Son detestables. Se que lo saben ¿Quién no los tiene? Esos seres insípidos, listos y dispuestos para arruinar nuestra organizada y planificada paz, para acabar nuestro ocio, para interrumpir nuestros momentos de gloria. Argh hermanos... gracias a todos los dioses del olimpo solo tengo uno... y con él me basta y me sobra para varias generaciones. Por favor Zeus... si reencarno ¡no me des un hermano!... y es que con esto... con esto...
-Kanon ¡cruzaste la raya! ¡Te matare!- rezongó preso de la histeria en la puerta de su departamento
Preocupado uno de sus vecinos salio al pasillo del edificio a ver que hacia que el de por si histérico hombre que vivía junto a él estuviera alcanzado nuevas marcas de explosión
-Trato de estu...- pero la desconcertante escena lo dejo sin palabras
Saga sujetando con pavor un pequeño niño lo más lejos posible y con apenas la punta de sus dedos
-¡Tu!... perfecto. Tienes que ayudarme- ordenó a la vez que depositaba la pequeña criatura en los brazos del pelilila
-¿Pero qué haces?- inquirió consternado Mu
-Mi hermano... la inmunda, sucia, despreciable fotocopia tuvo la brillante idea de dejarme en la puerta a su cosa para irse unos días al caribe con Gaia.
-Saga, no es una cosa- le reprochó molesto el más joven
-No. Tienes razón, es una bestia...
-Ahhhh pobre niño... la única bestia eres tu que vives quejándote de hasta el silencio- lo reprendió Mu a la vez que le sonreía al pequeño dormido
-No quiero discutir- se limitó a decir a la vez que abría la puerta de su departamento y con un gesto lo hacia pasar
-Vaya- murmuró divertido el menor a la vez que acostaba al pequeño en el sofá
-¿Vaya que?
-Ehh jajaj no se porque tenia la teoría de que también vivías en una oficina pero... es un lindo lugar- admitió a la vez que trataba de retirarse
-¿Qué haces? ¿Dónde crees que vas?- lo tironeo el mayor- necesito que hagas algo
-¿Algo con que?
-Con esa cosa que llora, grita y ensucia... que sobretodo ensucia- dijo señalando al niño- ¡Dioses! Ese sofá cuesta miles de dólares...
-Esa cosa es tu sobrino y por lo que entendí te toca cuidarlo unos días... así que porque no empiezas y lo llamas por su nombre ¿Por qué lo sabes, no?- inquirió frunciendo el seño Mu
-Di... Dio algo... Dionisio... no importa... ahora necesito que te quedes aquí con él hasta que vuelva
-¿Y donde vas?
- Tengo una cita
-Ni píen...
-De trabajo- se apuro a corregir el mayor- es muy importante... vamos Miu... hemos sido vecinos por cuanto... ¿cinco años? Nunca te cause problema y... y Tu ni trabajas... tienes que hacerme este favor
-Argh... primero no soy Miu... soy MU... solo hemos sido vecinos seis meses... y en ese tiempo solo has puesto quejas en la recepción: por la música que toco, porque yo tenia luz y tu no, porque tus cartas se mezclan con las mías, porque mi gato maúlla y porque no te gusta que haya pintado mi puerta de otro color ya que "arruina la estética del pasillo" y... para que lo sepas si trabajo... pinto, escribo y toco el violín como bien sabes-
-Y lo tocas hermoso... amo tus recitales a las 6 de la mañana Mu... eres perfecto... el chico ideal... tu puedes... hay dinero en la lacena- se apresuro a interrumpirlo Saga antes de darse a la fuga
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La cita salio mejor de lo que esperaba, no solo había conquistado el dinero de la inversionista sino también sus más fogosos deseos. Al salir del ascensor llevaba el saco y la corbata en una mano y a la camisa ya no le quedaban botones prendidos. A la vez que jugaba con su lengua en la boca de la mujer giraba la llave en la puerta de su departamento. Cedió. Entró. La mujer no tardo en llevar sus manos a su cinturón, sabia lo que quería de el y él no se lo iba a negar.
-¿Qué haces?- el grito y el encendido de la luz fueron simultáneos
-¿Qué haces tu aquí?- reprochó Saga al ver el molesto rostro del pelilila que acababa de despertar en el sofá
-Tu me trajiste ¿recuerdas?
-Eh? si... ¡rayos! Lo olvide
-Ya veo... así que también te gustan los mocosos- pronuncio con un tono despectivo la mujer
-¿Qué? No, no es eso... él solo...- ya estaba al borde del colapso, pensaba a la velocidad de la luz una excusa cuando...
-¿Y que si le gustan?... peor son las viejas- devolvió el menor a la vez que se incorporaba
-No me esperaba algo así de ti Saga... - expreso la mujer- porque no sacas a este mocoso así podemos seguir con...
-¿Por qué mejor no se va usted y yo le termino el trabajito?- lo contradijo el pelilila rodeando el cuello de Saga y acariciando la salada superficie con su lengua- ¿no amor?- inquirió besando el caliente cuello del sonrojado peliazul que dejo escapar un tenue gemido de aprobación
Atónita y a los gritos de "olvida el contrato" abandono la mujer el lugar. De inmediato Mu se aparto de él y se sentó cabizbajo y sonrojado en el sillón.
-Lo siento- carraspeó
-¿Y el mocoso?
-Duerme en la habitación
-Lo olvide por completo
-Lo note... supongo que una cita de negocios así es para perder la cabeza ¿no?- murmuró con saña el menor
-De veraz era de negocio y... no tengo que darte explicaciones
-Pues perfecto... pídele a ella que te cuide a Dio mañana- masculló incorporándose y dispuesto a salir
-Eh, no... Cierto... mañana te necesito Mu... tengo que trabajar... además... además me debes una- afirmo el mayor sujetando su mano
-¡¿Qué?! Esto es el colmo...
-Arruinaste mi negocio... y mi noche- le reprochó haciéndolo caer de nueva cuenta al sofá
-Ella se lo busco... no tenia porque hablarme en ese tono ni creer que porque somos hombres... además hay muchos hombres que tienen parejas hombres y...
-¿Cómo tu?- preguntó acercando su rostro tanto como para hacerlo estremecer
-Si- se limitó a responder desviando la mirada
-A mi también me gustan... mucho más que las mujeres- le confesó Saga a la vez que tomaba su rostro entre sus dedos y llevaba su boca a la suya.
Un estremecimiento recorrió sus cuerpos mientras sus labios se empapaban de la esencia del otro. Saga era muy diferente de los novios que había tenido, una experiencia abrumadora desbordaba de sus encendidos y placenteros labios que lo bebían y chupaban y mordían. Le resultaba un casi inverosímil creer que estaba dejando ocurrir algo así. Sabía que ese sujeto era un desgraciado y sin embargo... no, no podía decir no. Para cuando pudo coordinar dos pensamientos con calma el peliazul ya dormitaba abrazando posesivamente su cintura.
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Lo había hecho. Lo había hecho tras una sola cita... en realidad... ¡ni siquiera tuvieron una cita!.. Lo había hecho con un casi extraño donde ese "casi" era llenado por adjetivos tales como: histérico, avaro, gruñón y amargado vecino (aunque ahora podía agregarle el "impresionantemente pasional" también). El lado hacia el cual se estaban desviando sus pensamientos definitivamente era razón para salir huyendo de ese departamento. Ya acababa de ponerse los pantalones, dispuesto para la fuga cuando...
Bostezó con ganas al despertar. Se sentía bien, muy bien, mejor que muy bien, de hecho hacia meses que no recordaba haber descansado tan bien y pleno. Ese mocoso si que era pasional pensó con una ligera sonrisa a la vez que se ponía los pantalones. Lastima que ahora seguro y ya ni le dirigiría de la palabra. Con calma comenzó a preparase un café. Aunque quizás si retiraba todas sus quejas le aceptaba una cita y... se quedo de piedra al encontrar pegada en la heladera la nota de su hermano
-¡Dio!- grito recordando de pronto y apresurándose hacia su cuarto
En la cama nada. Iba a colapsar cuando sintió risas en el baño. Sonrío y recupero la calma al ver tras la puerta entreabierta al niño en brazos de Mu que peinaba su recién lavado cabello haciéndole gestos que arrancaban carcajadas al infante.
-Bien, si quieres no diré que es una cosa sucia... y la verdad no llora... ni grita... no salio al padre- dijo sentándose en el borde de la bañera
-Ni al tío- añadió Mu colocándolo en brazos del mayor que lo tomo con dudas
-Mmm puedo admitir que es lindo si...
-¿Si?
-Si te quedas hoy y me ayudas... no queremos que haya accidentes ¿no?
-¿No iras a trabajar?
-No. Hoy tengo ganas de estar en casa... tranquilo... disfrutando de mi sobrino-
-Vaya... parece que te golpearon en la cabeza- rió Mu dispuesto a partir
-Y de ti- agrego el mayor levantándose y abrazando la cintura del pelilila- quiero disfrutarlos a ambos- susurró a su oído antes de revolver su cabellera y adelantarse- y también de un buen café con facturas- le sonrió el mayor ante lo cual Mu rodó sus ojos
-Bien, pero tú haces el almuerzo
Mu sonrío mientras su vecino se disponía a demostrarle quien era en el fondo, como era cuando se enamoraba. Y la verdad- verdad de la historia es que en el fondo Saga era realmente encantador, eso Mu ya nunca más lo pudo negar.