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Delirios para mi Amante por Neon_Milliond

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Notas del fanfic:

Aquí de nuevo con otro one-shop, nada solo tenía ganas de escribir como de costumbres, así que vean el resultado de escuchar mi querida música.

Gracias a Gravisan por su titulo.

Notas del capitulo:

Hola, tanto tiempo como están, yo de lo más bien XD.

Aquí yb fanfic, que se me ocurrió después de escuchar Gravity de A Perfect Circle como 100 veces en una noche XD, si lo sé sigo cob mi trauma con ese grupo, en fin os invito a leer y espero que les guste, con todo mi cariño.

 

Me miro al espejo una y otra vez, observo el enrojecidos de mis ojos, mi cabello es un torbellino sin sentido, él más perfecto reflejo de cómo está mi mente.

 

 Siempre eh sabido que me hace mal llorar, ¡¡ maldita sea, si que lo sabré!! Será por eso que deje de hacerlo hace tantos años... hasta... hoy...

 

Quiero gritar, romper este maldito espejo y con los pedazos de este terminar con mi maldita existencia cuan suicida depresivo fuera, estos vanos impulsos son lo que me hacen saber mi estado de demencia, mas no puedo, pues siempre eh sido un cobarde, que a escapado de todo y todos, siempre escondiéndome entre mil y una mascara forjadas en hierro y hielo, para que nadie puede lastimarme.

 

Que iluso fui...Un idiota,  solo me provoque más dolor, lastimando hasta tal punto que es casi imposible salir de donde me encuentro. Y ¿Para qué?  La respuesta es fácil para nada, de nada me sirvió tantos años de soledad, antisocialismo si él... con una sonrisa echaría por tierra mi castillo de naipes, mi vida.

 

  Demonios, las lágrimas caen sola por mi rostro siguiendo el camino de sus antiguas compañeras, gotas cristalinas traicioneras que se hacen de mi rostro sin que yo les aya concedido el permiso de viajar através de mis mejillas, me siento tan indefenso como en antaño, igual que los primeros días después de la muerte de mis padres, el principio de mis días de dolor, de soledad.

 

Me entreno hasta el cansancio, haber si de esa forma mi alma consigue un pase libre para descansar sin dolor, que mi cansancio físico sea tan grande que no le de paso a mis tormentosos pensamientos para así tener un respiro efímero.

 

Es de noche, estoy solo, como de costumbre, en el gimnasio de mi antiguo instituto, ya han pasado tres años desde que salí de preparatoria.

 

Bobamente pensé que mi suerte cambiaría un poco al entrar a la universidad, que al menos obtendría un amigo, pero nuevamente mis sueños de tener un camino menos solitario fueron truncados, de la misma forma que paso en la preparatoria.

 

Por culpa de la enfermiza obsesión de las chicas para conmigo, gritando cuando me amaban, cuanto deseaban que yo estuviera a su lado, los chicos comenzaron a odiarme, a verme como un rival, alguien a quien destruir y rechazar, si las mujeres me amaban, los hombres me odiaban.

 

Sendoh y Mitsui fueron los únicos hombres que se acercaron a mí, cuando nadie más lo hizo, pero ellos tenían un camino forjado, Sendoh se fue a Estados Unidos y Mitsui se fue a otro estado siguiendo a Kogure, aún así mantienen el contacto conmigo, si no fuera por ellos me vida ya no tendría sentido, sin el continuo apoyo de ellos.

 

Pensar que fui a Shohoku solo para verle, solo para hablar con él, una sonrisa floja nace en medio de mi rostro compungido de llanto, al recordar a Hanamichi, quien sin saberlo me salvo de mí mismo, también me salvo antes de entrar a la preparatoria de unos tipos que me estaban molestando, claro que él no recuerda a quien salvo, ni siquiera sé si lo hizo por mi bien o solo por que deseaba pelear con alguien, como el gamberro que es, pero me salvo de una paliza y eso siempre se lo agradeceré .

 

Cuando le escuche decir que si los tipos que golpeo sin cesar, mientras yo era un espectador de su fuerza bruta en mitad de la noche, apenas y dejo que sus amigos le ayudaran,  querían venganza lo fueran a buscar a la preparatoria Shohoku que es donde estudiaría.

 

Recuerdo que me sonrió y dijo que mejor me fuera antes que me topara con otros maleantes, que no yo no tenía pinta de gamberro, yo estaba sentado en suelo mientras mi espalda se afirmaba a una muralla de cemento, parecía pequeño en esa posición en comparación con el tremendo pelirrojo que era, supongo que eso ayudo a que no me reconociera.

 

Sin pensarlo me anote en esa preparatoria cuando mis intenciones verdaderas eran entrar en Kainan, pero pensé que estaba bien, si pillaba al pelirrojo, su radiante sonrisa me dio la esperanza de que él sería un buen amigo para conmigo, tenía conocimiento de que Shohoku tenía un equipo de basketball no muy bueno, pero al menos tenía uno y para mí estaría bien mientras hubiera una cancha donde pudiera entrenar.

 

Todo hubiese sido perfecto si no fuera por ella, no la odio pero si me incomoda su presencia, su existencia solo trajo cosas malas para mí, la segunda vez que Hanamichi reparo en mí, pude ver unos gloriosos segundos su admiración por mí, al notar como yo solo había noqueado a cuatro pandilleros, sonreí para mí al verlo hay, al fin se daría cuenta de que éramos parecidos, lo vi en sus ojos por un momento me vio como un igual, pero todo se fue al caño cuando llego ella haciendo sus berrinches sin sentidos, me enoje al darme cuenta que él sentía algo por ella.

 

Sin contemplaciones la trate mal, cuando se acerco con el semblante preocupado, sé que sus intenciones fueron buenas pero la rabia me consumía por dentro, no comprendía en esos momentos mis emociones, mas con el tiempo comprendí que lo que sentí en ese momento fueron celos, celos por que ella había llamado la atención de ese pelirrojo revoltoso.

 

Para que voy a mencionar los que mis palabras frías desencadenaron, el odio de Hanamichi para conmigo, la rivalidad, a pesar de todo era divertido meterme con él, ponerme a su altura haciendo las mismas niñerías, por que secretamente eso desee desde que era un niño tener un compañero con quien perder el pudor y la cordura, sin pensar en lo que otros pensarían de mí, Hanamichi me dio todo eso, a pesar de que le quería también le tenía mala ciertamente, el poder que tenía y tiene para sacarme de mis casillas, el como sus acciones de niño pequeños siempre molestaban y no solo a mí, sino que a todos, su inmadurez me sacaba de mis casillas.

 

Y ahora estoy aquí recordándole  como un tonto, añorando tiempos pasados que no volverán, queriendo gritar palabras que no dije en el momento que debía, mi cobardía me llevo más allá de la soledad, Sendoh y Mitsui me trataron de hacer entrar en razón mucho tiempo para que hablara con Hanamichi, que el idiota podría entenderme, que quizás él pudiera comprender en su obtusa cabeza que yo le quisiera, quizás solo quizás me diera una oportunidad, solo en mis sueños más locos me doy el permiso de pensar en que Hanamichi pudiera comprender lo que siento por él...

 

--Deja de gastar mi nombre zorro-Di un respingo al escuchar la voz de Hanamichi a mis espaldas, quien se encuentra a mis espaldas.

 

--Pensé te habías ido-Digo con un hilo de voz.

 

Como todos los sábados por la noche, Hanamichi, Ryota, Akagi, Mitsui y Kogure, cuando están en Kanawana, Hanamichi y los demás, nos juntamos a jugar recordando viejos tiempos, pensaba que todos se habían ido, ya que hoy me tocaba a mí cerrar todo.

 

--Pensaste mal-Es su única respuesta, camina hacia mí.

 

--Haruko debe estar extrañándote ya-Solo el decir aquello siento mi corazón doler, Hanamichi está comprometido con la hermana del Gorila, están prontamente a casarse, que felicidad por ellos, nótese la ironía.

 

--Haruko debe estar muy bien en los brazos de su amante-Su voz suena amargamente, sin querer me doy vuelta para contemplarlo-Vaya Rukawa jamás pensé verte en el papel de una Magdalena-Sonríe sin gracia, yo solo hago mi vista a un lado, ya está junto a mí, sin esfuerzo toma mi mentón con una de sus grandes y fuerte manos-Mira nada más como te ves...No, no zorro no debes llorar, no sin antes luchar-Me aconseja-Vamos levantamos de aquí-Dice mientras me levanta de la fría loza, apenas me doy cuenta de que había caído de rodillas al suelo.

 

Salimos de los vestidores en silencio, Hanamichi toma mis cosas y vamos hacia el exterior del gimnasio, el fresco de la noche me hace estremecer, seguimos en silencio a pesar de que los dos estamos sentados en un asiento de cemento bajo un frondoso árbol de cerezo.

 

--Entonces, por que lloras y más encima me llamas entre tus lamentosos llantos-Habla nuevamente Hanamichi serio.

 

 Los años no han pasado en vano no por lo menos no en Sakuragi, sus facciones se han suavizado bastante, sin peder el toque rudo ni varonil que siempre le acompaño, Hanamichi obtuvo al fin una belleza de infarto para las féminas, su cuerpo febril, fibroso y bien marcado, con esa piel tostada que lo hace sexy, su cabello semi largo y pelirrojo, mientras sus ojos almendras brillan con vida, el tiene pinta de un hombre y yo de principito.

 

--No lo sé-Contesto bajo, pero después me arrepiento de mi mentira, Hanamichi suelta un bufido, obviamente se dio cuenta de que no quería contestar-La verdad es que yo también te envidio, y muchos más de lo que tú alguna vez lo hiciste para conmigo-Es en parte la verdad, él solo asiente mientras mueve una mano en señal que siga-Tú tienes todo lo que yo no, amigos, una vida, sentimientos y yo al parecer no tengo nada, tú disfrutas tanto de la vida pero para mí la vida es una tortura-Confieso.

 

--Estás loco, Rukawa-Suelta sin nada-Claro que tienes sentimientos, o piensas que llorar no es un sentimiento, cuando te enojas por que alguien te quito el balón, la ira que demuestras por quien osa a despertarte, la alegría que sientes cuando ganas algo-Hanamichi da palmaditas en mi hombro izquierdo-También tienes amigos, lo que pasa es que no te das cuenta, si no fueras nuestro amigo ninguno te invitaría a venir a jugar con nosotros, Ryota y Ayako no irían a buscarte todas las mañanas para ir a la universidad, yo no te molestaría al llegar allá ni te daría la manzana como siempre, Sendoh no se molestaría en llamarte cada semana y Mitsui no estaría pidiéndole a todo el mundo que te cuidemos-Sonríe como niño pequeño antes de proseguir- No disfrutas de la vida por que no quieres no por que no puedas, tienes tanto miedo a sufrir a que las personas te hagan daño que te alejas de ella-Revuelve mis cabellos con gracia.

 

--Hanamichi-Le llamo una vez más-Gracias-Hago el amago de levantarme pero el lo impide- ¿Sucede algo?-Pregunto intrigado.

 

--Sabes estaba pensando-Comienza a hablar-Yo vivo solo, desde hace unas semanas, Yohei se fue a vivir junto a su novia, ¿Por qué no te vienes a vivir conmigo?-Me ofrece alegre-Así podremos al fin ser amigos, verdad, sin Haruko de por medio, sin tontas envidias-Me anima-A propósito todavía estoy esperando que me agradezca que en el pasado aya salvado tu vida de manos de esos maleantes que querían robarte tu bicicleta-Pide

 

--Lo recuerdas-Pregunto incrédulo-Quiero decir, sabías que se trataba de mí-Pestañeo haciendo acopio de todas mis fuerzas para no llorar nuevamente.

 

--Pero claro, acaso pensaste que alguien puede olvidarte tan fácilmente-Responde divertido-Siempre supe que eras tú, solo que mi inmadurez no me dejo acercarme a ti, por mi tonta envidia-Habla avergonzado-Bueno entonces te vienes a vivir conmigo-Vuelve a reiterar su oferta.

 

--Claro, ya no doy más viviendo con mi abuela-Contesto alegre-No sé tú pero tengo hambre-Digo-Te apetece ir por ahí a comer algo-Le invito, el solo asiente con la cabeza y nos vamos juntos.

 

Han pasado casi siete meses desde aquella noche, vivo con Hanamichi, nos hemos acercado mucho, somos amigos, aunque para mí no es suficiente es peor que nada, él ya no está con Haruko quien le engaño con un compañero de su facultad, a pesar de todo Hana se lo tomo bastante bien, solo le quebró unas cuantas costillas al amante de Haruko, obviamente no estuvo exento de show el asunto nuevamente Haruko le gritaba a Hana que lo odiaba pero al parecer no tuvo el mismo efecto que la primera vez cuando lo dijo adelante mío.

 

Todos los días alguien viene a vernos, ya sea la pandilla de Hanamichi, algún compañero de su facultad para estudiar juntos, me divierto a su lado, creo que al tenerlo a mi lado me ha ayudado a demostrar mis emociones, muchos ya no me temen, se acercan curioso a mí, sin comprender como Hanamichi el súper mega popular estudiante de la universidad estatal de Kanawana es amigo mió.

 

--Kaede-Hanamichi me llama desde la cocina, yo estoy en mi habitación estudiando para los exámenes finales, estudio Pedagogía en Educación física, mientras que Hanamichi estudia Kinesiología.

 

Dejo mis libros sobre la cama, voy junto a Hanamichi, quien ya salió de los exámenes, dice que le fue bien, como es un genio en nada le puede ir mal, es lo que dice él, solo espero que esté en lo correcto y haya hablado de bocón que es.

 

--Dime-Hablo a espaldas de él, haciendo que de un saltito de susto.

 

--Zorro, cuántas veces te eh dicho que no me asustes así-Se lleva una mano al corazón dramatizando más.

 

--Lo siento, se me olvida-Me disculpo sin verdad sentirlo, me gusta asustarlo-Sucede algo-

 

--Si-De pronto el semblante de Hanamichi se vuelve serio-Hoy Haruko me dijo algo de ti, quisiera saber si es verdad-

 

Frunzo el ceño, qué mierda le diría esa chiquilla para que Hana me hablara tan serio casi con frialdad.

 

--¿Algo? ¿La verdad?-Cuestiono intrigado, mi voz denota que no tengo ni idea de que me habla.

 

--Es verdad que tú...bueno que tú-Ahora está rojo más que su propia cabellera, y extrañamente comienza  a jugar con sus dedos-Bueno que tu le dijiste al puercoespín que a ti te iban solo los hombres, ya sabes...que a ti, que tú....bueno zorro a que ti te gustaba...esto, como decirlo-Se ríe nervioso dejando de jugar con los dedos para rascarse nerviosamente una de las mejillas, mi cuerpo está completamente tensado sé para donde va-Bueno que a ti te gusto yo-termina gritando muerto de la vergüenza, peor que un niño pequeño.

 

--¿Qué más te dijo ella?-Inquiero frío.

 

--¿Eh?-Dice sin entender nada, mirándome a los ojos-Entonces es verdad-No pregunta afirma, maldita sea mis mejillas se tiñen carmesíes, los ojos de Hanamichi se dilatan al sorprenderme, demonios--¡Woooo!-Exclama antes de reír en su pose de Tensai.

 

--Hanamichi-Digo nervioso-No te rías, no es divertido, acaso no te importa el hecho de que me gustes-Grito desquiciado, haciendo que Hana deje de reír-Por favor qué más te dijo-Pido sin atreverme a mirarlo a los ojos.

 

--Que tuviera cuidado contigo, por que podías aprovecharte de mí-Hablas sentándote encima del mesón de la cocina-Un poco dejo entre ver que si no me andaba con cuidado en la primera que se me cayera el jabón tu ibas a violarme-No aguanto estar serio al final de la frase se atoro con su propia risa, tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no desfallecer hay mismo, la verdad no entendía el cómo funcionaba la cabeza de Hanamichi-Dijo también que desde siempre has estado enamorado de mi, que por eso no te van las tías, bueno la verdad es que metió mucha mierda entre medio que no es sano para ti...Solo dime exactamente con sinceridad que pasa realmente-Vuelve a colocar su semblante serio.

 

--Yo...--Comienzo hablar dejándome caer en un asiento, cierro mis ojos y simplemente hablo-Es verdad, yo desde la vez que me salvaste que me gustas, no, te amo en verdad, al principio no sabía por qué me sentía así, ni tenía idea de lo que sentía, hasta tu lesión en la espalda pude entender mis sentimientos para contigo, solo el saberlo me hizo peor-Tomo mi cabeza entre mis manos-No nos llevábamos bien, siquiera hablábamos, no me podía estar ocurriendo eso a mí, pero con el tiempo comenzaste a tratarme mejor, como soñé que me tratarías si ella no te hubiese gritado ni yo haberle contestado mal-Abro mis ojos para chocar con sus almendras-Te juro que jamás tuve pensamientos impuros contigo, trate de hacer todo lo posible para quitar mi vista de encima de ti, todavía lo hago, te doy el mayor espacio posible-Muerdo mi labio con desesperación, esperando que me crea-Yo de verdad lo siento, si quieres que me vaya, lo entiendo-Dije con un hilo de voz, el nudo en mi garganta vuelve a crearse como hace meses no sentía, incluso es más doloroso que antes, me levanto dispuesto a ir por mis cosas y marcharme.

 

--Alto ahí zorro-Grita Hanamichi-Ven junto a mí, en este instante-Me llama con su dedo, como si ese movimiento fuera un hechizo voy junto a él, cuando estoy lo suficientemente cerca paro, pero Hanamichi alarga sus manos, me toma por la cintura y me atrae a él, mi respiración se corta-No voy a mentir-Susurra cerca de mi oído-No creo estar enamorado de ti...no todavía, pero me gustaría intentarlo contigo-Sus manos viajan por mi cuerpo hasta llegar a mi cabeza la cual con toma enérgicamente entre sus fuertes manos, sus dedos se enredan en mis hebras negras, su aliento choca en mi rostro, y su mirada melada se topa con la mía-Enamórame Kaede, hazme perder la cabeza por ti, y te prometo que jamás te dejaré solo-

 

Acerca sus labios a mi mejilla izquierda donde comienza a dar pequeños besitos en ella, yo solo suspiro, afirmo mis manos en sus fuertes hombros,  él comienza lentamente a acercar sus labios a los míos hasta encontrarlos, los toma con fuerzas, yo abro mi boca para dejarlo entrar gustoso, su calida y húmeda lengua explora mi cavidad bucal, no sé en que momento estoy sobre la mesa de la cocina, todo lo que había sobre ella cae estriposamente al suelo, victimas de la fuerte tormenta de pasión que desatamos juntos.

 

Me Perdí en el placer que sus manos me brindaban, en la tibieza de su firme cuerpo, ni siquiera sé en que momento me hizo suyo, atontado más al sentir sus mimos y palabras de cariño en mi oído, por primera vez sé lo que es la felicidad, siento como unas traicioneras lagrimas caen por mis mejillas, son de felicidad, conocí la paz, puedo sentir el calido cuerpo de Hanamichi rodeando el mío con suavidad y ternura, me llama.

 

--Rukawa...oye zorro...Rukawa, hey Rukawa-siento su voz a lo lejos, demasiado lejos, qué pasa, por qué su voz ya no es tranquila, qué pasa, por que de pronto todo está oscuro, Dios que me pasa no siento nada...

 

--Maldita sea Rukawa, qué demonios haz hecho-Grita Hanamichi, desesperado mira hacia todos lados, tratando de encontrar una explicación lógica del porqué Rukawa esta casi inconciente, inundado por las lagrimas, llamándole con desesperación.

 

Había entrado a los vestidores buscando la camiseta blanca que Haruko le había regalado cuando se encontró con Rukawa llamándole, apenas le había dicho que dejará de gastar su nombre cuando Rukawa murmura algo y cae al piso.

 

--Mierda-Exclama el pelirrojo, sacando un teléfono móvil de su chaqueta-Necesito una ambulancia en el instituto Shohoku, un hombre de veintitrés años con un paro respiratorio...Eh...no, no lo sé, lleva así unos diez minutos, pero acaba de darle el paro, a ver-Hanamichi comienza inspeccionar a su alrededor en busca de algunas señal o cosa que Kaede hiciera-Mierda-Exclama nuevamente cuando encuentra un frasco de medicamento, lo toma y lee-Sufre de Cefalea tencional crónica, supongo que fue tanto el dolor que tomo más de lo debido...Si ya lo estabilice pero necesita atención, si gracias-Corta el llamado.

 

Hanamichi vuelve a darle respiración boca a boca a Kaede, para después tomar el pulso.

 

--Espera que despiertes zorro maldito, mira que hacerle pasar estás cosas al Tensai-Se queja, mientras le brinda una pequeña caricia en el rostro bañado en lágrimas, dejando escapar un suspiro de su boca-Cuánto dolor guardas Kaede-Pregunto al chico que tenía en ese momento entre sus brazos llevándolo hacia el exterior del gimnasio para ver si el fresco de la noche ayudaba un poco.

 

Hanamichi busco en su bolso deportivo una pequeña toalla que tenía para el rostro, era de color roja, la tomo para luego limpiar el rastro de llanto en la cara de Rukawa que nuevamente lo llamaba, con su mano desocupada, tomo una de las pálidas manos del zorro tratando de esa manera de hacerle comprender al otro que él estaba ahí a su lado.

 

En el estado de delirio que estaba Rukawa había soltado una sarta de cosas, que Hanamichi paso por alto en su egoísmo, en ese instante el rey de los rebotes se sentía morir, tan ciego estaba por la envidia que había sido incapaz de ver el caos en Kaede, del cual él era uno de los mayores responsables, lo único que quería el zorrito era su compañía, Hanamichi desde hace mucho lo sabía Mitsui se lo había dicho pero creyó que éste le estaba tomando el pelo,  mas al parecer Mitsui decía nada más que la verdad.

 

Otra vez le dio respiración boca a boca y tomo el pulso, cambió el paño frío que descansaba sobre la frente de un afiebrado Rukawa, si Hanamichi estaba en lo correcto, a Kaede le había dado una baja a las defensas ganándose una gripe de la cual no fue conciente a tiempo, el cansancio físico en que estaba, la deshidratación al jugar, la poca alimentación por estudiar más en la semana de exámenes que estaban, sin contar con el grave dolor de cabeza que padecía desde muy joven el ex numero once de Shohoku, y el gran abuso de su parte para ingerir los fármacos lo habían arrastrado al colapso.

 

La ambulancia no tardo en llegar llevándose a Kaede, Hanamichi no lo acompaño, puesto que debía cerrar el gimnasio buscar sus cosas y las de Kaede, hizo todo eso en momento, le aviso a sus amigos y fue para el hospital en un taxi.

Llevaba diez días inconciente, los doctores le dijeron que al parecer Kaede no deseaba despertar, Hanamichi no se despego de su lado nada más para lo necesario, eso provoco continuas pelea con su novia, quien no entendía el por qué la obsesión de Hana para con Kaede, en cambio tanto Mitto, Ryota, Mitsui y Kogure entendían lo que pasaba por la cabeza de Hanamichi, si no fuera por las circunstancias en las que estaban, se reirían del pelirrojo por que al fin se había mandado los tortazos,  Hanamichi por fin se dio cuenta el por qué de su obsesión para con el chico de los ojos azules.

 

 

Haruko lo único que exigía de su prontamente esposo, era un poco de atención, que gracias a Rukawa ella no podía recibir, ya estaba harta de los continuos desaires de su novio, habían transcurrido cinco semanas de lo ocurrido con Rukawa y ella apenas había visto a su novio, las únicas oportunidades de verlo era yendo al hospital donde Kaede estaba internado, en el momento que despertara ese maldito ser, roba atención de novio, la iba a escuchar, ya podía ver el porqué de todo el asunto, pero antes muerta que aceptarlo, jamás dejaría que Rukawa tuviera lo que deseaba o era ella o nadie.

 

Sendoh casi se muere al enterarse de lo ocurrido con Rukawa, justo había llegado de vacaciones cuando se encuentra con la noticia, observaba a regañar por lo bajo, pero no tanto para que no escuchara, suspiro cansando, la obsesión con máscara de amor podía ser enfermizo muchas veces, negó con la cabeza antes muerto que dejar que Haruko le hiciera daño al único hombre que amaba, él, Sendoh, no era una persona egoísta, Kaede había elegido a Hanamichi y él lo respetaba, no iba hacer nada contra esa decisión solo velar por el bien estar de su amado como un amigo.

 

Fue junto a la jefa de enferma, con la cual habla algunos momentos, pidiéndole encarecidamente, no sin usar sus técnicas de seducción, que no dejaran entrar a la joven que él le mostró, como Haruko Akagi, que era bien recibida por Rukawa y que podía hacerle daño, la mujer le aseguro que no dejaría que esa chica pasara verlo, tanto uso sus encantos que la enferma saco una fotografía con su celular a la muchacha para dejar constancia.

 

Sendoh no pudo menos que alegrarse por su astucia, también aviso a sus amigos e incluso al mismo Hanamichi, quien tuvo que hacer de todas sus fuerzas para ir y ármale un escándalo a su novia, no pasaron muchos días antes de que Hana terminara con ella, a pesar del show que ella le armo, del cual tanto se lamentaba Akagi sin entender el comportamiento de su hermana, quien fue descubierta in fraganti por Ayako quien no se lo calló y contó a Hanamichi de está tenía un amante.

 

Todos se hicieron cargos de los gastos de hospital, unos más que otros entre ellos Sendoh y Hanamichi, éste último no podía estar más afligido Kaede iba para su tercer mes de coma inducido por el mismo, se preguntaba si Kaede era más feliz en sus sueños, qué podía hacer él para que Rukawa supiera que en la realidad también podría ser feliz  a su lado.

 

Tenía entre sus manos una de las de Kaede quien dormitaba silenciosamente en la camilla de hospital, el joven estaba más pálido y delgado, su cabello un tanto más largo, pero seguía poseyendo esa hermosa belleza  que tanto le caracterizaba, Hanamichi tuvo que pelear mucho para  hacerles entender a todos que Rukawa jamás pensó en quitarse la vida, puesto que si los de la universidad llegaban a saber que eso era así no dudarían en quitarle la beca que tanto esfuerzo le costo a Rukawa, sin mencionar que su expediente deportivo quedaría manchando para la eternidad, al parecer Hanamichi fue lo bastante convincente para hacerles creer que solo fue un error de cálculos, pero Sakuragi se cuestionaba todos los días si la verdadera intención del zorro había sido morir y si eso era así, él se lo había impedido, por primera vez en semanas Hanamichi se preguntó si haberlo salvado había sido correcto...

 

Mi cuerpo me pesa, siento como si mil agujas atravesaran todo mi ser, mi garganta quema, mis parpados me pesan, escucho voces desde lejos, de hecho desde siempre las eh escuchado por ahora con más nitidez, trato de hacer memoria de que ah pasado, el sonido de un pitido me saca de quicio, estoy demasiado cansado para abrir mis ojos pero así lo hago, de a poco, veo una mesa llena de flores y osos de felpa, ¿En dónde estoy? Es lo primero que se me viene a la mente, ahora reconozco el aroma que no sabía identificar en mi letargo, violetas, hay muchas violetas en los jarrones, hay un oso de felpa que me llama la atención más que ninguno es uno con la apariencia de un mono pelirrojo, esbozo una pequeña sonrisa pero al instante me arrepiento mi cara duele, como si hace mucho no se moviera, no puedo reprimir la mueca de dolor.

 

--Zorro, despertaste--¿Eh? Esa voz es de la de Hanamichi, giro con cabeza con demasiada fuerza, otra vez el dolor me ataca pero no me importa, siento que necesito verle que hace mucho no veo, de pronto mis mejillas se tornan rojas, un flash de un sueño llega a mi mente en donde él y yo estábamos sobre una mesa de cocina-Vaya si que eres dormilón, espero que la hibernación haya ayudado a tu genio, mira que tendrás que darme unas buenas explicaciones, zorro tarado, mira que hacerme pasar semejantes sustos, como vuelvas a asustarme así yo mismo te mando a dormir junto a tatita Dios-Habla a toda revolución.

 

--¿Qué pasó?-Es lo único que puedo preguntar

 

--Qué pasó-Repite con voz incrédula antes de rodar sus ojos melados-Pues que casi nos has matado del susto a todos joder-Gritas, después callas, respiras hondamente mientras tus manos se mueven simulando empujar algo imaginario-Te dio un colapso-Me informas-Tomaste tus pastillas para el dolor de cabeza, pero te pasaste en la dosis, te dio un casi paro respiratorio, menos mal que en mi carrera tengo taller de primeros auxilios y pude darte  reanimación-Suspiras cansado-Haz estado dormido durante casi cuatro meses-Emito un jadeo por la noticia-Vieras lo que hemos tenido que hacer para mantenerte aquí, será mejor que te pongas las baterías y comiences a jugar bien basket para pagarnos tu cuenta de hospital-Me siento mal, como si un pesado metal cayera en la boca de mi estomago, pero Hana ríe-No te sientas mal zorrito, era broma, no has sido tan caro, resulta que tu abuela llego con un seguro de tus padres en caso de enfermedad o accidente, así que solo nos debes nuestros nervios, preocupación y unos cuantos días de sueño-Enumeras con tus dedos-Pero menos mal que haz despertado no sé cuanto hubiese aguando ya-hablas serio, te sientas a mi lado, me das un dulce caricia en mi rostro.

 

No puedo menos que temblar ante esto, suavemente comprendo que era eso tan calentito y bien que se sentía, era sus mimos los que no me querían hacer despertar, muchos flashes llegan a mi mente, recordando sus caricias y palabras, no quería despertar pensando que todo era mentira, Dios santo, si tan solo hubiese vencido el miedo antes, habría despertado mucho antes.

 

--Ahora di que no fue tu intención intoxicarte con medicamentos-Ordena mirándome a los ojos, tomando con fuerza mi mentón-Dilo-

 

--Fue así-Contesto ladeando un poco la cabeza-Jamás pensé en matarme, bueno si, pero no...solo quería que el dolor se fuera-Digo con verdad.

 

Sueltas un tremendo suspiro, y niegas con tu cabeza, sales de la habitación sin decir nada, me desespero no entiendo que paso.

 

--Hanamichi-Grito con miedo de que no vuelva, unas estridentes pisadas se escuchan desde afuera, en un instante Sakuragi hace acto de presencia, yo soy respiro aliviado.

 

--Se podría saber el por qué de tus gritos-Pregunta curioso afirmándose en el marco de la puerta-Solo iba avisar a los chicos que habías despertado, no era para gritar-

 

Se acerca a mí y me abraza con delicadeza levantándome unos centímetros de la cama.

 

--Tonto, no voy a salir de aquí para no volver-Susurra cerca de mi oído como en mi sueño-Te prometo que estaré a tu lado, todo el tiempo que quieras, mírame Kaede-Yo le hago caso, cuando nuestras mirada se topan vuelve hablar con un sonrisa en la comisura de sus labios-No te prometo una vida sin peleas o sin problemas, quizás muchas veces queramos soltar la toalla, o en sí matarnos, pero si te prometo caminar juntos tomados de la mano, luchando juntos ante todo, que estaré ahí cada noche, cobijándote en sueños, solo prometo no soltar tu mano, incluso si tu lo quieres, solo sé sincero conmigo que yo lo seré contigo por que te amo-Besa mis labios antes de poder procesar sus palabras, pero recibo gustoso sus caricias, son aún mejores que las de los sueños.

 

--Te amo-Susurro a la primera oportunidad que tengo de tomar aire después de nuestro calido beso-Te amo-Repito.

 

--Lo sé-Sonríes, con esa gracia tuya única para hacer caritas, haces la pose de super genio del basketball-Viste que soy todo un genio, zorro-Me guiñe un ojo y yo suelto una estridente carcajada, de esas que muchos años me prohibí soltar, la primera de muchas risas al lado de mi mono revoltoso.

 

Es hora de hacer mis ilusiones verdad a su lado, todavía no comprendo todo, acabo de despertar, mi habitación está llena de personas que jamás se despegaron de mi lado, no puedo quitar la sonrisa de mis labios, no sé como pude pensar que no le importaba a nadie, tengo amigos, tengo vida, sueños y un amor que me ama, solo espero no soltar su mano en la eternidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, este fic iba dedicado a mi familia, a pesar que ellos jamás leeran esto Xd, pero ahora gracias a los cambios que he hecho en mi vida, ahora los valoro mucho más.

 


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