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The playboy mansion por rina_jaganshi

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Notas del capitulo: Disclaimer: Eh pedido, rezado, entré a la catedral de rodillas y aún así no se me concede que la serie de Naruto sea mía pero algún día Kishimoto XD

Me dejo caer pesadamente a la silla, mis brazos cruzados sobre mi pecho y mi vista fija en algún punto de la pared. La vieja Tsunade se encuentra enfrente de mí, detrás de su escritorio, revisando minuciosamente una hoja de papel, la cual estoy seguro que son los análisis que me sacó. Gruño por lo bajo intentando llamar su atención pues estar aquí significa dejar solo a mi dobe con los animales que, seguramente, estarán rodeándolo, como ha sido durante toda esta semana. Sin mencionar lo bien que se está llevando con cada uno, pues resulta que ya le habla perfectamente bien a todos, pretexto que ellos usan para acercársele aún más.

Lo único bueno es que el teatrito de que es mi novio, sigue en pie y nadie se ha dado cuenta de que no es verdad. Sigo teniendo la ventaja al poder abrazarlo, tocarlo y besarlo cuando se me da la gana pero eso no quita el hecho de que todos se lo comen con la mirada, haciéndome enfurecer. Por si fuera poco la maldita fiebre no quedo sólo en eso, sino que estos días me he mareado sin razón alguna, así como una extraña tos me da entrada la noche, ahí el por qué de los análisis. Un suspiro de ella me hace mirarla. Sus ojos parecen cansados, recarga sus codos en el escritorio.

—Estás mal… —comenta cerrando los ojos. Yo bufo molesto, estoy consciente de que no es normal lo que me está pasando, nunca antes me había enfermado. Sin embargo…

—Ya pasará —me encojo de hombros “despreocupado”, ella me mira molesta. Me pongo en pie para salir de su oficina, no obstante, el estruendoso sonido que hacen sus puños al estrellarse con el mueble ocasionan que me detenga en seco.

—¡No! No pasará si sigues fingiendo que estás bien, necesitas descansar —no puedo evitar fulminarla con la mirada ante su comentario, ya habíamos discutido esto días atrás, su “grandiosa idea” de mandarme a descansar a mi casa es para mí un fastidio— Sé que no quieres alejarte de Naruto, pero ¿Si no te cuidas a ti mismo cómo quieres cuidarlo a él? —desvío la mirada apretando los puños.

El silencio inunda la habitación, me rehúso a aceptar irme. No me importa que tan mal me encuentre, no pienso dejar a mi niño con la bola de locos que se mueren por él. Además, tampoco quiero llevármelo conmigo e impedirle que conozca el mundo como siempre ha querido.

—Escucha, —suspira sentándose nuevamente— El estrés, los corajes, todo eso te está afectando, es sumamente obligatorio que reposes un tiempo. Alejarte de las obligaciones te hará bien —hace una pausa observando la foto de mi rubio— Sé que desde que Minato y yo nos dedicamos a viajar por negocios, tú te quedaste a cargo de Naru y te lo agradezco. Ahora ya no tienes que preocuparte por él sino por ti…

La rabia comienza a invadirme así como un fuerte dolor de cabeza, esto provoca que me tenga que sentar. Maldigo mentalmente. Tsunade sigue hablando, haciéndome ver lo grave que estoy y que podría empeorar. Tras escuchar, una vez más, su sermón, me retiro a mi cuarto. No importa cuántas veces me lo diga no me voy a ir.

Antes de llegar a mi habitación estuve a punto de caerme en tres ocasiones, debido a los mareos que me hacen perder el equilibrio. Al fin entro, desplomándome en la cama. Bonita la hora en que mis nervios decidieron ponerse en mi contra, justo cuando estoy a punto de declarármele a mi mejor amigo antes, claro, de que otro idiota lo haga. Giro ciento ochenta grados mirando en dirección del techo. No puedo irme, no debo y no voy a irme. Cierro los ojos tratando de relajarme, sin embargo, una nueva punzada de dolor cruza mi cabeza al igual que mi cuello.

Tsk…necesito solucionar esto, tiene que existir otra salida que no sea la que Tsunade quiere. Al principio creí que lo hacía con la intención de alejarme de Naruto después vi que no, pues ella misma reconoció que la revista está teniendo un éxito “colosal”, dicho con sus palabras, por lo que no le conviene que uno de los conejitos se tome unas vacaciones, menos cuando apenas comenzamos. Pensándolo bien, eso me da un punto a favor ya que la vieja es una avara si le demuestro que perderá grandes cantidades de dinero sin mi participación puede que reconsidere su idea. Sonrió ante mis designios y con decisión me incorporo, no obstante, antes de ponerme en pie vuelvo a caer al mullido mueble.

—Diablos… —llevo una de mis manos a mi cabeza, de verdad es un dolor insoportable.

Respiro hondo varias veces, primero debo tomar algo de agua, así como una de las pastillas que la vieja Tsunade me dio. Con cuidado me levanto, tambaleándome un poco llego a una de las mesitas que hay de un lado de la cama y agarro la susodicha medicina. Salgo de mi habitación, viéndome obligado a fingir la molestia que me causa estar caminando, esto porque la maldita comadreja va saliendo de su cuarto. Al notar mi presencia se detiene hasta que llego a su nivel, ahí comienza a caminar a mi lado.

Meto ambas manos dentro de mis bolsillos al tiempo en que de mi cara se desvanece cualquier muestra de malestar, quedando inexpresiva como siempre. …l sonríe de la forma más falsa que he visto. Esta semana me ha servido para darme cuenta de cómo son realmente todos estos animales, y éste en especial es uno de los que menos me fió pues hay ratos en los que parece no tener emoción alguna. Yo no las demuestro pero sé que los celos, el coraje, la felicidad, todas están ahí, mientras que en él es como si no las conociera. Salgo de mis pensamientos al ver las escaleras, un nuevo mareo me obliga a sostenerme del pasamano.

—¿Te encuentras bien Uchiha bastardo? —gruño ante la forma en que encontró para referirse a mi persona al tiempo en que le fulmino con la mirada, él sigue sonriendo falsamente.

No le contesto, limitándome a seguir bajando. Una vez que termino con todos los escalones me encamino a la cocina con el inútil de Sai aún siguiéndome. Lo ignoro tomando del refrigerador una botella con agua.

—Podrías pasarme una —una vez más no le presto atención, por lo que él mismo la saca— Leí en un libro que los modales deben aplicarse independientemente de si te agrada o no la persona. Es por eso que yo pregunté si te sentías bien.

—Hn —tomo la pastilla con un trago de agua. Dejo la botella en una de las barras que rodean la estufa para poder masajear mi cuello. La mirada de la comadreja sigue sobre mí, cosa que comienza a molestarme.

—Luces cansado, deberías recostarte —sugiere, obviamente, con la más grande hipocresía.

—Y tú deberías cerrar la boca —le miro con el ceño fruncido, enseguida, salgo de ahí caminando de nueva cuenta a mi cuarto

Subo las escaleras de manera rápida. Estoy consciente de que todos aquí me odian, claro con excepción de mi hermano, bueno, ese lobo plateado parece que sólo es un pervertido pero la comadreja, el tigre y el mapache no me soportan al igual que yo a ellos tampoco, por el simple hecho de que tienen interés en mi niño. Hablando del mapache, me lo topo de frente justo al inicio de las escaleras. Nos mantenemos la mirada por unos segundos, después una diminuta sonrisa se forma en sus labios, sorprendiéndome y confundiéndome. Me pasa de largo yo no puedo evitar mirarlo de reojo, ¿Por qué estaba sonriendo? Parecía… ¿satisfecho? El cerrar de una puerta me hace fijar los ojos hacia el frente, encontrándome con mi zorrito.

—¡Hey! —saluda levantando su mano, él también se ve un poco extraño. Antes de que yo abra la boca, él lo hace primero— ¡Ne teme! ¿No se fue una de mis camisas en tu ropa? Es que no la encuentro y me la quería poner hoy para la fiestilla que vamos a hacer —sonríe logrando que yo olvide todo.

—Tan irresponsable como siempre, dobe… —es mi turno para sonreír, sólo que prepotentemente asimismo camino a mi cuarto, con mi amigo a un lado.

—¡Baka! A veces cuando lavabas la ropa se confundían las prendas —habla con un puchero en su boca.

—Cierto, pero por eso tú eras el encargado de separarlas y llevarlas a los respectivos cuartos usuratonkachi —comienza a hacer su escándalo, intentando excusarse. No puedo creer que ya una semana de estar aquí y él no se había dado cuenta de que le falta ropa.

Sonrío de lado escuchando sus tonterías. La “fiestilla”, había olvidado la “magnífica idea” de celebrar la buena bienvenida que ha recibido la revista, se supone que no va a ser nada grande, solamente nosotros siete y la vieja Tsunade, un momento… Tsunade más fiesta más sake más echarle en cara el dinero que perderá es igual a fácil de convencer. Detengo mi andar así como mi celebración interior pues un nuevo dolor en el cuello me hace quejarme, para mi suerte mi rubio había entrado ya a mi alcoba. No pienso decirle nada sobre los problemas de estrés que tengo.

—¡Ne! Voy a buscarla —me adentro para verlo revolver mi closet, debí ofrecerme yo. Suspiro acercándome a él— …sta no, ésta no, ésta no, me gusta ésta pero no es la que busco y tampoco es mía… —sigue y sigue sacando ropa, todo ante mi atenta mirada. Sin ser muy consciente de lo que hago, le tomo de un brazo para atraerlo a mi cuerpo.

…l parece sorprendido, sin embargo, no dice nada, recargo mi barbilla en su hombro rodeándole la cintura con mis manos. Es reconfortante estar así con él. Permanecemos de esa forma por un largo rato, hasta que le escucho decir que se hace tarde y que la fiesta ya empezó. Con pesar me separo pero sin dejar de tomarle la cintura, esto provoca que mis ojos se claven en los orbes azul cielo que tanto me gustan. Una de mis manos se pone en movimiento, tomándole del mentón, lentamente voy acortando la distancia entre nuestros labios, ya puedo sentir su sabor…

—Sasuke… —gira su rostro antes de que nuestras bocas hagan contacto, yo me quedo totalmente pasmado, aprovechando esto él se separa de mí para volver al armario— ¿Ya tienes listo lo que te vas a poner? —pregunta sin mirarme. Sin contestar me acerco, mi mano sujeta su nuca para obligarle a ladear la cabeza, una vez que lo consigo intento, nuevamente besarlo y…otra vez, lo evita.

—¿Por qué hiciste eso? —indago tratando de calmarme pues estoy molesto más que molesto ¡furioso! Nunca antes me había rechazado. Y francamente jamás pensé que lo hiciera, algo pasó que no me di cuenta. Frunzo el ceño esperando su respuesta, él se muestra nervioso, no obstante, continúa con su búsqueda encontrando por fin la camisa, la cual ahora estruja.

—Creo…que ya no deberíamos jugar de esa manera —me quedo paralizado al escuchar eso— Sé que es sólo un juego infantil pero… —mira a otra dirección y muerde ligeramente su labio inferior— Únicamente las parejas deben besarse, si no estamos en una relación de noviazgo las demás personas lo ven mal… —le doy la espalda en un vago intento de esconder mi enfado.

¡Maldita sea! Nunca me espere que pensara de esa manera. Lo peor es que no importa lo enojado que esté no puedo recriminarle nada, todo por el estúpido hecho de que lo que dice es verdad. No tengo derecho a besarlo, no somos novios ni nada por el estilo. Desesperado me dedico a caminar de un lado a otro por todo el cuarto, mi rubio me mira preocupado, una de sus manos trata de ponerse sobre mi hombro, yo la detengo en el acto sujetándolo de la muñeca, sin poder evitarlo ejerzo un poco de presión. Tengo que sacarlo de aquí.

—Vete… —con paso rápido me dirijo a la puerta para abrirla— Quiero estar solo —ignorando el “pero” que sale de su boca, lo aviento ligeramente consiguiendo que quede fuera de la habitación. Inmediatamente voltea a verme, interponiéndose para que no cierre la puerta.

—La fiesta ya empezó, ¿no vas a bajar?

—Quiero dormir —me sostengo la cabeza al sentir, una vez más, ese endemoniado dolor, él me mira inquieto.

—¿Te sientes mal? ¿Llamo a Tsunade oba-chan? Mejor no bajo y me quedo conti…

—¡No! —exclamo asustándolo— Lo que necesito es silencio… —basta con mirarlo fríamente para enseguida cerrarle la puerta, prácticamente, en la cara. Escucho sus pasos, indicándome que se aleja.

¡Kuso! ¿Por qué diablos actúe así? …l no tiene la culpa de nada, yo soy el idiota que no ha sabido controlar la situación. Siento que cada minuto que paso en este lugar lo apartan más de mi lado, no quiero que eso suceda ¡él es mío! Estrello mi puño en la pared así como un suspiro sale de mi boca. Sólo somos amigos, por más que me duela esa es la verdad, solamente somos mejores amigos y los amigos no duermen juntos, no se besan, no se aman…

—¡Naru-chan! —la puerta que conecta mi cuarto con el otro se abre, dejando ver a Kakashi, el cual mira a todos lados buscando a mi zorrito— ¿Dónde está Naru? Estoy seguro de que escuche su voz —frunzo el ceño.

—Lárgate de aquí y no te le acerques al dobe —sentencio, al no estar de humor, demostrando mi desagrado por su persona. …l sonríe haciéndome hervir la sangre— Maldito lobo pervertido —escupo con rencor al tiempo en que comienzo a caminar hacia él, sin embargo, en cuanto voy alcanzarlo caigo de rodillas teniendo que sostener mi cabeza con ambas manos.

—¡Woo! Será mejor que te relajes y te sientes un rato —ayudándome me hace llegar a la cama, en donde me siento— Parece que esto se está complicando —le miro al no entender de lo que habla— Estás muy estresado, deberías de hacer caso a lo que te dijo Tsunade —abro mis ojos con sorpresa, se supone que la vieja no diría nada.

—¿Cómo sabes eso? —cuestiono volteando la cara pues esa pasividad que tiene el peliplateado en la suya me pone los nervios de punta.

—Ella me tiene mucha confianza —gruño por su respuesta, él camina hasta el otro lado de la cama, parándose justo enfrente de mí— Eres un egoísta, ya había escuchado a Sai decir eso pero no lo creí, sin embargo, ahora puedo ver que es verdad —le fulmino con la mirada ¿Quién diablos se cree para venir a sermonearme?— Crees que no diciéndole a Naruto de tu estado le haces un bien, cuando es todo lo contrario. ¿Cómo piensas tú que se va a poner en el momento que se entere?

—No se va a enterar —susurro manteniéndole la mirada, asimismo, advirtiéndole que él no abrirá la boca.

—Pues es muy difícil esconder que te mareas a cada rato, al igual que los dolores de cabeza, además, después vendrán otros problemas más graves y dudo que los puedas ocultar. Es muy fácil para ti ya que no lo viste romperse el día que tuviste la fiebre… —Aprieto los puños con fuerza, claro que me toco verlo, y es algo que no quiero que se repita. Por eso mismo es que no le he dicho nada—. Yo te recomiendo que aceptes la propuesta de irte a descansar, entre más rápido lo hagas más rápido estarás de regreso con el pequeño rubio —sonríe sinceramente, aún así no puedo evitar desconfiar de él.

Una vez más observo otra cosa que no sea su rostro, ¿Qué pasa si sólo me quiere fuera para acercarse más al dobe? Sigue hablando, recordándome el hecho de que estaremos en Japón dos meses y medio, después empezaremos a viajar, todo de acuerdo al éxito de la revista. Según él como me ve en estos momentos, con dos meses es más que suficiente para que yo me recupere, siempre y cuando me dedique a descansar desde ya. Por más que trato de ignorar lo que dice no puedo hacerlo, cada cosa suena coherente y lógica.

—Yo creo que eso es lo mejor tanto para tu salud como para Naruto —le escucho caminar en dirección de la puerta. Sea lo que sea, tiene razón.

—Necesito… —llamo su atención, logrando que detenga su mano en el pomo— Necesito hablar con Itachi.

En cuanto se cierra la puerta me recuesto en la cama, mirando al techo. No puedo hacer otra cosa, Kakashi y Tsunade están en lo correcto, no puedo cuidar de mi zorrito sino estoy bien. Sólo serán dos meses, sirve que de una vez termino con esta fantasía que me he creado, sí yo no estoy, todos tendrán el camino libre para conquistar a Naruto, sí eso pasa entonces podré sacarlo de mi mente de una vez por todas. Debo aceptar que una parte de mí desea que eso no suceda, que cuando regrese él este para mí, sin embargo…

Sólo soy su mejor amigo, por eso se preocupa por mí, me deja abrazarlo, duerme conmigo, todo por esa simple razón, cuando me dejaba besarlo era un juego de amigos, no había sentimientos, al menos no de su parte. ¡Diablos! Sólo consigo enojarme más pensando en eso. Llevo ambas manos a mi cabeza, tengo que tranquilizarme. Cierro los ojos poniendo mi mente en blanco y respirando hondo una y otra vez. “Los Uchiha no pierden el control” una amarga sonrisa se forma en mis labios al recordar una de tantas frases de mi padre.

No pasaba mucho tiempo con nosotros y cuando lo hacía era para disciplinarnos, enseñándonos que si y que no puede hacer un honorable miembro de la familia Uchiha. Prácticamente eran una serie de reglas que seguir. Sinceramente jamás me costó trabajo llevarlas al pie de la letra, claro, hasta que apareció mi ojiazul, y es que sólo él puede hacerme perder la paciencia, sacarme sonrisas sinceras, demostrar sentimientos y sobre todo lograr que pierda el control de un instante a otro. No sé si es una bendición o una maldición, con lo torpe que es, seguro es la segunda. Suelto una risita un tanto triste al tiempo en que me incorporo para quedar sentado. La puerta se abre en ese momento, Itachi pasa hasta pararse frente a mí.

Me mira extrañado al igual que con un deje de molestia, supongo que el kitsune debe haberle dicho como lo saqué del cuarto. Aún así, sé que no me reclamará nada, no es su estilo, se limita a observar y analizar lo que pasa. Siempre ha sido de esa manera, además, de que sabe perfectamente que actúo dependiendo de lo que pase, en pocas palabras reacciono de acuerdo a la situación. Abro la boca pero no logro decir nada, inhalo y exhalo peinando mi cabello con una de mis manos, en un gesto que demuestra mi estado. Mi hermano captando todo se sienta a mi lado.

—Cuida de Naruto —suelto en un murmuro que alcanza a escuchar, debe saber de lo que hablo pues como mi hermano no creo que Tsunade le haya ocultado algo— En todo el tiempo que no esté, tú cuidaras de él… sí, sí se da el caso de que se enamore de alguien… —muerdo mi labio inferior con impotencia, al instante siento como me jala hasta recargar mi cabeza en su pecho.

—Descuida, yo lo cuidaré todo el tiempo que sea necesario —me abraza fraternalmente.

Estuve hablando con Itachi durante una hora, bueno, realmente no fue una conversación muy extensa, tan sólo me hizo saber que estaba haciendo lo correcto y que todo estaría bien. Debo admitir que cuando quiere se porta como el hermano mayor que fue durante mi infancia. Después salió de mi cuarto, volviendo a la fiesta pues mi rubio debía de estar ahí, por ende todos estarían acosándolo. Me insistió varias veces en que bajara pero no soportaría enfrentarme a esos orbes azul cielo, terminaría por arrepentirme de marcharme.

Nunca pensé que sentiría tal dolor al separarme de mi zorrito, siendo sincero cada día evitaba que este momento llegase. Ahora no hay nada que pueda hacer, como ya lo dijeron Kakashi, mi aniki y la vieja, esto es lo mejor…

Esperé hasta que la celebración acabara para comunicarle mi decisión a Tsunade que, a pesar de estar ebria, se porto amable y comprensiva, no es que lo necesitará pero parece ser que todos notan el sufrimiento que me causa esto. Seguido de conversar con la rubia, me regresé a mi cuarto para empacar. Mala idea, ya que yo quería tratar por todos los medios posibles de no pensar en mi niño, cosa que no resulto al encontrar varias de sus prendas en mi armario. Maldigo el momento en que Kami-sama me dio corazón y maldigo aún más el instante en que decidió presentarme a ese ángel rubio.

Una vez terminado mi equipaje, intenté dormir un poco, sin embargo, no pude. Saber que en unas horas más me separaría de Naruto no me dejaba conciliar el sueño, por una parte quería creer que al despertar nada sería real, mi salud estaría bien y mi pequeño dormiría a un lado mío. Por otra, sería el momento de irme. El reloj seguía avanzando, cada segundo me parecía una burla del tiempo, demostrándome que no podía retrocederlo para estar con mi ojiazul cuando apenas teníamos diez años, tampoco podía detenerlo evitando el tener que separarnos dándole oportunidad a cualquiera de los animales de conquistarlo, y muchos menos adelantarlo consiguiendo volver a encontrarnos.

Tal vez estoy exagerando, no obstante, en dos meses pueden pasar muchas cosas. Al ver que sólo sigo haciéndome daño, sacudo mi cabeza un par de veces, con los ojos cerrados trato de no pensar esperando que amanezca. Al final no pude dormir ni mucho menos descansar, estuve tentado varias veces en ir a despertar a mi kitsune, pero no lo hice. Por fin eran las cinco de la mañana, sentía mi cuerpo agarrotado. Aún así me levanté y salí de mi habitación con mis maletas en mano.

Caminé despacio por todo el largo pasillo de esa enorme mansión. Por más que intenté convencerme de que no sacaría nada bueno de ver a mi amigo, no fui capaz. Por eso con decisión entre en su cuarto para encontrarlo dormido profundamente. No pude evitar sonreír al verlo, como siempre, con las sábanas tiradas, la boca semiabierta y la playera levantada exponiendo un poco de su abdomen. Lo cobije un poco así como acaricie su rubia cabellera, él murmuró un sinfín de cosas inentendibles, sólo pude reconocer “ramen y teme”, lo demás solo él sabe que significa.

Por último me incliné para poder besarlo, sólo un roce de despedida, sintiendo el calorcito que me transmite, así como la suavidad de sus labios. Una vez que rompí el contacto susurré algo en su oído para enseguida retirarme en dirección de la puerta principal, bajé las escaleras y pasé de largo la gran sala con sus lujosos muebles. Tsunade me esperaba afuera, al igual que un taxi, sin decir nada subí mis cosas.

—Recupérate pronto conejito —fruncí el ceño ante su comentario, pero al ver su sonrisa, tan sólo asentí con la cabeza metiéndome al carro.

El taxi comenzó a avanzar, saliendo del enorme jardín, me limite a mirar una vez más la mansión para enseguida darle al chofer la dirección a donde debería llevarme…

*~Diez minutos antes~* (Rina: Narramos nosotras T_T Rini: ¬_¬U)

El pequeño rubio dormía plácidamente dando vueltas por toda la cama, ocasionando que las sábanas que lo cubrían terminaran en el suelo, por un tiempo estuvo de esa manera, después, el frío que sentía desapareció al ser arropado nuevamente por el azabache, el cual le regaló un pequeño beso así como un susurro. “Te amo” fue lo que dijo antes de salir de la habitación. El cuerpo en la cama se movió inquieto, inconscientemente apreció los gestos que había recibido, sin embargo, no fueron el porqué de su despertar.

—Teme… —murmuró tallándose un ojito. Giró su cabeza hacia un lado tanteando con la mano el espacio vacío, recordando que su mejor amigo no estaba durmiendo con él como antes lo hacía.

Se incorporó hasta quedar sentado, con la mirada recorrió todo el cuarto que aún seguía a oscuras. Revisó la hora en el reloj de mesa, las cinco de la mañana. Se dejo caer a la cama, quería seguir durmiendo el problema era que, como ya sabía, no debió haber escuchado esas historias de fantasmas que Sai y Kakashi contaron en la fiesta. Tembló un poco al recordar cierto pedazo, cerró los ojos pero sólo consiguió imaginar otro. Ya no viendo solución se puso en pie, envolviéndose con una sábana salió de su cuarto con dirección al del moreno.

A pesar de que el día anterior se portó de manera extraña, el kitsune sabía que si tenía miedo podía ir con él, ya en varias ocasiones aún estando peleados, el teme lo recibía en su habitación o Naru mismo le pedía que durmiera en la suya y él aceptaba. Sí, por eso eran mejores amigos, porque no importa lo que pase siempre estarían el uno para el otro. Sonrió para sí mismo acelerando el paso pues estar solo en el pasillo no era muy fiable. Por fin llegó a su destino, abrió suavemente la puerta para entrar.

—¡Ne! Sasuke ¿puedo dormir contigo? —propuso subiéndose a la cama como siempre lo hacía, enseguida, el azabache se despertaría diciéndole “usuratonkachi, cállate y duérmete” dándole a entender que tenía su permiso, por lo que se metería debajo de las cobijas para poder abrazarse a la pálida espalda. Sin embargo, nada de eso pasó— ¿Sasuke? —llamó no recibiendo respuesta, la cama estaba vacía.

En un rápido movimiento encendió una de las lámparas que estaban de un lado, ésta iluminó lo suficiente como para que el zorrito viera que la cama estaba tendida así como el closet desocupado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. De un salto se puso en pie para correr por todo el pasillo, iba tan concentrado que el miedo había pasado a segundo plano. Lo que más importaba ahora era encontrar al teme y preguntarle sobre su ropa. “Tal vez se cambió de cuarto” se dijo así mismo.

Sin disminuir la velocidad bajó las escaleras dirigiéndose donde Tsunade. Sí alguien sabía la respuesta debía ser ella.

—¡Oba-chan! ¡Oba-chan! —exclamó, al pasar por la sala pudo divisar que la puerta principal se encontraba abierta, cambió su destino corriendo hasta que logró atravesarla— ¡Oba-chan! —la aludida le miró sorprendida por unos segundos para después regresar su atención a un taxi que se trasladaba en dirección del enorme cancel. El ojiazul observó también el vehículo percatándose de que dentro iba el moreno y en sus mejillas podían apreciarse unas pequeñas gotitas.

Sin entender lo que pasaba se dispuso a correr hacia el carro, sin embargo, una mano le detuvo de la muñeca impidiéndole que avanzara. Giró para ver a su abuela negando con la cabeza, la desesperación le inundó al notar que poco a poco el auto se alejaba. Intentó zafarse del agarre, ocasionando que la rubia le tomara con ambas manos.

—¡Sasuke! —gritó tan fuerte como le permitieron sus pulmones, no logrando nada— ¡Sasuke! ¡Sasuke! ¡SASUKE! —el taxi atravesó la reja, dando vuelta y perdiéndose de su vista. Con impotencia cayó al suelo de rodillas, podía sentir un malestar en su pecho— ¿A dónde va? ¿A qué hora vuelve? —inquirió tratando de contener las lágrimas, su abuela lo jaló hasta meterlo a la casa sin aclarar sus dudas— ¡Oba-chan te estoy hablando! ¿A dónde va el teme!

El escándalo despertó a todos los habitantes que ahora se encontraban observando la escena. El kitsune interrogaba a Tsunade, que simplemente no contestaba nada.

—Sasuke se fue, volvió a la casa… —la voz de Itachi lo calmó un poco, inmediatamente se aproximó para saber más.

—¿Por qué? ¿Cuándo vuelve? El teme siempre me avisa si sale, hasta cuando no me veía me dejaba notitas… —no pudo continuar debido al llanto que amenazaba con empezar. El pelirrojo, Sai y el ojiblanco hicieron muecas que el mayor de los Uchiha notó, tomando de la mano al rubio lo apartó un poco.

—No sé cuándo va a volver —esperó a que el pequeño mostrará alguna señal de habla, al no verla continuó—: Sasuke estaba enfermando, su salud empeoraba y estar aquí no le hacía ningún bien…

—Pero… —sin poder contenerlas más, las lágrimas emanaron de los hermosos orbes azul cielo—. …l me prometió…que… que…ya no se enfermaría… —susurró lo último agachando su cabeza.

—Zorrito…Eso es algo que no se puede prometer, pero no te preocupes, sólo necesita descansar un tiempo. Mientras eso pasa me pidió que yo te cuide ¿Qué te parece? —en un gesto de cariño estiró su brazo para levantarle la cara por el mentón, encontrándose con los ojitos tristes y bañados en agua salada— Zorrito… —murmuró afligido, el susodicho le apartó de un empujón para correr y perderse por las escaleras.

Sin importarle que le llamasen, siguió corriendo, sus piernas le guiaron hasta el cuarto que ocupaba su mejor amigo. Entró cerrando la puerta estruendosamente, le puso el seguro y se aventó a la cama escondiendo su rostro en la almohada. ¡…l se lo había prometido! ¡Dijo que no se enfermaría más! ¡Qué siempre estarían juntos! Entonces ¿Por qué demonios se había ido sin decirle nada? Con frustración golpeo varias veces el colchón, en un vago intento de sacar su ira.

Desde que se conocieron no hubo día que no se veían, ya sea en la escuela, poniéndose de acuerdo para ir a jugar, quedándose a dormir en la casa contraria, incluso cuando su padre comenzó a viajar, se mudaron juntos. Hasta en este momento ambos aceptaron el trabajo que les ofreció Tsunade. Simplemente no entendía porqué se había largado así sin más. ¿Le haría lo mismo que su madre? ¿Lo abandonaría? ¿No volvería a verlo? Más lágrimas cayeron mojando el cojín en el que hundía su cara. Asimismo, los sollozos escaparon de su boca.

Sin que el rubio se diese cuenta, la puerta que conectaba el cuarto de su teme con el de Kakashi se abrió, entrando por ella el pelirrojo. …ste caminó hasta quedar a un lado del pequeño que en ese momento se percató de su presencia.

—Naru… —sin dejarlo terminar el ojiazul lo interrumpe.

—Déja…me solo…por favor… —pidió con la voz entrecortada por el llanto. Gaara no dijo más y salió por donde entró, encontrándose con Neji y Sai, que esperaban.

—¿Y bien? —preguntó el de pelo negro recibiendo una negación de cabeza— Es que no sabes cómo hacerlo, yo leí un libro muy bueno —dio un paso adelante con la intención de pasar al otro lado, acción que no pudo ejecutar al interponerse el de ojos verde agua.

—Quiere estar solo… —habló con un deje de molestia. Al instante las miradas se enfrentaron.

—Mmm, ¿es eso o no quieres que entre? —cuestionó sonriendo falsamente.

—El que hable primero con él será quien tenga más oportunidad ahora que ya no está el Uchiha —el castaño se acercó a la disputa. Sin duda alguna esa era una muy buena oportunidad de conquistar al lindo kitsune y ninguno de los presentes la desperdiciaría.

Notas finales: **// Notas originales //**

Rina & Naruto: ¡Noooo! T_T

Rini: ¡Hey! ¿Por qué no hubo ItaSasu? Digo, Sasuke estaba de nena sentimental, enfermito sin fuerzas y tenían una muy grande y cómoda cama detrás de ellos —negando con la cabeza— ¿Qué más querían? ¿Música de película porno? *¬*

Sasuke: Voy a golpearte ¬_¬###

Rina: Rini incestuosa ¬_¬U

Naruto: ¡Sasuke baka! ¿Por qué te fuiste? T_T

Itachi: Ya te dije porque zorrito, ¿no me pones atención? ¬_¬

Gaara: Es momento de que este fic pase a una nueva fase en donde yo soy el protagonista ¬_¬ — aparece de la nada cruzado de brazos.

Neji: No, es ahora en donde el destino hace que sea un NejiNaru ¬_¬ — también sale de no sé dónde.

Sai: Según el libro de psicología que me leí, Naru se buscará a alguien con las mismas características del Uchiha bastardo y dadas las circunstancias de que yo, no porque quiera, me parezco a él, es obvio que será un SaiNaru *o* — de igual manera se materializa a un lado de todos con las manos en la cintura.

Sasuke: Es tan más que idiotas, este sigue siendo mi fic u_ú### —aura maligna rodeándolo— Así que lárguense de una vez ¬_¬

Rini: Itachi hermoso sensual sexy papasito oh sí te amo, como hermano mayor del bastardo, es tu deber ir y cuidarlo. Ya sabes baños de espuma, inyecciones *w* (dicho con el más doble sentido posible).

Rina & Sasuke: ¡Nooooo!

Rini: Que aguafiestas ¬_¬

Rina: Bien, pues… ¡Sasuke se fue! ¡Y dejo solo a Naru! T_T

Naruto: ¡Sasuke baka! T_T

Sasuke: ¡Oye! No fue mi culpa sabes ¬_¬

Rina: Bueno ya, como ya dije el cap está dedicado a ¡Keichan! — tose disimuladamente — cof cof ya sabes a quien matar Sasuke cof cof XD No te creas Keichan, sabes que se te agradece y se te quiere mucho n_n Espero que te haya gustado como quedo ¡Y sigue soñando! XD

Rini: ¬_¬U Espero que a todos/as les haya gustado, sino saben que siempre estoy dispuesta a linchar a Rina XD Nos despedimos y nos vemos en el prox cap.

**// Fin de las notas originales //**

Rina: Pues bien, el prox cap es el chido XD

Rini: Ya era hora, después de un año ¬_¬

Naruto: ¡Ya voy a saber que pasó con el teme! —salta felizmente.

Sasuke: A menos que haya alguien que lo arruine —los tres voltean a ver a Rina.

Rina: Prometo que esta semana actualizaré de nuevo T_T


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