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Primera Vez por loca_cool

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Notas del fanfic:

MASASHI ES EL CREADOR DE NAURTO Y LE PERTENECENS LOS PERSONAJES

Notas del capitulo: ME DA LALA ESCRIBIR XP- SOLO DIGO QUE ESPERO QUE LES GUSTE ESTE FIC EN ESPECIALA MI AMIGA ALLESSA. SI LES GUSTA DEJENME UN REV =D

Era una tarde hermosa en Japón, una encantadora tarde decorada por el sol que huía hacia el oeste y asimismo por el colorido cielo crepuscular  que teñía su faz con diversos colores como si fuese el lienzo maestre de las emociones de los ángeles del firmamento. El viento soplaba con suavidad, acariciando la piel de uno de los hombres que tenían la dicha de admirar el paisaje, un hombre de cabellos negros cortos algo despeinados que daban un cierto toque masculino a su rostro pálido; sus ojos azabaches como lo negro de la pupila del lobo se deleitaban mirando el lejano firmamento desde aquella simple estación de autobús, esperando algún transporte que lo llevase a descansar en su hogar.

Madara suspiro y se sentó en el banco blanco cercano al roble que le daba cierta cantidad de sombra, estaba algo cansado pues la faena de ser profesor día a día no era muy hacedera que se diga, acababa de corregir doscientos cincuenta exámenes entre los grados que educaba y para colmo debía hacer recuperativos y organizar una excursión.

Sus ojos que se mantenían cerrados se abrieron al oír algunos pasos a lo lejos. Dos alumnos conocidos por él, caminaban alegremente y tomados de la mano hacia algún destino, uno de ellos era un joven de cabellos negros y largos, atado con una  coleta mal hecha pues algunas hebras se salían de dicha, decorando un poco su rostro inmaculado, de ojos grises opacos y pestañas largas, de labios finos e irresistibles. Itachi Uchiha-su sobrino- caminaba alegremente con su novio, Nagato Pein, el cual no era más que otro adolecente medio amargado con aires de grandeza, era el típico chico aislado al que  no se le podía dar queja sin que  se airara, pero desde que se había vuelto pareja de Itachi su actitud se había amansado y su comportamiento era más laudable…solo un poco.

En un momento Pein le tomo por la cintura y le acerco a su cuerpo con aires nocivos y excitantes, rodo sus manos por su cintura y acaricio su nariz con la otra, Madara que miraba desde lejos no perdía movimiento alguno, parecía que un beso estuviese a punto de ser demandado  y ese beso sería bastante digno de ver y apreciar pero solo un simple y benigno beso en la mejilla, dejando al maestro un poco decepcionado, ya que había deseado mirar un beso mas ¿Erótico?

Poco después se separaron y ambos siguieron caminos diferente, Pein se fue cruzando la calle hacia su hogar mientras que Itachi se acercaba hasta donde permanecía su tío sentado dispuesto a ir a su morada, debido a que sus padres habían salido del país unos días y debía quedarse con el por una semana aproximadamente. Francamente, Itachi no tenía ganas de pasar los días y con su maestro de Psicología, prefería estar solo el casa o en la casa de otra persona, mas no con él.

Una última mirada algo fuera del cariño fraternal le dio Madara: se veía simplemente encantador, la camisa negra con algunos motivos decorativos, los jeans azul marino algo rotos pase a su estilo y los Convers negros  que adornaban sus pies. Una sonrisa se formo en sus labios pero que rápidamente borro cuando el chico se sentó a su lado, sin llegar a percatarse de la mirada depravada de su maestro.

Ninguno de los dos hablaron, Itachi parecía muy ocupado oyendo música con su IPhone mientras intercambiaba millones de mensajes de texto, por otro lado, el mayor estaba demasiado concentrado leyendo un libro cuyo autor era un filosofo moderno, claro sin perder rastro de algún cambio de actitud del joven.

Por fin llego el autobús y en el transcurso del viaje ninguno de los dos intercambiaron palabra alguna, en ningún momento una sonrisa o una seña se dieron ya que Itachi era algo inaccesible y mas para un hombre como Madara. Eran completamente diferentes pase a sus edades y maduración natural.

Llegaron a la vivienda del profesor,  no cambiaron sus ropas solo se descalzaron los pies como era costumbre, no hablaron pero si compartieron una cena muda, donde el único sonido emitido eran dados por los repiques telefónicos y el chasquear de las teclas del celular los cuales comenzaban a molestar al mayor.

Termino la cena y por fin el Uchiha menor se despego de su celular y Madara pensó que le hablaría pero en vez de eso se levanto de la mesa y camino hasta el televisor para ver algún programa humorístico el cual si quiera logro sacar una mueca de la boca del pelinegro pero no perdía detalle de las palabras o los chistes que decían. El ojinegro bufo molesto por el antisocial muchacho.

-Desearía que fuera igual de callado en mi clase-dijo en broma esperando obtener algo de atención con ese fantasma, pero siquiera le dio una mirada-¿Por qué tal calladito?- pregunto sentándose a su lado, algo de curiosidad le ocasionaba su sobrino, siempre era muy hablador en las clases pero cuando estaba  con él o con sus padres era espantosamente callado, hasta dar algo de miedo-¿Te gusta el programa?-

-Por algo lo estoy viendo-el tío llevo una mano a su cabeza, ese muchacho era mortalmente cortante, demasiado callado para su gusto. Al principio pensó que sería un fastidio tener al hijo de su hermano merodeando por su casa, gritando y rompiendo cosas pero era más tranquilo que el mismo-¿Tienes computadora?-pregunto apagando el televisor desde el control remoto y por supuesto que el mayor no dejaría que el ojigris pasara todo el día pegado a una pantalla.

-Está dañada-soltó y solo tuvo un bufido de fastidio- pero podemos hablar, claro si esto no significa que agonices-el muchacho le miro medio molesto aunque la idea de hablar no era tan mala, hacia mucho que no hablaba con su tío y eso que era su maestro y vivía a pocos kilómetros de su casa-¿Cómo te va con tu novio?-el chico parecía por fin mostrar algo de interés en sus palabras.

- Me trata bien-comento mirando hacia otro lado, al juicio de Madara no mostraba señas de decirle mucho sobre ese tema- Pero tengo un problema con él- ¡sorpresa! Milagrosamente el joven mostro indicios de sociabilidad con su tío- tenemos casi una año juntos y… - en ese momento el chico se vio un poco abochornado y humillado-me dijo que quería que hiciéramos el amor- el mayor abrió los ojos enormemente mientras asimilaba la ultima oración y no pudo evitar que una imagen perversa recorriera su mente seguida de muchas otras.

-bueno, Freud dijo que el seño es normal anormal es no tenerlo-pronuncio mirando como un leve rubor se esparcía en las mejillas del Uchiha menor- además siempre y cuando se amen y se protejan sanamente, nada está mal-

-Sí, pero no creo poder hacerlo, me daría vergüenza, si siquiera le puedo besar sin que termine poniéndome como un tomate, además que nunca lo eh hecho antes, no me gustaría decepcionarlo. Es que… ¿si lo hago mal? Ni siquiera se usar bien la lengua- el mayor tenía un tic en el ojo izquierdo ante las palabras del muchacho, con mucho gusto le enseñaría muchas cosas.

Conversaron un rato y con cada palabra el mayor parecía acalorarse con cada palabra o pregunta inocente pero tremendamente morbosa para Madara. No es que fuese un pederasta obsesionado con los menores de edad, nunca la atrajo algún niño, bueno, excepto Itachi que para colmo era parte de su familia y le doblaba la edad y eso era, esa sensación prohibida que le daba tanto morbo y ahora hablaban de sexo como si fuera lo más normal del mundo.

Miraba sus labios con cada palabra que formaba, detallaba cada movimiento o gesto, deleitándose con su sutilidad al hablar de ciertos temas al igual de su endemoniado pudor al sonrojarse por palabrillas o frases del mayor. Más de una vez estuvo con el instinto de lanzársele encima y enseñarle con detalles como era el arte del sexo, gracias a Dios que logro contenerse en los momentos justos.

El joven no tenía idea alguna sobre el sexo, solo tenia aquellos conocimientos básicos al ver porno barata o libros de educacion sexual, pero obviamente no era nada comparado ante la gran experiencia de Madara, que sin presumir era un gran amante y laudable experto en placeres carnales.

Si bien el profesor siempre fue de mente abierta y se había permitido a probar gustes de diferentes e inusuales maneras, era un erudito en el tema. Por lo que disfrutaba corrigiendo a su alumno al mismo tiempo que se comenzaba a sofocar con las imágenes que divagaban por su mente.

Pronto fue de noche y el pelinegro tuvo que ir a dormir, mientras que Madara se dejaba arrinconar con las fantasías eróticas que golpeaban su mente. No fue de lo mas inteligente hablar de sexo con un chico que le atrajese tanto como Itachi.

“-ahh…Mada…. ¡nooo!-gemía su nombre mientras le embestía poderosamente su cuerpo, sin perderse movimientos del muchacho y solo dejándose llevar por el éxtasis pasional, su entrada tan estrecha apretaba todo su sexo hasta convertirse en un sofocante delirio-¡Sensei!-grito al ser penetrado por milésima vez, sin poder escapar de las manos que lo mantenían inmóvil en la cama”

Bruscamente salió de sus inverosímiles fantasías, chocando su mirada con la de la hermosa sala de estar, limpio su frente done gotas de sudor resbalaban de poco en poco y asi mismo logro sentir el calor de su rostro, sus mejillas hervían, gracias al sonrojo en ellas, no solo eso sino que comenzaba a sentir gustosas sensaciones en su virilidad.

Ahora, ¿Qué hacia? Comenzaba a sentir esa lujuria destructora sobre su cuerpo, lujuria que le estaba obligando a subir las escaleras y corromper a ese chico. Moralmente no podía, por supuesto que no, su sobrino, su alumno, un chico, bueno ni tan pequeño y ni tan inocente por lo que le oyó decir hace momentos.

Subió las escaleras, mientras quitaba su chaqueta beige y la dejaba posada en el suelo- no había momentos para el orden- lamio sus labios encaminándose hacia la puerta y la abrió lentamente y no era su habitación precisamente. Miro a aquel que dormitaba en la cama profundamente, apenas se veía pase a la poca cantidad de luz asi que después de cerrar la puerta camino hasta la ventana y abrió las cortinas, dejando ver la hermosa luna que iluminaba lago mucho más hermoso.

Al tener mayor visibilidad se acerco a la cama, sonrió malévolamente y quito su camisa de una vez, esperando tener una desvelada digna y acogedora. Se acero lentamente al cuerpo de Itachi, sintiendo un pulsante deseo y lujuria roerle los pensamientos y mas al ver al joven que dormía bocabajo tapado hasta los hombros con la sabana rojiza, la cual la saco con suma delicadeza,

 -“esto será bastante especial”-pensó mientras miraba el cuerpo descubierto del joven que milagrosamente dormía sin pantalones, mucho mejor para él, pero aun estaban los molestos bóxers azulados que cabrían su trasero. No se tomo molestia en sacarlos con la misma delicadeza.

Miro el trasero descubierto, esculpido y de buen tamaño, tal y como le gustaba y mas con esa encantadora redondez que él se encargo de apretar y masajear con su mano. Era tan carnoso y terso, adoraba su piel jovial y sin el mínimo deterioro y lo demostraba apretando y repasando su mano derecha por sus caderas y piernas, no resistiría mucho…

Se recostó en la cama, mientras separaba las nalgas hasta lograr localizar la entrada del chico aun con la poca luz. Su corazón latía bruscamente al verse tan cerca de un fruto tan prohibido y tan pecaminoso, pero no se detendría por eso. Lamio sumamente lento el orifico aquel, sin apenas turbar el sueño del otro y sin pensar detenerse, siguió lamiendo paulatinamente, pasando su lengua de arriba a abajo por esa entrada, a veces en círculos o luchando por penetrarle con su lengua húmeda. Fue poco para que  el trasero del chico estuviera mojado y relajado, pero su piel ya sensibilizada le obligaba a despertarse.

-¿amm?-fue el primer sonidito que salió de su boca, aun somnoliento, su cuerpo estaba caliente y se sentía muy extraño allá abajo ¿Húmedo? Y esas molestas cosquillas y caricias que le estaban sacando jadeos bajitos- Mada…-apenas pudo decir su nombre cuando algo húmedo penetraba su entrada y esa sensación invasiva que le destrozaba la piel con escalofríos placenteros y esas manos que masajeaban sus nalgas-uhh- gimió ocultando su cabeza entre la almohada blanca e inmediatamente se revolvió al saber de que alguien le tocaba- ¡no! ¡¿Qué haces?!- Con una depravante sonrisa, siguiendo lamiéndole con más intensidad, logrando desesperarle por la nueva  y molesta sensación.

-¿No querías estar preparado para Pein?-pregunto deteniendo las lamidas y subiendo hasta poder encararlo y mirar esa mirada sorprendida y agobiada- además, eres demasiado encantador como para no comerte vivo-dicho esto lamio su oreja, ante gritos y pataletas, sin detenerse en las lamidas.

-¡maldito!-grito sintiendo su oído mojado por la saliva y los escalofríos mas deliciosos sobre su cuerpo, mientras negaba su disfrute mil veces- ¡no me toques!-trato de voltearse para golpearle pero sus movimientos fueron en vano, pues el mismo Madara le volteo de un solo golpe y para una de sus mayores vergüenzas, en su miembro se notaba una erección bastante alzada-…-realmente, el muchacho ni se dio cuenta de su estado físico, solo por su mente rodaron el miedo y asi mismo el deseo. Estaba a punto de tener sexo con su tío bueno mejor dicho estaba a punto ser violado por su tío-Ma…Madara-tartamudeo mirando como su maestro bajaba hasta sus caderas por segunda vez.

No supo porque no se movió y menos encontró explicación al porque se  medio sentó en la cama y abrió sus piernas para su corrosivo maestro, solo para que pudiera tener mayor acceso a su pene erecto. Trago saliva bruscamente al notar su mirada lasciva y tubo mucho pánico pero su sonrisa le tranquilizo.

-se que quieres esto, no te culpo, yo también a tu edad me daba curiosidad el sexo y no desaproveche cuando puede obtenerlo-su mano acaricio la entrepierna con la llena de sus dedos- no te asustes, seré suave, solo porque  eres virgen- suficiente palabrería para Madara, sin mayores palabras comenzó su húmedo trabajo.

Pasaron varios minutos placenteros en los que el mayor chupaba lentamente el miembro de Itachi con mucha pasión y determinación a hacerle acabar tan rápido como pudiese para que él también pudiese tener un poco de atención. Chupo lentamente su erección, lamiéndola lentamente hasta llegar el punto en el que el menor le alaba los cabellos para mover su cabeza. Simplemente excitándolo más.

Disfrutaba ver su rostro algo confundido y su mirada vergonzosa, mientras que temblaba por las lamidas ardientes en su falo y glande y con cada beso pecaminoso en su sexo un gemido rompía su boca milagrosamente ya que en todo momento se encontraba concentrado en las acciones y jadeando bajamente.

-mmm… ¿Es…estas metiendo…iiimmm?-gimió al sentir el dedo medio de Madara colarse en su interior, acariciándole lentamente allí adentro con suavidad, pero con una intensidad tan grande que con cada movimiento que hacia el menor gemía nuevamente rompiendo el silencio de la habitación-ahh…Madara-jadeo mientras halaba las sabanas y se dejaba sonrojar, aquel dedito le estaba haciendo añicos.

-jaja…te gusta ¿Verdad?-pregunto mientras movía mas rápido su dedo y chupaba con mas ansias la erección-quiero metértela de una maldita vez-rugió mientras comía su sexo con hambre y deseo, encantado de sentir su pene en su boca- córrete en mi boca Itachi-kun-no tubo que pedirle dos veces, pues el dedito aquel garabateaba movimientos en su entrada al mismo tiempo que lo sacaba y metía o le movía en círculos.

La respiraron del menor se agito hasta maximizarse bruscamente, sintiendo tantas atenciones allí abajo, tantas caricias húmedas y tanta excitación. La boca tan caliente y ese maldito dedo que no paraba de moverse, no aguantaría más, no podía más.

-¡ahhh!-grito mientras que su esencia resbalaba por su glande, delineando todo su miembro sobrecargado de placer, sensibilizando al máximo y arrebatando toda clareza en su cerebro o imaginación.

Jadeos se escuchaban en la sórdida habitación, mas nada, solo sus jadeos agitados y debes en cuando el sonido de la piel haciendo contacto con la otra y tal vez algún chapoteo por un beso húmedo donde la lengua llego a colarse nuevamente. Besos, caricias, gemidos, suspiros…acciones desencadenadas por el mayor que besaba la piel y labios sin detenerse, cuello, estomago, pecho, piernas…todo.

No aguantaba más quería penetrarle de una vez. Madara sudaba, andaba acalorado y su torso esculpido y labrado como un lienzo se dejaba brillar por algunas gotas de sudor ardiente, sus pantalones le acaloraban y tuvo que bajarlos urgentemente hasta sus rodillas y lo mismo con su ropa interior que presionaba su erección.

Estaba dispuesto a penetrarle de una vez y tomar su cuerpo por privilegio, pero una palabra le hiso detener:

-bésame-le miro, su cabello negro había ocultado parte de su rostro y solo se lograba ver la mitad de él, sus ojos demostraban placer pero al mismo tiempo inocencia, una pura y casta inocencia, no se pudo negar a ella y beso sus labios con suavidad robando su aliento en un hermoso “pico” suficiente como para dar final a lo que empezó-¿Puedes hacer que no duela tanto?-pregunto un poco avergonzado y el mayor le asintió con la cabeza junto con una sonrisa .

-sere suave…solo porque eres mi sobrino-guiño un ojo, sacando otra sonrisa a su uke y lentamente se coló entre las piernas y poco a poco fue introduciendo su sexo en la entrada que aun estaba húmeda por el “trabajo” anterior-shhh-silbo suavemente al notar como Itachi luchaba por mantener las piernas abiertas y no gritar, por el dolor espantoso al ser penetrado por primera vez-solo un poco-se acerco lo más cerca posible de su rostro y asi le fue penetrando lentamente como todas sus caricias.

-¡ahh!-se quejo cuando el mayor entro todo en su interior pero ese dolor tan agobiante paso casi en un parpadeo convirtiéndose en un desmesurado placer que le hirvió la piel y quemo sus entrañas durante casi dos horas de pasión.

Los movimientos del mayor le obligaban a gemir y a revolverse, gimiendo y gritando abiertamente, abrazando la fornida espalda de su tío y ahora amante, recargando su cabeza en su hombro y cuello-donde daba algunos besos- se dejo enredar en ese placer desmesurado y aturdido ante el enjambre de besos de Madara.

Fue algo muy excitante y prohibido y un orgasmo increíble, nunca lo olvidara de eso está seguro. Pero al otro día y al otro y al otro, ni siquiera se pudieron mirar las caras y cada clase que Madara daba ni se dirigía a Itachi pues este todo el tiempo callaba y sus exámenes, todos ellos con las mayores de las notas-aunque estuviera malo- después de tanta “cercanía” no podía rasparle, le había robado su inocencia al fin y al cabo.

Pero para Itachi todo salió bien  cuando hiso el amor con Pein, fue mucho mas hermoso que con lo de Madara, debido a que en esa relación había amor y cariño, además que hicieron el amor, con Madara solo tubo sexo y algo de educacion por asi decirlo.

Pero al final Pein le hiso una pregunta…

-¿de verdad, perdiste la virginidad con migo?-

-por supuesto que si- y cada vez que le preguntaba eso…no podía evitar pensar en su molesto, testarudo y odiado profesor, tío y…amante, Madara Uchiha.

FIN

Notas finales: ADIOS!! HASTA LA PROXIMA...REVREVREVREVREV

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