El rubio se enfureció, le dirigió al pelirrojo una de sus miradas frías, Matt se exaltó y le dijo a Mello:
– ¿sabes?, no tengo mucho tiempo, debo irme.
Súbitamente Matt se fue como pudo del comedor, corrió con un poco de turbación a que él ojiazul le reclamara algo, levantó la cara y alcanzó a ver en la ventana algo que parecía una silueta humana tirada en el suelo, se espantó un poco, ya que creyó que un alumno había desmayado en el suelo, pero Mello le alcanzó a decir:
–¿a dónde vas?
– ¡NO¡– Matt sabía que no sería buena idea justificar, si Mello se enteraba… le iría muy mal, pero no había de otra.
– tengo… tarea, ¡sí! mucha tarea–se justificó Matt
–¡vamos Matt! Ni tú mismo te lo creíste, dime la verdad.
– bueno… es que…
– ¡va! Ya no me importa, lárgate.
Matt dio un fuerte suspiro y caminando salió del comedor. Observó el cielo y sintió como una pequeña brisa refrescaba su cara, se sentía bien, aunque Mello se enojara con Matt, y el pelirrojo se sintiera mal al otro día lo olvidaba, caminó hasta encontrarse con la jardinera y se sentó en una banca. Pero vio a aquel que parecía que había desfallecido…Corrió apresuradamente hacia aquella silueta, se hincó en el suelo y vio a Near con heridas, golpes y moretones.
– ¡Pero que te pasó Near¡– decía exaltado Matt al ver al chico malherido.
– yo…–no pudo terminar de hablar ya que se acordó de:
“–si le dices a alguien te ira peor, oíste”
Para ser un chico con pinta de tímido e inocente, no lo era, aparte sabía manipular a los demás sabía mentir muy bien el era un chico astuto, frío, calculador y perspicaz. A parte de ser el chico más inteligente de la escuela y ser el primero en la línea de sucesión para ser ‘L’.
–Y… ¿bien?– le preguntó Matt
Pero… ¡no era posible!, Near vio a aquel muchacho pelirrojo con apreció y confianza, a nadie le dedicaba una mirada de esas. Entonces será que el blanquecino ¿se había enamorado de aquel chico?
¡No!, no era posible, ¿amor a primera vista?, puf pero que estupidez, no puedes enamorarte de alguien así como así. Near sintió calos fríos y tembló un poco abrió los ojos y alcanzó a distinguir Más claro a aquel joven de cabellos rojos.
– ¿Si? ¿Te encuentras bien?–dijo el chico de pelo rojizo
–¿quieres que te lleve a la enfermería?
–No gracias
El peliblanco se esforzaba por admirar la belleza del pelirrojo, recordando cada parte de su hermosa cara, sus bellos ojos esmeraldas, sus labios rozados, su cabello rojo escarlata como el bello amanecer de la playa, sus lindas mejillas lisas y suaves, sus fuertes brazos con los que pudo cargarlo.
¡Palabras sobraban! Aquel chico fuerte, guapo ,inteligente y amable era tan… especial
–Esta bien, te llevare a mi habitación…
–Bien pero… ¿Cómo te llamas?
–Mail Jeevas, Alias Matt–le dijo a Near viéndolo con ternura y apreció
Matt tomó a Near, y lo cargo en su espalda, el pelirrojo vio que el chico se estaba durmiendo arriba de él. Se preocupo ya que pensó que sería malo que Near durmiera después de recibir esos golpes tan fuertes
–Este chico es muy ligero- se dijo así mismo Matt
Matt llevo a Near a su cuarto, y cuando llegaron Matt lo recostó en su cama, también había otra cama pero esa era de Mello. Eso quiere decir que ellos dos eran compañeros de cuarto, cuando Matt recordó eso se espantó, que tal si Mello aparece, si eso pasara le iria mal al pelirrojo.
Matt vio a Near con ternura y dio un suspiro, después de todo el era bastante lindo y adorable.
– Near
– ¿si?
– creo que ya a terminar el receso, deberíamos irnos pero… ¿te sientes bien?
–no, me duele mi cara y mi abdomen–sollozaba el albino
–Si quieres, te puedes saltar la primera hora, yo le diré a tu profesor ¿Quién te toca esta hora?
–el profesor de matemáticas
–bien… yo lo tengo pendiente ¿vale?
–gracias Matt
Matt y Near no eran de la misma clase, Near iba en el grupo ‘E’ y Matt en el grupo ‘F’.
–disculpa Matt, ¿en que salón vas?
–Soy del grupo F y…
No terminó de hablar ya que el timbre que anunciaba que la hora del receso había tocado y los alumnos regresaron a sus despectivos salones.
–tengo que irme Near
–¿le dirás a mi maestro?
–si te lo prometo
Matt fue a su salón y pidió permiso para entrar al maestro.
–Pasé por favor señor … pero más vale que tenga una buena justificación para haber llegado tarde–decía aquel señor con un libro entre sus brazos.
–es que… fui al baño–decía Matt con una sonrisa fingida
El maestro lo miró desconcertado y con desconfianza era la primera vez que un profesor lo miraba de esa forma, ya que él estaba acostumbrado a que los maestros lo trataran bien, después de todo Matt era un buen chico y no se metía en problemas como lo hacía Mello.
–Bien sabe que no puede ir al baño después del toque señor.
–Que no se vuelva a repetir, valla a sentarse.
–si.
Matt se sentó al lado de Mello, y este lo volteo a mirar y le dijo en un susurro:
–ahora porque llegaste tarde.
–Porque fui al baño, no oíste.
Mello miró a Matt con desconfianza.
–Di la verdad
Mientras el maestro daba su clase.
–Se refugió en la corte del rey de Tirinto, Preto, quien lo acogió en su casa después de discurparle su crimen a Belerofonte…
Y Matt y Mello discutían.
–Mentiroso…
–¡Es verdad¡
–…La reina Estenebea se enamoró de él, pero élla rechazo, y ella despechada lo acusó de haber intentado seducirla…
–Si no me dices la verdad, es porque no me tienes confianza–decía Mello mirándolo y chantajeandolo.
–¿pero para que quieres saber?–decía Matt un poco nervioso y alterado
–¿Me vas a decir o no...?
–…Yobates lo recibió amistosamente, leyó la carta hasta el noveno día de la llegada de Belerofontes. Como las leyes de la hospitalidad le impedían a su vez ejecutar por sí mismo lo que la misiva pedía…
–¡QUE NO TE ESTOY DICIERNDO MENTIRAS!–gritó el pelirrojo
–Señor ¿Está poniendo atención?
–…–
–Bien… ¿En qué acciones se involucra Belerofonte que lo representan como un peligro para la comunidad?
–…–
–Lo estoy esperando señor…–
–no…–
Mello estaba a punto de decirle la respuesta correcta…
–Era cuando…
–Usted cállese señor…
Lo que causo varias rizas por el salón de clases, Pero Mello que era listo se le ocurrió escribir la respuesta en una hoja de papel.
–mmm… Era cuando ¿podrías quitar tu dedo por favor? Gracias… bien, era cuando Belero…¡Que! Bueno Belero…ro…Belerofontes, había causado involuntariamente la muerte de un hombre y tubo que irse de su tierra, pues la gente lo creía como un peligro para la comunidad.
–mmm…bien
Continuara…
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