-Cómo seremos cuando seamos viejitos?
Una simple pregunta que deja a un rubio Slytherin con la boca abierta y la manzana que felizmente estaba comiendo, en el suelo.
-Cómo?- pregunta parpadeando para comprender lo que escucha.
-Que, cómo seremos cuando viejitos?- responde su moreno con una suave sonrisa mientras se apega a su pecho.
Ni la suave brisa que corre bajo ese árbol consigue que Draco Malfoy logre entender el porqué de esa pregunta.
-No lo sé- le responde inseguro, al ver su mirada ilusionada- recuerda que los magos envejecemos mucho más lento así que falta muuucho para eso…Harry?
Realmente no lo entiende estaba tratando de darle la respuesta más realista posible y ahora el moreno parecía muy triste, tanto que casi asomaba las lágrimas en sus bellos ojos verdes.
-Harry?- vuelve a repetir el rubio, al verle incorporarse y dirigirse hacia el castillo.
Luego de dos días nada sabe de su moreno y está comenzando a impacientarse, así que abandonando todo su orgullo Slytherin se dirige hacia la mesa de la biblioteca donde Granger y Weasly se encuentran estudiando.
-Maldita pregunta- murmura entre dientes antes de llegar donde ellos- Hola- saluda friamente
-Qué quieres Malfoy?- le pregunta molesto Ron
-Quiero saber donde está Harry- responde en un siseo
-No tenemos porque decírtelo, maldito hurón- le escupió con rabia el pelirrojo
-Mira Weasly, no…
-Malfoy- le dice la castaña interrumpiéndolo- es mejor que lo dejes tranquilo por unos días.
-Tranquilo?- responde extrañado
-Si
-Pero por qué?
-Hay veces- le responde con paciencia la chica, sin dejar de mirar su libro- en que una simple pregunta debe ser respondida por el corazón, no por la lógica…
-Una pregun….- se interrumpe bruscamente al ver que la castaña levanta su mirada del libro y asiente- maldita pregunta- vuelve a repetir
-Sé- continuo la joven- que por ser un Malfoy, un Slytherin, un mortífago… o simplemente por ser un hombre- y mirando a Ron acotó- se muy bien que Harry también lo es, pero el es más sensible Ronald- y luego mirando a Malfoy- hay muchas veces que piensan mas con la cabeza que con el corazón, pero debes tratar de cambiar eso o Harry siempre va a sufrir.
-No deseo que sufra- le respondió el rubio
-Entonces dale tiempo y aprovéchalo para entender la pregunta que te hizo, no con la mente, sino que con el corazón.
No debí haber preguntado, se decía a si mismo el rubio mientras salía de la habitación, ahora estoy más confundido que antes.
Y mientras caminaba sin un rumbo fijo terminó bajo el mismo árbol donde su moreno había realizado la dicho pregunta.
-¡Cómo esperas que me imagine de viejo!- casi gritó mientras se sentaba- la vida de los magos es muy lenta…
La suave brisa mecía sus cabellos, cerró los ojos para escuchar el sonido de las hojas, los grillos, cerró sus ojos imaginando y dejando su imaginación correr. Fue entonces cuando comprendió la pregunta de su hermoso moreno.
Cómo podía llegar a ser tan tonto, tan insensible, tan… era por eso que Harry… SU Harry sufría. Dejó caer su puño con rabia contra el suelo mientras que una lágrima caía por su mejilla.
Se levantó temprano esa mañana, estaba dispuesto a corregir su error, a hacerle ver a su moreno que la respuesta que había dado era una tontería.
Salió rápidamente del castillo y se dirigió a comprar algunas cosas que necesitaría esa noche.
Mientras en el castillo un adormilado moreno era despertado por una lechuza.
-Mmmm??, qué es esto?- preguntó mirando la nota que el ave traía en su pico. Luego de quitársela y leerla su mirada se ensombreció.
-Harry?- entra Hermione luego de golpear la puerta- estas bien?- le pregunta al ver su mirada.
-Si, Mione- le responde arrugando y quemando el papel- no te preocupes, todo esto terminará muy pronto…
-Harry…
Todo el día fue un caos, una locura para todo el colegio, mientras se arreglaba todo para el cumpleaños del director.
-Que mas da un año más- reclamaba entre dientes el rubio mientras caminaba con sus paquetes- y para colmo es en una semana- continuaba malhumorado, por el tiempo que le habían hecho perder- juro que no vivirá otro año si no alcanzo a preparar todo…
-Draco, cariño, donde estabas?- le pregunto Pansy apenas había entrado en la sala común de Slytherin
-No ahora- le respondió secamente- no tengo tiempo para hablar contigo- le dijo esquivándola mientras caminaba hacia su cuarto.
-Draco!!- le gritó- no puedes dejarme hablando sola!!
-Blaise- llamó el rubio- o la controlas o la tendrás que visitar en la enfermería- amenazó- NO TENGO TIEMPO- repitió cortante al momento de cerrar la puerta dejando a todos sorprendidos.
Le ven salir unos minutos más tarde con el cabello húmedo y con más bolsas de las que entró, pero nadie se cruzó en su camino, mucho menos su amiga, quien tenía muy presente su amenaza.
Unas horas más tarde y a la luz de la luna, el rubio se deja caer sobre una silla con un suspiro.
-Lo logré- dice cansado y mirando el reloj- justo a tiempo, vamos Harry, no me plantes, no me quites la opción de arreglar mi error.
Los minutos pasan desesperadamente lentos para el rubio, quien a cada segundo se siente desmoronar.
Una hora después sólo baja la cabeza abatido.
-Tanto me odias Harry, tanto que te niegas a verme?- se preguntaba a si mismo
-No te odio- escuchó decir una voz- sólo estoy dolido
-Harry!!- exclamó emocionado abrazándole- pensé que no vendrías
-Lo lamento, pero con todo esto del cumpleaños…
-Ufff-gruñó el Sly- ni me lo digas, pensé que no alcanzaría a arreglar todo…
Sus palabras se quedaron en su garganta al ver la expresión de su moreno, tenía los labios separados, su mirada era de sorpresa absoluta, y sus ojos brillaban anunciando el llanto.
-Dime, Harry…¿no te ha gustado?- pregunta algo preocupado
-Es… hermoso…- respondió mirando una hermosa mesa con dos sillas, con un mantel tan blanco que deslumbraba a la luz de la luna, unas bellas flores adornaban la mesa, la brisa movía las ramas de sauce produciendo un suave sonido, el ruido de los grillos y la luna reflejándose en el lago eran hermosos, todo parecía un sueño.- dime que no estoy soñando, Draco
-No amor, no estas soñando, yo quería hacer algo lindo para ti- le respondió algo cohibido por lo cursi que se sentía y abrazando suavemente al moreno por la espalda le respondió- no sé como seremos cuando viejitos, Harry, o donde estaremos, pero si sé que quiero estar a tu lado hasta el momento en que nuestros ojos se cierren y la vida se extinga de nuestros cuerpos.
El moreno sonrió dulcemente, sabía lo difícil que era para el rubio decir algo así, por lo que se giró suavemente y lo besó.
-Yo también deseo estar siempre a tu lado, hasta más allá de la muerte- terminó diciendo con un nuevo y apasionado beso.
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