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Meow por Viko

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Notas del fanfic:

“Ayer soñé con montones y montones de fics madadei. Pero al despertar la dura realidad me golpeó cual vil saco de boxeo.”

Viko.

Notas del capitulo: Disclaimer: La serie de Naruto Shippuden tanto como sus personajes, es propiedad de Masashi Kishimoto.

Advertencias: Ortografía y algo de OoC por parte de Deidara.

Sobre advertencia no hay engaño. Disfruten.

Era mentira.

Seguramente una broma. Tena que serlo. Porque l no pedira algo tan descabellado como eso. Sin embargo el sujeto de enguantadas manos se mantuvo firme. Sus azulinos orbes se ensancharon al percibir la veracidad de aquellas palabras. Su mente en vez de ser retacada por las usuales incgnitas ante situaciones como esas se encontraba ahora en blanco. Tard alrededor de unos diez segundos en asimilar la peticin de su compaero y la usual mueca de amargura volvi a su rostro.

─… Qu rayos quieres hacer en mi habitacin, uhn?-pregunt con total desagrado.

Tobi sonri tras la mscara.

─ Hablar, por supuesto.

─ Eres idiota o qu? Qu crees que estamos haciendo ahora, uhn?

─ Hablando, claro sta. Pero, senpai, me refiero a… una comunicacin mas amplia y diversa. Es bueno hablar constantemente para relajar la mente y alejar el estrs. Una vida como las nuestras est llena de mucho--

El rubio frunci el entrecejo, haciendo callar al otro. Aunque no consideraba una opcin que Tobi entrara por la fuerza o algo parecido, no descartaba la idea. Buf con hasto al tiempo en que se colocaba frente a la puerta. Lo mejor era impedirle el paso, de forma agresiva y obvia. Gru. ltimamente Tobi estaba siendo ms molesto, ms insistente. Sin contar la insolencia que da a da se acrecentaba. Lo mir fijamente, observando cada movimiento minucioso, a la espera de alguna accin que lo delatara. Qu se traera entre manos est vez? Todo era sospechoso en l. Por qu quera saber trivialidades sobre su persona? Nadie nunca se tomaba la molestia en preguntarlo, por qu l quera hacerlo? Con que finalidad deseaba entrar en su vida y enterarse hasta del ms mnimo detalle? Quiz sonaba exagerado lo ltimo, adems de entenderse de manera incorrecta. Pero aun cuando para el mismo Deidara se escuchara de esa forma, dentro de s saba que era el trmino adecuado.

Y eso le molestaba.

─ Y qu se supone que tengo que hablar contigo, uhn?─habl colocando ambas manos sobre su cintura.

─ Bueno, podramos charlar sobre las cosas que hicimos en el da Ahm, lo que ms nos hubiera gustado hacer. Qu te parece?

Aburrido. Obviamente no le interesaban en absoluto esos temas. Para qu pasar ms tiempo con Tobi? Mejor dicho, por qu pasar tiempo con Tobi?

El aludido pareci brillar a la espera de una emotiva respuesta.

─ En ese caso─sonri con falsedad─, lo har breve para ti. Hoy estuve a lado de un idiota, la misin fue terriblemente tediosa y la idea de hacerte explotar en mil pedazos me resulta tentadora, eso te parece bien, uhn?

El moreno guard silencio, sopesando la grosera actitud de l rubio. No era de extraarse, lo haba visto venir, pero an as guard ilusamente la pequea esperanza de que cediera, rendido por la fatiga. Tras un rato agreg indiferente.

─ S, estuvo bien.

Eh?

Sino fuese porque Deidara gustaba de guardar apariencias –orgulloso- hubiese quedado boquiabierto de la impresin. En su lugar lo mir perplejo. Desde cundo Tobi actuaba con indiferencia? Acaso no era l quien siempre responda a cualquier ofensa o agresin con palabras entusiastas, pens an asombrado

El incomodo silencio se situ justo en aquel pasillo. Ambos se miraron. El artista trat de enfocar su vista en la contraria, encontrndose con el problema de que no alcanzaba a distinguir siquiera el ojo del azabache. Buf exasperado. No lo entenda, por qu el repentino cambio? Llevaba semanas actuando de ese modo. Preguntando, insistiendo, sugiriendo… simplemente no era capaz de entender la desequilibrada mente del novato. Por ms que tratara, Tobi, era un misterio. Ahora saba que no posea un razonamiento lineal como el que le atribuy cuando se conocieron, el tipo era listo. Encima con mucha suerte –por eso de las explosiones- e idiota.

Se abofete mentalmente, obligndose a actuar con normalidad. No era el momento para pensar en ese tipo de cosas. De hecho, nunca era el momento para pensar en alguien como lo era…

─ Tobi. Si eso era todo, largo entonces, uhn.─dijo spero. Comenzaba a incomodarle el mutismo del mayor. Qu acaso planeaba quedarse ah parado?

El moreno se mantuvo quieto y callado durante un corto periodo, antes de que el voltil genio del menor se desatara. Refunfu para sus adentros. Como lo esper, Deidara era sumamente despistado. Sera perspicaz con cualquier otra cosa, menos con eso. Madara lo atribuy a la falta de experiencia. De acuerdo, le dara ms tiempo. A fin de cuentas segua siendo un adolescente.

─ Qu sucede? Dije que te fueras. Largo! Ve a fastidiar a alguien ms, uhn.

─ Eh, pero… Senpai, yo aun no te he dicho lo que hice-repuso cruzndose de brazos─. Veamos: hoy fui de misin con Deidara-senpai. ‘Recuperamos’ un pergamino, tropec con una roca, me gritaste, perseguimos a un jabal que rob nuestro desayuno y... Oh, y una bellota te cay en la cabeza. Fue tan agradable~… no lo de la bellota! Eso no.

Ensanch los ojos al recordar la persecucin. Si alguien los hubiese visto su reputacin hubiese cado an ms.

─ Pero, Senpai me hubiese gustado pasar ms tiempo contigo. De ser posible, pasar a esa tienda de dangos y sentarnos juntos sera divertido, no? Quieres intentarlo la prxima vez?

“Cuando est Tobi….”

─“No”.─la respuesta se ator en su garganta, no sabiendo el motivo ni razn. Prefirio no profundizar en ello. Verse envuelto en ms sensaciones desconcertantes era lo ltimo que deseaba. Toda la culpa la tena ese idiota. Tobi era molesto. Tobi lo haca sentir intranquilo. Tobi lo irritaba.

Tobi…

Tobi…

Tobi!

“... no pienso con claridad.”

- Quieres, Deidara-senpai?

Fij su vista en la mscara. Pensar que era tan fcil decir ‘no’ o ‘deja de molestar’ y encontrarse con la realidad de no poder hacerlo. Slo atin a torcer la boca y entrar con prisa a la habitacin dando un terrible portazo. Afuera, Tobi aguard un poco ms antes de marcharse por el solitario pasillo y perderse en la penumbra. La tenue voz hizo eco dentro del angosto camino, susurrante, lento, mezclndose con el sonido de sus suaves pasos.

─ “… Cuando todo est hecho para ser roto. Yo slo quiero que t sepas quin soy”.

En la distancia, el dbil sonido de un ‘puff’ logr escucharse. Luego nada.

-

-

Suficiente. Estaba harto. No tolerara ms esa situacin, acabara con lo que fuera que tramara el azabache y despus lo golpeara. Lo que sucediera primero.

Se recarg sobre la fra y rugosa superficie de la puerta, observando con cierto inters su litera. Suspir con fuerza. Estaba agotado, quera dormir y de ser posible exterminar a la plaga viviente que tena por compaero. Otro suspiro escap de sus labios al advertir la presencia del bulto negro que se asomaba por entre las sbanas.

Sonri con extraa dulzura y se dirigi a la litera.

─ As que ah estabas, uhn.

Lo mir un rato ms antes de acurrucarse en la cama con l. Lo escuch ronronear gustoso cuando le acarici el lomo y ri despacio rodendolo con ambos brazos mientras el minino maullaba lnguidamente. Qu lindo era.

No poda encontrar otra palabra para calificarlo. Era lindo y punto. Aquel gato de esponjosa apariencia y negro color le resultaba irresistiblemente encantador.

Deidara sonri tmido cuando este segundo comenz a frotarse contra su cuerpo. Pronto se incorpor, colocando delicadamente al felino sobre su regazo. Acarici dulcemente la pequea cabeza varias veces. Luego las orejas y al final le hizo cosquillas en el cuello. Por respuesta recibi un afectuoso bao para su mano derecha. La spera lengua le produjo cierta incomodidad aun as no lo apart. Pasados unos cuantos segundos se detuvo e inmediatamente despus se col entre las ropas del rubio.

─ Q-qu haces, uhn?─Tama, como as le llamaba, se restregaba insistente contra l. Maull al tiempo en que asomaba la cabeza por la abertura del uniforme. Movi las orejas y maull otra vez. Deidara ri de nuevo y lo interpret como un Qu pasa? Coloc su dedo ndice sobre su nariz hasta que Tama lo alej sacudiendo la cabeza. El artista lo contempl un par de minutos ms dejando salir entre tanto y tanto uno que otro suspiro.

─ Eres tan lindo, uhn.─dijo y lo situ de nuevo entre sus piernas.

Sus amarillos ojos brillaron complacidos. Se estir hasta el pecho de su dueo y escabullndose bajo la primera camisa, lami la de redecilla. Deidara se ech a rer y trat de apartarlo. Sin embargo sus intentos fueron en vano, el necio gato se rehusaba a dejar su labor. Decidi dejarle hacerlo, no quera lastimarlo quitndolo por la fuerza, a dems si tiraba de l rasgara su camisa.

Soport la hmeda sensacin algunos minutos antes de detenerlo.─ No hagas eso.─y deposit un beso en su nariz.

Tama se qued quieto. Absorto, mirando sin parpadear al rubio que le vea extraado.

El minino solt un dbil maullido, luego hundi su pequea cabeza en el abdomen de su dueo y maull de nuevo. Deidara dedujo entonces que algo andaba mal con su vagabunda mascota. Habra enfermado repentinamente? Se alarm. No, lo haba cuidado bien esos dos das… pese a que Tama llevara con l unas escasas semanas. Tal vez llevarlo con un experto sera lo mejor.

No. Resopl resignado. Quin en su sano juicio atendera a la mascota de un Akatsuki?

─ O-oye, qu ocurre? Te duele algo?─lo acarici─ Hey…

─ Nya~…

Ri ligeramente. Oh, vaya, no era nada despus de todo. Pronto, Tama se escabull debajo de su uniforme… otra vez. La fresca risa reson en la pequea habitacin. El artista termin por deshacerse de la sombra prenda, dejando al descubierto al travieso gato. El cual nuevamente lama su pecho escondido tras la pequea camisa azul.

─ Qu te sucede? Antes no hacas esta clase de…

“-Quieres parar? Me molestas, uhn!”

“- Slo quiero saber ms de ti, Senpai Acaso eso es malo?”

─ … cosas─susurr. Tama ronrone suavemente. Una expresin impasible se alberg en su rostro mientras acomodaba al felino en sus brazos─ Sabes?... ‘…l’ es imbcil y tambin fastidioso. Siempre dice cosas innecesarias, hace bromas estpidas y nunca deja de hablar. No entiendo cmo le fue posible ingresar en Akatsuki, y no es que me importe!─se apresur a decir─ Pero no logro comprender… la razn por la que lo hace, uhn.

Tama parpade.

“Por qu insistes?”

─ No lo entiendo─aclar─. Que suerte que seas un gato. No tienes que lidiar con ese tipo de personas, ni te vers nunca en circunstancias similares. Creo que te envidio, uhn.

─ Meow, meow.

Suspir dbilmente. Un dejo de tristeza asom en su mirada, restndole brillo al azul zafiro. …l era fuerte, no era un nio. No necesitaba de nadie. No necesitaba que se entrometieran en su vida. No lo necesitaba.

Que alguien como Tobi hiciera eso…

Porque, aunque no lo dijera, l actuaba como si estuviese interesado.

Como si se interesara.

Algo similar a importarle.

“Quiero saber la razn.”

─ Ridculo, uhn.

El felino lade su peluda cabeza, moviendo de forma singular ambas orejas, comenzando a ronronear. Elev las patas delanteras, ubicndolas contra el pecho del ojiazul y lo mir directo a los ojos. El amarillo confront al azul, dilatndose en el proceso. Maull varias veces, como iniciando una conversacin con su joven amo. Maullidos, ronroneos, pataditas, todo con precisa coordinacin que claramente se poda tomar como ‘charla felina’. El rubio lo interpret de esa forma. Luego se dijo que era una locura, una verdadera idiotez que slo un infante hara. Claramente los gatos no hablaban ni intentaban hacerlo. Menuda estupidez sera creer lo contrario.

─ … Tama t que piensas? Qu me aconsejas hacer, uhn?

Bah, un desliz de vez en cuando no le haca dao a nadie.

Los maullidos no tardaron en salir del pequeo hocico. Deidara escuch atento.

─ Oye, no entend ni una palabra de lo que dijiste, uhn.

Tama pareci sonrer en respuesta y uni su nariz con los delgados labios de su protector, dejando a un sorprendido rubio. Al trmino del torpe contacto el animal se acurruc sobre sus piernas, meneando la cola de lado a lado. El artista le regal varias caricias, permitindose pensar que aquello haba significado un ‘Yo te entiendo’ o un ‘Yo te quiero’. Cualquiera que hubiera sido, las dos le venan bien.

“-…me hubiese gustado pasar ms tiempo contigo…”

Sacudi su cabeza en un vano intento por alejar las palabras ajenas. Algo andaba mal. Se senta… extrao, no encontrando la palabra apropiada para definir su estado. Un agradable calor invadi su rostro al tiempo en que varios recuerdos acudieron presurosos a su mente. Momentos en compaa de Tobi. Las veces que trat de hacerlo trizas, las que lo amenaz, las veces en que discuti debido a por menores con l. Tambin todas esas ocasiones en las que Tobi le ofreci mirar bajo su mscara y se neg orgulloso.

Sonri divertido. Pese a todo, no era tan malo tenerlo a su lado. A veces poda ser un verdadero idiota, sin embargo su compaa llegaba a ser agradable. Hizo remembranza sobre las veces en las que el moreno se defendi contra sus agresiones y casi al instante lo not:

Nunca lo hizo.

Hasta ese da Tobi jams le haba puesto un dedo encima en defensa propia.

Esboz una sonrisa burlona.

- Hmm, que tipo tan imbcil. Comportndose como un caballero, cuando… eh?

Reflexion. Haber, haber. Si Tobi era un ‘caballero’, eso lo converta a l en una princesa.

No?

Palideci en cosa de segundos, y an ms rpido ardi en intenso rojo. Balbuce algunas negativas a s mismo como a Tama, terminando en un estado de shock luego de las patticas excusas auto empleadas. Al final, despus de tironear infantilmente de sus cabellos, se dej caer sin gracia alguna sobre el colchn.

Los ojos ambarinos resplandecieron vigorosamente, simulando una sonrisa gozosa. Camin por sobre aquel pecho y descendi justo en la oreja izquierda, propinndole un tierno beso al pasar su rasposa lengua sobre la desnuda piel. Deidara hizo una mueca y lo asi hacia l. Despus Tama volvi a dormir.

Demonios! No era ninguna doncella para ser tratado como tal. Refunfu no por la palabra en s, sino al rubor en sus mejillas. No poda ver coloreado pero definitivamente lo senta. Ese calor intenso palpitando en su cara. Ahgr! Cerr los ojos con la firme intencin de olvidar esa idea suya. Esa espantosa conclusin claramente era producto del cansancio.

En cuestin de minutos cedi ante el sueo, cruzando la delgada lnea hacia la inconciencia.

Uno…

Dos…

Tres y cuatro…

Cinco…

Seis minutos.

Un instante y los amarillos orbes se abrieron de par en par e instantneamente despus el gil animal se incorpor, deshaciendo el gentil agarre. Tama contempl a su durmiente amo sentado sobre su vientre. Ronrone con fuerza al percibir el sutil aroma a manzanilla que despeda el artista. Deidara usaba productos herbales, pero ninguno con esa fragancia. El color mbar fue sustituido inesperadamente por el nice. Negro como carbn. Reluciente al igual que la obsidiana.

─ “Suficiente por hoy. Estoy en mi lmite.”

Una ltima mirada a la irresistible imagen. Entrecerr los ojos. Una verdadera lstima estar tan cerca y obligarse a hacer nada.

─ Meow…─maull bajo y salt de la cama.

Una estela de humo fue el resultado al tocar el suelo y Tama se esfum cual burbuja.

-

-

Lejos, del otro lado de la guarida la oscura silueta del portador del Eternal se materializ. Sus labios perfectamente curvados, visibles gracias a la mscara que yaca ladeada a la izquierda de su rostro, demostraban perfectamente la alegra que desbordaba la productividad de ese da. Sea en la nariz, frente u otro sitio, un beso era un beso. La risa reson grcil.

Madara sonri satisfecho.

Poco a poco el hueco sonido de sus pisadas se perdi entre los pasillos.

Fin.

.-.-.-.-.-
Notas finales: Notas de la autora: Lo sé. Pero antes de que escriban sus quejas en los comentarios tengo que decir: ¿No me dirán que creen que Deidara no tiene su lado lindo y tierno? Yo pienso que sí. Razón por la cual decidí escribir un fic. Y aunque se veía muy obvio que el gato era Mada –o no-, me resultó encantadora la forma en la que Dei lo trató y cómo el Uchiha se aprovechó de su condición. Sí, sí, sé que hay dudas sobre cual era el verdadero, si el gato o el que se fue por el pasillo. Bien, tal vez no las haya pero igual lo diré. El que se fue después de hablar con Dei era un bushin y se desvaneció luego de terminar la conversar con el rubio. Por obvia lógica el verdadero era el gato, ¿en qué momento cambiaron de papeles el real y el bushin? Jo, yo sé que ustedes se darán una idea.

Ahora, hay una frase de una hermosa canción que amo Iris, de Go Go Dolls, mejor conocida por muchos como “La canción de un Ángel Enamorado” (City of Angels). La versión acústica es preciosa y no pude resistirme a que Madara la cantara, obviamente en un tono más bajo y menos ‘cargado’, ya saben… sensual.

En cuanto a la actualización, comprendo lo retrasada que voy y no comprendo por qué he vuelto a subir cosas aquí cuando me prometí no hacerlo más. Siento que ya no gustan como antes de mis historias...

“El MadaDei dominará al mundo. Sólo es cuestión de tiempo, esfuerzo, fans, fics, doujinshis, imágenes, videos… bueno, la idea se entiende.”

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