Era una tarde nublada, pero poco o realmente nada me importo para salir, iba poco abrigado en esos momentos en verdad nada me interesaba y menos por algo que había ocurrido, y que posiblemente logra casi por completo aniquilarme.
Todo pasaba rápido, sentí pronto como unas tímidas gotas de agua caían sobre mí, estaba lloviendo, mientras yo tenía como destino un lugar en donde tal vez… me sentiría “mejor”. De hecho muchos me conocen hay, al igual que mi patética historia.
Llegue y me recosté en una de las bancas, tenia que escribir una letra de una canción pero no sabia nada, la inspiración se había perdido en algún lugar de mi retorcida mente y la poca intención se escondía bajo el dolor que aun sentía, pero a pesar de eso, seguía tratando de ocultar todo bajo mi mirada inexpresiva, pero en algún momento de mi letargo, alguien me notó, comenzamos a platicar, mas no salían mas que monosílabos de mi boca. Me hizo varias preguntas a las cuales no pude evadir por que sabia exactamente lo que había ocurrido, así que solamente le aclaré unas cosas.
A lo lejos después note a alguien con ropa obscura, me llamo la atención lo que traía ya que me gustaba, traía algo así como un “botón”, tal vez notaria la insistente mirada que le tenia encima y se acercó, iniciamos una charla muy amena.
Vaya… congeniamos al instante, pero tu tenias que marcharte, asimismo me diste algunos de tus datos como el MSN y saliste de hay, yo sin embargo, me volví a recostar sobre la banca hasta que recordé unas cosas que tenia que hacer, así que tome mis cosas, guarde tus datos celosamente en mi cartera y salí a mi rumbo, como cualquier persona.
Varios días transcurrieron y ya empezaba a comportarme un poco mas normal, aun no estaba completamente dispuesto, vi entre mis cosas y distinguí el papel con tus datos, si, como lo piensas yo en definitiva había olvidado por completo lo que transcurrió en ese día, me ocurre muy a menudo olvidar las cosas, por lo cual a esos lapsos mi persona les llama: lagunas mentales.
Te agregué y hablamos, mas no me acordaba de ti, en absoluto... de hecho aun pienso en la forma que te conocí, debes admitir que fue un tanto extraña, como si hubiera sido mas que nada inevitable y por lo tanto así tomaré.
Comenzamos con presentarnos, tu me dijiste que te gustaba que te llamarán Mello no me sorprendio mucho por que a mi me agradaba mas que me dijeran Near, después con nuestros gustos, los tuyos tenían gran parecido a los míos, entre muchas cosas poco después tu te retiraste mientras yo aun quedaba a realizar varias tareas escolares. Pasaron algunos días y yo te tome en exceso confianza, por lo que note tu igual.
Continuaron los días de hablarnos casi siempre en periodos largos de tiempo, que te tomé demasiada confianza al igual que un gran cariño, por lo mismo que inicie a relatarte el suceso que hizo “el favor” de llevarme ese día que nos conocimos tu no parecías para nada sorprendido, por lo tanto creí que no te había importado, pero cual fue mi sorpresa al saber que tu también habías pasado por exactamente lo mismo, también a ti te la habían aplicado. Yo no te conté mi historia por completo por que me daba algo te pena, tu lo notaste enseguida y comenzaste a decirme cada uno de los detalles de tu propia historia, mi cara no cavia de cual asombrado quede, cuando al fin terminaste era tarde y tenia que marcharme, así que quede para contártela en la siguiente que nos encontráramos que por cierto fue al siguiente día.
Llegue a mi casa y tu ya estabas, platicamos sobre cosas irrelevantes y hasta cierto punto absurdas, pero antes de partir, te conté por completo mi historia, sin quitar ningún detalle… hay yo sencillamente me di cuenta de que no solo compartíamos gustos, si no momentos…
Al día siguiente, fui como siempre a la escuela, iba tan centrado en lo que hacia que no me daba cuenta de las fechas, hasta que me recordaron que a pocos días seria mi cumpleaños. No hice mas que sonreír después de clases y partir a mi casa. Como siempre empezé mi tarea e inicie mi sesión quería contarte sobre mi cumpleaños, pero mi felicidad falleció casi al instante, la persona que mas daño me había hecho me volvía a hablar y no solo eso, me invitaba a salir, por que... por mas irónico que parezca, él tenia también su cumpleaños varias horas detrás del mío, te lo conté y tu me diste un consejo que jamás en esos años de mi sufrimiento lo hubiera hecho… decirle que no.
No me di cuenta de cómo, pero al ver tus palabras escritas en la pantalla de mi computadora, hicieron que tomara conciencia y que por fin daría el gran paso, dejarle… y ya no serle mas su centro de humillaciones y desplantes, dejar pasar esos momentos de grandes amarguras por lo que me hacia, dejar de ser tan masoquista. Así que sin mas... yo le di la respuesta, que estaba alejada de todos sus planes, le dije que no.
Me sentí culpable después de eso, pero lo hecho lamentablemente hecho estaba, mis ganas de pedirle perdón iniciaron, mas te lo conté a ti, tu trataste de muchos métodos de calmarme… me alegra que si lo hayas conseguido, tenia tanta paz… que quise expresarme un poco mas, instantes después de que le haya rechazado, llego una idea que pocas veces se me ocurriría, yo quería estar ese día contigo, y te invite a que saliéramos de la misma rutina y encontrarnos, parece que mi idea te sorprendió mas de igual forma te agrado, fijamos una fecha y me fui a dormir con una gran sonrisa, seria la segunda vez que nos veríamos, quien diría que te agarre un exceso de cariño, a pesar de que solo hablamos por medio de una computadora. En la escuela cada día mostraba un poco más de mi, de hecho llegaba y mostraba mi sonrisa, todo parecía estarse dentro de un hermoso sueño, no hacia mas que pensar en ti, y dejar atrás por fin mi pasado.
Quería verte… lo más pronto posible…
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