¿Qué es esta sentimiento?, porque con unos escasos segundo esa sensación perduraba.
Pero ese tiempo le bastó para poder notar esos ojos agua marina enmarcados en unas enormes ojeras pero aun así atractivas que se mostraban algo tristes, su cabello rojo como el fuego, su rostro liso y hermoso en el cual estaba tatuado el kanji de amor, sus labios llamativos y su cuerpo perfecto. No sabía porque pero algo había despertado en él un cierto interés en conocer a ese chico, saber el por qué de esa tristeza.
Sasuke seguía en su tarea de golpear al chico ajeno de lo que pasaba a su alrededor, todos los estudiantes reunidos aplaudían lo que el líder le hacía al pobre chico, ese escándalo regreso a Naruto a la realidad de lo que estaba viviendo en ese momento, vio como uno de los chicos se acercaba al azabache.
- No esperábamos menos de Uchiha-sama, qué movimientos más increíbles…
Ante esto Sasuke reaccionó dándole una patada en la cara al chico que se le acercó de manera lisonjera.
- Realmente odio a la gente que habla demasiado – después de decir eso se acomodó el saco blanco de marca y se pasó la mano sobre el cabello – esto es sólo una pérdida de mi tiempo …-
Después de decir eso, Shino y Neji se levantaron de sus asientos y comenzaron a aplaudir, éste ultimo dirigiéndose a los alumnos, anunció:
- Está bien el juego se ha acabado.
Al decir esto, los otros comenzaron a caminar para salir del comedor, y el resto del alumnado comienza a aplaudir a modo de despedida, abriendo camino para que el F4 pasara.
- ¡No es alucinante! – dicen tres chicas con ojos soñadores.
- ¿Alucinante?, que les pasa a esas locas, donde le ven lo alucinante, un compañero ha sido cruelmente vejado, humillado y golpeado. Primero colectivamente para que el arrogante ese viniera a rematarlo – es lo que pensaba internamente Naruto, de verdad que no podía comprender aun lo que había visto – entonces – seguía con sus pensamientos – a esto se refería ese chico que estuvo a punto de lanzarse al vacío.
Al recordar ese suceso y lo que le había dicho el chico junto con lo que había presenciado directamente algo dentro de él se removía. El coraje y la impotencia provocados por no haber hecho nada para detener esa locura hicieron que saliera corriendo de ese lugar, sin importarle que Sakura le estuviera llamando, apenas percatándose de sus pasos. Sin darse cuenta llegó a la salida de emergencia de la escuela, abrió la puerta de golpe y respiro un momento y ya que estaba en el segundo piso bajo las escaleras y se detuvo en el barandal para poder dejar salir su frustración…
- ¿Todos han perdido la cabeza? ¿Y el F4? – estaba furioso – estos idiotas, llevando un juego tan lejos – la verdad es que Naruto no sabía cómo llamarle a eso que vio – son tan patéticos – apretó sus puños y golpeó el barandal con la parte inferior de su puño mientras apretaba los dientes – viendo como sus amigos reciben una paliza, esto es increíble – llenó su pulmones de aire – ¡¡¡¡ ESTO ES INCREIBLE!!!! – soltó ese grito tratando de sacar toda su furia.
Tan ocupado estaba en lo que hacía y sentía, que no se dio cuenta de que en las escaleras que llevaban a la primera planta estaba acostado el chico pelirrojo del F4 con un libro en la cara que al escuchar el grito lo apartó de la misma y se le quedó viendo de forma silenciosa.
- Está bien… - después de decir eso comenzó a subir las escaleras.
El chico al ver que se iba poco a poco se incorporo hasta quedar sentado sin quitarle la vista de encima, su rostro no expresaba ningún tipo de emoción sin embargo en sus ojos se pudo apreciar por escasos segundos un brillo de interés. Después de subir las escaleras Naruto se dirigió a su salón de clases y se dio cuenta que ya todos los estudiantes estaban ahí y cuando tomo su lugar el maestro de la siguiente clase se adentró y de inmediato comenzó a dar su clase.
- Solo deberé aguantarlo por el tiempo que me quede en este lugar… sólo espero no tener que pasar por esto, pero aun así, si me llega a ocurrir lo resistiré y me enfrentare, por mi y por los dos chicos a los que me ha tocado ver sufrir – y con este pensamiento comenzó a atender la clase.
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- Eh… la tarjeta roja, eso es interesante… - decía un chico mientras limpiaba unas mesas
- Nada tiene de interesante – le contestaba claramente molesto mientras comía dangos.
- Me pregunto, ¿Qué demonios hiso mal ese chico? – se notaba el interés del tema
- Yo también me lo pregunte y se lo dije a Sakura, ella me dijo que por lo que escucho resulta, que el chico cuando estaba comiendo una Naranja lo salpico…
- ¿Qué? – dijo claramente sorprendido
- El chico estaba mordiendo una naranja y el jugo que salió salpico en un ojo al Uchiha… - narraba Naruto
- ¿Eh?
- Solo por esa estupidez, ¿puedes creerlo? – Naruto de verdad que no sabía ya que pensar de la salud mental del bastardo Uchiha – solo por esa estupidez golpearon al pobre chico de esa manera y no quiero ni imaginarme lo que habrá hecho a Asano-san al que querían matar.
- Por lo que parece en esa escuela recibirás palizas por nada… - lo decía mientras se burlaba – por cierto Naruto buscaste al chico.
- Si, pregunte por él, quería preguntarle cómo se encontraba, pero me dijeron que sus padres solicitaron un traslado a otra escuela privada.
- Bueno creo que eso fue lo más lógico – continuó con su trabajo.
- Kiba, no quieres – le decía mientras le ofrecía de lo que comía a su amigo.
- No, gracias – se lo dijo comenzando a limpiar otra mesa – pero lo que se me hace extraño es que todo te lo tomes con calma…
- ¿Qué quieres decir?
- Bueno, tú siempre me has defendido a mi o a cualquiera de los abusones – decía mientras recordaba – en el jardín de infancia…
En ese momento Kiba recordó una valiosa escena con su amigo; está llorando por culpa de unos niños, Naruto en ese momento comenzando a brincar con los puños en alto para después soltar un golpe derecho dejando inconsciente al niño que molestaba a su amigo.
- Jajaja, ese lo recuerdo bien, pero se lo merecía nadie te decía que eras un…
- No lo digas o me enojo
- Ok
- Y en la primaria, secundaria y ahora en la prepa, me pregunto cuánto tiempo les tomara a esos conocer al gran y único Uzumaki Naruto y su súper derechazo – decía divertido.
- Pues no lo sé ttebayo, de hecho me hubieran conocido hoy si no fuera por Sakura-chan ttebayo
- Bueno en parte deberías agradecerle un poco no es así…
- Creo – suspira – lo mejor será ponernos a trabajar antes de que la dueña salga y nos vea sin hacer nada ttebayo.
Ambos terminan de limpiar y comienzan a atender a los clientes que van llegando…
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En la noche…
- Mamá, estoy en casa ttebayo…
- Bienvenido Naru-chan
Naruto sintió el olor que más le gusta, su desayuno, comida y cena favorita su preciado ramen…
- RAMENNNNN – grita feliz
- No es genial hermanito – Kyo venia saliendo de su cuarto con una brillante sonrisa – vamos a celebrar tu primer día en el colegio Konoha.
- Creo que eso es un poco exagerado ttebayo– sonreía con un poco de nerviosismo.
- Para nada – reía su papa acababa de entrar al comedor – además nos has hecho muy populares sin que te dieras cuenta.
- ¿Eh? – Naru estaba confundido por la palabra que empleo su padre.
- Veras – se acercó su mamá con los tazones ayudada por su hermanito – los de la colonia te vieron salir con el uniforme de la escuela y me preguntaron sobre el asunto y en cuanto les confirme me convertí en la envidia del edificio.
- Si y en mi trabajo soy el fabuloso padre del chico maravilla que salvo a un niño rico – sonreía de felicidad y dejando ver el orgullo que sentía.
- De por si hermanito, no me dejan de molestar preguntándome si ya tienes novio, sabes entre mis amigos eres muy popular – sonreía pero de manera un tanto perversa de recordar cómo les dejaba en claro a sus amigos que no podían acercarse a su querido hermano.
- Basta ya, me avergüenzan, mejor sentémonos y disfrutemos de esta delicia de dioses ttebayo – se sentó en la mesa.
Naruto estaba feliz, su familia era lo más importante en su vida, se sentía cálido y protegido, nada podría perturbar esa felicidad.
***
Al día siguiente, en la escuela, la hora del almuerzo comenzaba cuando escuchó las voces de unos bravucones.
- Hola lindura, ¿Por qué no te sientas con nosotros? – decía un chico acorralando a una pelirosa.
- Si por qué no vienes con nosotros – decía otro
que se había acercado a ella
- Porque ella viene conmigo, por eso ttebayo – Naruto vio a su amiga en problemas cuando venia entrando al comedor y se acerco para rescatarla.
La tomó de la mano y la llevó a la mesa vacía más próxima que encontró.
- Gracias – le sonrió la chica.
- No hay porque darlas, además tu eres mi amiga, recuérdalo ttebayo– le sonrió con verdadero cariño, acto que provoco un sonrojo en la chica.
- Puedo preguntarte algo – parecía apenada.
- Claro, sin pena ttebayo…
- ¿Qué es eso? – señalo la caja que Naruto llevaba envuelta en un pañuelo con un zorrito.
- A es mi bento, jaja, es que yo no puedo pagar algo como eso ttebayo – señala a la mesa más próxima – así que mi mama me cocina y yo lo traigo en esto ttebayo – señala su bento – quieres probar ttebayo…
- Si, gracias – le sonrió – pero espérame ya que tú me invitaras de tu almuerzo yo te invitare la bebida que prefieres – levantándose de manera rápida
- Un zumo por favor ttebayo…
- Si espera
Después de unos minutos regresó a la mesa con las bebidas y compartieron el almuerzo, platicando de muchas cosas, ambos tenían curiosidad del otro ya que venían de estatus sociales muy diferentes.
- Bueno creo que ya es hora de regresar, no crees Sakura-chan ttebayo.
- Si, iré a dejar la bandeja – se levantó de nuevo, pero en cuanto giró chocó con la persona que era mejor evitar.
Sasuke se quedo quieto, su camisa favorita había sido mojada, por culpa de la torpeza de la chica y ésta al darse cuenta de con quien había chocado agachó rápidamente la mirada.
- Lo siento – se apresuró a decir Sakura, se podía ver que estaba temblando
- Esta ha sido una extraña forma de presentarse – decía el chico con una mirada fría al igual que su voz, pero en su rostro no se notaba ningún tipo de expresión.
Detrás de él venía el resto de los F4, al parecer bajaban de su comedor personal.
- yo pagare la factura de la tintorería.
- ¿la factura de la tintorería?, debes estar bromeando – lo decía mientras se quitaba la camisa y le pegaba en la charola con la misma haciendo que Sakura la tirara.
- Vamos, vamos, Sasuke, no molestes a las chicas bonitas – intentó calmarlo Shino, mientras se sentaba en la mesa y tocaba el pelo de extraño color de la chica.
Ella se sentía amenazada por la presencia de los chicos.
- Mmm, como me gustaría verte un poco más grande, de casualidad no tendrás un hermana mayor – decía Neji acercándose también a la chica.
El único de los cuatro que parecía ajeno a la situación era Gaara que estaba recargado en el barandal de las escaleras como simple espectador.
- Mmm… - de repente pareció que Sasuke temblaba – es mi imaginación o hace frio, ¿Qué pasa si pesco una neumonía y me muero? - se acercaba poco a poco a la chica que con cada paso que el daba ella retrocedía asustada – yo soy Uchiha Sasuke, el que heredará el imperio que sostiene la economía de Japón, ¿te has puesto a pensar en eso…?- su voz era cada vez más amenazante.
En el comedor nadie hablaba, ni siquiera se podía escuchar las respiraciones de los demás, sin embargo había alguien que tenia los puños cerrados y con una cara en la que se podía notar claramente el enojo contenido, el que pronto explotaría…
- ¡¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA TRATARLA ASI?! ttebayo – grito con rabia – FUE UN ACCIDENTE NO HAGAS TANTO DRAMA POR UN PEQUE—EZ DE ESE TIPO ttebayo…
Sasuke giro un poco su cara para ver al tipo que tenía el atrevimiento de gritarle, pero no solo él estaba mirando fijamente al chico sino los de todo el comedor. Sasuke no dijo nada solo se le quedo viendo a los ojos y comenzó a caminar hacia él dándole la vuelta, pero sólo pasó de largo para después salir acompañado de sus amigos.
- Naruto-kun – fue lo único que alcanzo a decir Sakura antes de caer sentada en el suelo.
- No te preocupes Sakura-chan ttebayo, siendo mi amiga no permitiré que te pase nada ttebayo.
***
Al otro día se ve como Naruto está parado enfrente de su casillero suspirando, porque estaba completamente seguro de lo que se encontraría al abrirlo, pero de una cosa estaba seguro, el no se rendiría; aguantaría en esa escuela por los dos chicos a los que conoció y que habían pasado por lo mismo, por Sakura y para demostrarles que él no era fácil de doblar.
Suspiro nuevamente para después tomar con decisión la puerta de su casillero y encontrarse con la tarjeta roja, una que tenía una calavera color negra y debajo de ella, escrita con elegantes y tétricas letras, F4.
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