Uchiha Madara el más vil asesino de todos los tiempos, ese hombre que con solo que su sombra se reflejase en el piso lograba hacer llorar a los más débiles y tiritar la piel de los guerreros mas valerosos de una villa, este hombre que con su sonrisa quema a dragones de fuego venenoso y que con sus manos estrangula a leones y bestias, este hombre que es el pánico de lo pacifico y el pavor del héroe…él.
En medio de la tristeza se encuentra el autosuficiente y preparado para todo, en medio del pánico él era el astuto y en medio de lo irracional él era el sabio. Nada le detenía, era el modelo ejemplar de un hombre de un asesino, frio, calmo, calculador, fatal, apático y sobre todo, maquiavélico. Simplemente su nombre era el legado de años de homicidios y misiones dignas de admiración.
Ahora siendo el líder de Akatsuki, es imbécil…pero la palabra invencible tiene demasiadas incorrecciones.
-Tobi, grandísimo imbécil ven acá-grito Deidara, el maestro del supuesto niñato de actos divertidos y juguetones, mas escondido tras su máscara, un monstruo de diversas locuras y egocentrismo máximo- ¿Me puedes decir que paso con todas las pastillas azules que Pein compro para sobornar a los ancianos del concejo?-pregunto el rubio de ojos garzos al joven infantil que recién llegaba a la habitación de donde reunidos el líder, Deidara, Sasori e Itachi.
-bueno sempai, es que…es que- el enmascarado asesino tenía desde su pasado cumpleaños número 107, un problema para poder alegrar sus noches y relativamente había tenido que buscar ayudas en drogas que francamente le daba vergüenza y pudor revelar su uso- es que Tobi quería ver si servían para el dolor de la cabecita- mintió con desespero y sudando a mares internamente, pero fue obvio que Deidara no creyó su mentira ni el líder, ni el marionetista de los desiertos y menos su estudiante que con una sonrisa burlona le miraba.
-algo me dice que Tobi ya alcanzo la pubertad-susurro Itachi con una sonrisilla que Madara estaba seguro que la arrancaría a puñaladas más tarde. El Uchiha joven conocía perfectamente la senectud de su odiado profesor de artes ninjas- de seguro las uso para experimentar-unas cuantas risas se dieron en el ambiente y Madara se sonrojo por dentro de su máscara naranja y apretando sus puños desvió la reciente insinuación.
-no tanto como tú querías experimentar con Kisame-golpe mortal. El hermano mayor de Sasuke se abochorno al máximo y sus mejillas se tiñeron de un carmín tentador para risas y satirizadas, comenzaba a arrepentirse de haber burlado a su maestro, por poco olvida su maestría para humillar a personas.
Pein que desde lejos, sentado en su maestral silla miraba toda la revuelca se preguntaba internamente porque Madara Uchiha había sido capaz de colarse cual ratón hambriento, por un poco de viagra, es decir, el supuestamente no era un hombre bestial en los lechos que lograba sacar hasta el último gemido de una mujer o hombre. Ahora siendo rebajado a buscar drogas que le ayudasen…
-en fin, que importa si Itachi se acostó con el bagre aquel, lo importante es ¿Qué hacia el frasco de viagra en tu habitación?-volvió a reponer Deidara que luchaba internamente por no ver a Itachi con su tentador sonrojo y mofa faz-si, contestanos-adquirió logrando centrar toda la atención en el retoño supuestamente inocente.
-bueno es que, Tobi tiene una novia que es una actriz porno y le saca mucho el jugo y por eso, Tobi ha tenido que robar las pastillitas azules, porque mi novia me dijo que eso ayudaba a que alcanzara el orgasmo-dijo desvergonzadamente y obviamente el largo y eterno silencio se rondo por la habitación donde el líder de cabellos naranja casi se cae de su magistral silla, Sasori por poco escupe su te de hiervas e Itachi con los ojos muy abiertos miraba a su maestro.
-yo…yo-el rubio tartamudeo como seis veces seguidas mientras que con las mejillas rojas daba el frasco de las obsesivas drogas para hombres mayores de edad al muchacho- bueno, si tienes novia y es …actriz imagino…que las necesitas mas-termino con la cabeza cabizbaja y entregándole las pastillas azuladas al verdadero líder de Akatsuki que victorioso reía internamente, satisfecho de haber ganado su trofeo que con gusto les daría mucho placer y obviamente las usaría con cierto adolecente descortés que ya tenía en la mira.
Itachi bufo molesto y salió de la habitación para irse a la suya, donde su secreto novio le esperaba desde hacía algún rato. Estaba algo molesto, deseaba por primera vez ridiculizar a su maestro frente a todo la elite Akatsuki asi como él le avergonzaba todos los días, pero, como siempre, siempre le salía el tiro por la culata y con su ya acostumbrado seño fruncido caminaba hasta donde estaba su pareja de besos y caricias.
Entro a su cuarto, no muy arreglado, no muy luminoso, no muy desordenado, no muy serio, solo lo necesario para su gusto y en la cama no muy bien vestida yacía el tiburón de los mares recostado en ella, leyendo paulatinamente alguna revista de chicas que las que tanto se burlaba los demás.
Kisame era su pareja, solo Madara sabia de la existencia de esta relación y más de una vez la usaba para mirarle sonrojado o para sacarle información amenazándole que rebelaría el secreto a todos los miembros pero gracias a dios que pocos le prestaba atención Tobi. Suspiro y se fue a recostar en el lecho, recargando pasivamente su cabeza en el hombro de su pareja que sin despegar los ojos de la revista le rodeo con un brazo, acobijándolo con su piel y calor corporal, justo lo que necesitaba después de una fechoría de su maestro.
-¿Qué paso?-pregunto dejando la revista a un lado y concentrarse en los ojos rojos de su amante, sin poder evitar acercarse más a él y acariciar suavemente los cabellos azabaches intensos, admirando por algún instante la maravillosa estructura ósea de su rostro-tienes una cara como si te hubieran hecho mierda-dijo con su típico leguaje coloquial.
-nada-dijo besándole suavemente sus labios en un roce rápido-solo venia a buscarte, me gustaría salir al bosque contigo-dijo mirándole directamente a los ojos, con esa típica mezcla de sentimientos de amor y pasión que abundan en su cerebro a la hora de estar solo y junto a él-¿Vienes?-pregunto con cierta elegancia que obviamente Kisame no podía negar no con la dulce manera de recargar su cuerpo sobre el suyo y con un gesto de cariño le devolvió el antiguo beso dado y camino hasta el baño donde se prepararía para salir un rato con su amor.
Ya solo el pelinegro, se quiso descansar un rato sobre la dulce cama que era la fiel testigo de todas las paciones dadas en esa habitación, pero ese descansó poco duro pues rápidamente la puerta se abrió con sutilidad y ahí…estaba él, con una cínica sonrisa oculta bajo su faz naranja con la que le rodeaba un aire de maldad y venganza.
Solo en la mente de Itachi se formo una maldición, sabía que su maestro se iría a vengar de él por haberse burlado hace unos minutos y ya se imaginaba cual sería el cruel castigo, bueno, ya estaba acostumbrado a golpes, patadas, insultos, palabras sucias, actos lascivos y casi intentos de violaciones, solo era cuestión de dar rienda a su imaginación como lo hacía en ese momento el asesino feroz.
-¿Qué quieres Madara?-pregunto sentándose en la cama e inquietamente esperando a su pareja algo le decía que no saldría con su novio después de todo y eso lo adivino por la manera en la que ese hombre se acercaba a su cuerpo sin olvidar cerrar la puerta tras él y con una sonrisa sacarosa le persuadía a muchas cosas.
-pues, pienso venir a experimentar un poco contigo-susurro quitándose la máscara naranja y dando a ver su rostro ya de un hombre de 30 a 40 años, pase a todo Madara se mantenía conservado su físico aunque por dentro, su anatomía ya estaba sufriendo los ridículos efectos del envejecimiento, pero, según algunos, la vejez solo es algo mental.
El Uchiha rodo los ojos y suspiro hastiado.
-no me digas ¿Cómo me violaras si ni siquiera puedes tener una maldita erección se meterte medio kilo de drogas? Búscate un hobby, juega bingo o a la lotería viejito-burlo con su típico aire de grandeza y sublevación que tantas veces habían airado a hombres más recios que Madara-además, no podrías, soy demasiado hombre para ti-un violento golpe le fue dado al orgullo del mayor, golpe que solo lo tentó a sacar su temperamento rustico.
No lo aguanto más y se le lanzo fuertemente al muchacho que sin poder evitarlo quedo a la merced del otro obviamente mucho más fuerte y preparado para un acto violento como era ese. Fríamente Madara le tomo las manos ya empuñadas y dispuesta a golpear y con la misma apatía se dispuso a besar sus labios de la manera más descarada.
El joven cerró sus ojos cuando le besaron la boca, ya estaba acostumbrado a esto, Madara más de una vez le robo algún beso y ciertas manoseadas que le daban bochorno tener que recordar y ya se comenzaba a lamentar haberle fastidiado. Con los ojos cerrados sentía los húmedos labios maestres robar besos y una que otra lamida, un beso algo brusco pero que no dejaba de ser delicioso, un beso que de por si divino mucho más repugnante psicológicamente.
-¡ahh!-un grito bajo se dio. Kisame había lanzado a Madara contra la pared de un golpe, alejando libre al humillado Uchiha que miraba impactado a su salvador, a su novio que había venido en su auxilio, le había salvado de las garras del monstruo vil que era el Uchiha mayor.
Madara se airó inestablemente, el gran asesino había sido humillado y deseaba dar a conocer porque era el pánico entre hombres y dragones, Madara Uchiha se levanto del suelo con algo de dolor en su cuerpo y sin poder evitarlo miro a Kisame con una expresión que no sería recomendada ver, su faz se torno torva y desagradable, una mueca de dolor se formo en sus labios y sin poder evitarlo levo su mano a la parte del cuerpo lesionada y de la manera más fuerte dijo en voz alta.
-¡me hicistes daño en mi artritis!-
CONTINUARA XDDDD