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Again por Muroni

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Notas del fanfic:

Como dije, esta historia tiene... digamos que un 90% de Kannazuki no Miko, el resto es.. casi puro cuento xD

Notas del capitulo: esta bien simple, espero les guste
La hoja en blanco no se veía en absoluto desalentadora, es más, siempre disfrutaba realizar los primeros trazos que conformarían el simple e inicial bosquejo, para luego continuar con la definición de los detalles.

Se hallaba en una posición muy cómoda, la temperatura del interior del auto era ideal, y contaba con tiempo de sobra para hacer lo que había pensado.

Sin mayores preámbulos, comenzó por delinear el techo de la casa esquina ubicada en frente suyo. No supo por qué le llamó la atención aquella vista, quizás era por la mezcla del urbanismo con la naturaleza, pues tras la casa que tenía al frente, se apreciaba un cerro plagado de verdes árboles, además de que el cielo estaba despejado, la vista que ofrecía era bastante armónica. La observó por unos segundos y, ya que andaba con los materiales necesarios, decidió dedicarse a la afanosa tarea en que se encuentra ahora. Por otro lado, también se encontraba el hecho de que por obligación debía estar allí por al menos dos horas, pues debía esperar a su hermana, quien estaba en una reunión de quién sabía que cosa.

Había comenzado con seguridad y confianza, como siempre lo hacía cuando se dedicaba a dibujar. Conforme traspasaba grafito de su lápiz a la hoja, la imagen iba adquiriendo forma y definición: las rayas formaban paredes, las manchas sombras y todo en conjunto hacía el diseño de la mínima parte de una bonita casa contemporánea.

Su entrenado par de ojos color violeta se movían con rapidez desde la casa al papel y viceversa, captando hasta el más mínimo detalle para luego plasmarlo en el papel. En una de las tantas miradas fugaces hacia la ventana, le pareció ver a alguien desplazándose en la habitación, sin embargo, dicha presencia nunca llegó a transformarse en más que una sombra que vio pasearse un par de veces. No le dio mucha importancia, pues se mantenía muy concentrada en lo que hacía.

Una hora después, estaba por dar el último toque a su obra, cuando un enorme (inoportuno) y prolongado bostezo le impide terminar, por lo que, dejando su herramienta de lado, se dispone a tomar un adecuado lapso de tiempo para bostezar como se debe, incluyendo los estiramientos de brazos y piernas.

Realizada entonces, la merecida acción de desperezarse, retoma su actividad, que vendría siendo trazar la línea final de su dibujo, la cual nuevamente no puede concretar, pues su vista periférica la pone en alerta, indicándole que alguien se encuentra observándola desde fuera.

Se mantuvo inmóvil por unos segundos esperando si es que se iba, pero como no lo hizo, decide voltear a mirar.

Pese a que lo esperaba, se sobresaltó al notar que ella le devolvía la mirada, pues en primera instancia, la visión fue demasiado… impactante. Jamás observó tanta expresión irradiar de un simple par de ojos que realizaban el simple acto de mirar. Por un lado veía melancolía, tristeza, aflicción; pero por el otro deseo, o más bien algo que no pudo definir exactamente, pero estaba segura que aquello le daba un brillo especial al par de zafiros que tenía en frente. Quiso encontrarle el nombre a esa percepción, lo cual la impulsó a pasar por sobre su lógica, que le decía que debía permanecer dentro y segura dentro del vehículo, abrir la puerta y…

- ...- no poder articular frase alguna.

- Hola.- saludó la joven que permanecía de pie.

- Ho-hola.- logró responder con algo de trabajo.

- ¿Te gusta?- en ningún momento desviaba su vista.

- ¿Qué… qué cosa?- con esfuerzo resistía el peso de la mirada azul.

- La casa que dibujas.-

- Ah sí… está bonita. Espera, ¿cómo… -

- ¿Te gustaría verla por dentro?-

Su lógica no tuvo tiempo siquiera para realizar un correcto perfil de la situación y así elegir la respuesta más adecuada, porque la dibujante… hágase entender por Himeko… ya se hallaba tras la joven de cabellos azules… llámese Chikane… camino a la casa de su dibujo.

- Esta es la habitación que dibujabas ¿verdad? – preguntó mientras le abría la puerta para dejarla pasar. Himeko no se hizo esperar y entró, seguida de Chikane.

- Es… preciosa.- fue lo que expresó tras observar su alrededor. – Me encanta. Las paredes con tonos pasteles, el decorado artesanal, woah ese equipo de música… es… es… - volteó hacia la joven para dedicarle el adjetivo final, pero nuevamente recibió ese impacto al verla, esta vez, provocado por una simple sonrisa.

Prefirió callar por unos segundos; creyó estar más cerca de captar aquello que no pudo definir con exactitud hace un rato.

La joven pareció querer acercarse, sin embargo, cambió de parecer y preguntó:

- Necesitosaber por qué accediste a seguirme.-

La joven rubia sintió de alguna forma, libertad para contestar esa pregunta:

- Porque… me intrigas. Hay algo que yo también quiero… que necesito saber.-

- Ya veo… y eso, ¿lo averiguaste ya?-

- No, pero creo que estoy a punto de… -

- ¿Y ahora?- habló tan rápido como lo hizo para acercarse a Himeko, guardando sólo la distancia mínima para permitirle el enfoque a sus miradas. - ¿Lo ves ahora? –

Quien se mantuvo inmóvil, inexplicablemente logró “ver” la acción siguiente reflejada en sus vivos zafiros.

- Vas a…-

- Exacto.- articuló antes de acortar a cero las distancias, específicamente la que existía entre sus labios.

El movimiento no se detuvo ahí, pues, como una había anticipado la acción de la otra, alcanzó a preparar una acertada recepción para la boca de la joven, permitiendo que todo fluyera – literalmente – entre ambas.

Quien había dado pie para comenzar aquel beso, acunó entre sus delgadas y finas manos, el rostro de la joven rubia, y con esto, pudo sentir el calor altamente concentrado en sus mejillas. Quiso detener el beso, para tener una apreciación visual, pero no pudo, porque el mero acto de besar que estaba realizando era algo… grandiosamente exquisito y adictivo.

A Himeko le correspondió acortar la distancia de sus cuerpos, pasando para ello, sus brazos por encima de los hombros de Chikane, creando un apretado abrazo por detrás. Esta acción obligó a la joven de cabellos azules retirar sus manos de su cara, y no halló mejor descanso para ellas que en la cintura de la artista, colando juguetonamente de paso, su dedo pulgar bajo la ropa.

Chikane, experimentando con las sensaciones de Himeko, movió suavemente aquel único dedo que hacía contacto con la cálida piel de la artista, provocando un agradable e intenso cosquilleo que obligó a Himeko a formar una sonrisa. Aquel gesto habría interrumpido totalmente el beso si Chikane no hubiera reaccionado apresando el labio inferior de la dibujante.

Como el aventurado pulgar persistía en su tarea, Himeko tuvo que ir por él, para luego continuar la maravillosa y nueva experiencia de seguir besando a Chikane, tomando ella esta vez el control y ritmo del beso, sorprendiendo a la joven, haciéndole dar dos pasos hacia atrás.

En una nueva travesura, la mano de Chikane que aprisionaba Himeko, se liberó de su agarre, y se volvió a colar esta vez, por la espalda de la joven rubia, quien esta vez, sí interrumpió el beso, pues tuvo la urgente necesidad de morderse el labio para ahogar un extraño sonido que se avergonzó en soltar.

- ¿Cómo se siente?- preguntó en susurros Chikane muy cerca del oído de Himeko, por puro placer de saber qué respondería.

- … a-así.- logró articular para luego ejecutar la verdadera respuesta: escurrir una mano por debajo de la blusa de Chikane, directo a su sensible abdomen.

- …Himeko…-

No sería la primera en dar abiertamente las muestras de gozo, por lo que se apresuró en “devolverle la mano” a Himeko, apretando suavemente ente sus dientes el lóbulo de la dibujante.

- …Himeko…-

Si mal no calculaba, su cama debería encontrarse un paso a su derecha, creyó que ya estaban comenzando a necesitarla.

- ¡Himeko!-

Un fuerte golpe en la ventana del auto logra despertar por fin a la adormecida Himeko.

- ¿Eh?-

- Debemos irnos, ¡estamos atrasadas ya!- le urgió su hermana para que le abriera la puerta.

- Ya voy, ya voy.- le habló mientras quitaba el seguro. Su hermana subió con rapidez.

- Espera un poco.- pidió mientras se palpaba el cuello, con claros signos de preocupación.

- ¿Tu collar? Lo traías puesto. De seguro se te cayó mientras dormías, porque no duermes como un tronco ¿lo sabes?-

- No molestes.- discutió mientras buscaba a tientas bajo el asiento.- Lo encontré.- se alivió mientras se colgaba su collar, del cual pendía una pequeña concha rosada. Su hermana rodó los ojos en señal de fastidio, arrancó el vehículo y en menos de un minuto, se alejaban del lugar.

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Desde su ventana, observó como el auto se alejaba a toda velocidad hacia la calle principal. Aquella joven dibujante hizo su día diferente, pues había roto la aburrida rutina diaria. No todos los días se ubicaba alguien en frente de tu casa a dibujarla ¿no?

El día de mañana tampoco sería rutinario, pues era su cumpleaños número dieciséis.

Automáticamente se llevó una mano a su cuello, para rozar delicadamente la pequeña concha rosada que pendía de un collar. Tenía planeado pasar la mayor parte de ese día en un lugar especial que descubrió hace poco. Se trataba de un florecido árbol de cerezo, rodeado de coloridas rosas que parecían no marchitar jamás.

Allí pues, tenía pensado estar en el día, en compañía de nadie más que de la naturaleza… o al menos eso esperaba.
Notas finales: aviso que no me acordaba si era un arbol de cerezo el del jardin de flores -.-
la verdad jamás se me cruzó por la mente escribir un shot... fue la circunstancia la que me hizo hacerlo, y es que yo tb estaba esperando a mi hermana, comence a dibujar una casa de por ahí, cuando de repente me entraron ganas de escribir... no me resulto con knf asi que... bueno, el resto se lo imaginarán
(que falta de capacidad inventiva xD)

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