No puedo enamorarme de tí
No Puedo Enamorarme De Ti
By Joaquin Sabina
Escucha una cosa
Que te voy a decir
Como cada mañana comenzó a subir los escalones del santuario rumbo al templo principal donde su maestro lo aguardaba para una ardua mañana de investigaciones a la cuál seguiría un formidable almuerzo. Había sido designado para ocuparse de reorganizar el santuario, demandante tarea que incluía desde poner por escrito todos los hechos, tanto relevantes como de importancia dudosa, acerca de los acontecimientos ocurridos en el santuario durante los últimos 15 años hasta hacer un seguimiento personalizado del movimiento astral con el propósito de encontrar y reclutar a futuros nuevos caballeros de la orden de Atena.
Suspiro pesadamente antes de entrar al templo de géminis. Pese a sus esfuerzos no podía evitar sentir que el perdón que le había otorgado a ese caballero dorado solo fue de dientes para fuera. Por más conciente que estuviese de que el rencor es un sentimiento indigno en un caballero cuya vida se consagra al amor y la paz de su mundo él no podía mandar sobre su corazón, siempre demasiado frágil, siempre demasiado susceptible a las emociones que lejos de cerrarse acababan por depositarse una a una en capas de sentimientos removidos, alterados, significativos y muchos de ellos sobre todo dolorosos.
Se sintió aliviado de no encontrar a Saga en el templo, pero su calma se esfumo cuando antes de que lograra trasponer el umbral la voz del gemelo mayor invocándolo resonó en el amplio salón.
-Buenos días Saga ¿en que puedo servirte?- fingió cortesía el menor a la vez que lo miraba indiferente
-Hace días que trato de hablar contigo, he ido a tu templo varias veces pero por una u otra razón nunca dispones de tiempo para recibirme
-Mi maestro me ocupa toda la mañana y debo utilizar mi tiempo disponible para reparar decenas de armaduras... espero sepas comprender
-Entonces hablemos ahora
-Shion me espera
-Solo serán unos minutos
Ambos se miraron fijamente, decididos. Saga camino hacia el y se detuvo tan cerca suyo que inquietaba su cordial templanza
-Muy bien, dime lo que deseas pero se breve por favor- expreso tratando de mantener su fingida postura de amabilidad mientras desviaba la mirada hacia el luminoso exterior del templo
Silencio. Solo silencio entre los dos. Mu apretó fuertemente sus puños molesto por el modo infructífero casi hasta diría burlón en que Saga le hacia perder el templo. Iba a reclamar cuando el ligero roce de los dedos del mayor sobre su cabello lo dejaron atónito. Saga acaricio con suavidad un mechón de sus hebras lilas, con lentitud. Mu cerró los ojos confundido mientras aguardaba que pasara algo, lo que sea que perturbara esa falsa calma que reinaba en el lugar.
Saga llevo sus dedos a su rostro, recorrió la tersura de sus labios con sus pulgares. Mu se estremeció ante el contacto, nunca nadie había acariciado su piel, su corazón palpitaba desbocado, su respiración se tornaba agitada mientras las manos del mayor rodeaban su cuello para atraer su rostro hacía él.
Sin permiso Saga profano sus labios, los tomo con profunda calma entre los suyos, los beso, los saboreo, los degusto, los mordió, los succiono, los humedeció, los entreabrió con su lengua, los franqueo. Se besaron, se besaron con dependencia por interminables minutos.
-Te amo- fue la confesión que broto de los labios del mayor una vez que sus bocas forzadamente debieron apartarse para tomar aire.
Aunque te duela el alma
Como me duele a mi
-¿Cómo te atreves a actuar así?... ¿qué clase de caballero eres?- le reclamo furioso, sonrojado, nervioso el menor
-Uno que no puede dejar de pensar en ti... me gustas Mu...
-No juegues
-¿jugar? Porque habría de jugar con algo así... tan poco me conoces que...
Podría engañarte
Si se me diera de ti
-Jajaja como tienes el descaro de decir algo así Saga... ¿quien podría creerte algo después de todos tus crímenes?- estallo con rabia el menor dejando tieso al peliazul que nunca imagino el apacible ariano pudiera reaccionar de esa manera
-Ya veo
-¿Ya ves que?
-De veras creí que cuando me diste tu perdón... ¡que estupido!... solo lo hiciste por deber... nunca fue cierto
El caso es que
No puedo enamorarme de ti
-Lo lamento Saga, no puedo perdonarte- pronuncio cabizbajo Mu, le resultaba demasiado incomoda la situación
-Estas en todo tu derecho- dijo el mayor forzando la mueca de una sonrisa antes de darse la vuelta y perderse en el frió interior de su templo
No, no puedo enamorarme de ti
Apretó su cabeza entre sus manos, no podía pensar, no podía concentrarse en su deber, no podía organizar los papeles... esa mañana no podía arrancar al geminiano de su cabeza de ningún modo.
.............................................................................................................................................
Nadie te roba nada
Nadie ocupa el lugar
De nadie son los besos
De los labios del mar
Había probado sus labios, se había condenado. El gemelo se recostó exasperado en su cama. Absurdo, fue absurdo pensar que entre el y el caballero de Aries pudiera haber algo más que la cortesía requerida para la convivencia en el santuario. Pensar que desde que recobro la vida no había podido evitar percatarse de cuanto le atraía el menor, de cuando admiraba sus actitudes elegantes y humildes, su sonrisa fresca su mirada profunda e inocente, despojada de maldad aunque... ahora también pudo comprobar que en esa mirada también podía caber el rencor, al menos para él eso era lo único que podía esperar hallar en ellos.
Siguió así en la cama el resto del día, pese a la tentación al percibir el cosmo de Mu acercarse para atravesar su templo el siguió inmutable. Lo odiaba, lo amaba tanto que lo odiaba por no permitirle consagrar su amor a el.
.............................................................................................................................................
-¿Le preocupa algo maestro?- inquirió Mu al notar la expresión pensativa de su maestro mientras almorzaban
-Eh... ah, claro... ciertamente hay algo que me inquieta-
-Si puedo ayudarlo maestro sabe...
-Hace días que Saga no asiste a los entrenamientos vespertinos. Se ha excusado con Aldebarán diciendo que esta enfermo pero... tampoco permite a nadie entrar a verlo u ofrecerle ayuda
-Saga es un hombre fuerte, no creo que le guste recibir ayuda de los demás ni tampoco que tarde mucho en recuperarse de su mal. No debe preocuparse por ello maestro- expreso el menor girando su rostro hacia el otro lado de la habitación. Gesto que llamo poderosamente la atención de su maestro quien rápidamente comenzó a atar cabos y a relacionar
-¿Te molestaría ir a verlo y comprobar como se encuentra?
-¿que? Digo... aun tengo muchos papeles que resolver hoy y...
-Muy bien, Saga seria una excelente ayuda para ti, además debes avocarte en el informe sobre el periodo en que el tomo el poder ¡y que mejor fuente de información que el mismo!- resolvió felizmente el mayor al notar lo rápidamente empalidecido que se hallaba su discípulo
-Pero...
-Además, tu también llevas varios días un tanto... enfermo... quizás y hasta se contagiaron la misma peste ¿no?
-Estoy en perfectas condiciones maes...
-Pero si te has puesto tan pálido Mu... y los últimos días has estado muy silencioso y abstraído... ¿Acaso no me respondiste el otro día cuando te pregunte porque te apretabas tan fuerte la cabeza que esta te dolía mucho?
-Ya paso
-Esta decidido Mu. Iras ya mismo a ver a Saga y presentaras puntualmente a primera hora del día ese informe con su ayuda y de paso me informaras como sigue... su estado de salud- pronuncio Shion con gravedad
-Como usted desee maestro- respondió el pelilila con un tono de molestia en la voz pues sabia cuando Shion ser ponía en ese plano nada lo hacia cambiar de decisión, bueno, quizás Dhoko pero lamentablemente el caballero de libra había partido a los viejos 5 picos en esos días.
Finalmente Shion le entrego una pila de papeles y le ordeno partir.
De nadie es el camino
Que no mira hacia atrás
Donde se desangran
Las estatuas de sal
Sintió unos suaves dedos rozar su rostro, despacio, temerosos ¿porque? Abrió los ojos confundidos mientras apretaba entre las suyas las manos del extraño. Cuando su adormilada vista se recupero pudo identificar extrañado al dueño de esas calidas manos.
-¿Mu?- pregunto extrañado
-No despertabas, no fue mi intención- se excuso el mayor tironeando su atrapada mano
-Se bien, que esa no podría ser tu...- afirmo el mayor estrujando sus dedos-... intención- termino a la vez que liberaba la enrojecida y húmeda mano- ¿Como entraste?- pregunto de pronto mientras dirigía su vista a la puerta cerrada-mmm ya veo, tus habilidades no tienen limite pero... existe algo llamado propiedad privada- le aclaro el mayor corriendo la colcha y levantándose... dejando su desnuda y fibrosa anatomía a la vista del ariano que de inmediato giro su rostro molesto... y sonrojado
Saga sonrió ante su expresión facial a la vez que se acercaba a su guardarropa y tomaba unas prendas sencillas de el.
-Ya puedes mirar... si quieres- pronuncio sentándose en la cama
-Shion desea saber como estas de salud
-Dile que cada día peor
-¡mentiroso!
-Igual que tu
-¿Y que querías? Preferías que te tratara como una basura
-Si me lo hubieras dicho quizás me hubieras evitado esto
-¿Esto que?
-enamorarme- dijo en un hilo de voz el mayor a la vez que nervioso tomaba los papeles que había en la cama y los ojeaba
-Shion quiere que me informes sobre tu periodo de patriarca- soltó aliviado de poder cambiar el tema y fingir no haberlo oído-... claro que si te sientes descompuesto podemos...
-Descuida, físicamente estoy muy sano- mascullo enfatizando el "físicamente" y darle a entender con claridad que parte estaba en realidad enferma
-Bien bajemos a la sala
-¿Por que no aquí? ¿Te pone nervioso?- pronuncio desafiante el mayor mientras se levantaba y arrastraba una pequeña mesita
-Me es indiferente- respondió molesto mientras se sentaba en la cama y colocaba los papeles en la mesa improvisada
-¿Y bien? ¿Que quieres saber?
.............................................................................................................................................
Saga le relato desinhibidamente todo, absolutamente todo. Mu no podía evitar pensar que el gemelo estaba haciendo catarsis y tratando de liberarse se esos fantasmas de una buena vez, desahogando con el todos sus pecados
-¿Pero en tus momentos de lucidez... por que no hablaste con alguien?- pregunto absorbido por la historia
-No era tan sencillo Mu. Esos momentos eran pocos y duraban aun menos... además mantenerme conciente me debilitaba, en ese estado siquiera tenia la fuerza de portar mi armadura, todas se me iban en mantenerme en pie... despierto. Admito que actué como un cobarde, tenia la certeza de que si hablaba con alguien, cuando "el" volviera simplemente se encargaría de matarlo o dañar su mente ¿sigo?- Mu asintió ante la pregunta
No, no puedo enamorarme de ti
-... Y lo mande a asesinar... sin piedad aunque era mi mejor amigo... mi primer amor. Luego se volvió tan fácil para "él"... yo no quería estar, no quería ver y no poder hacer nada, creo que desaparecí... no se ¿estoy diciendo tonterías, no?- pregunto Saga levantándose nervioso y sirviéndose un vaso de agua fresca
-Eso seria un casi morir... sin nuestra mente somos una cáscara vacía
-Pero a veces de repente era de día y estaba allí, sentado u hablando con alguien como...
FLASH BACK
-Entonces quiere que lo asesinemos señor
-¿Que? Inquirió Saga extrañado de tener a tres santos de plata postrado a sus pies
-Partiremos a Jamir y traeremos su cabeza señor- aseguro uno
-será fácil- avalo otro
-Olviden esa orden y salgan de mi presencia ahora-
-pero señor...-
-¡Salgan!- grito el falso patriarca perdiéndose trás las cortinas del templo y dejando anonadados a los caballeros por su repentino cambio de parecer
FIN DE FLASH BACK
-Siempre me pregunte por que nunca fuiste personalmente por mí... muchos años te espere... como la muerte que llega para cernirse apagando mi vida- hablo cabizbajo mientras recordaba ese momento
-Eso jamás... jamás lo hubiera podido hacer y "el" lo sabia- afirmo el mayor levantando su mentón- Sabía que si se atrevía a acercarte a ti con esas intenciones o mataría mi conciencia o la despertaría furiosa... supongo que no quiso arriesgarse a poner a prueba cual de las dos teorías era la correcta y opto por enviar siempre a otros caballeros
-Eso no tiene sentido- hablo débilmente mientras fijaba su vista en las profundas esmeraldas del mayor
-¿porque?
-Porque fuiste capaz de atentar contra Atena siendo un bebe recién nacido... asesinaste a tu amante... a mi maestro... ¿que cambiaria matarme o no a mi?
-Todo... ya en ese momento eras más importante que nada para mi... siempre lo fuiste... desde que tu maestro nos presento siempre he pensado que eras un ángel
-Basta- suspiro débilmente mientras la angustia socavaba su tranquilidad, mientras su respiración se agitaba y Saga lo veía con intensidad, y Saga se acercaba a su rostro y Saga...
No, no puedo enamorarme de ti
Se besaron con devoción, profunda devoción e intensa necesidad. Un momento después Mu rodeo el cuello de Saga forzando el contacto a la vez que el mayor lo abrazaba de la cintura y los hacia caer.
No, no puedo enamorarme de ti
Acomodo sus piernas alrededor del gemelo a la vez que introducía su lengua torpemente en esa cavidad, a la vez que limpiaba las lágrimas de incredulidad que derramaba el mayor con sus blancos dedos.
No no puedo enamorarme de ti
De pronto Saga lo detuvo en seco, rompiendo el apasionado beso con el menor que lo miro aturdido.
-¿Que ocurre? ¿Estas jugando?
-Si- admitió el menor sentándose descuidadamente sobre su pelvis
-¿por qué?
-Porque no puedo evitarlo... odiarte... y necesitarte
Si quieres quererme
Voy a dejarme querer
Saga lo miro confundido antes de esbozar una sonrisa.
-¿entonces no te molesta si te doy un buen motivo para odiarme... y necesitarme?
Lo desnudo con excitante calma mientras enviaba sensaciones eléctricas a través de los nervios del menor al besarlo, en cada centímetro de su piel de porcelana, al acariciarlo con pasión desmedida, perturbo las mejillas del menor al tocar con su lengua la entrada a su intimidad. Agitado Mu se aferro a las sabanas, las apretó torció y retorció mientras gemía de placer, mientras Saga aliviaba la excitación de su sexo con sus manos echas para la guerra... y para el amor también
Si quieres odiarme
No me tengas piedad
Terminaron en un orgasmo cómplice, uno sobre el otro. Casi sin aire Mu se sentó sobre Saga, quien rodeo su cintura y beso su cuello con ternura mientras sentía las manos del silencioso ariano acariciar su brazo derecho con dedicación, con afecto.
-Ahora puedes hacer lo que quieras conmigo... ya no necesito más- susurro Saga a su oído- ódiame, mátame, destrúyeme... para mi eres un ángel igual- afirmo antes de quedarse dormido con sus brazos reposando tiernamente sobre su abdomen
Pero hay una cosa
Que no vas a lograr
Y es hacer negocios
Con la necesidad
Mu se acurruco pensativo entre sus brazos cálidos, respiro su aliento mezclado con el suyo, giro levemente su rostro para probar los delgados labios. Cierto era que lo necesitaba. Cierto que lo había lastimado como nadie. Cierto también que cuando lo conoció ese anochecer en el santuario la estrellas de Aries brillaban con intensidad... parecían tan felices como el por haberse topado... con un ángel.
No, no no puedo enamorarme de ti
Eso había pensado trás conocer a Saga, un hombre de belleza intimidante, de mirada profunda, de sonrisa impecable, amable, noble, digno que... destruyó su vida poco después.
No no puedo enamorarme de ti
Cierto que lo había admirado, pero cierto que Saga destruyo esa admiración en infinidad de pedacitos. Cierto que ahora estaban sobre el mismo lecho. Cierto que lo odiaba ¿o no?
No no puedo enamorarme de ti
No podía estar pensando eso, claro que lo odiaba... o casi. Quizás lo amaba pero no debía. No debía. No debía. Tenia terminantemente prohibido amar a ese hombre que... lo estremecía, lo colmaba, lo perturbaba con su sola cercanía, lo hipnotizaba, le removía hasta las tripas con la intensidad de su mirada, con su determinación, con su modo de ser con él, solo con él, porque Saga solo lo amaba a el, por que desde siempre estuvieron condenados a...
-No, no puedo...
No no puedo enamorarme de ti
-No puedo y lo hago: te amo- admitió en voz baja mientras besaba la frente del mayor que abrió los ojos de repente dejándolo tieso
-¿Escuche lo que creo?
-No- respondió divertido el menor mientras se acurrucaba nuevamente en sus brazos- duerme que es tarde y a este ritmo para acabar esos papeles nos quedan ... tantos días de trabajo... juntos- suspiro antes de entregarse al sueño.