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Siempre por Narumi-Chan

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Notas del fanfic:

Regreso con este Fic, algo diferente... me insipre de una cancion.. aunke ya no recuerdo el nombre de la cancion jeje

(les prometo ke pronto les traere el capitulo extra de fic "que quieres de regalo de cumpleaños")

Notas del capitulo: Ps se ke no es lo ke normalmente escribo pero.. no sean tan duroz en juzgar..

me anime x mi tomodachi chaotic kittie ke fue la primera persona en leerlo... me dijo ke le gusto.. espero a ustedes tmb

(pasen a leer sus fics.. estan geniales XD)
Lamentablemente los personajes no me pertenecen, son todos creación de Masashi Kishimoto




Cpitulo 1: Un Nuevo Comienzo



Tal vez a estas alturas de mi vida, aun crea y espere que me pasara algo bueno, bien, llámenme tonto si quieren, yo prefiero llamarme optimista. Nunca me he quejado del porque me toco esta vida, y no comenzare a hacerlo ahora, siento que solo causaría lastima con esto, y uno de los sentimientos que odio es la lástima.
Esta no es una historia de amor con un final feliz, esta, es una historia de un tonto enamorado que dio todo para que lo quisieran igual que a él y ya saben, como dicen “al final el que más dio es el perdedor”. En algunos aspectos puedo considerarme afortunado por lo que viví, aunque siempre he estado solo, sé que hay personas que comparten esta soledad conmigo, esto me hace sentir menos desdichado.

Bien, sin más preámbulo he aquí mi historia…


Entre a la escuela medio superior (bachillerato o preparatoria, como prefieran llamarlo) dejando un amor atrás, era una persona bastante especial para mí, eso que llaman “primer novia”, una relación basada solo en tomarnos de las manos y besitos en la mejilla o los que dicen “besitos de piquito”, el tipo de relación donde las dos partes son sumamente penosas, fue linda mientras duro y a esa persona la quise mucho, hasta que un día en la escuela, una semana después de haber terminado conmigo, comenzó una relación con otra persona, debo admitir que me dolió, pero aun así le deseaba lo mejor de todo, mas adelante descubriría que mi inclinación hacia las mujeres, desaparecería gracias a una persona a la que aun no he logrado olvidar

Decidí que cuando saliera de la secundaria entraría a una escuela diferente y que principalmente, quedara lejos de la anterior, realice mi examen y me aceptaron. El primer día llegue tarde, como siempre. Me perdí de la ceremonia de bienvenida y lo que es peor, no había tenido dinero para comprarme el nuevo uniforme.

Yo vivo solo, mis padres murieron desde que era un niño pequeño, cuando tenía 3 años de edad. Vine a casa de mi abuelo paterno a vivir, me cuido muy bien, hasta que un día, como todo lo que siempre llego a querer se va de mi lado, mi abuelo murió cuando tenía 10 años, aunque me dejo un poco de dinero guardado, preferí no utilizarlo y tratar de valerme por mi mismo y seguir ahorrando junto con el dinero de mi abuelo. Así que trate de meterme a un trabajo de medio tiempo, pues no quería dejar de estudiar, solo que no fue fácil, no me admitían por mi edad, hasta que el dueño de una compañía que se encargaba de distribuir los periódicos me dio un empleo como repartidor, lo acepte, aunque era algo cansado, debía estar repartiendo los periódicos a las 5 a.m. así que debía levantarme muy temprano. Pero cuando cumplí 14 debía cambiarme de trabajo por la escuela, ya que mi horario para entrar a esta, era en la mañana, fui a buscar en otro lugar, y lo encontré, sería el encargado de acomodar los libros en una biblioteca y de ayudar a las personas a buscarlos. Así pues, sería una nueva vida tanto en el trabajo como en la escuela.
El primer día de clases, como ya lo dije, llegue tarde y no llevaba el uniforme, además de que no encontraba mi salón, pare a preguntarle a un profesor que pasaba por ahí, me dio las indicaciones para llegar. Al llegar a mi aula el profesor me puso mala cara, vaya, “la primera impresión”, fue de impuntualidad, un comienzo mal, me senté en la hilera cerca de la ventana en la segunda mesa, normalmente me hubiera sentado hasta atrás, pero ya todos estaban ocupados, el profesor se presento, se hizo llamar Yamato. Pidió que nos presentáramos y pregunto cuál es nuestra meta en la vida, hubo una en particular que llamo mi atención.

-Uchiha Sasuke, mi meta es, ser mejor a mi hermano, no quiero vivir en su sombra –

Sinceramente había algo en común con mi meta, yo tampoco quería vivir a la sombra de nadie

-Haber, tú, el impuntual, por favor preséntate – me puse de pie y obedecí lo que me había pedido el profesor

-Uzumaki Naruto, mi meta es llegar a ser alguien, para que me reconozcan –

Parece que también había llamado su atención, porque me miro rápidamente cuando termine de decir la frase, y también lo mire. Sé que sonara cursi o tonto, pero desde que vi aquellos ojos negros, lo supe, supe que seria para él y él para mí, comencé a sentir algo muy profundo por él, ¿Por qué? No lo sé, tal vez si era raro como todos me llamaban, igual mis sentimientos serian solo para mi, las personas me despreciaban, lo sabía, y lo soportaba, pero que te desprecie la persona que te importa, ya es otra cosa, es algo con lo que no quisiera pensar.

La escuela comenzaba a ser de chicas, porque antes de que yo entrara era solo para varones, por esta razón solo había pocas mujeres en mi salón, en total, solo eran 3 mujeres de los 35 alumnos, el resto éramos chicos. Una de las chicas se sentaba frente a mí, su nombre era Hinata Hyuga, una chica bastante tímida, comencé a llevarme con ella solo un poco, a causa de su timidez no pude acercarme mucho, parecía tenerle miedo a los hombres, bien, lo deje pasar, de todas formas, me quede ahí sentado por una semana solamente, por que el profesor de la siguiente clase nos cambio de lugar, me toco sentarme en la penúltima mesa, de la penúltima hilera cerca de la puerta trasera del salón y a Uchiha Sasuke -no es que estuviera pendiente de el- le toco sentarse cerca de la ventana en la última mesa.

Y así fue siempre, de la escuela a la biblioteca, y de la biblioteca a la casa, llegaba un poco cansado, pero había ocasiones en la que, con mucha pereza, hacia algo de tarea. Se preguntaran por qué no la hacía en mi trabajo, en la biblioteca, pues bien, era porque me la pasaba leyendo, no me imaginaba que los libros fueran tan entretenidos, en otros tiempos, pensar en leer, me hubiera causado gracia, la verdad es que no soy muy culto ni nada, además de que no tenia inclinación por algún autor en particular, o en el libro más vendido, pero antes, tampoco tenía preferencia por los hombres, para ser mas especifico, en uno en especial.

Pasaron días iguales a estos, incluso semanas, y paso un mes, hasta que pasado este mes y unos días, me encontré con él. Como de costumbre subí al último piso de la escuela, a la azotea a almorzar, me gustaba estar solo, para pensar mejor, además de que, de vez en cuando me ponía a leer en ese lugar, era bastante cómodo, el aire rozaba mi rostro y la vista era hermosa, se veía el cielo a todo su esplendor y solía subir todas las tardes antes de irme a ver como el sol hacia su marcha hacia el horizonte para comenzar a ocultarse, por más que quisiera, no podía quedarme al ocaso o al crepúsculo para verlo por el trabajo, pero no perdía la esperanza de que algún día me quedara hasta el final… hasta el final, ese día llegaría, pero no sería precisamente el día mas feliz de mi vida.

Ese día llegue como de costumbre a la azotea, me senté en la pequeña banca cerca de la reja para leer, no llevaba almuerzo, no me había dado tiempo de preparármelo, pensé en comprarme algo de comida de camino al trabajo, cuando de pronto tuve la sensación de que alguien estaba mirándome, es excepcional este sentimiento, es como si percibieras algo, pero lo más extraño es que solo te das cuenta de que te mira alguien quien te interesa, o que tu le interesas, claro es obvio que si ninguna de las opciones anteriores existiera, entonces nadie te miraría, pero, supongo que existen diferentes tipos de miradas… no sé cómo explicarlo. Por esta sensación comencé a buscar a mis alrededores, quien era la persona que causaba esto en mí, pero no encontré a nadie, la verdad es que no me tome la molestia de buscar bien, cuando de repente alguien pregunto algo, la voz no se escuchaba muy lejos de mi.

-¿Buscas algo? –

Sé que volverá a parecer cursi o tonto, pero al momento en que escuche la voz, la reconocí al instante, a pesar de que no habíamos hablado nunca de frente, solo la había escuchado una vez, y fue cuando nos presentamos el primer día de clases, pero es como si mi memoria la hubiera almacenado perfectamente, claro que mi mente no la guardo con tanta claridad, había olvidado lo hermosa y profunda que era. Me gire a la dirección de la que provenía la pregunta, Uchiha Sasuke estaba sentado hasta el final de la banca mirándome, con expresión tranquila, y seria. Pero ¿en qué momento llego que no lo escuche? ¿De verdad me inundo tanto en mis pensamientos cuando leo un libro que no soy capaz de escuchar lo que pasa a mi alrededor? ¿O solo será que él es extremadamente sigiloso?

-N…no –

La voz me salió en un susurro, no puedo creer que estaba nervioso, sentía que mi estomago se revolvía todo, lo único que podía pensar era en tratar de actuar natural. Pero, normalmente preguntaría cosas, o sonreiría y pondría un tema en conversación, pero con él, tenía la mente en blanco, no sabía que decirle.

-¿Siempre vienes aquí verdad? –

-S…si – Vaya, él quería entablar una conversación, bueno, no podía dejar pasar esta oportunidad que tal vez vuelva a pasar en otro mes, o en otros dos meses, aclare mi garganta para que me saliera la voz y trate de calmarme para que sonara normal –Me gusta aquí, es tranquilo y puedo leer a gusto –

-¿Te gusta mucho leer? –La verdad es que, siempre creí que era una persona muy callada, pero parecía estar interesado en mí, o al menos, eso quería creer.

-Ja –Me salió una risa espontanea y me miro un poco confuso –Si antes me hubieras preguntado eso, me hubiera reído, pero ahora, supongo que si me gusta leer, encuentro bastante interesante las historias que escriben algunos autores, me pierdo en el mundo que describen –

Me agache sonriendo y volví a sentir su mirada sobre mí, tal vez el también piense que soy raro como los demás, incluso yo pienso que soy raro, por estar obsesionado con una persona de mi mismo sexo, y esa persona está ahora frente a mí, preguntando cosas acerca de mi. El tiempo se paso charlando acerca de los libros, lo sé, fui un tonto, debí aprovechar esta ocasión para preguntar acerca de el, pero realmente era cómodo hablar de este tema, sabía mucho más de lo que aparentaba. Yo lo que verdaderamente quería era saber más sobre él, y estaba dispuesto a preguntárselo pero por desgracia se me termino el tiempo, ¡pero qué rápido se pasa el tiempo! El descanso termino y caminamos juntos al salón, al despedirnos curvo levemente la comisura de sus labios, no lo podía creer, me está sonriendo, o al menos eso intentó. Fui a mi lugar y el a suyo, los estudiantes nos miraron un poco sorprendidos, pero continuaron con sus charlas rutinarias, no paso mucho tiempo hasta que llego el profesor de la siguiente clase. Trate de ponerle atención pero debo admitir que me alegro tanto el que me dirigiera la palabra, aunque solo haya sido por un rato, posiblemente no volvería a suceder. El tiempo que quedaba para que se terminaran las clases, se pasó rápido, claro ¿Cómo no? Cuando uno se la pasa imaginando cosas en un mundo lejano y feliz donde solo existen la persona que te importa y tú siempre se pasara rápido, guarde mis cosas en la mochila y salí del salón hasta el final de todos, como siempre. Al llegar a la entrada de la escuela note que estaba Uchiha Sasuke parado, respire profundo, trague saliva y seguí caminando con la cabeza agachada, sabía que si lo miraba, mi rostro me traicionaría tomando un tono rojo en las mejillas. Camine a paso normal y cuando pase por su lado volvió a hablarme.

-¿Ya te vas a casa? –

-No, voy a trabajar – Cada vez era más fácil hablar con él, de no ser por sus profundos ojos que se posan en mi, todo sería más natural, hacia que me temblaran las piernas y mi estomago comenzara a revolverse.

-No sabía que trabajaras, ¿Dónde? –

-En la biblioteca del centro – ¿Otra vez estaba interesado en mí?

-¿Puedo caminar a tu lado? Quiero decir, yo voy hacia el centro y podemos ir hablando mientras nos hacemos compañía.

-Cla…claro – Rayos, ese claro me salió con más ganas de las que hubiera querido.

Todo iba tan bien, hablamos de tonterías, el pregunto un poco de mi trabajo, y de la escuela, esta vez, si preguntaría lo que quería saber, acerca de él y de su familia. El siempre hacia preguntas de mi, ya es hora de que yo haga una que valga la pena.

-Y… ¿Cómo es tu hermano? –

El se detuvo inmediatamente cuando termine de preguntar esto, se agacho y note que cerró las manos en puños. Quise retirar la pregunta, y hablar de otra cosa, pero mi cerebro no podía pensar en ese momento, me acerque un poco para tomar su hombro, y comenzar a hablar de cualquier tontería, cuando de repente el hablo otra vez.

-Debo irme –

-Pe… pero si… –

-Nos vemos mañana. Adiós –

Y observe como iba de regreso por donde habíamos caminado, metía sus manos en los bolsillos y caminó sin prisa con la cabeza algo agachada, seguramente pregunte algo que no debía, pero yo que iba a saber qué pasaría esto, rayos, lo único que quería es saber más acerca de el ¿es acaso tan malo eso? Llegue al trabajo un poco confuso por aquella reacción suya de hace un momento. Mi compañero de trabajo –y también amigo- noto mi humor al llegar a la biblioteca.

-Oye, Naruto –Se acerco a mí y analizo un poco mi rostro -¿No volviste a dormir bien?, tienes un aspecto algo fatigado –

-Estoy bien –

-¿Seguro? –

-Sí, sí, seguro –

-Bueno, pero no me contestes tan golpeado –Decía mientras se rascaba la cabeza.

Lo mire con cara de pocos amigos, a veces me molestaba su manera de hablar, como si le agotara el hablar. Admito que es una persona bastante inteligente, pero a veces se tomaba las cosas a la ligera, supongo que yo también me caracterizo por eso, posiblemente esa sea la razón de que nos lleváramos bien. Cerré los ojos concentrándome en olvidar la idea de Uchiha Sasuke y comencé a calmarme.

-Perdón, no te hable golpeado, es solo que mi día ha sido un poco cansado –Me detuve un poco a pensar en preguntarle o no esta duda que me estaba abrumando -¿Cómo sabes cuando a una persona no le agrada lo que le preguntas?

-¿Qué? Pues supongo que evita responder, o simplemente te dice que prefiere no contestar o hablar del tema –

-Ya veo –

Recargue mi barbilla sobre mi mano, que estaba en el mostrador donde Shikamaru atendía a las personas que venían a pedir algún libro prestado y me puse a pensar un poco, tal vez, “El” prefería no hablar acerca de su hermano o su familia, tendría alguna historia que no quisiera contarme, me había metido en asuntos que no eran de mi incumbencia. Pero claro que me interesaban, sobre todo si se trataba de “el”. Pero en ese momento prometí que no volvería a preguntarle del tema otra vez. Mi compañero de trabajo me miro interrogativo, tal vez ya había adivinado que me pasaba con solo hacerle esa pregunta, o posiblemente haya hecho sus conclusiones, me di la vuelta y me perdí de su vista en alguno de los estantes llenos de libros antes de que comenzara a hacerme preguntas que no quería contestar.

Después de eso, volvió a ser rutinario, “El” no me dirigió la palabra nuevamente, y había sido por mi culpa, por mi extrema curiosidad, y ¿si yo le hablaba? ¿Qué iba a decirle? “Perdón Sasuke no quería preguntarte eso”. Decidí dejar las cosas así y pasaron meses, incluso estaba a punto de terminar el semestre cuando se digno a hablarme otra vez. Ese día no iría a trabajar, porque en la librería, el dueño estaba haciendo limpieza, además de que estaba metiendo nuevos libros, nos dio la tarde libre a Shikamaru y a mí. Era la hora de la salida, y yo guardaba mis libros en la mochila, ya todos mis compañeros se habían marchado, tome mis cosas y salí del salón. En la entrada estaba Uchiha Sasuke, recargado en la pared con las manos cruzadas, me sorprendió mucho el verlo ahí, pero solo me agache y me pase derecho de él.

-¿Ya te vas? – Me detuve un momento, estaba un poco molesto, sé que no debí de preguntar ese tipo de cosas acerca de su familia, pero ¿acaso esperaba que le iba a hablar cada que él lo hiciera?

-Si – y seguí caminando

-¿Puedo caminar contigo? – Volví a sorprenderme, ¿acaso no dejara de pasarme esto cada que este a su lado?

-Claro, siempre y cuando no te molesten mis preguntas o comentarios – Rio un poco, rayos, que risa, me quede mirándola como una idiota, fue la primera de tantas veces que me perdería en aquella sonría y que sedería ante todo lo que me pidiera por ella.

-¿No se te pasa nada eh? –Me agache un poco molesto, me aguante las ganas de formar un puchero con mis labios, iba a parecer tan infantil, pero después de un rato él seguía riendo de la misma forma, ya no me importo el hacer el gesto de un bebe. Esto solo hizo que se riera más de mí. Comencé a caminar y note por el rabillo del ojo que se acercaba a mi lado para caminar conmigo, tal vez, después de todo, si debía disculparme con él, pero hacer eso solo tocaría el mismo tema del cual no quería hablar. Igual creo que será lo mejor –aunque hay veces en la que “lo que creo” no resulta lo correcto –

-Oye, dis…-

-¿Hoy vas a trabajar? – Me interrumpió a mitad de mis disculpas

-¿Qué?, ah no, hoy me dieron el día –

-¡Qué bien! Hay un lugar que quiero mostrarte –

-Un… ¿lugar? –

-Sí, o ¿tienes algo más que hacer? –

-Pues… no –

-Bien, entonces ¿vamos? – Me quede un rato pensando, estaba atónito, me quería llevar a un lugar, ¿Qué tipo de lugar? En ese momento me llegaron mil imágenes, tanto de lo mas lindas como pervertidas, ¡Ja! Vaya, en que me pongo a pensar en estos momentos, me ruborice un poco ante esta última imagen, algo comprometedora, me miro y curvo los labios nuevamente con aquella sonrisa de hace unos minutos, entonces mis dudas se despejaron y conteste sin rodeos

-Vamos –

Comenzamos a caminar, por un sendero que no había tomado nunca, de vez en cuando volteaba a verme y sonreía ligeramente, lo único que podía hacer era teñir mis mejillas de color rojo, me daba vergüenza que me mirara de esa manera, además de que me daba un poco de esperanza. ¿Está mal que tenga esperanzas contigo, Sasuke? Ahora más que nunca quería pedirle esas disculpas, no sé, tal vez si me hubiera preguntado algo que me incomodara posiblemente haya actuado de la misma forma que el, solo quería que las cosas estuvieran bien entre nosotros, y es sorprendente como mi estado de ánimo es completamente modificado por esta persona. Voltee a mirarlo, el estaba observando el cielo, llevaba las manos metidas a los bolsillo, sus mejillas estaba un poco sonrosadas por el sol y un par de gotas resbalaban por su cuello, ¡Sexy!, quien sabe cuánto tiempo lo mire, creo q se percato porque después giro su rostro posando sus profundos ojos negros en mi, desvié la mirada rápidamente, algo nervioso y pregunte lo primero que se me vino a la mente.

-Ya… ¿Ya casi llegamos? –

-¿Te has cansado de caminar? –

-No, no es eso –

-Mira solo falta subir esas escaleras –

Mire las escaleras, eran un montón, eran de las escaleras que llevan a los templos ¿Me llevara a un templo a dar gracias o a pedir algo? Subimos las escaleras, estaba algo confundido, no sabía bien a donde me llevaba, que tal si me quería hacer algo indecente, bueno, tal vez me deje, pero en qué rayos estaba pensando, mi corazón comenzó a latir más rápido, tal vez me delataría demostrando que estaba completamente nervioso, respire para calmarme y me percate que me estaba mirando, le dedique una mirada también.

-¿Qué… que pasa? –

-¿Estás cansado? –

-No, ¿Por qué? –

-Porque estas respirado rápido, si quieres te cargo –

Comenzó a bromear y sonrió de forma incitante, ¿Cómo se sentirán sus brazos? Me aguante las ganas de decirle que sí, pero ya le había respondido que no estaba cansado, además de que solo lo decía de broma. Llegamos al último escalón, y frente a nosotros estaba un gran templo, comencé a caminar, pero me di cuenta que el no me seguía se había quedado detrás de mí. Lo mire un poco confuso, el sonrió amablemente y señalo hacia la izquierda, se veía un camino hecho por personas entre los árboles, está bien, ahora si pensé raro, ¿si me quería hacer algo pervertido? ¿Me quería llevar a aquel pequeño bosque?

-Es por aquí –

Volvió a sonreír de aquella forma, no dude, mas bien, mis piernas no dudaron y caminaron a paso apresurado para alcanzarlo, nos introducimos en aquel pequeño bosque, siguiendo aquel camino marcado por las muchas personas que lo había traspasado antes que nosotros, mas bien, antes que yo, por que el parece que ya lo conocía a la perfección, camine algo inseguro porque sabia que mis piernas torpes en algún momento me fallarían y tropezaría. El sin embargo caminaba a paso seguro, volví a mirar aquel rostro, el color de su piel era hermoso, yo quería seguir pasando tiempo con él, y no volveré a permitir que se aleje solo por algún malentendido.

-Oye, perdón – Me miro algo confuso

-¿Por qué? –

-Por la pregunta que te hice la ultima vez, se que son cosas que no me interesan y de las que prefieres no hablar, así que por eso, perdón –

-¿No se puede evitar la curiosidad verdad? –

Volvió a sonreír, vaya este tenía que ser mi día de suerte, en la escuela, el siempre esta serio, y ahora me ha dedicado más de tres sonrisas, volví a perderme en ella, esta vez no me importaba si tropezaba, solo camine hacia donde él lo hacía, sin mirar al frente. Se detuvo y detuve mi paso después de él.

-Llegamos –





Continuara...
Notas finales: Etto... espero les haya gustado,... o soy mala realizando fics... diganlo... diganlo.. para ke lo deje... ok no ._. XD

Weno sin mas me despido... los veo en el los Reviews... y en el siguiente cap

Sayop!!!!!

Gracias a los ke me leen

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