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El Superintendente por Winry-Sama

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Notas del capitulo: Bueno, este es mi primer fic asi que tenganle paciencia u.u algun dia hare uno mejor......creo XD
Ya estaba cayendo la tarde sobre la gran ciudad de Caracas, el cielo teñido de anaranjado por el crepúsculo era adornado por un sol que se ocultaba al oeste y, con sus últimos rayos del día, iluminaba la enorme oficina presidencial del Palacio de Miraflores.
Dentro de la vasta oficina, estaba Sasuke sentado en su enorme silla de cuero arreglando unos documentos que debía entregar firmados al día siguiente. A su lado se encontraba Itachi, su hermano, quien estaba de pie justo a su lado, lo miraba de reojo en repetidas oportunidades y, cuando esto sucedía, no podía evitar sonrojarse y agradecer que su hermanito no lo estuviera observando.
Finalmente, Sasuke termino de arreglar los documentos, los cuales guardó en una gaveta de su escritorio blanco.
— ¿Sabes, Itachi? Tengo una sorpresa para ti por ser un día especial – dijo Sasuke mirándolo con una sonrisa dulce.
— ¿Ah? – respondió el aludido, quien hasta ahora se encontraba sumido en sus pensamientos. Sin embargo, al ver la sonrisa de su hermanito, se sintió sonrojar.
— Hoy es 9 de julio, es el día de tu cumpleaños. Claro, siempre trabajas tan duro…no debería sorprenderme que con tanto trabajo olvidaras algo así. ¿Qué te gustaría que te regalara?
— Eh, ¿no hay nadie por aquí verdad? – pregunto Itachi, bajando la cabeza para ocultar su sonrojo.
— No, todos deben estar comiendo o durmiendo.
Durante unos minutos el único sonido audible dentro de la habitación provenía de un reloj colgado en la pared. Durante esos minutos, Sasuke evaluó la postura pensativa y la cara sonrojada de su hermano y, con una sonrisa, se levantó de la silla para dirigirse a la puerta y cerrarla con seguro y llave.
— Sasuke, ¿Qué haces? – preguntó en un susurro, movido por la curiosidad que le causó esa acción por parte de su hermano
— Ya sé perfectamente lo que te daré de regalo de cumpleaños – respondió mientras se acercaba hacia su hermano con una sonrisa juguetona y, a la vez, seductora. Cuando estuvo bastante cerca de su hermano, posó sus labios en los suyos de manera suave a lo que el otro correspondió con un beso más salvaje y apasionado.
— Tu siempre sabes lo que quiero – le susurró Itachi al oído de su hermano.
Entonces, Sasuke empujó a su hermano y este cayó sobre el escritorio haciendo que se desparramaran los papeles por el suelo. Una vez ahí, Sasuke empezó a quitarse la camisa y los pantalones quedando, finalmente, en bóxers para luego ir con su hermano y besarlo nuevamente, pero esta vez con más fuerza e intensidad, al mismo que le arrancaba la camisa y los pantalones dejándolo también en bóxers. Sasuke se puso encima de Itachi, aun besándolo, para luego meter su mano entre la ropa interior de este y tocar sus partes privadas lo cual hizo que Itachi soltara un gemido de placer.
— Que bueno que Ed se hartó de ser presidente de Venezuela – dijo Sasuke.
— Quizá no tenía a nadie con quien hacer esto, pobre de él.
— Pero no nos preocupemos por él, por ahora solo preocúpate de mí como yo me estoy preocupando de ti.
Sasuke siguió tocando las partes de Itachi mientras este gemía cada vez más y más. Luego Itachi también metió su mano por entre los bóxers de su hermano solo que, en vez de solo hacer eso, aprovechando la oportunidad se los arrancó dejando a Sasuke completamente desnudo. El pelinegro también arrancó la ropa interior de su hermano y siguió tocándolo y besándolo hasta que sus labios bajaron, sensualmente por su cuello, luego llegó al pecho donde empezó a lamerle cada uno de sus pezones. Luego sus labios bajaron hasta sus partes privadas donde empezó a lamer y morder con delicadeza todo lo que encontró haciendo que Itachi gimiera de dolor pero al mismo tiempo de placer.
— Ahora es mi turno – susurro Itachi.
Itachi agarró a su hermano, se sentó en el escritorio y luego se puso encima de Sasuke para besarlo con intensidad nuevamente. Luego lamió su cuello y todo su pecho hasta llegar a sus partes privadas las cuales empezó a besar con pasión.
Luego Itachi se separó de su hermano para poder entrar en él. Itachi comenzó a embestir suavemente a su hermano para que no le doliera mucho aunque éste no pudo evitar emitir ciertos gemidos de dolor, pero luego esas embestidas fueron más y más intensas haciendo que al principio Sasuke casi gritara pero luego empezó a gemir de placer. Con eso finalmente llegaron al orgasmo.
— Que bueno es tener a un gran vicepresidente como tú, Itachi – jadeó Sasuke.
— Y tu eres un gran presidente – jadeó Itachi.
Itachi se acostó de nuevo en el escritorio, ahora exhausto, con su hermanito acostado en su pecho.
— ¡Y ustedes dos son unos grandes pervertidos! – grito una voz que a Sasuke le pareció extremadamente familiar, por lo que tuvo que separarse del cálido cuerpo de su hermano para sentarse en las piernas de este.
— Tú…volviste otra vez. Se suponía que te habías ido.
— Se me quedaron unos documentos pero ya no me interesan recuperarlos, quien sabe si les caíste encima tu o tu hermano. Si mal no recuerdo te di el poder porque estaba harto y pensé que lo controlarías mejor que yo, no te lo di para que tuvieras… eso, no sé ni cómo llamarlo.
— Se llaman relaciones fraternales. Y creí que te habías ido porque no tenías a nadie con quien hacerlo. Por cierto, ¿cómo entraste si la puerta estaba cerrada con llave?
— Con alquimia, supongo – respondió Ed, tajante - ¡¿quieren ponerse la ropa de una vez?!
— En realidad no quiero hacerlo.
— Hermanito, ¿este enano te está molestando?
— ¡¿A QUIEN LLAMASTE PULGA SUPER CANIJA?! – grito Ed cayéndole encima para golpearlo.
— Pero si no dije todo eso. Bueno que más se le puede hacer – dijo Itachi sujetando a Ed por la chaqueta roja que llevaba puesta – Ya vengo, hermanito.
— De acuerdo, tómate tu tiempo – dijo Sasuke dedicándole una sonrisa maléfica a Ed.
— ¡HEY, ¿A D”NDE ME LLAVAN?! ¡SUELTENME, SUELTENME!
Cinco minutos después:
— Listo – dijo Itachi, entrando triunfante en la habitación.
Ambos, Sasuke e Itachi, se vistieron rápidamente y salieron de la oficina.
— Vaya, que día – comentó Sasuke.
— Sí, tengo sueño. Vamos a dormir.
— ¿Juntos? – preguntó con emoción.
— No tienes ni que preguntarlo.
— Por cierto, ¿y Ed?
— Después te digo que hice con él.


Palacio de Miraflores. Hora: 2:35am
— ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¡Hola! – Gritaba Ed – voy a matar a ese estúpido de Itachi – refunfuñó.
Toda la habitación estaba oscura y las puertas estaban cerradas.
— ¡¿HAY ALGUIEN QUE ME AYUDE A SALIR DE ESTA POCETA?! – gritó tratando de retorcerse para salir de la poceta donde estaba atascado

FIN

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