Naruto amaba a Sasuke, eso no era ningún secreto para nadie en Konoha.
Toda persona que ama quiere, de cualquier forma, ver al ser querido feliz. Y, como que Naruto amaba a Sasuke, se había propuesto hacerlo feliz.
La razón era que últimamente, luego de que Sasuke aceptara a su mascota Kyubi a regañadientes, luego de un par de peleas y de obligar al azabache a hacer muchas cosas en contra de su voluntad, Naruto había sentido que hacía poco por complacer a Sasuke de igual manera en que él le complacía y, aunando a sus ganas de perder el tiempo en algo interesante, ello había conducido directamente al magnifico plan que tenía el rubio por hacer feliz a Sasuke…
Paso Nº 1 Invita a Itachi a su cumpleaños.
Naruto estaba muy sospechoso últimamente… y aunque Sasuke no sabía por qué, tenía un mal presentimiento. Había intentado al rubio preguntarle que era lo que ocurría y por que razón se le veía tan pensativo últimamente, pero Naruto se negó rotundamente, haciendo gala de su terquedad, a responderle algo.
Sasuke decidió ignorar aquél hecho y esa voz interior que le decía que probablemente algo muy malo estaba por ocurrir.
Finalmente, el día de su cumpleaños, por la tarde, volvió de una importante misión a Konoha, de muy buen humor y con todas las ganas de pasar el mejor cumpleaños de su vida con Naruto. Primero una romantica velada a la luz de la luna que terminaría en una noche de pasión en su cama sin las interrupciones de su estúpido y roñoso zorro mascota.
Si, sería el mejor cumpleaños de su vida…
Sin embargo, fue traumatizante su sorpresa cuando llegó a casa y lo que menos esperaba encontrar en ella apareció frente a sus ojos: Itachi.
—Hola estúpido hermano menor—dijo Uchiha Itachi soberbiamente, abrazando por los hombros a Naruto y sonriendo burlonamente.
A Sasuke casi le da un infarto. Cuando el peligro del infarto paso, casi le da un ataque de histeria, luego uno de esquizofrenia y, si no era por que Sasuke sabía controlarse realmente bien en las situaciones más apocalípticas, siempre haciendo honor a su título de gran ninja de Konoha, habría muerto ahí mismo de la impresión de ver a su hermano mayor, ¡a su asesino hermano mayor!, poniéndole una mano encima a SU Naruto.
— ¡sorpresa Sasuke! —Chilló Naruto de emoción— ¡feliz cumpleaños!
Para más perplejidad del azabache, un sin número de voces más también le felicitaron por su cumpleaños, haciéndole ver hasta ese momento que no solo Itachi estaba en casa, si no que ésta estaba atestada hasta de personas que en su vida había visto.
Y como no, si su “querido” hermano mayor había invitado varios amigos, pues aquellas capas negras con nubes rojas jamás pasaban desapercibidas, lo que hacía pensar a todo el mundo que Akatsuki no era más que un grupo de mafiosos y bichos raros que eran emos y no tenían nada mejor que hacer.
Desde Itachi, un emo despechado por que a su hermano menor le iba la homosexualidad pero desafortunadamente no el incesto—razón por la cual Itachi había matado a todo su clan; ellos tenían la culpa de que Sasuke no le amara—, pasando por una chica rubia amante de las explosiones candentes, un sujeto pelirrojo que se creía inmortal y aún jugaba con marionetas, un malnacido tacaño adicto al dinero, un obsesionado religioso igual de emo que todos por que le gustaba lastimarse a si mismo para sentirse bien, una chica que se creía ángel y la cual no podía dejar de juguetear con unas figuras de origami, un atún azul bastante feo, un sujeto a blanco y negro que parecía una planta de marihuana andante, un tipo que se creía buen chico y el cual traía una mascara naranja en el rostro seguramente para que nadie viera lo feo que era y un hombre amante declarado de los piercings.
Si, definitivamente los amigos de su hermano mayor eran toda una caja de monerías.
Aún así, también se fastidio de ver a todos esos sujetos a quienes llamaba por costumbre sus “amigos”. Esa fea y plana mujer de nombre Sakura, la otra mujer de nombre Ino que trabajaba en una florería, aquél sujeto que siempre estaba comiendo algo, el siempre animado y entusiasta de Shikamaru, el pulgoso de Kiba y su perro, Shino y sus siempre alegres comentarios y su abierta personalidad, la heredera del clan Hyuuga que aún amaba a Naruto, el primo de ésta, su copia barata de nombre Sai, Lee y sus rarezas y Tenten.
No podía haber nada mucho mejor que ver a todos esos individuos los cuales despertaban sus más feroces instintos asesinos dentro de su casa, en su cumpleaños, cuando tan solo deseaba pasar una romantica noche en cama con Naruto.
Sus instintos asesinos se acrecentaron al ver al chico raro con sombrero de gato que también jugaba con marionetas, a la rubia que coqueteaba con Shikamaru sin ningún resultado y finalmente a la persona a quién más odiaba en el mundo además de Itachi y Sai: Gaara.
—Naruto-kun se ha esforzado mucho por hacerte esta fiesta sorpresa—dijo Itachi, sacándolo de sus planes de asesinar a todo mundo— ¿Qué esperas para entrar y divertirte como todos?
Sasuke enarcó una ceja. Cuando vio a Gaara acercarse junto a Naruto con una sonrisa burlona decidió que por una noche no iba a reprimir sus instintos asesinos. No le importaba si lo acusaban de asesino, bien valdría la pena ser señalado de por vida.
— ¡Todos ustedes salgan inmediatamente de aquí antes de que me decida asesinarlos! —bramó Sasuke, comenzando a crear un Chidori enorme en su mano izquierda.
—había oído de palabras de Naruto-kun que te cargabas un humor de mala leche—replicó Itachi sonriendo. Todos los presentes miraron con expectación lo que sucedería después. Incluso Kyubi, el zorro de Naruto y Sasuke, y Shukaku, el mapache de Gaara, habían detenido todo intento de asesinar al atún azul para comerlo—pero definitivamente esto supera mis expectativas—Itachi sonrió aún más socarronamente—no esperaba que mi estúpido hermano menor fuera tan irritable.
Claro, como se había vuelto ninja renegado de Konoha al asesinar a todo su clan el no podía haber sabido que tanto había cambiado, pensó Sasuke. El Chidori estaba más que listo para ser lanzado en su mano. Y Sasuke no iba a desaprovechar la oportunidad de matar a todo aquél que odiaba.
Se abalanzó con el Chidori en mano. Miles de gritos histéricos se escucharon en el lugar. Todo de lo que Konoha se pudo enterar fue que una gran explosión tuvo lugar en casa de Naruto…
Paso Nº 2 Cuéntale abierta y despreocupadamente que ese chico que esta enamorado de ti es tu mejor amigo.
Naruto pasaba por las calles de Konoha en la noche cuando vio algo que seguramente a muchos habría dejado estupefactos de la impresión.
Un sujeto vagabundeaba por las calles, preguntando desesperadamente si no habrían visto a “x” animal. Naruto, curioso como siempre, decidió verlo desde lejos.
Gaara estaba en un deplorable estado. Esas idas y venidas de Suna a Konoha constantemente le estaban debilitando más de lo que debería. Su jodido mapache de mierda, esa mal agradecida mascota que huía siempre de casa, le estaba causando muchos dolores de cabeza. Y gracias a eso su estado físico era poco menos que deplorable.
No podía caminar bien debido al cansancio, apestaba a algo rancio y muerto por que no se había bañado en un par de días, su piel estaba más pálida que de costumbre debido al hambre atroz que le carcomía por dentro y su cara se veía terrorífica.
Sin embargo, era Gaara. No comprendía por que, siendo tan apuesto, la gente huía de él cuando intentaba preguntar por su mapache.
A lo lejos, vio a esa fea mujer de cabello rosado amiga de Naruto acercarse. Bien, ella podría ayudarlo. Y si no, pues que se jodiera también ella.
Sakura tarareaba una canción mientras feliz se dirigía a su casa. A lo lejos vio a un vagabundo plantado en medio de la calle, pero como Sakura no estaba para hacer caridad y ayudar a ese pobre hombre que sufría, pues decidió hacer como que no lo veía. Sin embargo, fue inevitable notarlo en exceso cuando el hombre, caminando como borracho por la calle, se acercaba cada vez más a ella.
—Ah… ah… ah… ah… —se quejaba Gaara del dolor que le provocaba caminar para intentar alcanzar a la chica—di-disculpa… ah… ah… ¬ sus brazos se contrajeron a su pecho, moviéndose como si se tratara de un zombi. Gaara comenzó a temblar de frío—espera…
— ¡viejo depravado! —chilló Sakura sin poderlo evitar. Aquél hombre le repugnaba por que de seguro quería hacerle daño— ¡deje de seguirme! ¡Si planea violarme le diré que me resistiré! —la chica comenzó a correr no sin antes plantarle un buen puñetazo en el rostro a ese deplorable hombre de malas intenciones.
Gaara casi vomita del asco. …l jamás tendría intenciones de violar a una mujer ya que se declaraba totalmente gay. Y aunque fuera heterosexual, Gaara jamás habría pensado incluso en la posibilidad de intentar violar a una mujer—si es que era una mujer—así de fea como lo era Sakura.
Naruto decidió que había visto demasiado. Por más que el comportamiento de Sakura le había parecido en exceso estúpido— ¿quién tendría intenciones de violarla? Y sobre todo, ¿Gaara?—sintió pena ajena al ver a su amigo pelirrojo en semejante estado de atrocidad, debatiéndose entre la vida y la casi muerte de un zombi. Se acercó lo suficiente como para que Gaara pudiese notar su presencia.
— ¡Naruto! —Exclamó Gaara de felicidad pura de solo verle— ¡al fin alguien que de verdad puede ayudarme! —se abalanzó contra el rubio, aferrandose a sus hombros para que no le dejase caer—ayúdame por favor, no encuentro a Shukaku y creo que moriré…
¬—no digas esas cosas. Te llevaré a casa y verás como con un buen baño—dijo Naruto alejando su nariz de Gaara—un buen plato de ramen y una buena siesta todo se arreglará.
Gaara se desplomó en sus brazos.
Sasuke llegó a la mansión Uchiha luego de ir a comprar la comida de Kyubi, el estúpido zorro que él y Naruto tenían como mascota.
La razón por la que habían tenido que mudarse a la mansión Uchiha era por que, desde el cumpleaños de Sasuke, él departamento de Naruto había quedado completamente destruido y estaban reparándolo.
Sasuke estaba desesperado por salir de aquella mansión que le traía tan malos recuerdos; además que el departamento de Naruto le parecía más acogedor.
Tras botar las bolsas de los víveres en la cocina, Sasuke, guiado por el ruido que provenía de la ducha—Naruto debía estarse bañando—se dirigió a la habitación que compartía con Naruto, con unas recientes ganas de ducharse junto con él.
Sasuke sonrió deseosamente. Ya en la habitación, se deshizo de su camisa, de sus bermudas y de toda aquella vestimenta que le impidiera disfrutar con ganas de un delicioso baño acompañado de la persona a quién más amaba.
Desnudo, con una erección que empezaba a hacerse presente en su entre pierna, entró en el baño tratando de no hacer ruido para así poder sorprender a Naruto en la ducha.
Sasuke entró en la ducha y el sorprendido terminó siendo él, encontrándose a quién menos esperaba ahí.
—Sasuke, ¿Qué haces? —le preguntó Naruto cuando, llevando consigo un par de toallas, encontró al azabache pálido y estupefacto de la fuerte impresión.
Gaara, quién había detenido todo movimiento mientras se duchaba, se volteó a ver a Naruto, sin evitar mirar descaradamente la entrepierna de Sasuke.
— ¿Qué… que… que hace él aquí? —preguntó Sasuke estupefacto.
—lo encontré por la calle en un estado deplorable, debiste haberlo visto Sasuke, hasta daba lastima. Como no se había bañado en quién sabe cuantos días y apestaba a perro muerto, le dejé usar la ducha.
Una de las cejas de Sasuke tembló de rabia.
— ¿Por qué mierda está él aquí? ¡¿Por qué lo dejaste entrar, Naruto?!
—Pues por que Gaara es mi mejor amigo—respondió Naruto como si eso fuera bastante obvio—y por que los amigos se ayudan, ¿no?
Sasuke miró con rabia a Gaara, cuyo miembro comenzaba a despertar seguro al imaginarse el montón de guarradas que le haría a SU Naruto en la ducha.
—Bonito cuerpo, Uchiha—se mofó Gaara.
Sasuke arrebató sin miramientos una de las toallas que sostenía Naruto y cubrió su desnudez, lanzando una mirada de odio puro a Gaara.
—a todo esto, Sasuke… ¿Por qué estás desnudo?
— ¡cierra el pico usuratonkachi! —bramó Sasuke, mientras Gaara sonreía socarronamente.
Paso Nº 3 Dale todo el amor que él también te ha dado a ti.
Sasuke besó a Naruto desesperadamente, deseoso de tenerlo entre sus brazos como hacía mucho no lo tenía; joder, que no estaba en abstinencia o algo por el estilo y Sasuke no era de piedra.
Naruto se dejó hacer en las caricias de Sasuke feliz por que tenía el plan perfecto para hacer gozar a Sasuke en la cama como el azabache le hacía gozar a él.
Poco a poco, la ropa fue esparciéndose despreocupadamente por toda la oscura habitación, volando por los aires hasta caer en el suelo.
—Ah… Sasuke…—gimió Naruto cuando el azabache comenzó a lamer lenta y tortuosamente su cuello.
Sasuke sonrió de medio lado, regocijándose de ser él único en todo el mundo que supiera exactamente cuales eran los puntos más sensibles del cuerpo de Naruto.
Naruto volvió a gemir complacido, abrasándose al Uchiha fuertemente. Sasuke le besó los labios tan tierna y cariñosamente como lo había sido el primer beso que se habían dado al convertirse formalmente en una pareja.
El rostro de Naruto se sonrojó completamente cuando su miembro y el de Sasuke se rozaron tentadoramente y, cuando al mismo tiempo, Sasuke comenzaba a lamer uno de sus pezones.
— ¡ah… Sasuke! —volvió a gemir Naruto.
Sasuke volvió a besar a Naruto. Esa era, quizá, una de las cosas de las que nunca se cansaría; besar a Naruto era simple y sencillamente placentero, gratificante, pacifico y al mismo tiempo consolador. Cuando Sasuke besaba a Naruto sentía que, aunque en ese simple y pequeño contacto que sus labios tenían, el rubio le trasmitía infinidad de sentimientos llenos de amor y la promesa de no abandonarle jamás cosa que Sasuke hacía que le valorara más que nada en el mundo.
El azabache se dirigió lentamente al miembro erecto de Naruto, que se alzaba con impaciencia y los deseos de ser atendido de inmediato.
Sasuke comenzó a depositar en aquél lugar cariñosos y cortos besos que sabía enloquecían a Naruto. El rubio, por su parte, se aferró fuertemente a las sábanas, sintiendo unos constantes espasmos de placer que le hacían retorcerse deliciosamente en el lecho.
Cuando finalmente Sasuke tomó entre sus blancas manos su miembro erecto, Naruto no fue capaz de ahogar un estridente gemido lleno de placer que salió por sus labios entreabiertos. Las manos de Sasuke eran como una bendición, aquél vaivén con que lo acariciaba su miembro era una de las mejores cosas que, además del ramen, Naruto había conocido.
Volvió a gemir más fuerte, siendo torturado placenteramente por las manos del Uchiha que, sin parar, aumentaban cada vez más el ritmo de las caricias. Naruto sentía que iba a explotar por dentro. Debía ser pecado recibir tanto placer de aquella manera. Se mordió los labios intentando no volver a gemir estridentemente, tampoco era como si quisiera que los vecinos se enteraran de las intimidades que ocurrían en casa.
Finalmente, en una explosión de éxtasis que lo dejó cegado de placer, Naruto llegó al orgasmo derramando su semen en las manos de Sasuke, siendo su abdomen también manchado por el blanquecino líquido.
Cuando Sasuke se sintió desesperadamente listo por penetrar a Naruto, el rubio le rogó por que también le dejara mimarlo un poco, cosa a la que, aunque descolocado por aquella extraña petición, Sasuke accedió con ganas.
Naruto se colocó arriba de Sasuke, intercambiando posiciones en la cama. Sasuke le miró con una sonrisa prepotente, urgido por que su miembro fuera atendido urgentemente.
Naruto no se hizo del rogar, comenzando a masajear el miembro de Sasuke. El azabache, por su parte, comenzó a jadear de placer mientras rogaba internamente por que el rubio se metiera ese pedazo de carne en su boca.
Naruto no tardó en cumplir los deseos internos del Uchiha, por lo que Sasuke rápidamente hundió sus blanquecinas manos en la cabellera rubia para marcar un acelerado vaivén a Naruto.
Sasuke terminó por alcanzar el orgasmo en una oleada de placer que lo dejó más excitado de lo que había estado momentos antes. Miró a Naruto y se dio cuenta que el rubio estaba, de nueva cuenta, excitado. Aquella notable erección era la prueba.
Sin embargo, la sonrisa maliciosa que Naruto tenía en su rostro no auguraba, en absoluto, cosas buenas. Cuando Sasuke intentó cambiar posiciones, para mantenerse sobre Naruto, el rubio se lo impidió, comenzando a lamer uno de los pezones del azabache.
A Sasuke aquello no le inmutó, sin embargo cuando vio las reales intenciones del rubio, no pudo evitar apartarlo de un enorme manotazo. Oh, eso jamás. Nunca. A Uchiha Sasuke nadie le metía nada por el trasero.
— ¡apártate de mí, dobe! —Gritó Sasuke con los vellos del cuerpo erizados del terror — ¡no se que mierda planeas, pero no me voy a dejar!
Sasuke saltó de la cama como alma que lleva el diablo, desnudo, aferrandose al marco de la puerta para huir tan pronto la situación lo ameritara.
— ¡pero Sasuke! —chilló Naruto—solo estoy tratando de compensarte.
— ¿compensarme de que? —vociferó Sasuke, atemorizado por el hecho de que por poco y Naruto lo viola.
—bueno, es que eres tú siempre quién lo hace, quién me da amor y esas cosas. Solo quería que fueras tú el que sintiera las cosas tan bonitas que siento yo cuando lo hacemos—Naruto sonrió como si eso fuese suficiente como para que Sasuke decidiera hacer de uke por una vez en su vida.
— ¡a mi nadie va a quitarme mi virginidad! —chilló Sasuke.
Salió corriendo de la habitación, tropezando con Kyubi cerca de la sala. Tras recuperarse, Naruto se decidió a perseguirlo hasta alcanzar su objetivo, cosa a la que Sasuke no cedería.
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