Capítulo 2 ~ De algún sitio tendrían que venir...
Naruto se ató los cordones de sus zapatillas azules y se puso en pie. No había dormido demasiado en toda la noche, pero le daba un poco igual. Se dirigió a la salida, y allí, en el suelo, vio la carta que había escrito por si alguien, del Trabajo o alguno de sus vecinos, se interesaba por su ya no muerte. No era una carta muy extensa y lastimosa, nada por el estilo, incluso podía considerarse una nota. Únicamente decía:
''Por mis padres. Para estar con ellos una vez más.
Naruto.''
Rompió la hoja cuadriculada en cuatro pedazos y los hizo volar por la casa. Hacía un día frío, como siempre, porque en La Tierra no conocían otra cosa que los gélidos inviernos.
No sabía muy bien a donde dirigirse, para encontrar a N.H -3.615.918. SASUKE, pero empezaría por el puente en el que el día anterior había decidido quitarse la vida. Por la mañana había más gente en la calle, y por supuesto en un día como ese, los niños que estaban en vacaciones no se quedarían encerrados en sus casas. Vio a un grupo de niños Extraños, junto a su Vigía, recogiendo la comida para el Centro.
El Centro era el lugar donde los niños Extraños se alojaban con sus Vigías. Cuando cumplían los doce, pasaban a casa de cuatro, aún vigilados por sus antiguos Vigías. Y cuando cumplían los veinte, debían valerse por sí solos, realizando los trabajos más costosos de los que la Tierra disponía.
Llegó al puente de piedra sumido en sus pensamientos. Esa mañana no iría al Trabajo, pero le daba igual, porque no permanecería –si sus planes salían como el pensaba – en ese sitio mucho más tiempo. Se sobresaltó cuando escuchó una voz aguda.
–Perdone –dijo un pequeño Oscuro desde el otro lado de una valla cerca del puente –, ¿podría alcanzarme esa pelota?
Naruto dirigió la vista hacia la esfera de color rojo. En cualquier situación habría pasado de largo, ignorando al niño que estaba atentando contra las Normas, pero si pretendía cambiar, tendría que empezar en ese mismo instante. Se acercó a pequeños pasos hasta la pelota y la observó. Desde allí arriba la distancia parecía enorme, aunque si se agachaba solo un poco podría cogerla.
…l lo notaba y lo sabía, todas las miradas de la calle se habían centrado en el. Sabía que si cogía la esfera de color rojo, no tardarían en avisar al Severo Comité; pero le dio igual. Se agachó despacio, pero cuando sus dedos ya casi rozaban la pelota, desapareció rápidamente.
Su mano se quedó colgando en el aire, y se dio cuenta que la gente le miraba raro por dos razones: porque había casi traicionado las normas, y porque allí parado parecía un estúpido. No era difícil saber lo que había pasado, y es que alguien la había cogido antes que él. Su mirada recorrió toda la trayectoria por la que la pelota se había esfumado, y encontró lo mismo que un día antes, cuando pretendía tirarse del puente a sus espaldas. El extraño que le había llenado la cabeza de pájaros, sostenía en su mano pálida la pelota roja de la niña.
–Ya te la alcanzo yo –oyó que le decía al muchachito mientras se dirigía hacia la valla –. ''Vaya, intentando romper normas. ¡Qué indigno para un humano! –comentó N.H -3.615.918. SASUKE dentro de su cabeza.
Naruto se encolerizó –solo un poquito – al oír esas palabras cargadas de ironía. Sabía que el No humano estaba rebuscando en su cerebro de nuevo, y que ya debería saber que todo eso era debido a él mismo.
''–¿Sabes qué? Era previsible –siguió hablando –. De igual forma te invito a venir conmigo. Quedamos a las cuatro y media en el colegio Nuestra Tierra. No falles.''
Y entonces devolvió la pelota y se fue.
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''–De igual forma te invito a venir conmigo''.
Se lo repitió de camino a su casa, estando en ella, y de nuevo de camino al colegio Nuestra Tierra. ¿Le invitaba a ir, adónde? ¿Fuera de la tierra? Porque, nunca se había parado a pensarlo, pero los No humanos...De algún sitio tendrían que venir.
Desechó, como de costumbre, todos los pensamientos que le hacían pasar un mal rato, y a las cuatro y media justas llegó al colegio. El colegio Nuestra Tierra era un proyecto que había sido aprobado solo veinte años atrás, un poco antes de que Naruto naciese. Que, aunque defendía la 'integración de los No humanos', los mantenía separados, como en la vida cotidiana.
–Yo también pienso que es absurdo –dijo el No humano saliendo de detrás de la pared –. Lo único que consiguen teniendo a Extraños y Humanos juntos en el mismo recinto, es crear más asco del que ya existe. Ya, ya sé que tu no me tienes asco –sonrió.
Parecía que N.H -3.615.918. SASUKE ya empezaba a conocerle, porque no había notado como notaba en su cerebro, como de costumbre. Los dos muchachos se quedaron el uno frente al otro, por unos instantes, y después habló Naruto por primera vez.
–¿Por qué me has hecho venir?
–¿Acaso no me buscabas? –sonrió de nuevo, socarrón –. Ven conmigo, quiero enseñarte algo, porque sé que tienes dudas.
Aunque estaba cambiando su vida, Naruto se anduvo con mucho cuidado por la calle, mirando siempre en todas direcciones, antes de doblar una esquina. Llegaron, después de quince minutos, a los pisos compartidos de los Extraños, solo que, como descubriría después, ese era solo de N.H -3.615.918. SASUKE. La casa estaba pintada de muchos colores, rojos, azules, verdes, naranjas, marrones, rosas, negros y blancos decoraban todas las paredes lisas. Todas las casas eran igual de grandes, y como Naruto nunca había pasado a una, no sabría decir si el espacio estaba bien aprovechado (como hubiese juzgado su madre en vida, al pisar una casa).
–¿Qué querías enseñarme, Extraño? –preguntó el de ojos claros cansado de dar vueltas por la casa.
–Esto. –El No humano sacó un libro empolvado, de color verde, de debajo de unas sábanas. Tendría alrededor de seiscientas páginas, y esas eran muchas páginas. Naruto solo había visto un libro en su vida, era el registro donde se apuntaban los nombres de las personas que eran expulsadas de La Tierra, y solo tendría unas trescientas –. Ah, y puedes llamarme sólo Sasuke.
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Sasuke abrió el libro por la primera página, un poco arrugada y gastada, y leyó con serenidad:
–Ellos llegarán para hacer de La Tierra un sitio de paz; un sitio armónico y ejemplar. Ellos que pondrán fin a las guerras, al hambre y a la muerte, que no someterán a nadie por ningún motivo, y que obrarán de buena voluntad, para el bien de los humanos. Ellos que serán llamados, Extraños.
Naruto reflexionó un momento.
–¿Sois vosotros esos de los que el libro habla? Porque creo que os describe realmente fatal, Sasuke.
–Está bien, no has entendido nada. –Sasuke pasó las páginas del libro como si se lo supiese de memoria –. Aquí, mira –dijo señalando la página con el dedo.
Naruto inclinó la cabeza para ver el dibujo que allí se encontraba. No lo hubiese sabido explicar con palabras, porque nunca lo había visto antes. Se trataba de un dibujo de un gran óvalo, casi un círculo, dividido por terrenos. La mayoría era de color azul, mientras que lo demás, con distintas formas, se encontraba de colores marrones y verdes, excepto dos partes, una en cada extremo del óvalo, que eran de color blanco. Había nombres escritos, nombres que no había escuchado jamás, como Atlántico, Asia y Oceanía.
–¿Qué es? –preguntó.
–Es La tierra.
–¿Qué? –parpadeó confuso –. ¡Es imposible! La Tierra no es tan...enorme.
Sasuke resopló, y dibujó algo en la cabeza de Naruto. Lo reconoció enseguida, era un verdadero dibujo de la tierra.
–Vamos, prueba a localizarlo en esta Tierra –dijo señalando de nuevo al dibujo del óvalo.
–Si insistes...
Naruto examinó cada centímetro de la hoja apergaminada, poco a poco, hasta que al fin, dio con el dibujo de su Tierra. Era un espacio pequeñísimo de terreno marrón y verde, casi tanto que apenas se distinguía su forma. Estaba rodeado por muchísima agua, y al otro lado de ese agua había un sitio llamado Japón.
–¿Qué quiere decir...esto?
–¡Vamos, dime que lo entiendes! –el No humano cerró el libro de un golpe y le miró directamente a los ojos, inclinándose sobre sí mismo –. Os están engañando. Esto es...¡solo una comunidad de chalados! Fuera hay vida...hay sitios donde no tendríamos que escondernos por ir juntos, por ser amigos, tú, un humano, y yo, un extraño.
Naruto sostuvo la mirada de Sasuke...¿de verdad había un sitio así?