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Muchachos antes que las flores... por paolaneko

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Notas del capitulo: Hola, bueno este capitulo ya lo tenia desde hace dos dias, ayer queria subirlo pero jamas pude accesar a la pagina, pero hoy por fin pude.

Se que esto no es normal, pero me siento furiosa, por que en una pagina parecida a esta plagiaron un fic, este fic es de una gran amiga, me enoja tambien por que yo soy su beta en esa hirtoria y no es justo. Gracias por leer esta pequeña queja. Ahora si a lo que venimos...
Naruto corrió después de decir algo tan vergonzoso para él, estaba tan furioso en ese momento que no se dio cuenta de que le dijo que él es virgen, alguien sin ningún tipo de experiencia en el ámbito sexual.
Se encontraba tan molesto aun, que entró a la ya muy conocida salida de emergencia, no sabía porque pero se sentía relajado en ese lugar, sentía que ahí podía sacar toda su frustración, sentía deseos de gritar en ese momento y eso haría…

- ¡MALDITO, TE ODIO Y QUE SI SOY VIRGEN! – tomó aire para volver a gritar…

- Mmm… ¿De verdad lo eres? – se escuchó detrás de él.

Al escuchar esa inconfundible voz casi hace que se atragante con su saliva, lentamente giró para encontrarse con un rostro relajado y sonriente, un rostro que jamás había visto en Sabaku no Gaara.

- Yo… – se moría de la vergüenza, sentía deseos de salir corriendo, pero algo se lo impedía; su cuerpo al parecer no quería reaccionar.

- Está bien – bajó las escaleras para acercarse a él – si no me quieres contestar, la verdad es que no me interesa…-

- Lamento estar aquí – lo interrumpió, no sabía porque pero sintió que tenía que decirlo.

- Está bien, creo que poco a poco me estoy a acostumbrando a que mi lugar tranquilo y pacífico se vea alterado por tus gritos…

Naruto sólo agacho la cabeza, se sentía mal porque al parecer su presencia molestaba al pelirrojo y eso le ocasionaba un dolor en el pecho. Notó que traía consigo el violín y esperaba al menos poder tener el honor de escucharlo de nuevo.

Gaara notó como agachaba la mirada, la verdad es que con todo su pesar tenía que admitir que el chico era bastante interesante, vio que se le quedaba viendo a su violín y eso le llamo la atención, tal vez no sería mala idea intentar hablar más con él.

- Bueno me voy al salón…

- ¿Por qué no te quedas?, pensé que querrías escuchar…

- ¡De verdad puedo! – Naruto estaba que no se lo creía, la verdad es que como Gaara se había quedado unos minutos en silencio pensó que lo mejor sería irse y eso lo había entristecido, pero ahora había en su rostro una brillante sonrisa.

- Si no pudieras no te estaría pidiendo que te quedaras, por cierto, ¿sabes tocar algún instrumento? – pensó que lo mejor sería hacer algo de platica.

- Si, toco el piano, mamá daba clases y cuando salían sus alumnos pedía permiso y nos quedábamos tiempo extra así que ahí fue donde aprendí, pero cuando dejó la escuela dejé de practicar. Lo que mas deseo es poder tener la oportunidad de volver a tocar.-

- Mmm… sabes aquí hay un piano en el auditorio, nadie lo usa y de echo ese lugar siempre está tranquilo, si quieres tocar sin que te molesten ese lugar está bien, de hecho ¿por qué no buscas una partitura que te guste y me dices? De ese modo podemos tocar los dos juntos.

Eso fue la gloria para Naruto, ese día no importaba nada ni nadie; ese día era dicha y felicidad, después de asentir entusiasmado, Gaara sacó su violín del estuche y tocó esa música que había compuesto para esa persona tan especial para él.

****

No tenía que ir a la escuela ya que era domingo, así que se levantó temprano para presentarse a trabajar, se despidió de su oka-san como de costumbre y salió de su edificio, pero en esta ocasión sus enormes ojos zafiros se abrieron de la sorpresa ya que en la entrada habían unos sujetos con trajes negros y lentes oscuros.

- Disculpe, ¿es usted Uzumaki Naruto?– preguntó uno de ellos de manera seria.

Naruto no podía saber las intenciones de ese tipo, además recordaba a ver visto a esos sujetos al lado del idiota del Uchiha, por eso no le dio buena espina que esos tipos preguntaran por él, así que lo que pensó era que por el momento el factor retirada era una buena opción.

- Sí, soy yo… - quiso darse en la pared en ese momento.

- Bueno, quiero pedirle que tenga la amabilidad de acompañarnos – dijo el hombre de forma seria.
Naruto se quedo pensativo ante la palabra “acompañarnos”, eso le hizo pensar que tal vez el Uchiha había decidido mandarlo a matar, sin pensarlo dos veces sus piernas obedecieron a la orden de Corre por tu vida que le mandó su cerebro.

Naruto corrió derecho logrando esquivar a un tipo de rostro serio y algo pálido, en ningún momento pensó en el lugar al que llegaría para poder refugiarse, solo corrió derecho.

Al momento en que los hombres vieron que corrió todos se fueron detrás de él, la persecución fue bastante larga y se sorprendieron de la velocidad que tenía el rubio, uno lo alcanzo antes de que intentara llegar a pasar la calle donde más adelante se encontraba un pequeño establecimiento, pero ni siquiera había logrado tocarlo cuando sintió como un puño golpeaba su rostro con bastante fuerza.

…ste al caer al suelo se estiro logrando sujetarlo del pie y tirarlo, a lo que Naruto reacciono dándole una patada en la cara, pero a un así el sujeto no lo soltaba por lo que lograron llegar los tres que restaban y le pusieron un trapo en la nariz para desmayarlo, por que comprendieron que de otro modo jamás lograrían llevárselo.

Una vez que ya no se movía lo cargaron y lo metieron al auto color negro, detrás de este estaba otro auto, el cual tenía la ventanilla abajo, el ocupante había observado todo con una sonrisa de lado. Ya que había estado siguiendo la persecución y se le hacía de lo más divertido.

***

Naruto comenzaba a despertar algo desorientado, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí y mucho menos sabia donde estaba.

Abrió los ojos lentamente y se topó con un espejo devolviéndole su reflejo, lucía diferente, se levantó de la silla donde estaba sorprendentemente cómodo y se fijó en su cabello, el cual lucia mucho más suave, una gargantilla que estaba en su cuello y en sus oídos habían unos aretes, cosa que le extraño porque él no tenía perforaciones, en su mano derecha había una esclava que le hacía juego a la gargantilla y el reloj de su mano izquierda se sorprendió ya que ese lo había visto en una revista y sabia que costaba demasiado dinero ya que era de una edición exclusiva.

- ¿Qué significa esto? – fue lo único que dijo antes de seguir observándose.

La ropa también lo desconcertaba, estaba vestido totalmente de blanco; una camisa, saco y pantalón de vestir, además de los zapatos. Después de que termino de ver con sorpresa lo que el espejo le reflejaba de su persona, se dio cuenta de que había otra persona detrás de él, una a la cual no quería ver ni en pintura y la que estaba sentada en otra silla más atrás pero acomodada para que pudiera ver la reacción del rubio a través del espejo.

- ¿Qué es lo que pretendes? – le preguntó con enojo al reflejo del azabache - ¿Por qué estoy vestido así?

- Olvídalo – fue lo único que salió de la boca del azabache.

- ¿Qué? –Naruto no comprendía nada.

- Lo de luchar contra mi…

- Estás loco… - estaba tratando de controlarse.

- 100 millones – le dijo como si nada.

- ¿Qué? – eso le desconcertó.

- 100 millones es lo que llevas puesto – al escuchar eso los hermosos ojos zafiro se abrieron como platos.

- ¿Qué pretendes? – volvió a preguntar una vez que salió de su sorpresa.

- Quiero que detengas tu estúpida pelea contra mí, si lo dejas podrías obtener mucho más que eso.

- ¿Y quién te dijo que me puedes comprar con tu dinero? – cada segundo se enojaba mas.

- No hay nadie que no tenga un precio – Aseguró firmemente.

- Pues yo no soy nadie, soy Uzumaki Naruto y yo no tengo precio – avanzó hacia él – que clase de aprovechado te crees que soy, yo no necesito de tu dinero…

- La verdad es que no te entiendo – decía algo irritado – cualquiera que estuviera en tu lugar saltaría de felicidad –tomó el rostro tostado y atractivo de quien tan obstinadamente se resistía – sonríe para mí – Ordenó.

- La gente sonríe cuando está feliz, cuando le suceda algo bueno – en sus ojos no había otra cosa que no fuera enojo – yo no puedo estar feliz con todo esto, a mi el dinero no me da la felicidad.

- ¿Estás seguro que el dinero no te da felicidad? – preguntó sonriendo con prepotencia.

- Da comodidad y beneficios, pero no da felicidad – expresó sin un atisbo de duda.

Ambos estaban uno delante del otro, ojos fijos en los del contrario y en ambos se podía leer el enfado; en el rubio el enfado por las libertades que se tomaba el otro con su persona, además de que aun no se le olvidaba el secuestro que había sufrido y el susto de muerte por pensar que lo matarían. En el azabache el enfado era principalmente porque no podía comprender al rubio, todo le resultaba tan difícil comprender de ese escandaloso rubio. Pero algo le decía que tenía que preguntar si era verdad lo que había descubierto…

- Mira – trató de respirar y calmarse un poco – plebeyo, si te gusto debes decirlo…

- ¿Qué? – Naruto creía haber escuchado mal.

- Claro – como si comprendiera algo – tú eres de los que dicen las cosas de manera inversa – parecía que se lo decía mas para sí mismo que para el otro.

- Uchiha Sasuke, sabes que hay un límite para tus estúpidas bromas, ¡me secuestraste!, eso es un crimen grave…

- No hay nadie aquí – le dijo con seriedad, ignorando el comentario del otro – así que puedes dejar de fingir y decir que te gusto. Desde ahora estaré dispuesto a levantarte la tarjeta roja, además de que fuera de la escuela serás mi novio…- Naruto ante eso lo único que su cuerpo atino a hacer fue a abrir la boca de la sorpresa, esto no podía estar pasándole a él, ¿acaso dios lo odiaba?

- Sorprendido, ¿verdad? – sonrió de medio lado – si te portas bien serás el novio del todo poderoso Uchiha Sasuke y podrás gozar de varios beneficios…

- ¡Tú estás loco! – ya no quería escuchar mas estupideces – tu cerebro se fundió cuando intentaste usarlo, ¿verdad?, me largo – al decir eso dio media vuelta…

Sasuke al ver que se iba se movió rápido y se puso delante de él para taparle el paso; no quería que se fuera.

- Yo más bien creo que es el tuyo el que no funciona dobe…

- ¡¿Dobe?! Mira Teme, muévete mientras te lo pido de forma amable – quería golpearlo, pero tenía que lograr contenerse.

- Gaste mucho en ti…

- Nadie te lo pidió – su rostro comenzaba a ponerse rojo del coraje.

- Puedes obtener esa misma cantidad todos los días si permaneces a mi lado – se sentía patético humillándose de ese modo, su orgullo estaba siendo apaleado, pero él lo quería y ese dobe seria pare él.

- ¡Tú estás loco! – le gritó mientras intentaba caminar pero Sasuke seguía tapándole el paso.

- ¡El único loco aquí eres tú! – no permitiría que él se fuera.

- Al ser secuestrado por un psicópata como tú… ¿crees que aun puedo mantenerme cuerdo?, en el momento que vi tu cara, sentí como mi cuerpo vibraba de odio, sentí ganas de romperte la cara…

Sasuke estaba que no se creía lo que escuchaba, no era verdad, ese dobe mentía, pensaba mientras veía como Naruto dirigía su mano hacia su oído derecho, sus ojos se abrieron ante la sorpresa de ver caer el arete que antes traía puesto, después de ese le siguió el otro…

- ¿Qué diablos haces?...

Naruto no contestó, se estaba quitando todo lo que traía puesto, dejándolo ahí tirado, estaba a punto de quedarse en bóxer cuando notó una mirada, alzó la vista para darse cuenta que Sasuke tenía sus ojos puestos en él, su mirada reflejaba sorpresa y lujuria…

- ¡Maldito pervertido, dame mi ropa!-demandó furioso.

Sasuke a pesar de que no quería que se fuera, sabía que si lo retenía más tiempo terminarían golpeándose y era lo que menos deseaba en ese momento, así que mando a llamar a una de las mucamas para que le trajeran su ropa, Naruto al tener su ropa se cambio lo mas de prisa que pudo de echo le importo muy poco que Sasuke lo viera en boxer, después de cambiarse sin siquiera esperar a ser guiado salió del lugar.

Después de que Naruto se fue, Sasuke estaba furioso, no podía creerlo, la servidumbre entró llevándole un té, mas todos eran dirigidos por Iruka que es el mayordomo encargado de servir a Sasuke además de la casa, él era el único que veía y cumplía todos los caprichos de su joven amo e incluso era su cómplice en algunos casos.

Sasuke sin importarle que la gente lo viera pateaba y golpeaba al aire, sentía coraje, una de las mucamas llevó ante Sasuke los zapatos que había olvidado Naruto en su prisa por salir de ahí pero este simplemente se los tiro y los pateó con fuerza, después de que volteó vio como otra de las mucamas recogía la ropa que se encontraba en el suelo y se lo quitó de las manos para volver a tirarlo y pisarlo con odio…

- ¡Tíralo! – selo dijo a la mucama - ¿no escuchaste que te pedí que lo tiraras? – se lo repitió con enojo.

La chica sólo se quedo quieta con el miedo reflejado en sus ojos por lo que Iruka intervino rápido.

- Si, amo – haciendo una leve inclinación.

- Y despídelos a todos…

- ¿Qué? – se sorprendió de que le diera esa orden.

- ¡Despide a todos los que estuvieron con él!, no puedo creer que solo lograran ese cambio tan anticuado, despídelos y contrata a los mejores…

- Joven amo, ellos son los mejores…

- ¡Pues entonces trae a los más caros! – con enojo.

- Entendido – contestó con una ligera sonrisa, esta era la primera vez que su joven amo se comportaba de esa forma.

La única mucama que no había quedado estática por el enojo de Sasuke se dedico a servir el té que habían llevado en bandeja con unas flores, pero de esas flores salió una abeja, Sasuke escucho el zumbido y el enojo fue sustituido rápidamente por pánico.

- ¡Hey!, ¡¿Qué es eso?! – dijo mientras corría por la sala alejándose de la abeja - ¡Atrápala! – se lo ordenó a Iruka mientras se escondía detrás de él.

Inmediatamente los cuatro sirvientes se apresuraron a espantar a la abeja, mientras que Sasuke corría por toda la sala gritando desesperadamente, cuando la lograron sacar, Sasuke se dio cuenta del ridículo que había hecho y regreso a su postura de “Yo soy mejor que todos ustedes” y con su rostro inmutable y frio les dirigió una mirada a todos.

- ¿Quién preparo ese té? – fue lo único que dijo.

- Yo fui joven amo – dijo una mujer que tenía sus ojos pegados al suelo, tenía miedo.

- Despídela – fue todo lo que dijo antes de salir de esa sala.

La chica sólo se tiro en el suelo, no podía creer que se encontrara despedida simplemente por una abeja, pero no reclamó nada, sabía que una vez que uno de los amos decía eso, no había más que largarse.

Notas finales: bueno espero que les guste, pronto tendre el otro solo les pido pasiencia...

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