Naruto se levanto de un brinco de la cama, eso en parte lo alivio, ya que no sintió su cuerpo diferente, se apresuro a revolver las sabanas y estas se sentían tan suaves que se sorprendió un poco, además de que estaban completamente blancas, era inocente y confiado, no lo negaba, pero no era idiota.
Si le hubieran echo algo lo notaria, o al menos sentiría su cuerpo diferente, analizo bien el lugar, pero lo único que encontró fue un mensaje en el espejo que se encontraba en el baño:
“Gracias por la maravillosa noche que me regalaste”
Le extraño ese mensaje, pero ya no le dio importancia, regreso al cuarto y vio el reloj, al ver la hora casi le da in infarto, faltaba solo una hora para que entrara a clases, tomo su ropa y se vistió con rapidez, salió del hotel sin notar las miradas que le daban los empleados y tomo un taxi para que lo llevara a su casa.
Cuando llego a su casa, se metió rápidamente a su habitación sin hacerle caso a su mamá, se vistió a velocidad luz y tomo su bicicleta, para intentar llegar a tiempo as colegio.
***
Llego al salón a tiempo, el rubio, no sintió nada fuera de lo común si no hasta la hora del almuerzo, ya que cuando llego al comedor, vio que todos lo miraban como, con odio, desprecio y uno que otro con algo de ¿Lujuria?
- Sabia que eras una maldita zorra – Karin soltó su veneno, el que estuvo guardando desde la fiesta de bienvenida del modelo.
- Sasuke-sama te da un poco de libertad y tu le sales con esto – Ino le mostro la mesa que estaba ahí.
Naruto se acerco y vio que en la mesa había fotos, todas ellas mostraban la misma imagen, una donde se mostraba claramente su rostro, dormido, en esa habitación donde despertó, el rostro del hombre que lo estaba abrazando no estaba visible.
Ahora mas o menos sabia lo que ocurría, sin embargo no podía imaginarse quien se beneficiaria con eso. Por que estaba mas que claro que querían perjudicarlo, ya que aportaría su alma su fuera preciso a que esas imágenes le traerían consecuencias fatales.
- Maldito, enfermo – Ten Ten se le plato enfrente y le dio una fuerte bofetada.
Tanta que lo tiro y para su mala suerte, por que estaba seguro de que era mala, venia entrando Sasuke y compañía, el cual traía puesto el uniforme del colegio, que le sentaba perfectamente dejando a mas de una de las estudiantes con la boca abierta y su cabello algo lacio recogido en una media coleta.
- ¡QUE RAYOS TE PASA! – se acerco directamente a la castaña - ¡¿CON QUE MALDITO DERECHO TE ATRVES A TOCARLO?! – le sujeto la mano la cual importándole si la lastimaba o no se la presiono con fuerza.
- Sasuke-sama – hablo con voz algo baja debido al dolor – vea la mesa por favor.
El azabache fijo su vista en la mesa y vio las fotografías, se acerco a la mesa de forma lenta, ya había soltado a la chica, y tomo una de las fotos, su vista repaso la imagen, no lo quería aceptar, esa foto debía ser un fotomontaje o algo, era imposible que su rubio se hubiera acostado con otro…
- Naruto – su voz fría e inexpresiva le indicaba a sus amigos el odio contenido, sospechaban que esto desataría algo muy malo - ¿Qué significa esto? – giro su cuerpo para contemplar al blondo que aun se encontraba en el suelo.
- Yo, no se que paso…
- ¿CÓMO QUE NO SABES?, TU ESTUVISTE EN ESTE LUGAR, MALDICION, DIME LA VERDAD… -deseaba de todo corazón que su niño lo negara.
- Si estuve en ese lugar – su voz apenas era un susurro – pero…
- No quiero oírlo – sin si quiera detenerse a pensarlo se fue del lugar.
Nadie dijo nata e imitaron la actitud de Sasuke, dejando al rubio solo en ese lugar, el cual aun continuaba en el suelo y una de sus mejillas estaba enrojecida.
Naruto más que nunca lamento la ausencia de su amigo pelirrojo, estaba seguro que el si lo escucharía hasta el final, que le daría el beneficio de la duda.
***
Kyo corrió hasta el instituto Suna, antiguo colegio donde asistía su hermano junto con Kiba, tenia que localizarlo a como diera lugar, corrió sin importarle las miradas que se posaban en él, algo le decía que lo encontraría en las canchas, si en algo tenia en común con su hermano era que ambos disfrutaban de los lugares abiertos.
Cuando su hermano no llego a dormir, tubo un mal presentimiento, sabia todo lo que le hacían en ese colegio y a pesar de que su hermano le dijo que no se preocupara, algo le decía que su hermano estaba en peligro y llevaría al amigo de su hermano con él para asegurarse de que su hermano estaba bien.
Lo vio junto a un chico, sin importarle mas se apresuro, siempre agradeció tener la misma habilidad de su padre y hermano, en atletismo eran los mejores y mas en las carreras largas.
- ¡¡KIBA!! – le grito mientras intentaba recuperar el aliento.
- ¿Kyo? – extrañado completamente a la presencia del hermanito de su amigo – ¿Qué estas haciendo aquí?
- Por favor – había logrado recuperar el aliento – acompáñame al instituto Konoha, por favor, hay que darnos prisa – estaba desesperado, ya que esa sensación de que su hermano estaba en peligro no se le quitaba, al contrario a cada segundo sentía que crecía.
- Pero, ¿para que?... acaso… Naruto esta mal – bueno ese pensamiento fue algo que la actitud del pequeño le estaba dando a entender.
- Creo que si, por favor Kiba, vamos, no hay tiempo que perder.
- Esta bien – se dirigió al chico que estaba a su lado – lo siento, mañana seguimos platicando – y sin mas ambos se fueron al salón del mayor para recoger sus cosas.
Una vez fuera del instituto buscaron un Taxi que los llevara hasta el más prestigiado instituto, algo que el pequeño pelirrojo comenzaba a ver como algo tan superficial.
***
Sasuke estaba que mataría al primero que se le pusiera enfrente, en su pecho se había instalado un dolor tan grande que no sabia como manejarlo, no podía creer que Naruto lo hubiera engañado de esa forma, tal ves los demás si tenían razón, el solo era otro oportunista mas.
Todo lo que había echo hasta ese momento había sido por lo visto una perdida total de tiempo y esfuerzo, comenzaba a pensar que ese lavandero no valía la pena, no merecía que el Gran Uchiha Sasuke se fijara en él.
Siendo sinceros, que le veía, ni él mismo lo sabia, comenzó a sentir sus ojos arder, sentía debilidad y eso era algo que no podía permitirse, no dejaría ver a nadie que estaba sufriendo, su orgullo era primero, simplemente, ese miserable doncel dejaba, apartar de ese momento importarle.
***
Neji y Shino habían seguido a su amigo en silencio, era la segunda vez que su amigo reflejaba tal nivel de furia, sabían que era cuestión de tiempo para que explotara, sabían las consecuencias, por ese motivo lo seguían a una distancia bastante prudente, vieron como subió a su auto Mercedes Benz Clase Slk Kompressor color negro.
Lo arranco y acelero con tanta violencia que casi atropella a unos estudiantes, a si que sin mas subieron a sus respectivos autos para estar al pendiente del azabache y hacerse responsable de los daños que ocasionara.
Ese era el precio de tener un amigo como él, de haber pasado años como compañeros, de conocerse mutuamente, por lo que ya se estaban preparando psicológicamente para lo que vendría.
***
Naruto no quiso arriesgarse a estar muy cerca de sus compañeros, por lo que se había ido al único sitio donde sabia que nunca lo molestarían los estudiantes del instituto… la alberca techada del instituto.
Dentro del agua no se notaban sus lágrimas, aun no podía creer que el azabache ni siquiera se hubiera detenido a escucharle, eso sinceramente le había dolido, sabia que no se llevaban bien, pero pensó que ya comenzaban a formar lazos de amistad.
Sin embargo le volvió a comprobar su teoría, que era un estúpido, que solo le importaban sus ideas y que los demás debían aceptarlas, un idiota que se creía lo primero que veía, al parecer ningún mortal a su criterio, merecía el derecho de defenderse ante una acusación de tal magnitud.
Pero lo que sin duda lo tenia triste y confundido era la mirada de decepción que alcanzó a ver en esos ojos negros
***
Los demás estudiantes, se mandaban mensajes y algunos buscaban algunas cosas en la cocina de la institución, sabían que Uchiha no se encontraba en el instituto, así que estaban planeando darle el más grande evento al rubio que se atrevió a engañar al azabache.
***
El timbre sonó indicando el fin de clases por lo que Naruto se dirigía a la salida pedaleando su bicicleta, estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que había dos estudiantes mas adelante y que estos se habían pasado una cadena, la cual la sujetaban con la altura suficiente como para que esta chocara con la rueda de la bicicleta.
Logrando que Naruto saliera despedido de ella, azotando con el pavimento, lastimándose la rodilla y las manos con las que evito un golpe en la cabeza.
- Para que aprendas maldito imbécil a que a Sasuke-sama no se le engaña – Ino le lanzo un tomate a la cara.
Y los demás le siguieron, pero no solo le arrojaron tomates, si no también pelotas de harina las cuales arrojaban con saña, además de que también le lanzaba agua helada.
El rubio a causa del dolor que le provoco la fuerte caída, solo atinaba a encogerse, lloraba a lágrima viva la humillación que estaba recibiendo.
Los estudiantes no conformes con el daño físico, tomaron la bicicleta y la arrojaron hacia el rubio, pero debido a la fuerza con que lo habían echo, esta callo mas delante de donde el estaba, una camino hacia el objeto lanzado y le vacio un liquido.
Cuando ella se retiro otro de los estudiantes dejo caer un encendedor, haciendo que la bicicleta ardiera.
Naruto lloro con más fuerza y esto agrado a los presentes, los cuales reanudaron el trabajo de lanzarle cosas, algunos habían ido mas lejos, ya que habían recolectado piedras pequeñas las cuales le lanzaban al cuerpo.
El blondo se sentía a morir, le dolía todo y lo único que pasaba por su cabeza en ese momento era “Gaara ayúdame”, “por favor ayúdame”, “te necesito”.
Lo repetía una y otra vez como si de una letanía se tratara, de verdad que esta era la cosa mas humillante y maldita que le habían echo.
- ¡¡¡MALDITOS DESGRACIADOS!!! –se escucho ese grito furioso por todo alrededor, algo que a más de uno dejo helado.
Todos dirigieron la mirada a las dos personas que se acercaban corriendo hacia donde ellos estaban, un crio y un chico de clase baja.
- Cállate maldito enano y lárgate de aquí – se atrevió a decirle Karin.
Sin embargo se quedo callada cuando vio que “el niño” le había dado una patada en el estomago al chico que tenia a un lado dejando inmediatamente sin aire y ocasionando que este se doblara acto que el pequeño aprovecho para darle un golpe en la cara, después de asegurarse que no se levantaría.
Lo que todos los presentes no sabían es que mientras ellos se la viven gastándose el dinero de sus familias en banalidades, los estudiantes de escuelas públicas asisten a clubs y participaban en torneos, Uzumaki Kyo actualmente es el campeón regional de Karate.
En lo que el pequeño pelirrojo desquitaba su coraje, Kiba ayudo a su amigo a levantarse, lográndolo con esfuerzo, ya que el rubio estaba muy débil, comenzó a caminar hacia el taxi que los esperaba.
El taxista al ver que batallaba un poco el castaño y ver el estado del rubio, se bajo del vehículo para ayudarlos, una vez Kyo vio que su hermano ya estaba en el taxi le dio un último golpe al que tenía más cerca para después salir corriendo y subirse al taxi que los llevaría a la casa de Kiba.
- Kyo, estás seguro de que es mejor llevarlo a mi casa – Kiba prefería que su amigo fuera a su casa para que su mamá lo curara.
- Mis padres se preocuparan y que yo sepa tus papas están de viaje te quedaste solo con tu hermana…
- Así es, no estarán por toda una semana – recorto a el rubio en sus piernas, había quedado dormido.
- No quiero que mis papas lo vean así, ni aniki se ha esforzado mucho para que ellos no noten todo lo que le pasa en ese colegio, no ha querido vernos preocupados y a nombre de ese esfuerzo te pido que por favor lo me ayudes a cuidarlo en tu casa.
- Está bien, creo que tienes razón.
Después de dejarlo en la casa del castaño y de que su hermana aceptara a cuidarlos mientras sus padres no estaban, Kyo fue a su casa a informar que los padres del amigo de su hermano no estarían y que le habían pedido que ellos se quedaran con el por ese tiempo.
Sus padres no dudaron y lo dejaron a sí que después de alistar dos pequeñas maletas con sus cosas se fue para ver que su hermano estuviera bien.