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Mirando al cielo. por Stric39

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Notas del fanfic:

Fiuu. La verdad es que hasta para mí me ha quedado MUY RARO. Pero mira, me ha salido así del tirón, mientras escuchaba la canción [http://www.youtube.com/watch?v=1z7nr_cqQ_Q].

Espero que os guste, sobre todo a esos que les gustan los finales trágicos, y pobres los que les gusten los finales rosas. Gracias a todos los que lean, saludos!

 

Los mejores años de nuestras vidas,
Las mejores lunas sabor a miel...
Tus manos traviesas nunca se olvidan,
Tu boca impaciente sobre mi piel...

Siento dentro que se acaban mis días,
el siguiente héroe caído puedo ser,
no quiero leyendas de valentías
ni medallas por cumplir con mi deber...

 

Había pasado mucho tiempo con él: jugando, hablando, saboreando su aroma y su textura...Yo le quería, y el estaba loco por mí, claro. Pero, uno de esos días como cualquiera, en que me había despertado junto a él y lo primero que había hecho había sido darle un beso de buenos días en sus labios tibios, había sido el día que todo cambió.

 

Me habían hecho llegar una carta, en la que me aceptaban en el ejército. Me puse demasiado contento: al fin podría defender a mi país en una guerra. No sabía como decírselo a él, a Iruka. Tendría que irme al día siguiente, así que debía de ser en ese mismo momento. Me acerqué hasta el, que dormía sobre la cama de sábanas blancas, y le besé.

 

Puse mi alma en ese beso, porque podría ser el último, incluso, estaba seguro, de que para el tampoco había sido un beso cualquiera. Mis labios acariciaban los suyos suave y firmemente, y mis manos sujetaban su cara morena.

 

Y después se lo dije, y el se puso a llorar. Pero, ¿qué podía hacer yo? Hice la maleta, y al día siguiente, como si nada, ya estaba partiendo a la guerra.

 

¿Y qué hago aquí, mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego
cabando trincheras, si te echo de menos?

¿Y qué hago aquí mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego
cabando trincheras, si te echo de menos...
jugaste a mi vida entre bombardeos

Te echo de menos...
y que hago aquí...
Sin ti,
no puedo.

 

Y los días pasaban, y eso era un infierno sin él. Y sabía que había hecho mal, dejándole llorando por mí, solo por proteger a mí país. Porque...¿qué era más importante? Veía a todos esos soldados, que tenían familias, que tenían mujeres e hijos, morir ante mis ojos, espantosamente.

 

Había un chico joven, de unos dieciocho años, que siempre llevaba la foto de su novia en la chaqueta del ejército, y le mataron justo a mi lado, de un tiro en el cuello, y yo solo pude pensar en Iruka, una vez más. Y él aún estaba llorando sobre las sábanas blancas de la cama, echándome de menos tanto como yo a el, con sentimiento y rabia...

 

Después de dos semanas todo el entusiasmo con el que llegué, se había esfumado. Nos estaban masacrando y yo corría entre minas y bombas, tiros y sangre...y siempre, siempre pensando en él....Y en porqué me había marchado...

 

Los mejores años de nuestras vidas,
se los estoy dando no se a qué o a quién..
O emboscado en una misión suicida...
O esta puede ser la ultima vez...

...que te hable que te escriba,
que te llore que te diga,
que daría mi vida por morir a tu lado,
y gritarle al viento que fui un mal soldado

...que te hable que te escriba,
que te llore que te diga,
que daría mi vida por morir a tu lado
y gritarle al viento que fui un mal soldado...

 

Me había decidido, y ese sería el último día que estaría allí entre enemigos y aliados. Había recordado sus labios recorrer mi piel, haciéndome cosquillas, haciéndome sentir bien...Había recordado sus caricias sobre mi piel, sus manos acariciándome el pecho blanco y desnudo...haciéndome sentir vivo.

 

En sus cartas había intentado parecer feliz, pero nadie le conocía como yo, y pequeños detalles me hacían saber que debía estar con él, en vez de matando gente. Porque le quería.

 

Mis superiores me habían mirado con desprecio, cuando había dicho que abandonaba, y que prefería morir de viejo, al lado del amor de mi vida, antes que en manos de un enemigo con un fusil, que también tenía una familia, o unos amigos a los que proteger, y que le echarían de menos si yo le mataba.

 

¿Y qué hago aquí, mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego,
cabando trincheras, si te echo de menos...?
Jugaste a mi vida entre bombardeos...

[...]

Lejos, extremadamente lejos de tus besos,
intentando en vano cazar las estrellas con los dedos...
Echándote de menos tu carita de melocotón,
tu boca tu pelo...
Mirando al cielo, implorando un tiempo muerto
al dueño del universo pá que escuche mis versos
y me mande de regreso directo a la tierra del fuego,
a tu cama en llamas, con besos de queroseno
y me enveneno aquí sin ti ,extraño tu presencia
que es miembro de tu esencia,
duele mas tu ausencia
que las balas del infierno...

 

Y cuando no me quedaban energías me acordaba de todos nuestros momentos, y de sus sonrisas, y podía seguir a adelante...

 

Y en ese momento, los soldados enemigos venían directos hacia nosotros, y aunque no tuve ganas disparé con mi fusil, porque, aunque era una solución mala, era la única forma de estar con Iruka de nuevo, en la cama de sábanas blancas, besando su cuerpo y su pelo, sus labios...

 

Las balas llegaron hasta uno de mis amigos de guerra, y le mataron. Yo corrí hacia las trincheras, pero entonces...bang. Todo se acabó. El tiro me había alcanzado en el pecho, y morí allí, con los ojos abiertos y mirando al cielo, pensando, como siempre en él.

 

La noticia le llegó por una carta, en la que no se andaban con miramientos, y no le explicaban que yo pensaba...que yo quería volver, para estar siempre a su lado. Y no pudo soportar la pena en su corazón, más grande aún que cuando me fui, y el también murió.

 

Y pudimos estar de nuevo juntos...

 

¿Y qué hago aquí, mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego
cabando trincheras, si te echo de menos?

 

¿Y qué hago aquí, mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego
cabando trincheras, si te echo de menos?

 

¿Y qué hago aquí, mirando al cielo
a diez mil kilómetros de tus besos,
besando banderas, abriendo fuego,

abriendo fuego, abriendo fuego...

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, porque es un tema que está en nuestra sociedad, aunque muchos de nosotros vivamos sin pensar en ello...


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