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Hot Line por Akie

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HOT LINE


Parejas: Naruto y Sasuke

“El sabor de su boca era un suave tormento para sus sentidos. Así la recordó al dar vuelta en aquella calle donde se habían conocido y donde como dos extraños se despidieron esa noche, la noche en que durmieron juntos...".

¿Cómo será?, me preguntaba una y otra vez. Todas las noches prendía la radio y me dejaba acariciar con la voz aterciopelada del locutor de Los especiales de media noche, como si se tratara de una seda que resbalaba por mi cuerpo. Gozaba al escuchar los relatos eróticos, tumbarme en la cama y extraviar la vista mientras mis pensamientos volaban. Me convertía en el protagonista de los cuentos e imaginaba cómo, en mis fantasías, el locutor contaba mi propia historia y mencionaba mi nombre una y otra vez en su boca (quería saber como se oiría mi nombre en su boca, es decir Naruto en sus labios). Había tenido muchos amantes, pero ninguno me había hecho sentir al menos una pequeña parte de lo que sentía en esas noches en las que desnudaba mi cuerpo y lo cubría con la voz de Sasuke, el locutor. Esa noche tomé el teléfono y marqué lleno de nerviosismo. Al escuchar los tonos de la llamada estuve a punto de colgar pero me contuve, el autocontrol siempre es mi fuerte. Finalmente contestaron mi llamada.
-Especiales de media noche. – contesto una voz grave en el otro lado del auricular
-¿Sasuke?-
-No. Sasuke está en cabina. ¿Quieres hablar con él? –
-Mmm, sí, pero creo que no es una buena idea, y si está en cabina es mejor que...
-Vamos a regresar de comerciales, entrarás al aire... -.. .Noooo, espera, preferiría hablar con él en privado. -Lo siento estarás al aire en tres, dos, uno... -Por la radio escuché la voz de Sasuke regresando de comerciales.
-El relato que acaban ustedes de escuchar viene incluido en la compilación de literatura erótica: Entre el amor y la lujuria, de varios autores. Tenemos una llamada de uno de nuestros amantes nocturnos. Buenas noches, ¿cuál es tu nombre?
¿Qué hago? -pensé-, colgaré, sí, debo colgar, esto es una locura.
Sasuke insistió: -¿Tu nombre?-
Me dispuse a hablar, qué más daba, es sólo una voz.
-Preferiría no decírtelo -contesté-. -¿Qué me quieres contar? -preguntó Sasuke-. -Una confesión... tal vez. Decidí poner el altavoz del teléfono para poder escuchar toda nuestra conversación por la radio, como si se tratara de uno de los cuentos.
-¿Y qué me quieres confesar? Relájate, piensa que sólo somos tú y yo.
Vaya, si tan sólo supiera que así es siempre: sólo él y yo. --Acabo de escuchar tu relato. -¿Qué te pareció? -Me gusta escucharlos en tu voz. -¿Por qué? -Puedo imaginarte. -¿Y yo cómo debo imaginarte?
-Estoy recostado en la cama. Imagina frente a mí un espejo y la luz ámbar de mi lámpara. -¿Y tu ropa?
-Pues... sólo lo necesario. Son casi las dos de la madrugada, ¿cómo esperabas que estuviera? -Pienso en un cuarto vacío con una tenue luz ámbar, un teléfono y el reflejo de un hombre joven en el espejo. Las palabras de Sasuke retumbaban en mi vientre. Parecía que me estuviera espiando. Empecé a acariciar suavemente mi parte noble hasta que se endureció. -¿Qué más? -cuestioné ansioso-. -¿Ahora estás desnudo? -Mmm, no... bueno, casi.
No sabía por qué me estaba exponiendo tanto, pero curiosamente me sentía libre. Toqué por dentro de mis muslos, mi pecho, mi abdomen y abrí más las piernas. Veía mi reflejo en el espejo, tirado en la cama, desvanecido; seguí acariciándome. -Más Sasuke, dime más...
-Me gustaría ver cómo te estás tocando con tu mano... Estiré un brazo para tomar el auricular. Quería escuchar la voz de Sasuke en mi oído. Accidentalmente tiré el teléfono. Cuando lo levanté se escuchaban los tonos intermitentes en el teléfono. -¿Sasuke?, ¿Sasuke? Todo era en vano, la comunicación se había cortado.
Eran las dos de la madrugada pero no estaba dispuesto a aceptar que mi conversación con Sasuke había finalizado y quería terminarlo en persona. Me vestí, me puse una camisa azul marino y unos pantalones negros, algo ajustados pero había sido lo primero que encontré en mi recamara, quería salir corriendo de mi departamento y verlo en persona, nadie me dejaba con las ganas, eso no. Antes de salir me mire al espejo una ultima vez; observe con detalle mi reflejo y por unos instante me puse a pensar en lo que estaba a punto de hacer pero mi deseo de ver a Sasuke fue mas fuerte y solo acomode mi collar que permanecía en mi cuello, tome las llaves del departamento y salí.
Dejé mi auto en contra esquina de la estación de radio y aguardé. El cielo se cerraba y amenazaba con llover. Luego de unos minutos vi salir del edificio a un hombre alto con gabardina.

-¡Sasuke! -grité desde el interior del auto-. El hombre volteó sorprendido. Bajé y corrí hacia él deteniéndome a unos pasos.
-Acabamos de hablar, ¿me recuerdas? Soy el chico del teléfono.
Sasuke me observó de abajo hacia arriba detenidamente. -Espero no importunarte -dije apenado (jajaja… reía en mi interior y cuestionaba lo que acababa de decir; pena si ya no conocía esa palabra mis actos demostraban todo lo contrario)-. Sasuke se veía un tanto confundido pero sonrió coquetamente.
-No, no te preocupes. Qué sorpresa verte aquí-
-¿Me ofreces un cigarro?-
Era el hombre que me había imaginado: alto (mas alto que yo), delgado, de mirada penetrante tan oscura como la misma noche y de semblante enigmático; guapo, muy guapo. -Perdona mi atrevimiento pero...
-No te preocupes, también quería conocerte, caminemos, mi departamento sólo está a unas cuadras.- No hice preguntas y nos marchamos. Metió sus manos a su gabardina y caminamos. En el trayecto casi no platicamos. Al llegar a un callejón se adelantó unos pasos y se introdujo en su sombra. -Aquí -dijo sonriendo-.
El callejón era oscuro, había un contenedor de basura y una escalera de metal que se torcía por toda la pared. De las coladeras salía un vapor de aire caliente. -Ven -me indicó-.
Me acerqué hasta que quedé a unos pasos de él. Sasuke me tomó de la cintura y me jaló hacia él. Me besó con ansiedad. Yo respondí mordiendo sus labios. Nuestro beso fue muy pasional, ni siquiera hice el intento de separarme. Me quitó el abrigo y empezó a desabrocharme la camisa, besó mi pezón, y luego hizo lo mismo con el otro. No me podía resistir. Lo desabroché por completo para que Sasuke pudiera besarme a su antojo. Me gustaba ver su boca chupándome. Sus labios carnosos lucían totalmente obscenos succionado con ansiedad. Me baje el cierre del pantalón, él metió su mano en respuesta y empezó a frotarme sobre mi boxer. Después se hincó y jaló mi pantalón hacia abajo hasta que me deshizo de ella, y luego de mi boxer. Sumió su boca entre mis piernas recorriendo con su lengua mis muslos y comenzó a chupar mi pene. Sentí un pequeño vértigo. Sasuke besaba sin control todo mi cuerpo y me daba pequeñas mordidas en mis pezones. Ansioso desabroché uno a uno los botones de su camisa y lo desfajé. Con la punta de la lengua recorrí todo el torso haciendo caminos con mi saliva. Bajé el cierre de su pantalón y acerqué mis labios, casi podía ver mi boca reflejada. Tomé su miembro con ambas manos y lo chupé como si se tratara de un caramelo. Me invadió una ola de placer, sentí una necesidad urgente de devorarlo y así lo hice. No podía detenerme y él no disimulaba en nada su placer.
Sasuke me tomó de la cintura y me guió hacia el cofre de un auto. Me recargué en él, subí uno de los pies a la defensa y abrí las piernas. Lo quería sentir dentro de mí. Me tomó de las rodillas y me penetró. Advertí su firmeza y cómo se acoplaba perfectamente a mi cuerpo. Lo tomé de sus nalgas y las jalé hacia mí. No era como me lo imaginaba esas noches en mi habitación, ¡era mejor!!!!!!!!!!!!!! Lo abrazaba con fuerza para no separarme. Al poco tiempo me voltee, puse las manos sobre el cofre del auto...
-Ahora así, así quiero -le dije-. Me tomó por atrás y me penetró. -¿Así? -preguntó-. -Sí, así, pero más profundo.
Sasuke entró hondamente, sin miramientos ni prudencia. Podía ver mi reflejo en el parabrisas. Todo mi cuerpo se movía. El hundía sus dedos en mi piel, tanto, que por momentos pensé que me iba a desgarrar. Un estallido se escuchó en el cielo y al poco tiempo una copiosa llovizna caía sobre nuestros cuerpos. El agua recorría nuestros cuerpos. Cerraba los ojos y gemía de gozo. Mis manos resbalaban del cofre por la lluvia. Sasuke se movía más rápido y daba sensuales jadeos. De esa manera, siendo penetrado, me sentí más estimulado. Me froté impacientemente la entrepierna. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
-¡No pares, no pares! -le dije con insistencia-, falta poco. Sentí cómo mi vientre llegaba al climax y mi interior se derramaba. Grité con toda la fuerza que tenía: ¡Así! La euforia hizo que diera un fuerte golpe al cofre del auto activando la alarma. Luego una a una se fueron prendiendo las ventanas que daban al callejón. Un hombre se asomó en una de ellas y gritó "¡Ey!". Voltee a ver a aquel tipo y me puse muy nervioso. Todo fue muy rápido. Sasuke fajó su camisa y subió su cierre. Me vestí tan rápido como pude. Me tomó de la mano y corrimos. Nos fuimos a refugiar bajo las escaleras de un paso peatonal, completamente empapados. Nuestros corazones latían aceleradamente. Tratábamos de no hacer ruido al jalar el aire para respirar. Ahí estuvimos durante unos minutos hasta que nuevamente la noche se silenció. La lluvia había parado. -¿Y ahora? -pregunté-. -¿Mi departamento? -contestó-. Todavía faltaban 4 horas para que amaneciera.

-¿Ahora si me dirás tu nombre?- pregunto con su voz sensual
-Tal vez…- ronronee cual felino y sin ningún miramiento beso mis labios entre suspiros le pregunte el porque
-Quisiera saber el nombre de este ángel-
-Na…Naruto…- conteste totalmente apenado
-Bien Naruto… quieres ir a mi departamento?- me moría tan solo de escuchar esa propuesta y en confirmación asistí con mi cabeza
-Después de todo la noche aun es joven- y en la cara de Sasuke note una sonrisa de satisfacción, seguramente el también ansiaba lo que yo tanto había esperado en esas noches en mi habitacion.

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