aludido, ya que no volteó en lo más mínimo.

 

-Itachi- repitió y apenas pudo oír un gruñido, con esto se conformó y continuó con su parloteo- Itachi ¿no tienes calor?

 

Este comentario tensó el moreno, ¡claro que tenía calor! Se estaba asando y no precisamente por el sol, sino porque la imagen que Deidara le había regalado hace unos momentos cuando se quitaba la camisa lo tentaban a violarlo, hizo otro gruñido y se acostó sobre la sombra de un árbol para pensar que reacciones habrían si se violaba al rubio.

 

Apenas tuvo unos cuantos segundos los ojos cerrados cuando sintió de repente un peso sobre su pecho, abrió con dificultad los ojos, el sol le encandilaba y le costaba centrar su vista; cuando lo consiguió pudo ver a Deidara tratando de quitarle la capa, estaba aturdido ¿acaso eso estaba ocurriendo? Pero antes de poder siquiera decir algo los labios del rubio se apoderaron de los suyos con fuerza, no estaba seguro si eso ocurría en verdad o era una ilusión debido al calor pero no pensaba averiguarlo en ese momento.

 

Las manos de Deidara seguían en su intento vano de desprenderlo de su capa y su camisa, así que mientras continuaba con el beso, se despredió de sus túnicas y cambió de posiciones.

 

La boca del rubio era un majar exquisito a su parecer pero necesitaba probar cada centímetro de su piel para poder apaciguar el hambre feroz que lo atacaba. Comenzó mordiendo el lóbulo de la oreja del rubio, sacándole sonoros  gemidos, mientras que con sus manos hábiles comenzó a bajarle la cremallera y a acariciar sobre la tela el miembro que comenzaba a endurecerse, cuando se propuso a masajearlo, las bocas de las manos de Deidara –que se encontraban sobre el pecho de Itachi- mordieron sus tetillas, esto le excitó de sobre manera al moreno, ya habría otro momento para jugar con esas boquillas pero ahora continuaría con lo suyo.

 

Dejó de morder su lóbulo y su cuello, que fueron durante unos momentos sus centros de atracción para comenzar a “prestarle atención” a los pezones que ya estaba duros, los mordía y chupaba haciendo que la espalda de Deidara se arqueara por el placer que aquello le daba. Se separaron unos momentos para terminar de quitarse las prendas que los cubrían y así continuar con su labor. Itachi luego de ver el miembro de Deidara despierto se olvidó de lo que estaba haciendo antes y se limitó a lamer su miembro, desde la base hasta la punta, de forma irregular, bajaba con lentitud y subía con rapidez, para luego bajar con rapidez y subir con lentitud; Deidara se encontraba mas rojo y sudoroso que alguna otra vez en su vida, y esto se magnifico cuando Itachi engulló todo su longitud, esa húmeda cavidad le estaba volviendo loco, era demasiado placer contenido, y necesitaba dejarla correr, por lo cual tiro de los cabellos azabaches para indicarle la velocidad que necesitaba y así terminar en la boca del moreno.

 

Luego de un momento de acompasar su respiración notó como Itachi empezaba a lamer sus dedos para lubricarlos.

 

-No- dijo derepente Deidara- en mis pantalones hay lubricantes- dijo sin tapujos, a Itachi comenzaron a arderle las mejillas y no por el calor ¿Deidara lo había planeado todo? En ese momento, de la misma forma que la conciencia le llego, se le fue, así que se limitó a buscar en los pantalones de Deidara y, efectivamente había un potecito con una masa espesa y fría.

 

Untó muy bien tres dedos con esa viscosa mezcla y mientras iba introduciendo de uno en uno los dedos y los movía en forma circular para dilatar la entrada con la otra mano, se untaba también un poco en su miembro.

 

Retiró los tres dedos y sin pensarlo dos veces entró de una sola estocada en Deidara, este, ante ese acto tan bestial gritó con un poco de dolor, Itachi no dijo nada y se mantuvo quieto hasta que el dolor pasase y Deidara se acostumbrase, lo cual no fue mucho tiempo después ya que comenzó a mover sus caderas, Itachi se sintió con libertades y se movió tanto como se lo exigía su cuerpo con rapidez y salvajismo, no se encontraba en sus sentidos toda esa estrechez lo estaba volviendo loco. Vio como Deidara metía sus manos entre sus pechos para empezar a masturbarse, su boquilla sacaba la lengua y le lamía el miembro, esa imagen lo excitó mas si era posible, llevó una mano sobre la del rubio para ayudarlo y luego de unas embestidas mas Deidara se vinó entre sus pechos y él dentro del rubio.

 

Se recostó, bajo el árbol, al lado de Deidara, mientras este lo miraba picaronamente.

 

-Sabes- dijo jadeante- siempre he odiado los ejercicios porque termino todo pegostoso y sudado, pero ahora…

“Me gustaría estar a todas horas sudando”

 

Y sin decir más se acomodó en los brazos de Itachi y se quedó dormido. Era verdad ya el calor ni el sudor le parecía tan molesto.

 

Notas finales: Qué tal? :)

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