Continuamos nuestras platicas por el ordenador… hasta que un día por curiosidad inicie con preguntas sobre tus gustos mas personales… antes te preguntaba por tus gustos en dulces, tu comida favorita, hasta que iniciaste en el tema de gustos diferentes como era el anime, pero ahora me arme de valor para preguntarte que tipo de personas te gustaban, tus colores favoritos el por que de cada uno de ellos, hasta llegue a saber que poseías un oso de felpa, quien lo imaginaria cuando pregunte su nombre me puse triste… me contestaste con el nombre de tu ex.
Mis ojos tuvieron la necesidad de llorar, pero pronto se borraron al saber que se lo habías puesto incluso antes de haberlo conocido, luego te dije que yo quería regalarte algo, algo hecho por mi, a pesar de que poseo en exceso paciencia, era también demasiado torpe con las manos, tu pusiste un icono de risa, pero esa era la verdad. Luego sin mas cambiaste el tema de la cita, querías saber que tipo películas me gustaban, aunque no me interesaba cual ver solo me importaba estar a tu lado.
A la mañana siguiente me desperté tarde, como ya se me hacia costumbre, no termine los deberes de la escuela, se que era malo pero también pensaba en que me recuperaría. Llegué con tiempo justo a las clases las tres primeras horas pasaron sin que me diera cuenta, inicio el receso y vino un amigo de la clase de al lado como siempre a saludarme pero esta vez me encontraba más perdido que de costumbre. El tal vez lo notó mas no me dijo nada, llegue a casa y esta vez llegue directo a dormir, en tan solo dos días lo vería… seria la segunda vez…
Al siguiente día mi madre me despertó, para decirme que avisara en la escuela que el día siguiente no asistiría al instituto por una cita medica, no le di importancia, que error, el día siguiente era mi cumpleaños, así que también era la cita con Mello. Fui a la escuela y mi amigo me recordó lo de mi encuentro, llegue a sentir como en los animes cuando se les cae una piedra encima, tenia que cancelarle y cambiar de fecha. Llegué y me conecte con la esperanza de encontrarlo, tuve suerte. Hablamos y le conté el pequeño imprevisto, el dijo que no había problema y cambio la fecha para el siguiente lunes. Pasó la semana rápido, e inicio el lunes, al principio no recordé nada, hasta casi las 12:00 entre a tomar el baño, me aliste con el uniforme con algunas cosas de la escuela (para que mi madre no se diera cuenta de que no marcharía al instituto) y un poco de dinero tomé un taxi* con dirección a verte.
Como regla, llegue tarde… corrí hasta donde quedamos de vernos (unas escaleras de un teatro) no te encontré, pero mientras bajaba las escaleras, con mi flequillo cubriéndome lo ojos… me di cuenta de que alguien se paraba frente a mi.
Al principio solo observé tus pies, y fui elevando la vista hasta llegar a tus ojos, vaya hasta en ese momento me di cuenta de tus facciones, eras casi una cabeza y media mas grande que yo, esbelto pero desarrollado, tu cabello rubio hasta los hombros haciendo juego con una mirada azul, que petrificaría a cualquiera con su propia seducción, en ese instante me sentí tan poca cosa al estar a lado tuyo.
Mello: ¿Near? ¿Que tienes?
Near: Nada… creí que te habías marchado…
Mello: Tonto, no pienses eso, soy impaciente, pero por ser tu, te perdono.
¿Que quería decir con eso? No se, pero seguimos caminando un tiempo para después recordar que yo quería realizar un regalo para ti, asimismo que pedí buscar una tienda de estambres, si como lo dedujiste, yo te haría una bufanda.
Paso el tiempo y decidimos por primera vez, dirigirnos a la parada de los transportes casi llegábamos, y oh sorpresa, nos encontramos un amiga tuya… al principio no me importo pero empecé a sentir algo como… ¿Celos?, si, eso eran… celos. Poco después llego una persona mas, quien lo diría se trataba de una amiga esta vez mía, por lo tanto, nuestras ideas de ir a tomar el transporte rápido se olvidaron. Marchamos ahora los cuatro a la plaza donde tú y yo nos habíamos conocido, yo estaba a un lado tuyo pero al estar aproximándonos iba cada vez más lento, hasta el punto de detenerme por completo, tú lo sentiste casi al instante.
Mello: ¿Ahora que sucede?
Near: ¿y… si él se encuentra hay?
Mello: Usa la lógica, además si estuviera hay, tu te encuentras conmigo.
Near: ¿En verdad?
Mello: si, mientras estés conmigo, nadie te lastimará.
Acercó su mano y yo la tome, con algo de pena… pero me infundio tal confianza que nunca creí tener, al llegar note que no se encontraba mas no liberé tu mano hasta que tuvimos que separarnos para saludar a nuestros amigos, en eso llegamos con una amiga tuya y te tenia abrazado, por mi parte solo volteé a cualquier lado pero no tardó mucho para que yo estuviera en iguales condiciones, pero con una amiga mía que se encontraba atrás de mi. Pronto te acercaste a mi y decidiste que era hora de irnos, nos despedimos de todos y caminábamos con tu amiga, al alcanzar a la parada del transporte ella se despidió de nosotros, yo entré en pánico… estábamos solos tu y yo…
Antes de llegar al cine, te conté un poco mas de mi, de hecho me atreví a pedirte que me cantaras una canción, lo mas extraño es, que cumpliste con mi locura y no fue cualquier canción… fue I love you baby*. Entramos a la localidad y seguías cuestionando sobre mis gustos, no tenia ni la mas remota idea de que ver… hasta que vi una película llamativa, era de terror su nombre era Rec*, había escuchado de algunos de mis amigos que era buena así que opte por ver esa. Compraste los boletos mas la función iniciaba mas tarde, por lo que tuvimos que estar viendo los aparadores hasta la hora. Compramos palomitas para mi, para ti chocolates hubo algunos momentos donde me asustaban las escenas y te miraba con tanto ahincó que parecía que te estudiaba, en cambio tu estabas atento a lo que pasaba en la pantalla hasta que sentiste mis ojos clavados en ti, eso ocurrió en varias ocasiones, que en una tu te aproxímaste demasiado, mi rostro tal vez no baja de la tonalidad rojiza, y podría asegurar que lo notaste a pesar de la obscuridad de la sala.
Al salir el cielo ya estaba obscuro con unas cuantas estrellas y una luna llena hermosa, tomamos de nuevo el transporte y estuvimos en silencio mas, sin embargo, no era incomodo. Al notar que ya tenias que bajar me diste un suave beso en la frente e hiciste un ademan con la mano, yo permanecí sentado pensando en todo lo que había disfrutado de tu compañía esa tarde.
Realmente… empezabas a gustarme, pero… ¿era malo?
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